Perfecto tirador
—Que guapo luce sargento Luo. —Qingqiu prendó lentamente el último broche que catalogaba a Binghe como un sargento excepcional—, el blanco te hace lucir tan guapo. —Admiró a su pareja con el uniforme naval.
—¿De verdad? Bueno me complace informar que luzco guapo, pero me veo mejor a tu lado. —Sonrió optimista posando las manos en la cadera ajena— ¿De verdad solo es un bebé? —Preguntó al pasar suavemente los pulgares por sobre la camisa holgada de su pareja para sentir el endurecido vientre.
—Solo es uno, ya lo confirmé. —Shen Qingqiu sonrió alejándose del toque contrario para poder ir hacia la cama.
Shen Qingqiu calculaba que tendría aproximadamente tres meses ya que había despertado un día antes y lo que se apreciaba como una ligera hinchazón se había vuelto algo más estético ya que la inflamación era visiblemente notoria y lo comprobaba al ver que sus pantalones ya no cerraban.
—Creo que a mi padre se le olvidó el pequeño detalle de que espero un bebé —Qingqiu contempló el uniforme verde musgo, al ser un traje de gala se catalogaba por un pantalón sastre y el saco del cual iban prendadas algunas medallas, solo las suficientes como para ser visto como un buen sub sargento—, tendré que arreglar el pantalón. —Confesó observando las tijeras al lado de la ropa.
Luo Binghe sonrió, se posó detrás del ajeno y lo abrazó apegando sus manos al vientre contrario, aún no asimilaba el hecho de saber que pronto tendría en sus manos a su primogénito.
—Mientras arreglas el pantalón haré el desayuno. —Dejó un beso en la mejilla ajena antes de separarse para marcharse del lugar.
Qingqiu resopló; tomó el pantalón y comenzó a ajustarlo de los lugares idóneos para no sentirse apretado, con el saco nada podría hacer al menos estaba lo suficientemente holgado como para no lastimarlo.
Tiempo después, Luo Binghe observó con asombro a su pareja con el traje de gala; decir que lucía hermoso era poco ya que, aunque el de mirada esmeralda intentó arreglarlo era evidente que cierta protuberancia se hacía notar lo suficiente como para adivinar su estado, Shen Qingqiu se sonrojó al ver la sonrisa del alto e intentó librarse del ataque de besos y abrazos que concluyó en un pasional beso.
—¡Ya déjame, quiero comer! —Intentó zafarse de los brazos musculosos.
—No, eres mío, son míos. —Luo mordió con suavidad el labio ajeno ganándose así una risa floja por parte del ex espía.
—Somos tuyos, pero en verdad quiero comer ¿acaso no debes cuidarnos de una recaída?
Ante aquella cuestión el alto adoptó un papel meramente protector ya que liberó a su amado para poder desayunar a gusto antes de irse a la corte donde se daría el primer juicio de Mobei Jun y donde también se encontrarían con Yue Qingyuan y su detestable pareja.
Shen Qingqiu sabía que aún no estaba del todo bien sin embargo no podía reunirse aún con su nuevo terapeuta ya que este radicaba en Huan Hua por lo que tendría que esperar una semana más en lo que se trasladaban ahí.
La ventaja sobre él era que ya no se sentía tenso y las pesadillas habían comenzado a desvanecerse con el paso de los días gracias a que Binghe se encontraba a su lado para alentarlo en todo momento.
La noticia de su hijo había sido otro factor importante para cimentar su realidad ya que el saber que estaba vivo le alentaba para superarse y salir de aquella ansiedad y estrés al que estaba sometido por haber guardado silencio tanto tiempo, comenzaba a ver su felicidad cada vez más nítida y por eso cuando visitó una tienda con accesorios para bebé se sintió tan pleno y seguro que no dudó en comprar el primer conjunto de ropa que su pequeño tendría al nacer.
Esos habían sido los principales factores que ahora le mantenían estable y seguro de sí mismo, intentaba ignorar fuertemente el hecho de que aún tenía una misión pendiente solo porque deseaba ser lo más discreto posible todo con tal de librarse por completo de su cargo como agente secreto secreto.
El desayuno fue tranquilo; Qingqiu logró comer todo sin sentir nauseas ya que comenzaba a pasar aquella etapa. Tras alistarse y asegurarse de que todo estuviera en orden, la pareja abandonó el hogar para ir directo a la corte.
Shang Qinghua frunció el ceño al verse sentado detrás de Yue Qingyuan quien yacía en la silla del demandante junto a uno de los mejores abogados de Cang Qiong; Wei Qingwei.
Cuando el juicio inició, Shang Qinghua vio a algunos marinos sentados en la parte del acusado y había otros más del lado de Yue; en la zona de testigos solo habían cuatro quienes respaldaban la inocencia de Mobei, mientras que del lado de su pareja solo habían dos personas donde solo logró reconocer al capitán Mu con su impecable traje de marino, totalmente blanco e inmaculado junto a su ya conocido sombrero que le daba un porte excepcional, del otro hombre desconocía hasta su nombre, solo era reconocido que era un general por el traje y todas las medallas que portaba en su saco.
—¿Y dónde está Xiao Jiu y Luo Binghe? —Preguntó acercándose a Yue por la espalda.
—No tardarán, anunciaron que hubo un accidente camino hacia aquí y el tráfico es lento, pero están prontos a llegar. —Respondió el gobernador sin mirar atrás.
—Pretextos, quizá te engañaron. —Bufó alejándose de él para acomodarse en su asiento.
Yue Qingyuan hizo caso omiso ya que se concentró en ver hacia el frente donde el juez estaba pronto a entrar, las pocas personas que fungían como oyentes solo aguardaban silenciosos; Shang Qinghua se encontraba sentado siendo acompañado por dos guardias de seguridad a cada lado mientras que su pareja cuchicheaba con el abogado.
Segundos después la sesión comenzó cuando el juez entró y tomó asiento en la gran silla, tomó y alzó apenas unos documentos y leyó en voz clara:
—Nos encontramos aquí para dar inicio al juicio de Mobei Jun quien es demandado por Yue Qingyuan aquí presente, todo lo dicho aquí será escuchado y juzgado por la audiencia invitada y solo los testigos aportarán lo necesario para llevar este juicio acabo. —Tras dar un golpe a la tablilla con su mazo, continuó— Iniciemos por favor, traigan al acusado y que tome su lugar.
Del lateral de la sala se abrió una puerta, dicho acceso conectaba con el estrado principal de manera en que de esta salió Mobei Jun con el uniforme ya de la penitenciaria del estado mientras que sus manos se encontraban esposadas.
Shang Qinghua observó la mano vendada e hizo una mueca de resignación, contempló a su vez como el hombre avanzaba con la mirada gacha siendo guiado directo a su silla junto a su abogado, el policía custodio se quedó a su lado obteniendo una postura firme para evitar algún altercado.
—Comencemos con el demandante. —Dictó el juez.
Wei Qingwei se levantó, acomodó su saco negro y aclaró la garganta.
—Estamos aquí presentes para dar credibilidad al intento de homicidio del señor Yue Qingyuan quien es gobernador del estado y como tal ha demandado al señor Mobei Jun para que reciba una condena digna por tan cruel acto que estuvo por cometer.
La audiencia escuchó atenta mientras que Mobei mantuvo el rostro al frente, su mano sana se tensó hasta llegar a ser un puño enteramente cerrado.
—Dado la gravedad del asunto, el acusado falló su misión, sin embargo eso no quita que haya resultado todo bien ya que el secretario y mano derecha laboral del señor Yue recibió un impacto de bala que no solo comprometió su vida, sino también la de su hijo.
El sonido de sorpresa inundó la sala, Mobei Jun alzó el rostro asombrado y buscó con desespero al nombrado sin llegar a encontrarlo. El juez leyó los documentos y asintió tras escuchar aquello.
—Pase a declarar, Shen Qingqiu. —Mencionó.
Shang Qinghua frunció el ceño totalmente extrañado, ¿quién era esa persona? ¿por qué nombraban a alguien que no era Xiao Jiu?
Justo cuando estaba por preguntar en voz alta, las puertas se abrieron para dar paso a dos personas, el asombro en Shang Qinghua fue tal que intentó no abrir la boca puesto que quienes entraban eran Xiao Jiu y Luo Binghe vestidos como si formaran parte de la marina y del ejército. Los sombreros iban bien puestos y el andar era seguro.
Los dos pasaron cerca de él para tomar asiento en la parte de los testigos, aunque fue Xiao Jiu quien se dirigió directo al estrado para testificar lo sucedido.
También para Shang Qinghua no pasó desapercibido el ver al ex secretario caminar recto mostrando un pequeño bulto que sobresalía aún cuando su saco era lo bastante flojo del pecho y eso le enfureció porque su bastardo había sobrevivido.
—¿Jura decir la verdad y solo la verdad? —Cuestionó el abogado Wei.
—Lo juro. —Shen posó la mano sobre la constitución.
—Podría decirnos ¿qué sucedió el quince de agosto del presente año?
—Salvé al gobernador del ataque. —Dijo tajante.
Shang Qinghua intentó guardar la compostura al ver al ex secretario tan compuesto y tan vivo que no daba crédito al cinismo de quien resultó ser un traidor.
—¿Cómo supo que el señor Yue iba a recibir un ataque?
—Meses atrás mi agenda fue robada, me costó mucho encontrar al culpable ya que el día del acto las cámaras de vigilancia de dos zonas en específico fueron cortadas e impidieron que viese al agresor.
—¿Cómo descubrió que era Mobei Jun?
Shen Qingqiu evitó arquear una ceja; dirigió lentamente su mirada hacia al acusado y le sonrió con cinismo, fue tan fugaz la acción que pronto volvió a su impecable rostro inexpresivo, después solo se dirigió hacia donde yacía Binghe y habló.
—El sargento tirador me lo informó.
Yue Qingyuan abrió la boca asombrado, la audiencia soltó murmullos y Mobei Jun junto a Shang Qinghua observaban coléricos por tan vil acción.
—¿Qué relación tiene con el sargento Luo Binghe?
—Es mi pareja.
—De acuerdo a lo que usted nos cuenta, puso su vida en riesgo para salvar al gobernador Yue lo que me lleva a preguntar ¿por qué esperar hasta ese día y no confrontarlo antes? —Cuestionó Cho.
—Tenía demasiadas dudas —soltó un fingido suspiro de pesar—, cuando ocurrió lo del robo estuve investigando en cada cámara y en cada rincón, sin embargo quien me dijo quién había sido el benefactor de tal libreta fue la criada de la casa, ella le entregó la agenda a Mobei Jun.
El juez asintió y dejó que Qingqiu siguiera hablando.
—¿Cómo logró rastrearlo?
—El sargento Luo me reveló que Mobei había sido contratado para asesinar al señor Yue y que debía protegerlo.
—Pase al estrado el sargento tirador Luo Binghe. —Anunció el juez.
La pareja intercambió de lugar, al pasar junto a Yue Qingyuan este sonrió al ver a su ex secretario caminar tan seguro y altivo que se sintió feliz por ver que su embarazo iba bien, aunque no esperaba verlo con un uniforme militar lo que le causó grandes dudas.
—Sargento Luo ¿cómo fue que usted sabía que el señor Yue se encontraba en la mira de un francotirador? —Preguntó Wei tan seguro y rudo que Binghe estuvo a punto de reír por la pasión que ponía en sus palabras.
—Realmente no estaba seguro de darle un trabajo al sub sargento Shen Qingqiu —Yue, Shang y Mobei abrieron la boca del asombro al escuchar eso—, pero decidí darle una misión de tal índole ya que en palabras del general Gongyi Xiao el sub sargento Qingqiu estaba pronto a recibir un ascenso a sargento tirador y que necesitaba un trabajo discreto pero seguro.
—¿Cuál fue ese trabajo?
—Fingirse como el secretario del entonces candidato a la gobernatura. —Aseguró.
—¿Fingió ser un secretario?
—Así es.
—¡Objeción su señoría! —El abogado de Mobei Jun se levantó solicitando la palabra— ¡El señor Qingqiu fingió ser un secretario pero también hizo uso de la falsificación de nombre lo cual está penado!
—¿Es cierto eso? —Preguntó el juez.
—Correcto señor, sin embargo lo hicimos para no causar tensión al señor Yue —aclaró Binghe; al observar el rostro dudoso del hombre procedió—, el entonces candidato a gobernador, Yue Qingyuan es un hombre muy meticuloso y observador por lo que junto con el general Gongyi Xiao, acordamos cambiarle el nombre al sub teniente para evitar de esta forma que se revelara su identidad, si el señor Yue hubiese descubierto su nombre real era bastante probable que no existiera un ambiente de confianza y seguridad ya que las posibilidades de despido y fallo en la misión del joven Shen Qingqiu eran altas.
Shang Qinghua boqueó sabedor de que aquello era una gran mentira, observó a Mobei Jun quien mantenía la mirada fija sobre su amigo y también analizó el comportamiento inmutable de Shen Qingqiu quien se mantenía observando a su pareja rendir su falsa declaración.
—¡Objeción su señoría! —Impuso el abogado de Mobei— ¡De acuerdo a la declaración de mi cliente, el señor Luo Binghe trabajó con él ya que ambos tenían la misma misión la cuál era acabar con Yue Qingyuan por lo que señalo como acusado principal al sargento Luo! —Puntualizó causando que Wei Qingwei frunciera el ceño.
—¡Su señoría, el sargento Luo tiene el respaldo del capitán Mu para dar credibilidad de que la misión real del señalado es totalmente incorrecta! —Afirmó un molesto Wei Qingwei.
—¿Es eso cierto sargento Luo? —Preguntó el juez directamente a Binghe.
—Es correcto su señoría, trabajé en conjunto con Mobei —afirmó observando la sonrisa triunfal de Shang Qinghua; pronto desvió su atención hacia su amigo y armándose de valor, continuó—, pero solo lo hice para informarle al sub teniente Qingqiu los movimientos que este haría.
—¡¿Qué?! —Shang Qinghua se levantó de su asiento y señaló a Luo— ¡Eres un maldito mentiroso!
—¡Silencio en la corte! —Alzó la voz el juez al regañar al joven médico.
—¡Maldito mentiroso! —Gruñó molesto.
Yue Qingyuan parpadeó asombrado y observó a Shen Qingqiu quien mantenía su atención en el hombre que se encontraba dando su declaración, jamás se le ocurrió que su secretario fuese en realidad un sub teniente aunque ahora su duda sobre el manejo de armas y la pelea cuerpo a cuerpo quedaban claras, después de todo por eso el joven secretario tenía basto conocimiento en ese ámbito, haciendo quedar por completo al joven como un salvador.
—Guarde silencio joven Shang o me veré en la obligación de sacarlo de la sala —amenazó el juez—, es la primera llamada de atención, está advertido.
Shang Qinghua tensó los labios y los puños al ver el descaro con el que Binghe defendía al ex secretario y viceversa, no podía creer que todos pusieran como buenos a quien tanto desastre causaron a terceros.
—Continúe por favor. —Expresó el juez.
—Como decía, el entonces gobernador Lao Gongzhu nos contrató para acabar con la vida del candidato Qingyuan y bueno dado que Qingqiu ya trabajaba para él, le informé lo sucedido para que estuviera alerta, debido que no había mucha comunicación entre nosotros no pude asegurar ni informar que el ladrón en cuestión había sido Mobei Jun.
—¡Eso es mentira! ¡Tú me mandaste! —Gritó Mobei Jun al borde del colapso mental por ver como su mejor amigo lo traicionaba.
—¿Es eso cierto sargento Luo? —Cuestionó el juez.
—Totalmente falso, es sabido que el sub sargento Mobei quería ocupar mi puesto cuando yo me retirara por lo que al manchar su reputación con sus acciones busca afectarme a mí también.
—¡Falso, mil veces falso! —Alzó la voz en protesta el ex amigo.
—¡Silencio! —Sentenció el juez.
—Mi cliente está en lo correcto, Binghe y él trabajaban juntos buscando el mismo objetivo. —El abogado de Mobei frunció el ceño.
—Aquí el culpable es Mobei Jun, ¿acaso no es obvio que el sargento Luo se fue por el lado justo y ordenó total protección a mi cliente? —Wei Qingqei saltó en defensa.
—¡Era el sargento mayor, tenía total poder de ordenar a mi cliente a cometer tal acto!
—¿Y cree que el sargento cometería tal estupidez de arriesgar la vida de su pareja solo para señalar como culpable a Mobei Jun? —Wei tensó los puños.
—¡Bueno, en palabras de mi cliente el joven Shen Qingqiu que figuraba como Xiao Jiu lo sedujo y lo llevó a la cama para interrogarlo y confundirlo!
Los murmullos se hicieron en la sala, Shen Qingqiu observó a Binghe quien mantenía la mirada sobre su amigo por decir tan grotescas palabras, mientras tanto Shang Qinghua sonreía triunfal por ver como ese juicio iba camino al derrumbe de mentiras de Qingqiu.
—¿Es eso cierto, sub sargento Shen? —Preguntó el juez.
—Falso. —Shen Qingqiu sonrió mientras le dedicaba la más glaciar de las miradas a Mobei Jun— ¿Cómo podría ser capaz de intimar con el enemigo? O mejor aún ¿Cómo podría alguien ser llamado sub sargento rebajarse al nivel de un asesino? —Observó al juez y negó— ¿Acaso eso no iría en contra de mis principios? No es lógico que protegiendo al señor Yue Qingyuan sea capaz de liarme con el enemigo, de cualquier modo esto nos lleva al punto de que no habría lógica por el cual yo haya recibido un disparo para salvarle la vida al gobernador si me he liado con el causante de tres ataques antes previamente evitados.
El juez asintió mientras leía la declaración escrita del acusado, arqueó una ceja y procedió a observar al ex secretario.
—¿Sabía de su estado cuando recibió el disparo?
—Sí —suspiró bajando la cabeza—, corrí ese riesgo porque mi meta era esa, mantener con vida al señor Yue hasta el final.
—¡Objeción su señoría! —el abogado de Mobei señaló al falso sub teniente— ¡Mi cliente ha dicho que él y el joven Xiao Jiu se conocían y compartían momentos juntos!
—¿Es eso cierto?
—¿Cómo podría yo conocerlo y compartir momentos juntos cuando día y noche me la pasaba entre mi cama y mi sofá debido a mi estado de salud?
—¡No mientas Xiao Jiu, se conocían! —Vociferó Shang Qinghua.
—¡Silencio! —El juez frunció el ceño— ¡Segunda advertencia joven Shang! —Dejando de lado su molestia, se dirigió a Qingqiu quien observaba al menor con cara de preocupación— ¿Algo más que añadir?
—En absoluto, he dicho lo que sé y considero que hice lo correcto.
—¡Objeción su señoría! —el abogado atacó— ¡Él le disparó a mi cliente!
—Objeción denegada —atacó el juez—, dado el código militar, el disparo fue en defensa propia, era el trabajo del sub teniente defender al señor Yue Qingyuan por lo que el disparo es válido ante un traidor a la nación por intento de homicidio siendo ordenado por el señor Lao Gongzhu.
Mobei Jun negó lento; Shang Qinghua resopló e internamente Shen Qingqiu sonrió, todo estaba resultando a su favor por lo que solo estaba a la espera de que Mobei no tuviera salvación alguna y como ya era costumbre, sabía bien que no le creerían nada al pobre médico forense.
—Tomaremos un descanso de diez minutos. —Ordenó el juez.
Todos abandonaron la sala, aún no se habían dado mayores declaraciones por lo que se especulaba más acusaciones entre ambos bandos. Binghe y Qingqiu se acercaron a hablar con Yue quien les recibió con una cálida sonrisa por su confesión.
—No esperaba que fueses alguien de tal grado, me sorprende saber que no te llamas Xiao Jiu. —El hombre mantuvo la sonrisa.
—Protocolo de seguridad para usted, me alegra verlo tan recuperado y feliz de saber que el captor está pronto a recibir su sentencia. —Qingqiu asintió lento.
Binghe y Yue continuaron hablando; Shen Qingqiu se escusó para decir que debía acudir al sanitario a refrescar su cara ya que aún tenía secuelas de los primeros síntomas de embarazo por lo que se sentía un poco abochornado, entró al baño sabedor de que un furioso Shang le seguía, incluso se tomó el tiempo para abrir la llave y colocar sus manos bajo el grifo creando una pequeña fuente entre sus palmas.
—¡Eres un maldito mentiroso! —Qinghua avanzó decidido.
Shen Qingqiu compuso la postura, cerró el grifo y esperó al menor quien entre sus pasos firmes logró alzar la mano para darle una fuerte bofetada, lo que no esperó fue que el ex secretario detuviera su mano aún al aire y tirara de esta con tal fuerza que el menor tuvo una sacudida corporal ya que fácilmente fue inmovilizado contra el lavabo.
—¡Y tú eres un pobre perdedor! —Musitó sonriendo a través del espejo para ser visto por el joven.
—¡Maldito, mil veces maldito! ¡No te saldrás con la tuya, te voy a desmentir! —Bufó.
—¿Ah sí? Espero ansioso tus pruebas.
—¡Suéltame! —Intentó moverse más la fuerza ajena le superaba— ¡Me estás lastimando!
—¿Ah sí? ¿Tan siquiera sientes dolor? —Arqueó una ceja.
—¡Suéltame!
—¿Sabes? En lugar de estar acosándome deberías preocuparte por tus acciones, mientras más me persigues más te distancias de quien dices amar.
—¿Qué idiotez dices?
—Así como te uní a Yue, puedo separarte ¿y sabes que es lo mejor? —Sonrió con tal burla que Qinghua quiso llorar de frustración por no poder golpearlo— Que ni él te creerá y tú te quedarás solo.
—¿Cómo que me separarás de él? —Shang alzó el rostro para ver la burla en la cara ajena.
—¿No lo sabías? —Arqueó una ceja; totalmente decidido a destruirlo— Tianlang me ordenó que te uniera a Yue; aquellos regalos, las citas, todo en absoluto fue idea mía para juntarte con él y distraerlo del objetivo de tu hermano que era robar la candidatura pero sabemos el desenlace y lo que ocurrió y como tal tan solo te convertiste en un estorbo más en mi misión. —Soltó una baja risa antes de empujarlo más contra el lavabo hasta liberarlo del agarre— Maldito niño estúpido.
Shen Qingqiu se giró y salió del lugar dejando a un perplejo Shang Qinghua, aquella reveladora verdad golpeó tan fuerte que causó un temblor en sus piernas; logró observar como el ex secretario se marchaba dejándolo totalmente desconcertado.
Se negaba a creer lo bajo que había jugado su hermano, se negaba totalmente a creer que Qingqiu había sido cómplice, pero sobre todo se negaba a ver la realidad la cual era que su noviazgo con Yue Qingyuan era algo vago y sin sentir real y eso le dolió.
Inspiró hondo antes de impulsarse hacia atrás para componer su postura, se giró y avanzó rápido para buscar al de mirada esmeralda; sus pasos le dirigieron hacia él al verlo a pocos metros de la puerta que conducía hacia el interior de la sala de juicios.
No contó con la presencia de Yue y Binghe; él solo se cegó y fijó la vista en Qingqiu quien se detuvo de un momento a otro y se giró hacia él cambiando su expresión sonriente a una de alerta.
Aunque falso pero creíble ante los ojos de todos.
El estridente sonido de una bofetada causó tal eco que Qingqiu se giró por la fuerza siendo sostenido en el acto por Binghe. Shang Qinghua sonrió triunfal esperando un aplauso por tan valiente acto, más no fue así.
—¡¿Qué diablos has hecho Shang Qinghua?! —Yue Qingyuan protegió el cuerpo de Qingqiu quien yacía en los brazos de un mortalmente serio Luo Binghe— ¿Eres imbécil?
—¿Qué? ¡Pero yo...! —Shang tartamudeó ante las cuestiones.
—¡Oh Dios mío, A'Jiu! —Yue Qingyuan se volteó para ver al ex secretario quien se sostenía la mejilla con fingido dolor.
—¿Por qué me haces esto, Shang? ¿Por qué me odias? —Preguntó el ex espía al borde del llanto.
—¡A'Jiu lo siento, de verdad lo siento! —Se disculpó Yue Qingyuan.
—¿Acaso no éramos amigos antes de todo esto? —Shen Qingqiu frunció el ceño y después colocó una mano sobre su vientre— ¡Ay! —Soltó un quejido bajo.
—¿Qué pasa? —Luo Binghe se tensó— ¡Oh no! —Observó alarmado a Yue Qingyuan— No puede alterarse o puede perder al bebé.
El gobernador se giró hacia Shang y le dedicó la más fría de sus miradas, el menor se sintió tan miserable y culpable que calló de golpe, ver la mirada fúrica de Binghe le sobrepasó ya que sus ojos se aguaron, pero lo que colmó su inestabilidad fue ver la sonrisa cargada de burla y cinismo del ex secretario que de un momento a otro se giró para decirle a Binghe que necesitaba atención médica.
La pareja se alejó; Yue se marchó sin dirigirle la palabra y él había quedado como el villano más cruel del momento al abofetear justamente a la persona que había iniciado todo el desastre.
Shen Qingqiu se marchó sonriente, había dado un doble disparo, uno de ellos fue acertado, estaría al acecho de que el otro peón recibiese el impacto demostrando una vez más que él era el mejor francotirador, sin necesidad de utilizar un arma, y así se mantendría hasta que el juicio acabara.
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