XV

Narrador

Chicago, Illinois
13 de Junio de 1948

La oscuridad de un viejo lugar abandonado es lo único que Jake, Meredith, Elwood y Pamela pueden observar. Sus manos y piernas se encuentran encadenadas.

—¡Déjenos salir de aquí!— Gritó Pamela con desesperación

—¡Eso no será posible maldita zorra!— Una voz femenina se hizo presente en el lugar

—¿Quién mierdas eres?— Jake preguntaba

—Creo que esa pregunta es sencilla de contestar— Una risa malévola se escuchó— ¡Pero hoy no te diré quién soy gordo estúpido!

De repente, la luz central de aquel lugar se encendió

—Qué fea forma tienes de tratar a tus invitados hija

—¿Hija?— Formularon la misma pregunta las jóvenes atadas

—¿El diablo?— Jake y Elwood miraban con asombro a uno de los líderes mas pesados de la mafia en Chicago

—¿Qué pensaron cuándo me vieron aquí?, ¿Qué es imposible que esté vivo?— Una sonrisa cínica se formó en su rostro desfigurado

—Si el problema es con nosotros, ¿Por qué secuestraste a Meredith y Pamela?— Elwood preguntó con cierta inconformidad

—Porque mi linda Lilith quería hacerse cargo de sus queridas

"¿Lilith?"

Fue la confusión de aquellos jóvenes al escuchar el nombre, que no podían creer que después de todo, esa mujer a la que creyeron que había cambiado, los terminó traicionando de una manera imperdonable.

La mujer de la que tanto hablaban se hizo presente cerca de ellos. Miradas de desprecio son las únicas que recibía por parte de todos.

—¿Creí que me extrañaban?— Fingió un rostro de inocencia

—¡Eres una perra!— Meredith gritó con odio

Lilith se acercó a ella y le metió un puñetazo

—¿¡Qué es lo que te pasa!?— Elwood y Pamela abogaron por la agresión a la pelinegra

—¡Aquí nadie me dice perra, y espero que me respeten como merezco!— Los miraba con superioridad— ¡Y hablo más por ti Jake, que no creas que soy estúpida al decir que querías ser buen esposo y te terminabas viendo a escondidas con esta maldita bastarda!

Lilith golpeó con fuerza a Pamela

—¡Déjala en paz!— Una voz distinta a la de los cuatro jóvenes retumbó en el lugar

—¿Pero mira quién llegó papi? Mi hermano el mentiroso

Los cuatro jóvenes miraban a Howard con un arma, Lilith y el mismísimo Diablo lo miraron con una sonrisa cínica.

—Perdón por llegar tarde, es hora de deshacernos de estos estupidos

La mirada de Pamela se ensombreció

—¡Que asco!, ¡me casé con un imbécil!

Howard solo se dedicó a mirarla con repulsión.

—Me da risa lo ingenua que fuiste, al igual te cogi y fuiste súper liviana como lo imaginé

—¡Maldito!— Jake trato de safarse, pero lo único que recibió fue unos dolorosos puñetazos en el rostro y en el cuerpo

—Mejor no digas nada, tú cogiste con mi hermana y jamás te lo recriminé

Lilith se burlaba de aquellas chicas, al igual que Howard de aquellos dos hombres, cuando varias balas impactaron en cada mano de cada uno de los hermanos.

Luego otra bala golpeó con fuerza el arma del diablo y los tres se espantaron de aquella persona misteriosa que tenía tan buena puntería.

El sonido de las sirenas de unas patrullas, hicieron que padre e hijos no tuvieran escapatoria. Estaban en las garras de la ley.

—¡Nunca debí confiar en ustedes dos, son tan estúpidos!

—¡Manos en alto!, ¡están rodeados!— Una voz femenina retumbó en el lugar

La armada se hizo presente en aquel lugar, atrapando de manera inmediata a los delincuentes.

—Tranquilos, en un momento los sacaré de aquí—Suspiró— Pero eso no quiere decir que no pasarán años en prisión por sus delitos

Los cuatro se quedaron impactados al ver a la mujer que tenían en frente.

No era cualquier mujer, era igual demasiado poderosa.

El concreto, las cuatro paredes, las rejas, las y los reclusos se adornaban en los bombardeantes lugares de la prisión de Joliet.

Meredith y Pamela fueron llevadas a la zona Sur que era el área de mujeres, mientras Jake y Elwood fueron llevados al zona Norte.

—¡Es el fin Jake, moriremos en prisión!— Elwood solo se recargó entre los barrotes de la pequeña ventana de la celda

—Por ese tipo de palabras es que en ocasiones no te tolero— Jake rodó los ojos— El problema será que pasará con nuestros hijos si todos estaremos en prisión por años

—Un orfanato o morir de hambre por las calles

—Si no fueras mi mejor amigo o compañero de crimen te callaría la boca con un buen golpe... pero al fin de cuentas tienes razón, no hay otra opción.

—Sonará estúpido, pero nuestros hijos terminarán siendo como fuimos nosotros en un pasado

—Todo por nuestras malas decisiones

Meredith y Pamela se miraban con cierta tristeza

—Vaya futuro feliz que les daremos a estos pequeños—La pelinegra dijo con sarcasmo— Nuestros hijos estarán orgullosos

—Deja de decir estupideces Laura, no estoy de humor— La de cabello esponjado tocaba su vientre con expresión neutra en su rostro—Aunque al fin de cuentas si este bebé logra vivir su posible padre es un imbécil

—El padre de mis hijos también lo es— Rascó su cabeza— Pero al menos él me ama

—Creo que todo hubiera sido distinto si Lilith y Howard jamás hubieran aparecido en nuestras vidas

—Concuerdo Susan—Suspiró— Si ellos no se hubieran involucrado en nuestras vidas, estaríamos todos en Canadá o aquí pero bien resguardados. Tendríamos un hogar maravilloso, quizás Jake y tú estarían casados y el bebé que esperas sería de él...

—Pero aunque nos cuente aceptar esto, nosotros tomamos caminos distintos por tonterías y hicimos las cosas mal— Susan suspiró— esta es la realidad que quisimos tomar y ahora no nos podemos arrepentir

—Perdón si te pregunto esto Pam... pero aún tengo una gran curiosidad al respecto

—Bueno... te escucho

—¿Tú estás realmente enamorada de Howard?

Aquella pregunta hizo que la castaña se quedara meditando un poco

—Te seré honesta... realmente me casé con él para que ya no se involucrara en atraparlos

—¿Entonces no lo amas?

—Supongo que nunca sentí nada por él, muy a pesar de que fuera mi amigo.

—¿Entonces esa tarde que hablaste con Jake le mentiste?

—Si Mer, le mentí para evitar una pelea— Suspiró— La verdad es que me quería alejar de él para que pudiera salvar su matrimonio, pero ya veo que me equivoqué

—¿Entonces no te alejaste por alguna otra razón?

—Quizás también por otra razón— La castaña tragó saliva— A lo mejor sería por la paternidad de mi hijo

Meredith cambió su semblante y se acercó a Pamela mirándola con asombro

—¿Qué dices?

—Jake y yo no nos reencontramos ese día en aquel restaurante

—Entonces, ¿Dónde fue?

—Tres semanas antes del supuesto encuentro— Ella miró atentamente a su amiga— ambos nos vimos de casualidad en una calle cercana de la cueva. Decidimos ir a un bar poco concurrido y por fin nos animamos a hablar después de años, confesamos casi todo lo que vivimos durante la distancia, sobre nuestros matrimonios e intereses

—¡Ve al grano Pamela!, ¿Ustedes solo fueron a ese bar y cada quién tomó caminos diferentes después de eso, verdad?

—¡No Mer, No!— Se exaltó— ambos estábamos tan ebrios que fuimos a una hotel de paso y no estoy segura que pasó esa noche. Cuando desperté aún era de madrugada estaba a lado de Jake, ambos desnudos y solo lo que pude hacer fue vestirme e irme corriendo de ahí.

—¿¡Estás diciendo que te acostaste con Jake!?

—¡Gracias Laura!, ¡Ahora todas las presas dirán que soy una cualquiera!

Risas se escuchaban alrededor de las celdas, haciendo que Pamela se incomodara

—No era esa mi intención, discúlpame Pam

—Te perdono Lau— Sonrío levemente— Lo que me preocupa ahora es mi bebé

—Perdón por esta otra pregunta, ¿Si lo hiciste con Howard?

La chica solo calló

—¿Entonces Jake es el verdadero padre de tu hijo?— Meredith la miraba con asombro

El rostro de la castaña se llenó de un brillo extraño

—¡Dios!, ¡Me condenaré a que Jake jamás me quiera volver a hablar en su vida!

—Créeme, con estar en áreas separadas ya estamos condenados a jamás vernos por años

Ambas rieron levemente ante eso

—Después de todo no estaría mal— La pelinegra trataba de motivarla— Si Jake es el padre, saliendo de prisión le jalare las orejas por no usar protección, no fue del todo tu culpa— Ambas sonreían— Solo es cuestión de que la condena no sea larga y podamos tener a nuestros hijos cerca

—Eso jamás pasará... ambas sabemos que los mandarán a orfanatos o vivir la vida perra por las calles

—Déjame decirte que si ellos están fuera, serán igual de perros que nosotros en la vida— Ambas rieron —hijos de tigres, se vuelven leones

—No tiene sentido eso último... pero bueno

La prisión no es amena, pero luego de esa plática entre amigas,  sintieron que si se transformó en pocos minutos.

"En la vida siempre hay riesgos que enfrentar"

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