XIX
Un lugar con extremada temperatura, rocoso y nada agradable es donde se encontraba Pamela.
No le causaba temor encontrarse ahí, por el contrario, estaba segura de que si lograba su cometido posiblemente volvería al mundo terrenal
—Ya no hay marcha atrás Pamela
—Estoy dispuesta a todo por volver—Su decisión y determinación hicieron que la muerte la mirara retadoramente
—Quizás no lo sepas pero aquí no estoy para juegos—La muerte puso la forma de aquella cosa que la chica más odiaba
—¿¡Por qué tienes que hacerme esto!?
—¿Por qué le tuviste ese odio a tus padres?— La voz de la muerte sonaba más grave y espeluznante
—Por venderme como vil objeto a una mujer que vivía en la miseria y aprovecho la oportunidad para prostituirme
—¿Pero estás consciente que ese hombre nunca te tocó?
—Porque yo no lo permití, lo asesiné y escape como pude de ahí, ¿Por qué mierdas me preguntas eso?
La muerte hizo aparecer a aquel hombre y aquella mujer que reconocía con desprecio.
—Y sin olvidar que mentiste para ser policía, ni siquiera tenías una preparación, y apoyabas a tu amiga para asesinar tipos— La mirada de satisfacción se formaba en la muerte al ver la furia en la mirada de Pamela
—¡Tú estás plenamente enterada del porque lo hice, no quería que más chicas o personas en la ciudad sufrieran, me confabule con Meredith para asesinar ratitas que robaban y lastimaban personas!— Miraba secamente— ¡Yo buscaba proteger a mi gente!
—¡Eso es solo un punto a favor para poderte dejar ir!
Con un chasquido, la muerte desapareció mágicamente aquellas almas malditas.
—Involucrarte con Howard fue la peor estupidez que hiciste, además de que eras consciente que era homosexual y tapabas todos sus encuentros amorosos por apoyo moral y ya viste que te terminó traicionando, mentiste al decir que tuviste intimidad con él y él también lo hizo.
Pamela la miraba incómoda
—No puedo creer que hayas creído que Marian es hija de Jake— Los ojos de Pamela se desorbitaron
—¿Qué?
—Lilith planeó todo para involucrarse con Jake, lo drogó para estar con ella, le hizo creer que tuvieron intimidad y así decir que Marian era su hija para separarlos y así tú fueras en brazos de Howard
—¡No te creo!
—Vaya víboras con las que te confabulaste. Es gracioso, tu marido mentiroso e infiel, tu cuñada puta y traicionera y tu suegro el mafioso—La muerte se reía— Que asco que tus amigos y tú cayeran y que afortunada fuiste al tener un hijo con alguién como Jake
Otro chasquido sonó haciendo ver tres seres frente a Pamela
Ella los miraba con repulsión.
El rostro de Lilith se miraba derretido y sus manos oscuras.
Howard se miraba con múltiples manchas de sangre alrededor de su cuerpo.
Y aquel hombre mafioso se miraba con su típico rostro deformado, pero con dos agujeros, uno en su cráneo y otro en el pecho.
—¿Qué diablos les pasó?
—Los tres murieron en prisión. Lilith en 1950 fue calcinada luego de que las presas se hartaron de ella y su actitud cruda. Howard no dejó que un tipo lo violara y fue apuñalado hasta morir en el año 1951 y el diablo o Hugh, se suicido en el año 1952 al ver que su condena era larga y por enterarse de la muerte de sus hijos, primero se disparó en el pecho y al final al ver que no moría con rapidez se dio un tiro en la cabeza.
Y con otro chasquido desapareció a aquellos seres malignos.
—¡Muerte por favor no puedes dejarme aquí con ellos, sé que hice cosas horribles, pero tengo que cuidar al menos de Marian!
—¿Estarías dispuesta a cuidar una hija que no lleva tu sangre ni la de Jake?
—Lo haría, como mis padres nunca lo hicieron conmigo quiero reparar ese error con ella y para que veas que no soy rencorosa los perdono a todos muy a pesar del daño que me hicieron y te perdono a ti por tomarte la molestia al traerme aquí
—¿Qué rayos haces?
—También puedo pensar con la cabeza fría, aún no estoy muerta y espero que luego de decir esto y aprender aceptar mis errores me dejes regresar, mi momento aún no ha llegado
—¡No me estés retando Susan Pamela Radner!
—¡No te estoy retando!
Meredith, Elwood, Madeline y Jake se encontraban en la habitación, mirando con un poco de ilusión de que reaccione el cuerpo inerte de Pamela
—Aún no asimilo que siga así— comentó la pelirroja
—Yo tampoco puedo hacerlo, digo me duele, es mi mejor amiga y la más fiel que he tenido— Meredith retenía las lágrimas
—No conviví tanto con ella, pero ha luchado demasiado por quedarse aquí, es una guerrera y soy optimista al decir que si saldrá bien y en unos años recordaremos esto como un mal momento—Elwood comentaba mientras acariciaba el cabello de Meredith
Jake no articulaba ninguna palabra, siempre se tornaba serio mientras los chicos estaban presentes.
—Necesito ir a trabajar, Elwood, Meredith, ¿Quieren que los lleve a casa para que cuiden de los niños?— Les preguntó Madeline
—Te lo agradeceríamos mucho— Ambos hablaron al mismo tiempo y sonrieron con complicidad
Los tres salieron de la habitación
Jake al ver a ese par de locos enamorados, le recordó aquellos momentos bellos que vivió con Pamela.
Flashback
Mayo 1935
Chicago, Illinois
Un joven Jake se encontraba por las calles buscando apoyo para el orfanato en el cuál vivía.
Cuando fue sorprendido por una chica que chocó con fuerza con él, haciendo que ambos cayeran disparados al suelo
—¡Auch!— Un grito femenino sonó
—Discúlpame—Ambos hablaron al mismo tiempo y sonrieron tímidamente
Una chica de cabello esponjoso y con vestido colorido observaba al chico.
—Déjame te ayudo
Jake tomó con cuidado la mano de la chica y la ayudó a levantar.
—¿Qué tanto haces?
—Apoyar el orfanato donde vivo, se llama Merciful Jesus.
Y tú ¿Cómo te llamas?— Él se dejó de rodeos y fue directo al grano
—Pamela
—Jake
Y ambos volvieron a estrechar sus manos
Ellos comenzaron a caminar por las calles.
—¿Y que tal te tratan en el orfanato? Perdón por la pregunta, pero soy curiosa
—Pues no tan mal, no me quejo
—Oye, ¿tú conoces a un tan Elwood? Es que tengo una amiga llamada Meredith que siempre habla de un niño huérfano que conoció en el orfanato del que tú vienes.
—Es mi mejor amigo, ¿Por qué la pregunta?
—Es que de alguna o otra forma Meredith quiere seguir sabiendo de él, pero si me ayudas solo le mencionaré como está y que tal le va
—¿Y porqué ella no viene?
—Tiene 13 años, yo la resguardó de un hombre que la dañó y no se porque te estoy contando eso último
—Bueno... Elwood también tiene 13 años y se podría decir que es como mi hermano, yo lo cuido como no tienes una idea.
—Y tú, ¿cuántos años tienes niño?
"Niño" Es una palabra que siempre le ha irritado que le digan, pero cuando Pamela lo dijo, esa sensación no fluyó
—16 años
—19 años
Jake miraba con asombro a Pamela
—¡Oye, no pareces de 19!
—Lo sé, muchas personas creen que tengo 15 o 16 años, soy una aparente traga años— Ambos rieron—Anda, te invito un helado
—Yo no...
—No te estoy preguntando, vamos por un helado
Pamela jalo de la mano a Jake y él solo la siguió
La miraba atentamente y quedó cautivado con su encanto.
Y cuando menos lo pensó ya estaba dentro de la heladería junto con ella.
—¿De que sabor quieres?
—Chocolate
—Mmm... buen gusto, pero yo prefiero el helado napolitano, me gusta tener diferentes sensaciones en mi boca— Ya estaba en su turno— Señor, me podría dar un helado de napolitano y un helado de chocolate
—¿Cómo porque te los daría?— El señor los miró despectivamente—Se nota que ustedes no son niñitos de confianza.
—¡Mire viejo, no quería hacer esto por las malas, pero quiero que me de esos dos helados, tenga el dólar y si no me los quiere dar se lamentará!—Pamela reaccionó
—¡No te daré nada!— El señor tiró los conos
—¡Ahora si!
Jake se sorprendió al ver a Pamela sacar un revólver y disparar a los estantes de nieve
La gente que se disponía estar en el local, salió escandalizada.
El señor miraba aterrorizado a la joven.
—¡Llamaré a la policía!
—¡Adivina con quién estás hablando!— Pamela sacó una placa de policía, en la cuál decía oficial, el hombre se quedó sin habla—¡Vámonos de aquí Jake!
Pamela guardó el arma y la placa y se dispusieron a salir.
—Si en alguna ocasión alguna persona te quiere humillar como aquel señor, tú dime y ya no les volverás a ver el rastro
Aquellas palabras dejaron a Jake confundido
Es la primera vez que miraba a una mujer con una arma y además atacando a un hombre que los trató como viles bichos.
—Porque déjame decirte niño, que odio a ese tipo de seres—El semblante de la chica se relajo—Y si algún día quieres usar un arma tú solo dime y te enseño lo esencial
—Acepto— Jake habló con decisión
—Entonces es un trato— Ambos sonrieron
Fin del Flashback
Jake miraba a Pamela y acariciaba su cabello
—Ya me he cansado demasiado de decir siempre lo mismo— Suspira— Pero pienso que si no te sigo diciendo lo que siento, me condenaría a ser un vil cobarde
Flashback
Enero 1940
Chicago, Illinois
Jake se encontraba con Elwood en la calle, una guerra de pandillas estaba por iniciar.
—No debemos permitir que esos tipos se queden con nuestras zonas—Elwood miraba seriamente a Jake
Ambos asintieron
Pero luego el sonido de unas armas
los aturdieron.
—¡Cúbrete!— Fue el grito de Jake hacia Elwood, escondiéndose en donde pudieran para evitar las balas
—¡Salgan mariquitas!—Un tipo se reía con malicia
Jake se dispuso a salir
—Vuélveme a decir mariquita y te joderé— Jake soltó su arma—peleemos
como hombres
—Jake, ¿Qué estás diciendo?—Elwood miraba con desconfianza la situación
—Yo sé lo que hago Elwood
El tipo líder la banda soltó su arma y se dispuso a ponerse enfrente de Jake.
—¡Te molere a golpes y no bromeo!
—¡No te tengo miedo!
Jake y aquel tipo comenzaron con esquivadas, golpes severos y la sangre y sudor se hicieron presentes.
Elwood miraba con gran incomodidad el espectáculo, pero fue hasta que miró algo que se atrevió a gritar.
—¡Jake!, ¡cuidado!
El antes mencionado se encontraba en el suelo algo agotado por los golpes recibidos
—¡Ahora si ya valiste marica!
Una navaja fue la que sacó el tipo y cuando estaba por encajarla en Jake algo lo impidió
Pamela se interpuso y recibió la puñalada, pero no sin antes navajear a aquel tipo en el cuello haciéndolo morir al instante de desangrado.
Pero Pamela tenía tanta fuerza que apuntó con su arma y asesinó a todos los tipos que rodeaban a los chicos.
Al terminar, cayó al suelo
—¡Pamela!— Jake reaccionó rápido al ver su cuerpo casi inconsciente— ¡Rápido Elwood, tenemos que llevarla al hospital!
Elwood como pudo salió de su shock e hizo caso a su amigo.
Jake cargó a Pamela, mientras que Elwood se disponía a manejar a toda velocidad al hospital.
—Elwood tranquilo, estoy bien— La voz de Pamela se escuchaba serena
—¿Cómo mierdas puedes decir eso? ¡te acaban de apuñalar!— Elwood se notaba alarmado
—Odio que estés tan calmada— Jake le decía— Te estás desangrando
Jake presionaba la herida de la mujer, mientras que ella sacó un botón y lo presionó
—¿Qué diablos es eso?
—¿Quieren dejar evidencia de esos cuerpos a la policía?—
Ambos negaron— Por eso es el botón, para calcinar los cuerpos.
Ambos miraban desaprovatoriamente a la chica.
—A veces me molesta que seas tan jodidamente inteligente
—A veces me molesta que quieras hacer ese tipo de cosas— La chica contra atacó— Niño, estás herido y si no hubiera llegado te habría matado y eso si que no lo iba a permitir
—Pero pusiste tu vida en riesgo
—Tenía que hacerlo, no podía dejar que un estúpido bastardo me quitara a mi chico malo— Pamela tocó el rostro lastimado de Jake
—¡Si se van a besar háganlo ya!— Elwood exclamó
—¡Tú cállate!— Le dijeron ambos
Jake sonrió, mientras que Pamela se miraba un poco más pálida.
—¡Acelera!— Los nervios del chico se vieron reflejados a flor de piel
Elwood en pocos minutos llegó al hospital y Jake apresuró su paso para hacer que atendieran a Pamela.
Los paramédicos hicieron rápida su labor.
En esa ocasión, la idea de perderla lo mataba, porque todo lo hizo ella fue un sacrificio más allá del cariño, lo hizo por algo más y Jake lo sabía.
Y fue ahí que temió en perder a la primer mujer que llenó su corazón.
Fin del Flashback
El recordar eso a Jake lo hizo temblar, es la tercera ocasión que miraba a Pamela tan mal.
Y como la primera vez, ese miedo no se iba, porque lo admitía, la idea de perderla lo destruiría por completo.
—Sonará estúpido que te diga esto— Suspiro pesadamente—Pero no quiero perderte, perdería la cabeza, perdería los motivos para vivir, maldición Pamela, yo te a...
El sonido de unos aparatos acelerándose hicieron que Jake dejara de hablar y reaccionara rápidamente y saliera alarmado de la habitación
—¡Doctor!, ¡Doctor!
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