Partida perdida
El sonido de una celda abrirse causó que Shang Qinghua alzara la mirada, apreció como su medio hermano mayor salía del reclusorio para recibir los rayos del sol, el patio le dio la bienvenida anunciando el tiempo de visita.
El menor había acudido a él en un intento desesperado por saber más sobre Xiao Jiu, el día anterior había acudido al residencial donde vivía Binghe sin embargo su entrada fue negada al no tener parentesco alguno con el sargento, por lo que ni haciendo uso de su estatus como pareja del gobernador fue bienvenido.
Molesto por la falta de información y sobre todo por la negativa de Yue al no creer que Xiao Jiu fuese un traidor, recurrió a la persona que aseguraba lo conocía mucho mejor que ellos.
Y ahora se encontraba sentado frente a una pequeña mesa a la espera de su hermano; Tianlang Jun portaba el uniforme de reo, en color arena y con su número de convicto en la parte trasera del traje; al ver a su medio hermano esbozó una sonrisa, apenas y podía creer que lo estaba viendo después de tanto tiempo de abandono.
—iTianlang! —Shang avanzó hacia su hermano para abrazarlo, sin embargo fueron separados de inmediato por un guardia.
—No contacto. —Sentenció firme alejándose unos pasos de los hermanos para darles fingida privacidad.
El ex candidato resopló, tomó asiento con desgane y observó al menor.
—¿Qué tal la vida del futuro esposo? —Cuestionó ladeando una sonrisa.
—Bien —respondió avergonzado—, hemos estado juntos todo el tiempo, Yue no me ha hecho de lado en ningún momento.
—Espero sea cierto, no quiero un corazón roto de nuevo.
—No pasará —le dedicó una sonrisa tranquilizadora. Segundos después se acomodó sobre la silla e inclinó hacia adelante—, vengo a preguntarte algo.
—Ya decía yo que no venías por gusto. —Masculló resignado.
—Vendré más, tuve problemas, intentaron dispararle a Yue el día de la independencia y descubrí la verdad.
Tianlang Jun había visto las noticias, asintió lento sin decir más, seguía molesto con su medio hermano ya que este no le había creído nada en relación a Xiao Jiu y ahora venía como un perro arrepentido en busca de mimos. Era una comparación grotesca pero era lo que sentía ahora al verlo frente a él.
—¿Y qué? Según lo que vi Qingyuan resultó ileso, el afectado fue Jiu, ¿no? —Cuestionó despectivo.
—Sí, sobre eso quería hablar —bajó tanto la voz que Tianlang tuvo que inclinarse para escuchar—, Xiao Jiu me confesó todo.
—¿Qué? —El hombre se irguió totalmente asombrado, observó a su hermano con la duda impresa en su rostro.
—Lo que oyes, me confesó que él había robado expedientes y había asesinado al director Woo sin embargo cuando se lo conté a Yue no me creyó y entonces recordé que me comentaste sobre él, no es la persona que creí que era.
—Dos meses y medio después lo notas —bufó y se cruzó de brazos— ¿y luego?
—Su novio era quien le quería disparar a Yue.
Aquello captó la atención del mayor, entrecerró los ojos y esperó a que su hermano continuara hablando, había algo extraño en sus palabras, no es que no le creyese al joven pero le resultaba imposible que Jiu o Yuan como se llamase, hubiese revelado algo que era una confesión mortal.
Había una trampa en sus palabras, Shen Yuan no iba por ahí revelando información para después mostrarse sonriente, a él acudió de nuevo el miedo a ser atacado por el pelinegro peligroso, suficiente tuvo con un veneno a sus pulmones para no dudar de su capacidad como asesino.
—No me crees ¿verdad? —ver la negativa silenciosa en Tianlang solo le frustró— ¿por qué?
—Porque él no revela nada sin algo a cambio, él es peligroso y te lo dije, él es mortal, no se detendrá a pensar en sus acciones así sean crueles, él lo hará. —Confesó posando una mano donde hacía meses había estado un dardo venenoso.
Shang Qinghua ladeó el rostro, recordó el cuerpo durmiente de quien era el presunto culpable del atentado el día del festejo, según lo que había dicho el capitán, el sub-teniente había recibido un impacto de bala que le había volado dos dedos, los necesarios para no poder hacer uso de sus misiones en un futuro.
Frunció el ceño al recordar la autopsia practicada al director Woo, no mostraba signos de tortura, no había evidencia de que su cuerpo fuese sometido a un tipo de violencia física, solo existía ese gran agujero en su cráneo destrozado, solo existía la evidencia de una pistola y un casquillo perteneciente al arma, solamente había huellas dactilares del ex gobernador.
Él había confesado que había asesinado a la criada, misma que él recibió y analizó, surgió el mismo patrón, no había violencia física salvo la marca de la cuerda, sin embargo tal marca era correspondiente a un suicidio ya que no hubo indicio alguno de que la mujer fuese sometida por una fuerza ajena, no había huellas y la caligrafía en aquella nota había sido comparada con otros escritos de la mujer coincidiendo en todo, cerrando el caso notificándolo como suicidio.
Alzó la mirada y vio la mano de su hermano sobre el pecho, las falanges temblaban ligeramente causando curiosidad en el menor, su cabeza era un lío de pensamientos que no tenía ni principio ni fin.
—Estoy seguro de que él es quien le disparó al sub-sargento que suponía fue el atacante de Yue, pensándolo bien él no es un simple asesino.
—No, no lo es, Xiao Jiu está enfermo. ¡Es un psicópata! —Gruñó bajo.
—¿Tú sabes algo de los atentados contra Yue antes de las elecciones?
—En absoluto, apenas y nos comunicábamos.
—¡Él merece la cárcel por todo lo que hizo!
Tianlang Jun se permitió reír con fuerza al ver a su hermano con ese instinto de justicia, ahora sabía la razón del porqué congeniaba tan bien con Yue Qingyuan, ambos eran tal para cual en diversos aspectos.
—¿Qué es gracioso? —Preguntó molesto.
—Oh mi dulce Qinghua —chasqueó la lengua apenas burlón—, ¿a quién meterás a la cárcel si no tienes pruebas?
—¡Pero los oí, él y su novio me confesaron todo!
—Shang, para que una persona vaya a la cárcel necesitas pruebas ¿cómo por qué crees que estoy aquí? —Arqueó una ceja.
—Pero tú...
—Jiu es astuto, demasiado inteligente si te soy sincero, él logró sacar la información de mi laboratorio ágilmente, no hay pruebas de su existencia en las cámaras de seguridad, él jamás entró ahí y sin embargo obtuvo lo que deseó para hundirme aquí —se cruzó de brazos y los apoyó sobre la mesa— ¿qué te hace creer que podrás hacer uso de tu tan amada justicia para encarcelarlo?
—Pero yo...
—Tú me dijiste que durmieron juntos en un falso acto de protección hacia ti y Yue, la descripción de la casa que me diste no encajó con el lugar donde él vive, ¿acaso no crees que él siempre mintió y los llevaba a lugares para que solo ustedes conocieran?
Shang Qinghua dudó, recordó haber ido en busca de Xiao Jiu a ese lujoso fraccionamiento para encontrarse con Binghe quien le dijo que ahí vivía un señor y no el secretario, a solo que...
—¡Oh mierda, me vieron la cara de idiota ese par! —Masculló al tiempo en que se daba un golpe en la frente a puño cerrado con suavidad— Fui a verlo al lugar donde me dijiste pero no abrió nadie, en su lugar salió en su defensa su novio a decir que quien habitaba ahí era un señor de nombre Luo Huaying.
—¿Un señor? —Arqueó una ceja, dubitativo— Yo logré acceder a su casa con ese nombre, sin embargo es probable que ninguno de los que conocemos sea el real ya que desde el inicio laboró conmigo como Shen Yuan.
Shang Qinghua gimió frustrado, se peinó los cabellos deslizando su cabeza hacia el frente para dejarla descansar contra la mesa de aluminio.
—Es como perseguir al hombre invisible, él desapareció el día en que me confesó todo.
—¿Eso hizo?
—Sí, aparentemente su novio se marchó ese mismo día a Suiza de vacaciones, ahí pudieron haberse ido juntos, le dije a Yue que podía rastrear a Xiao Jiu con la ayuda de la aerolínea pero se negó a hacerlo ya que no me cree en absoluto.
—Lamento decir que nada podrás hacer, aún si lo encuentras no tienes pruebas que definan que él causó todo eso, nadie te creerá si dices que él te lo confesó ya que podrían tacharte de loco.
—Pero es que —suspiró agobiado—, él cometió todos esos crímenes.
—Lo sé, no te estoy diciendo nada ya que por algo estoy aquí pero como te menciono, no tienes pruebas, así digas que él confesó, así asegures que su novio es el que disparó ese día, hagas lo que hagas no es sustentable tu prueba verbal contra los hechos.
—¡Oh mierda! —Se talló los ojos ya que sentía que lloraría de coraje.
—Lo siento Qinghua, no te puedo ayudar en nada, no hay evidencia alguna contra él, yo estoy encarcelado. Todas sus víctimas fueron eliminadas del camino como si fuesen estorbos y no hay nada que puedas hacer para encontrarlo.
—¡Me lleva la mierda! —Gruñó tenso— Todo sobre él me enferma, Yue parece embelesado por él, habla maravillas de su persona como si fuese su salvador, no permite que lo insulte y eso me enoja más porque parece que está enamorado de ese traidor.
Tianlang Jun soltó una carcajada que Shang tomó como insulto, arrugó el ceño y tensó los puños.
—El encanto de Shen Yuan es muy efectivo pero dudo que el sentimiento o gusto sea mutuo, él es una víbora que no dudará en inyectar su veneno si algo no le gusta y creo que tú amado Yue entra en las cosas que le desagradan.
—¿Lo hizo contigo?
Tianlang Jun se echó hacia atrás, se encogió de hombros y sonrió.
—Admito que me gustó al principio, se mostraba un tanto sumiso a mis órdenes pero no tardó mucho en mostrar su verdadero carácter, me amenazaba cuando me involucraba en su trabajo y me causó el trauma psicológico lo suficientemente potente como para temerle, no te confíes Shang, él es demasiado peligroso para alguien como tú.
—No le tengo miedo.
—¿Realmente lo conociste? ¿Lo has visto enojado o con un arma apuntarte mientras sonríe?
La sola imagen de un Xiao Jiu burlón causó un estremecimiento en su columna, jamás lo había visto de esa forma, para él Jiu era alguien servicial y leal a Yue, estrictamente profesional y no exponía sus emociones, hasta que ocurrió lo de su ruptura con Binghe.
Si Xiao Jiu había expuesto su lado humano entonces ¿era realmente leal a Yue Qingyuan?
Recordar su llanto y sus sollozos lo hicieron dudar porque pese a esa imagen de frivolidad Xiao Jiu se vino abajo por completo, trayendo como consecuencia un deterioro en su salud.
—Debió haberse muerto —gruñó entrelazando y estrujando sus dedos—, fingió muy bien ser el leal secretario, le salió perfecta la mentira de que había salvado a Yue de un disparo y por eso la bala solo le rozó, ya todo estaba planeado.
Tianlang Jun tan solo observó a su medio hermano, rodó los ojos con fastidio y permitió que el menor se desahogara, todas sus palabras serían en vano, si Xiao Jiu había desaparecido sin dejar rastro alguno, era posible que jamás lo volviesen a ver.
Había creado una falsa lealtad para con Yue Qingyuan que este difícilmente cambiaría su concepto sobre él, el hombre era demasiado estúpido como para darse cuenta de la realidad por lo que sintió pena por su hermano quien quedaría como el mentiroso y celoso.
—Si ya acabaste de desahogarte me retiraré. —Se levantó de la silla para ver al menor.
—Pero aún no acaba la hora de visita.
—No pero esperaba ver a mi hermano y así tener una conversación normal, no sobre un desconocido, te has obsesionado con él y no llegarás a nada, agradece que desapareció de tu vista sin hacerte daño ni a Yue y contrario a ello te quitó el peso de Woo Huameng y a Qingyuan el de Lao Gongzhu.
—Pero...
—No vuelvas más si seguirás hablando de él, suficiente daño me hizo como para que tú sigas insistiendo. —Se giró y avanzó hacia el guardia de seguridad para indicarle que lo llevara a su celda.
—Pero... él...
Las palabras murieron en su boca, Tianlang Jun lo había abandonado sin haberle ayudado en nada, su propio hermano no creía en él y eso le dolió lo suficiente como para hacerlo llorar por lo que se marchó del lugar prometiendo no volver en un buen tiempo.
Subió a la camioneta, se enjugó las lágrimas y pensó en otra salida como ayuda para desenmascarar a Xiao Jiu, entre sus recuerdos de aquel día en el hospital llegó el nombre de Mobei Jun, la persona que ahora había sido señalada culpable tanto por Xiao Jiu como por Yue Qingyuan.
—Llévame al hospital militar. —Pidió al chofer.
El camino fue silencioso; Shang Qinghua se mordía nervioso los labios mientras el auto se abría camino, no tenía idea de cómo interactuar con un sub-sargento herido, no sabía si era bueno o malo pero las ganas de acercarse a él para charlar sobre Xiao Jiu eran más grandes que su temor a ser recibido por una mirada imponente.
Al llegar al hospital, bajó de la camioneta y se adentró al lugar siendo recibido por la recepcionista del lugar quien apenas le vio, esbozó una sonrisa profesional.
—Hola buen día —aclaró su garganta—, vengo a visitar a Mobei Jun.
—¿Mobei Jun? —Arqueó una ceja con discreción.
—Sí, él.
Dado que aún no había una orden de detención, el hombre podía recibir visitas libremente hasta que su abogado volviera con las pruebas a su favor por lo que no hubo problema alguno en encontrarse con él.
Lo primero que notó Shang Qinghua cuando entró a la habitación, fue ver el rostro triste del hombre que yacía sentado en la cama; su mirada se concentró en su mano por lo que fue ajeno a la estadía del menor quien a pasos lentos se acercó a él.
—Hola. —Musitó.
Mobei Jun alzó el rostro, su mirada se cargó de asombro unos instantes antes de retomar la postura de cruel tristeza al volver la mirada a su mano vendada.
—¿Sabes quién soy?
—Shang Qinghua —respondió en voz baja—, el prometido del gobernador.
—Sí...
—¿Vienes a burlarte de mí? ¿Me vas a golpear por haberle querido disparar a tu amado prometido? ¿Eso harás? —Preguntó frunciendo ligeramente el ceño.
—No realmente —desvió la mirada hacia su mano, las preguntas apenas calaron en su mente— ¿en verdad querías dispararle a Yue? ¿O eres inocente?
Mobei Jun le contempló, ladeó una sonrisa burlesca que terminó en una risa muy baja. Shang Qinghua esperó paciente a que el hombre se calmara para seguir preguntando.
—Sí, en verdad quería dispararle a Yue Qingyuan —sus miradas se conectaron unos instantes. Mobei Jun habló venenoso—, tú también ibas a morir, te iba a disparar entre ceja y ceja para quitarte del camino.
Shang Qinghua boqueó apenas con asombro, la revelación fue tan impactante que dio un paso hacia atrás antes de estabilizar su peso sobre uno de sus pies.
—¿D-De verdad querías matarme?
—¿Por qué no? Me contrataron para hacerlo —rodó los ojos evitando mirar al menor—, pero Xiao Jiu se interpuso y bloqueó todo.
La mano musculosa tembló de coraje, sus dedos restantes se cerraron contra su palma, era inevitable no llorar de ira, las lágrimas eran lo suficientemente provocadoras de sentimientos como para causar que Shang Qinghua sintiese empatía, aun cuando escuchó la verdad.
—¿Él te hizo eso?
—Sí —admitió entre dientes—, vagamente recuerdo que incluso jugó con mis dedos al alzarlos ante mis ojos, su sonrisa burlesca y su mirada de hielo solo causaron que me diera un shock.
Shang Qinghua intentó imaginar la postura de Xiao Jiu, sin embargo no lo logró debido a que tenía tan metida la idea del ex secretario llorando por amor que simplemente no concibió la forma de alguien cruel.
El menor entrecerró los ojos al ver mejor el rostro pálido, se le hacía vagamente familiar por lo que escarbó en sus recuerdos pasados para intentar reconocerlo, hasta que lo hizo.
—Tú entraste al hospital el día en que le dispararon a Xiao Jiu, Binghe te sacó de ahí.
—¡Ese imbécil! —Escupió molesto— Le di mi amistad y me pagó de esta forma solo porque el imbécil se enamoró de una persona sin escrúpulos.
—¿Conociste a Xiao Jiu? ¿Sabes quién le disparó?
Mobei Jun volvió a sonreír con burla, soltó un chasquido y asintió.
—Mi objetivo era dispararle al gobernador pero a último momento Jiu se entrometió, sabía dónde estaba oculto por lo que logró salvar a tu prometido, de haber sabido el daño que me haría entonces lo hubiera asesinado.
—¿Cómo sabía él que ibas a disparar?
—No tengo idea, no recuerdo lo que sucedió antes de ese día, solíamos vernos cada noche en el malecón para cenar sin embargo no tengo idea de cómo supo lo que iba a hacer.
Shang Qinghua asintió lento, no había duda resuelta lo que solo le hacía sentir más confuso en el mar sin fondo que resultaba ser Xiao Jiu. Por cada pregunta hecha salían tres más y eso solo le causó pánico por no saber cómo culpar al rubio.
—Entonces es cierto lo que le dijo Jiu a Yue, tú eras el francotirador.
—Lo soy —exclamó vencido mientras dejaba descansar la cabeza sobre la almohada. En ningún momento intentó defenderse—, así que si vienes aquí a intentar interrogarme, lo diré de una vez —inspiró hondo fijando la mirada en el menor—, yo robé su agenda, yo intenté dispararle al gobernador en más de una ocasión, yo le disparé a Xiao Jiu. ¡Yo pagué el precio de esta misión con un disparo! ¡Yo! —Lo último lo gritó causando que Shang le observara con miedo.
—Tranquilo. —Intentó serenarlo en vano.
—Nadie podrá contra él, es mejor que lo tengas como aliado a enemigo, no sabes de lo que es capaz. —Comenzó a divagar mientras lloraba de nuevo con amargura— ¡Él me robó mi puesto, él me arrebató mis sueños, él! —Gritó de nueva cuenta causando que Qinghua se apegara a la puerta.
El menor salió de la habitación alejándose de los gritos masculinos, solicitó ayuda a una enfermera para que calmaran al paciente y hecho eso huyó del lugar horrorizado por ver como un hombre se transformaba en un ser totalmente inestable.
—¿Qué hiciste Xiao Jiu? —Se cubrió la boca con una mano mientras avanzaba hacia la camioneta.
Al estar dentro del auto se abrochó el cinturón y respiró profundo, ver a Mobei Jun en tan mal estado le había asustado lo suficiente como para hacerlo dudar sobre la búsqueda de respuestas, a Tianlang Jun parecía ocurrirle lo mismo ya que la sola mención de los castigos que había aplicado un descorazonado ex secretario bastaba para dejarles secuelas traumantes.
Cerró los ojos con fuerza al imaginarse los dedos danzantes frente a un asustado Mobei Jun, podía imaginar la escena más no al verdugo, ahora quedaba la duda sobre el culpable.
¿Mobei realmente había sido el francotirador o Xiao Jiu lo había obligado a mentir?
El soldado había admitido sin titubeos ser el autor de los anteriores sucesos, mismos que le habían generado junto con Yue Qingyuan la peor de las presiones vividas pero estaba la contradicción que había escuchado en boca de Xiao Jiu donde acusaba abiertamente a Luo Binghe de ser el verdadero francotirador.
Claramente había encubierto a su pareja ya que el capitán Mu tenía altas expectativas de Luo Binghe como el mejor sargento ocasionando que la duda en el hombre fuese nula, Xiao Jiu había creado una coartada bien elaborada, no se había detenido a pensar en la gente dañada, no cuando cometió el acto de dispararle a Mobei Jun para anclarlo al departamento sin derecho a huir.
—Lo que el amor hace en la gente incorrecta. —Expresó sintiendo el coraje bullir en su interior.
Haber visitado al soldado no había ayudado en nada, el hombre confesó lo que le habían hecho y también lo que hizo ganándose así un pase seguro a la cárcel, era desconocedor sobre más información pues la importante ya había sido revelada de una forma muy cruel.
Resignado y sin ninguna otra salida, volvió a casa donde lo único que hizo al llegar fue encerrarse en su habitación totalmente desganado por no haber podido encontrar aliados que le respaldaran en lo que él había escuchado.
A él acudieron las palabras de Tianlang; Xiao Jiu no daba algo sin obtener a cambio otro favor, ahora comprendía lo que su hermano había dicho, de nada servía haber oído la confesión del ex secretario si no tenía apoyo que le respaldara, no había pruebas y todos parecían estar sumergidos en sus propios problemas como para intentar acusar a Xiao Jiu de sus actos.
Xiao Jiu había hablado a cambio de ganar tiempo y confianza en Yue y el capitán Mu, desconocía lo que había hecho en realidad pero ese había sido el pago por revelar la información de sus actos.
—Jaque al oponente. —Gruñó cerrando los ojos cansinamente.
El día anterior había deseado encontrarlo para confrontarlo y exigirle hablar, ahora no sabía que rumbo tomar salvo el de resignarse a ser un perdedor, la partida había acabado, las piezas contrarias habían ganado y una reina se mostraba altiva y vencedora en una partida que no sabía existía.
Hasta ahora.
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En su momento; este capítulo fue mi favorito en escribirse, ah... ;u;
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