La resurrección del caído
La oscuridad comenzó a desvanecerse para dar paso a la tenue luz, lentamente fue volviendo el espacio esclarecido, el lugar era grande, lo suficiente como para servir de bodega para almacenar desde cajas de carga hasta autos que indicaba el poder económico del dueño.
Pasos apresurados hicieron eco, la vista se esclareció hasta que un Shen Jiu golpeado y sangrante pudo divisar frente a él a varios hombres riéndose y burlándose de su nuevo aspecto físico.
—Pronto morirá. —Decía uno.
—El castigo apenas y fue suave ¿por qué no le cortaron la lengua por hablador? —Decía otro.
Shen Jiu intentó moverse más no fue posible debido a que sus fuerzas eran nulas y estaba siendo abrazado con tal brutalidad que lo inmovilizaba por completo. Tiró la cabeza hacia atrás y sollozó alto.
—Ya no por favor. —Suplicó.
—¿Acaso piensas irte bien librado de aquí? ¡No será así! —Decía su captor contra su oído, el aliento a cerveza inundó sus fosas y le causaron nauseas.
—Por favor. —Rogó ser liberado— He aceptado su castigo, ya no más.
Las carcajadas lejanas fueron una bofetada para él, el círculo de maleantes se fue dispersando dejando expuesto a un hombre que yacía de pie con los ojos vendados.
Lo peor para Shen Jiu fue el reconocer a ese hombre que presentaba signos de tortura ya que su rostro estaba totalmente golpeado y lleno de sangre, los temblores en su cuerpo eran visibles debido al miedo, sin embargo lo que aterró fue ver que Luo Binghe sostenía entre sus brazos un bultito blanquecino gracias a la manta, el sonido del llanto infantil alertó a Shen Jiu quien se removió con fuerza.
—¡No por favor, no a ellos! —Gritó moviéndose tanto como pudo.
—¿Acaso no es una agradable vista? La víctima se convertirá en asesino y eso te perseguirá toda tu vida porque personas como tú no merecen ser felices. —La voz que anteriormente sonaba ruda ahora era seductora, el aliento alcohólico y nauseabundo se apreciaba ahora con tintes de frutos silvestres.
Shen Jiu negó e intentó moverse hasta conseguir libertad en su cuerpo, sin embargo cuando intentó avanzar unos dedos delgados apresaron su brazo con tal fuerza que le hicieron soltar un quejido.
—Si te vuelves blando entonces no servirás para la vida, te daré la oportunidad de vivir al dispararles.
Frente a Shen Jiu se apreciaba una pistola, los dedos blanquecinos la sostenían con firmeza, lentamente fue bajando hasta ser sujetada por su propia mano sintiendo así el terrible peso del metal.
—La vida es cruel e injusta, la vida es terrible, enamorarse es de débiles y tener una familia también, si fuiste capaz de asesinar a tus padres entonces podrás con ellos.
Shen Jiu tembló, apretó la culata del arma y negó tan rápido como pudo, no acataría las órdenes, no ahora que sabía defenderse y fue por eso que se giró hacia su lateral y apuntó el arma directo hacia su agresor topándose directamente con una versión oscurecida de él mismo.
Aquel Shen Jiu sonreía con cinismo y su mirada era de total altanería, chasqueó los dedos e hizo una señal de despedida, el movimiento fue rápido ya que alzó el brazo hacia su costado y disparó.
Shen Jiu miró con horror como Luo Binghe caía al suelo, otro disparo sonó y esta vez el pequeño bulto comenzó a teñirse de sangre. Su labio tembló anunciando un doloroso llanto.
—Si yo pude ser capaz de dispararle a quienes amaba ¿por qué tu no? —Y carcajeó.
Shen Jiu dejó caer el arma, se sujetó la cabeza con ambas manos y profirió un doloroso grito de agonía, a pasos temblorosos se acercó a su familia y cuando sus dedos desnudos tocaron el suelo de sangre, volvió a gritar hasta dejarse caer intentando sostener a su hijo y al hombre que amaba.
Sus gritos traspasaron el sueño ya que al abrir los ojos vio todo borroso sin embargo se aferró con fuerza a la primera silueta frente a él. Enterró los dedos y tiró de la tela rugosa mientras gritaba.
—Respira, fue un sueño. Respira. —Una conocida voz ruda le hicieron soltar un sollozo.
—¡Los voy a matar, voy a matar a mi bebé y a Binghe, lo haré! —Gritó con cruel dolor.
—Respira Shen, estoy aquí para ayudarte. —La voz profesional alertaron al nombrado ya que sabía quién era— No puedo darte un sedante, necesito que respires lento.
—Los voy a matar. —Disminuyó su tono hasta que se volvió un triste sollozo.
—No lo harás, tranquilo, pronto te irás de aquí y serás feliz con tu familia. —El tono se volvió más tranquilo y amable.
—Tengo miedo. —Su labio tembló.
Parpadeó hasta sentir una caricia en su cabello, su vista se fue esclareciendo muy lento y conforme las lágrimas bajaban, sus manos aún se aferraban con fuerza a lo que apreció como una bata médica.
—Es normal tener miedo, ¿te gustaría contarme sobre lo que soñaste? —El terapeuta posó las manos sobre las temblorosas para intentar soltarse del agarre.
—¿Dónde está Binghe?
—Afuera, le he dicho que esta sesión de evaluación debe ser privada.
Shen Jiu respiró hondo sintiendo su cuerpo temblar, difícilmente logró liberar la bata del médico ya que la fuerza lo obligaba a aferrarse a algo real. Pronto observó al profesional y se sintió internamente agradecido de que su amigo fuese a su llamado.
—Qingge —sonrió un segundo antes de volver a llorar—, tengo miedo.
El nombrado juntó las manos ajenas y le dio unas palmaditas muy suaves e indoloras a modo de consuelo, observó el rostro demacrado y negó.
—Solicitaré una ecografía en calidad de urgente Jiu —habló estricto viendo como el paciente negaba— ¿por qué no?
—Él no lo sabe —intentó calmarse sin embargo no sentía mejoría, solo miedo, la sensación era peor al pasado, no sabía a qué temía exactamente—, no me cuidé y temo que...
—¿Haya daños en el producto? ¿Malformaciones?
Shen Jiu asintió derramando más lágrimas.
—De acuerdo él no lo sabrá ahora pero si necesito que te hagan una eco para ver qué sucede dentro tuyo, en base a ello te puedo dar un tratamiento y terapias para que vayas sacando eso que te causa pánico.
El espía solo observó a su terapeuta de cabecera, sus manos se aferraron a la manta del hospital intentando no perderse en una pesadilla de nuevo, quería aferrarse a la realidad, quería sentir paz y tranquilidad.
—¿De verdad no me puedes dar un tranquilizante?
—No hasta que vea el desarrollo del producto. —Hizo unas cuantas anotaciones y se alejó de él para ir hacia la puerta donde le esperaba el médico que le atendía.
Logró observar a Binghe quien se paseaba de lado a lado y se detuvo cuando vio a los doctores hablar, se acercó e intentó escuchar pero Liu Qingge le dijo algo que causó que el francotirador se alejara y dejara caer en una silla de plástico.
Shen Jiu intentó reír al ver a su alto lucir preocupado ya que no podía entrar, sin embargo la culpa lo llenó de golpe al darse cuenta de que su sueño contenía mucha verdad.
Entre sus ataques de ira, su facilidad para manejar las armas y sus falsas identidades, se había dado cuenta de que podía hacerle daño sin pensarlo, se cegaba por completo al grado de no medir sus acciones y eso le llevó al temor de hacerle daño a su hijo no nacido.
Ladeó el cuerpo hasta hacerse ovillo, tenía miedo de tocar su abdomen, temía encariñarse rápido con la idea de tener un hijo para que la ecografía revelara un producto malformado así que llevó sus manos a su rostro e intentó respirar para calmarse y alejar un poco el ataque de pánico.
—Vendrán aquí en unos momentos —anunció Liu Qingge cerrando la puerta.
Key asintió lentamente sin deshacer la postura.
—Háblame de él —pidió acercándose al espía—, ¿cómo lo conociste?
—Yo... creo que fue en el súper —musitó confuso— ¿o fue cuando nos golpeamos?
—¿Se golpearon?
—No lo sé —cerró los ojos sintiéndose mareado de golpe—, su sonrisa en el súper me cautivo pero ver la seriedad en él cuando lo enfrenté me asustó demasiado y entonces solo sé que peleaba contra él y luego le disparé y entonces —respiró rápido anunciando una nueva crisis nerviosa— yo le disparé.
—Respira Shen, respira. —Pidió amable acercando una mano para masajearle el pecho evitando así una contractura.
—Si fui capaz de dispararle... yo soy un asesino.
—No lo eres, estabas trabajando —ver el asentimiento ajeno le hizo continuar—, ¿cómo te llamas para él?
—Qingqiu. Wu Qingqiu.
—Luces como un Qingqiu —dijo animándolo—, vamos A'Qiu debes ser fuerte, por ti.
—No sé qué me pasa. —Confesó asustado.
—Se llama colapso emocional, mientras dormías hablé con Binghe y me comentó el pequeño antecedente que hubo antes de su llegada aquí.
—Quiero ir a casa. —Murmuró lloroso.
—Estás en casa.
—Casa es mi lugar donde conocí a Binghe, ahí está mi casa.
—Entonces debes mejorar para ir a casa, te ayudaré a que te marches sin problema. —Confesó esbozando una sonrisa.
—¿En serio?
—Mereces ser feliz.
Poco después llegó el médico de cabecera junto con una mujer y una máquina de tamaño mediano que ocupaba poco menos de medio metro de ancho. Tras cerrar la puerta y acomodar el ecógrafo la doctora procedió a su labor.
—Tengo miedo. —Shen Jiu intentó no temblar cuando le alzaron la bata y cubrieron sus piernas.
—Respira Shen, respira. —Indicó Liu Qingge dando un suave apretón a su hombro.
La doctora colocó gel y posteriormente deslizó el transductor por la piel excesivamente blanca, signo notorio de la anemia, los cuatro observaron la pantalla que mostraba manchas negras y grisáceas hasta que logró detectar al feto.
Todo se mantuvo en silencio, la doctora hizo capturas y también algunas anotaciones causando que el enfermo se sintiera tenso por la tortuosa espera.
—Mide aproximadamente cuatro centímetros por lo que puedo decir que tiene entre diez y once semanas —habló sonriéndole al espía—, pronto se hará notorio. ¡Felicidades por tu bebé!
—¿En verdad está vivo? —Preguntó temeroso.
—¡Claro que sí! —Deslizó el transductor hasta pegarlo en el inicio de su bajo vientre— ¡Mira aquí está estirando sus piernas! Tu bebé ya tiene forma por lo que ahora empezará a crecer vertiginosamente, todo está en orden.
Shen Jiu solo pudo asentir antes de llorar, un toque de alegría inundó su oscuro pensar ya que ahora sabía que su hijo estaba vivo, por un momento se olvidó de sus problemas solo para dejarse llevar por la felicidad de empezar a formar la familia que siempre deseó junto al hombre que amaba.
—¿Ves? Tu bebé está vivo y ahora con esto me queda decir que debes tomar terapia para poder sentirte pleno. —Anunció Qingge.
—Eso no me quita el miedo.
—Shen Jiu —retomó su nombre real, dio un corto suspiro y jaló la silla para sentarse frente a él—, sé que tener miedo puede salirse de control, así como tener ataques de ansiedad y pánico pero iremos alejando ello si hablamos y me cuentes lo que te atormenta, ahora no solo es por tu salud mental, también lo es por la física, el doctor me informó de ello y estoy de acuerdo en que puedes desarrollar preeclampsia, el bebé puede nacer prematuro y puedes poner en riesgo tu vida al tener elevada la presión.
—No me es fácil. —Suspiró resignado.
—¿Desde cuándo comenzaste a tener las pesadillas o los ataques?
—Los ataques empezaron cuando me separé de Binghe por un problema que tuvimos, las pesadillas llegaron cuando aterrizamos aquí.
—Comprendo dado tu distanciamiento con tu pareja supongo que tenías sueños con él ¿cierto?
—Mayormente sí pero eso no es el problema ahora —se talló la cara con una mano—, tengo miedo de mí, de lo que he hecho en el pasado, tengo las manos llenas de sangre y serán estas mismas las que sostengan en un futuro a un ser inocente.
—¿Temes hacerle daño? —Vio al enfermo asentir con tristeza— ¿Cómo has manejado tus ataques de ira?
—Mal, le disparé a Binghe en la pierna cuando discutimos, me marché del lugar y me llené de culpa porque fui capaz de herir a quien amaba.
—¿Qué tan fuerte fue la discusión?
—Muy fuerte, me culpó por la muerte de mis padres.
—Considero que fue un gran detonante para desatar tu ira pero no creo que tengas otro ataque de esa índole —hojeó su libreta hasta encontrar las anotaciones pasadas—, de acuerdo a nuestra última sesión por ese problema, tu último ataque fue hace dos años.
—¿Qué pasará si me vuelve a herir? ¿Y si esta vez le hago un daño mortal?
—Hablaré con él pero primero estás tú, controlaremos tus crisis derivadas del guardar tus emociones, conforme lo vayas haciendo te irás sintiendo mejor ya que estuviste aislado más de medio año.
—¿Lograré sentirme mejor? ¿Podré ser feliz?
—Por supuesto que si —animó sin dejar de lado su lado profesional—, ¿qué trabajo desempeñaste en Cang Qiong?
—Era contra espía, al final mandé a la cárcel a dos personas, una de ellas era el jefe de Binghe.
—Ya veo por donde va el camino. —Soltó arqueando las cejas.
—Le disparé en los dedos a su mejor amigo y lo culpé por lo que hice para salvar a Binghe.
—¿Salvarlo de qué? ¿Qué es él?
—Un francotirador, descubrí que podía ser culpado ya que había utilizado los mismos calibres para matar a dos personas, encubrí su crimen al culpar al mejor amigo. —Mordió su labio nerviosamente.
—¿Él lo sabe?
—Solo le dije que le hice daño pero no que le volé los dedos y tengo miedo de su reacción porque sé que se va a enojar y entonces yo puedo perder el control —resopló comenzando a temblar— y entonces le haré daño y la culpa me perseguirá toda la vida.
—No sucederá, arreglaremos esto. —Hizo más anotaciones.
—Tan solo quiero irme de aquí.
—No hasta que tu suero se acabe.
Shen Jiu observó la bolsa transparente totalmente llena, el goteo era lento por lo que concluyó que demoraría más de lo planeado.
—¿Podemos seguir las sesiones en mi casa? —Preguntó temeroso— Necesito que Binghe se tranquilice, que sienta un poco de paz mientras arreglamos mi salida de la CBP.
—Está bien, si eso te relaja podremos continuar ahí por ahora solo te pido que hables de tu estado con tu pareja, se pondrá feliz y a su vez eso te ayudará a tranquilizarte un poco, es un buen distractor positivo ahora.
—De acuerdo.
—Cuando estés en casa llevaré hamburguesas para celebrar y tus bocadillos favoritos. —Se levantó y guardó sus cosas.
—Gracias Qingge, eres el mejor. —Le dedicó una suave sonrisa.
—Somos mejores amigos, mereces una digna despedida para que seas feliz, con lo que me has dicho dedujo que no te quedarás aquí ¿cierto?
—Muy cierto.
—Entonces sé feliz. —Sonrió tomando su maletín para irse de la habitación.
Hubo solo un momento de silencio ya que Binghe entró casi de inmediato con una expresión de preocupación bañando su rostro, al ver a Shen Jiu apenas y se relajó pero no fue hasta que tomó su mano que pudo sentirse mejor.
—¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¡Te oí gritar! —Besó su mano varias veces— Cada grito que dabas se sentía como un disparo en mi interior.
Shen Jiu contempló los ojos llorosos del ajeno, parpadeó y asintió.
—Volveremos a casa, Binghe.
—¿Será seguro volver? No lo sé Jiu, tengo miedo de que si volvemos nos hagan daño, peor que te hagan algo a ti, no lo soportaría —bajó el rostro ocultándolo entre la cama—, verte así me está hiriendo demasiado profundo.
El enfermo quiso llorar con él pero sabía que solo caería en una crisis de nuevo y eso solo causaría preocupación en el alto por lo que inspiró hondo y tomó una de las manos de su pareja para conducirla lentamente hacia su abdomen donde la posó a la altura de su cadera.
—Estamos bien.
Luo Binghe alzó el rostro de su escondite, observó curioso a su amado quien le dedicó una temblorosa sonrisa no sabiendo manejar la noticia.
—¿Qué?
—¡Sorpresa! ¡Mis desmayos y vómitos son porque serás papá! —Mantuvo una sonrisa tensa.
—¿Qué? —Volvió a preguntar, esta vez su mirada se fijó sobre su mano.
—Aún no se nota pero aquí dentro hay un bebé.
Luo Binghe comenzó a parpadear, primero lento y después tan rápido como pudo ya que las lágrimas comenzaban a acumularse, se cubrió la boca un segundo antes de mostrar su sonrisa.
—¿Es en serio?
Shen Jiu asintió acompañándolo en su llanto. Luo Binghe se levantó y alejó la mano un segundo para sostener el rostro ajeno dándole un beso en los labios, apenas y fue fugaz ya que pronto retornó la atención al abdomen plano, se abrazó con suavidad a él y siguió llorando mientras sonreía.
—Nuestra familia Shen Jiu, después de todo lo que vivimos podemos amar a alguien por completo.
—Nuestro complemento. —Sollozó mientras asentía.
—Será un bebé que tendrá un amor completo, no habrá mitades, ni tampoco ausencias, nos tendrá a nosotros para enseñarle lo que es ser amado hasta el final. —Depositó un beso contra su abdomen.
—Quiero salir adelante, quiero dejar de tener miedo, de vivir bajo nombres diferentes, tan solo deseo estar contigo.
—Y así será Jiu, así será.
Los dos se perdieron en el futuro, uno donde ellos tres eran felices siendo ajenos al pasado, disfrutando de un presente sin ataduras y amándose libremente desvelando toda la verdad, el amor que había surgido entre un espía y un francotirador.
Y eso fue solo el comienzo de su futuro.
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