1.14


Catia

Sequé de nuevo mis lágrimas y continué hablando

-Solo tu, destituistes a uno de tus mejores soldados, lo echastes de su hogar mandándolo a un lugar totalmente desconocido, Tom Holland me a salvado y protegido de tus enemigos ¡los Talibanes quieren verme muerta por ser tu hija!.-dije furiosa mientras dejaba caer varias lágrimas.-Tom podria haberme abandonado, no me debia nada y en cambio solo me a mantenido a salvo, prometió traerme hasta ti para que estuviera a salvo y miralo ahora ¡esta herido por tu maldita culpa! Te odio.-sollocé
-Él era un salvaje.-dijo mi padre
-¡Te equivocas!.-golpeé la mesa mientras me ponia en pie.-¡Es un buen hombre me salvo la vida y estubo a mi lado! ¿Donde estabas tu cuando me intentaban matar?

El se calló y yo asenti

-Ya veo

Estaba por salir del camarote cuando el me llamó

-Catia

Volteé mirandolo con enojo

-Tu no lo entiendes
-Claro que si, eres tu quien se niega a comprenderlo.-salí finalmente cerrando de un portazo

Me dirigí a la enfermeria donde encontré a Tom tumbado en un sofá de cuero marrón, estaba durmiendo y con la pierna vendada,corrí hasta llegar a el y me arrodille junto a él. Su rostro estaba pálido, tenia un ligero moretón en su pómulo izquierdo, y claramente se le notaba cansado. Aún así...se veía como un ángel, tranquilo, apacible, sin nada que pudiera corromperlo

-Tom...-murmuré

Él abrió los ojos sorprendiendome

-Catia.-murmuró de forma casi inaludible.-¿Donde estamos?
-En el Queen Elizabeth

El pareció relajar su expresión tan tensa

-Estas a salvo.-susurró
-Pero tu no.-dije de la misma forma.-¿Ahora te irás?

Tardó en contestar pero finalmente asintió, senti mi corazón quebrarse

-Estas en peligro conmigo, debo acabar con los Talibanes solo así nos dejarán en paz, tu estas a salvo con tu padre, yo me marcharé y acabaré esto, ellos me quieren a mi ahora, yo soy el culpable
-Solo e estado a salvo contigo.-mumuré.-Y-Y si siempre fuistes el culpable ¿Qué pintaba yo en esto Tom?.-le dije mientras que él se callaba.-Tu no tienes la culpa de nada, eres un buen hombre, ahora lo sé, solo luchabas por sobrevivir, como yo, esta no es tu guerra Tom tu puedes escoger

Tom sonrió de lado

-No, en mi vida no hay opcciones, claro que es mi guerra Catia lo es desde que mi avión se estrelló aquella tarde.-hizo larga pausa y estudió cada parte de mi rostro.-¿Sabes? Tu siempre has sido una luchadora

Solté una pequeña risa. Tom cerró los ojos durante unos segundos e intentó incorporarse yo lo miré sorprendida

-¿Q-Qué haces? Para, te vas a abrir la herida, túmbate.-puse una mano sobre su pecho mientras me acercaba hacia él

El me miró perdiendose en mi mirada, su boca estaba entreabierta y estaba medio recostado, alzó su mano izquierda hacia mi mejilla para poder acariciarla. Parecia tener varias emociones, miedo, amor, sobretodo miedo. Como si fuera a desapacer, como si tan solo...me desvaneciera. Acarició mi mejilla y cerré mis ojos disfrutando de su caricia, mientras contenia la respiración, era tan cálido. Tomó mi rostro y lo acercó al suyo sin dejar estudiar cada milimetro de mi cara. Entonces cuando estabamos a punto de juntar nuestros labios la puerta se abrió dejando ver al soldado con el que habia hablado antes. Ryan. Nos separamos rapidamente mientras que Tom se lograba sentar retomando su semblante serio y frío

-Ryan.-dijo duramente Tom, la cara de Tom parecia marcar aun mas sus facciones, algo estaba claro, ambos se conocian y no se llevaban bien
-El sargento quiere verte, ahora.-dijo Ryan
-Ya no es mi sargento ¿Recuerdas?.-sonrió Tom provocando que Ryan se estremeciera, Tom era como el diablo solo le faltaban tener los ojos rojos -Lo recuerdo.-musitó Ryan antes de marcharse

Tom me miró y suspiró mientras desviaba la mirada

-Ayúdame a levantarme.-me pidió suavemente, como si fuera otra persona. Tom era un ángel y el diablo a la vez. No sé si aquello era bueno o...genial

Me acerqué a él y el me pasó un brazo por mi hombro para poder ayudarse a mantener el equilibrio. Caminamos hasta llegar al puente escoltados por Ryan y finalmente llegamos al puente donde encontré a mi padre observandome con dolor. Ryan se marchó con cierta prisa

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