I

Narrador

Mayo de 1945
Chicago, Illinois

La pelinegra se encontraba en una posición demasiado comprometedora con un viejo hombre millonario, el cuál estaba ansioso de pasar una noche de descontrol con la radiante mujer

—¡Así que quiere una noche de euforia!

—¡La busco más que nada!

El hombre no dejaba de admirar la singular figura femenina que se encontraba frente a él, un verdadero deleite sexual.

—Antes de llegar a las ligas mayores hay que darle un toque de diversión al asunto— La joven comenzó a servir unas copas.

Aprovechó un momento de distracción de aquel hombre para vertir una sustancia a su copa, la agitó con delicadeza y se la ofreció al viejo.

—Salud, por esta ardiente noche

—Salud

Ambas alzaron las copas para luego dar un gran sorbo

Ella sonreía al notar que aquel hombre tomó con muchísima efectividad la copa.

—Creo que ha llegado la hora de la acción— El movimiento de cadera de la mujer se hacía con un ritmo intenso

Aquel hombre solo podía mirarla con ojos de lujuria.

Luego, una sonora carcajada retumbó en la habitación

—¿Creyó de verdad que me acostaría con alguién tan repugnante como usted?— La mirada llena de malicia de la pelinegra, provocó que aquel hombre la mirara con cólera— Ni siquiera se moleste en acabar conmigo, ya preparé la sorpresa final y créame que me encantará

—¡Maldita bastarda!

El hombre ser acercaba a la mujer, pero una sustancia empezó a salir por su nariz y boca

—¡Dulces sueños cielito!— Ella agitó sus manos despidiéndose de aquel viejo

Luego miró al hombre caer y morir en el impacto, quedando con los ojos abiertos y de su boca salir una cantidad considerable de veneno

—Juego terminado— La mujer salió de la habitación y se dirigía a la sala donde se encontraba la caja fuerte

Pero un fuerte impacto la hizo caer al suelo

—¡Auch, mierda!

Esa voz se le hizo muy conocida a aquella mujer

Ambos se levantaron y se miraron fijamente

—Hola puta

—Hola bastardo

El pelinegro miraba con cara de pocos amigos a aquella mujer de la vida galante

—Si me disculpas tengo que matar a un tipo

—Yo creo que eso no se va a poder— Una sonrisa cínica se formó en el rostro de Meredith

—¿Y porque no habría de poderse?

—Quizás porque yo lo asesiné hace 5 minutos

Jake la miraba con sorpresa

—Sabía que eras puta, pero jamás creí que tuvieras los suficientes ovarios para matarlo

—Créeme, me daba tanto asco que se me hizo fácil hacerlo— Jake la miraba atento— Ahora si me disculpas, tengo una caja fuerte con una jugosa cantidad de dinero que me espera con ansias para ser tomado

—Como soy cómplice te ordeno que me des la mitad de la jugosa fortuna

—¿Y si no lo hago?

—¡Te vuelo lo sesos en estos momentos!

Meredith solo se dignó a rodar los ojos

—¡Ay, que delicado eres!— Jake apuntaba su cabeza con su revólver— ¡Está bien, tú ganas!

Él bajo el arma, ella entró con sigilosidad a la sala, se puso sus guantes y con muchísimo cuidado comenzó a mover a ritmo coordinado la posible contraseña de la caja fuerte

Sonrió victoriosa al notar que pudo abrirla a la primera

—¡Vaya que eres buena!— Aquella voz rasposa le comentó con asombro

—No es en lo único en lo que soy buena— La mirada traviesa de la mujer miraba directamente los ojos salvajes de aquel hombre

La mujer comenzó a sacar toneladas y toneladas de dinero y él comenzó a meterlas en una bolsa, minutos después una bolsa llena era contemplada por ambos.

—Es hora de que repartamos el dinero

—¡Eso no se podrá mi cielo!— Ella sacó una escuadra chiquita

—¡Sabía que contigo no podría hacer tratos, maldita perra!— Jake sacó su revólver de nueva cuenta

Un ruido se hizo presente en la casa

—¡Alcalde!— Era una voz masculina

Ambos bajaron sus armas

—¿Ahora como mierda saldremos de aquí?— Jake preguntaba en susurro a Meredith

—Trae la bolsa, tú solo sígueme y no hagas ruido

Él obedeció y miró como ella movió un cuadro dejando ver una puerta, Meredith la abrió y ambos salieron sigilosamente por la parte trasera de la casa

—Dime al menos que trajiste automóvil— Meredith preguntaba a Jake con la adrenalina al 1000

—No salgo de mi cueva sin alguno

Corrieron dos cuadras hasta que Jake le dijo a la joven que se detuvieran, ella lo miró confundida, pero luego de ver el automóvil comprendio todo con presición.

Jake metió el dinero en la cajuela, Meredith se subió en el asiento copiloto, luego él procedió a subirse al asiento del piloto, encender el automóvil y huir de la escena del crimen.

Los rayos del sol comenzaron a lastimar los ojos de Jake.

Se levantó desorientado, luego notó que Meredith no se encontraba en la cueva, al igual que su automóvil tampoco lo estaba y rápidamente entró en cólera

—¡Maldita perra!

Escuchó el sonido del automóvil entrar como si nada a la guarida

La furia de Jake aumentó al ver a Meredith sonriendo y no venía sola, ya que a su lado se encontraba una joven con cabello esponjado que reía junto a la pelinegra.

El motor del automóvil dejó de sonar, ambas bajaron y cuando eso ocurrió Jake tomó con fuerza del brazo a Meredith

—Oye, ¿Qué te pasa?

—¡Qué es lo que me pasa!, ¡eso me preguntas todavía con descarado estúpida!

—Ah, es porque no te he presentado a mi amiga— Ella hizo notar la presencia de la joven— Jake ella es Pamela, Pamela él es Jake

La joven sonrió como si nada, pero la furia de Jake aumentaba

—¡Me podrías decir que hiciste con el dinero que robamos anoche!

—Sencillo, llevé el dinero donde realmente tenía que estar, lo llevé a casas hogares, orfanatos, hospitales y repartí a las familias pobres que no tenían la posibilidad alguna de tener un hogar

Luego de escuchar esas palabras, Jake dejó de apretar el brazo de Meredith

—¿Creí que te enojarías por eso?

—¿Enojarme?, No luego de lo que hiciste— Ella lo miraba con extrañeza— Creo...que te juzgue demasiado Meredith

—Si que lo hiciste Jake

Estaban en demasiada cercanía, sus ojos se miraban con euforia y estaban a punto de hacer un acercamiento, Pero eso no fue posible, luego de que un automóvil entrara con rápidez a la cueva, haciendo que ambos se separaran de golpe.

Un joven alto y con lentes oscuros se bajaba del auto

—¡Jake tenemos que huir de la ciudad, La policía quiere arrestarte o matarte hoy mismo!

—¡Oh, mierda!— Exclamó en pelinegro— Si nos iremos, ellas nos tendrán que acompañar

Meredith y Pamela se miraban confundidas

—¡Elwood, tú llevarás en tu automóvil a Pamela!— El joven asintió ante la orden de Jake— ¡Meredith irá en mi auto, ahora!

Ambos hombres cargaron todas sus armas y algunas que otras cosas que tenían en la cueva

Las jóvenes se subieron con rápidez a los automóviles

Luego de tomar todo lo necesario, ambos arrancaron a máxima velocidad por la carretera que los llevaría con rápidez al aeropuerto

"Una nueva aventura acaba de empezar"

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