Francotirador de corazones
—¿Qué te incentivó a ser militar? —Qingqiu preguntó mientras tomaba un bocado de congee.
—La vida —Binghe sonrió tímido, cubriendo en sus pensamientos la verdad, ocultándola con la manta de la mentira y el toque de la falsa felicidad—, desde pequeño veía a los soldados como símbolo de protección y orgullo nacional.
—Debe ser difícil serlo —el pelinegro retomó los palillos para tomar las verduras al vapor, en su mente solo existía la barrera de protección con ciertas cosas. Binghe le interesaba pero había perdido puntos al mentirle, aunque él no estaba en posición de ponerse digno, sin embargo fue lo que le hizo saber que en el militar no podía confiar—, ¿tienes alguna especialización?
—Sí —el alto mantenía la sonrisa aunque sus nervios se sintieran casi expuestos, Qingqiu era hermoso pero creía que era demasiado meticuloso al momento de las preguntas para conocerse por lo que debía ser cuidadoso con lo que decía—, tengo experiencia en buceo y paracaidismo.
—¿De verdad? —Aquello en verdad interesó al de baja estatura porque contrario a Binghe él jamás había vivido esas experiencias.
—Sí, espero algún día aceptes mi invitación a bucear o al paracaidismo, tengo buenos contactos que nos asegurarán una agradable experiencia —el interés natural hizo a Binghe aprovecharse de esa oportunidad para conocerlo en una faceta que él consideraba de valientes puesto que ninguna de sus citas se atrevía a las emociones fuertes. Tal vez sería conveniente decirle a su vecino que él amaba bucear en mar abierto y en zonas donde había fosas de exploración.
—¡Me encantaría! —La sonrisa relajada en Qingqiu causó que Binghe tuviese confianza en sí mismo.
—¿Y qué me puedes decir de ti? ¿Solo trabajas en marketing?
—Sí, mi ramo son los bocetos de comerciales.
—¿Por eso estabas dibujando?
—¿Lo notaste?
—Tus dedos y el ver lejanamente las hojas marcadas con carboncillo me dieron una pista —Binghe tomó un corto trago de agua, la cena se desenvolvía tranquila, la música de fondo del televisor servía como un buen amortiguante cuando ambos no hablaban, la comida estaba perfecta y el comedor por un momento se sintió lleno solo con dos personas—, ¿te llevó mucho llegar a ese puesto?
—Un poco, cuando cumplí veintiocho logré ascender al puesto.
—¿Qué edad tienes?
Qingqiu consideró mentir, en verdad lo quiso pero ver el rostro relajado de su vecino, la curiosidad y ese toque de seriedad le hicieron relajar un poco los hombros y la postura defensiva.
—Treinta.
—Eres joven, me alegro mucho que disfrutes tu trabajo.
—Es de las pocas cosas que me siento orgulloso. —Sonrió lanzando la daga de la mentira.
—¿Y tú familia?
—Vive en la capital.
—¿Por qué irte de ahí? —Indagó el apuesto hombre por curiosidad.
—Debido a la empresa en la que trabajo, la matriz está ahí pero me dieron trabajo en una sucursal aquí por lo que me vi beneficiado al ser ascendido en esta ciudad.
—De seguro tus padres están orgullosos de ti.
—Lo están —con una sonrisa finalizó el tema familiar antes de concluir su plato de comida— ¿qué hay de los tuyos?
—Fallecieron cuando era niño. —Binghe se permitió fingir una sonrisa, aunque para Qingqiu aquella frase supo a autentico dolor, uno que lo atravesó y aunado al rostro del francotirador supo que no era mentira, la mirada baja, la sonrisa triste, el semblante distante, eran autentico dolor que el pelinegro identificó bien.
Porque al igual que Binghe, Qingqiu también había perdido a sus padres a una edad joven, más no lo revelaría, no si ello acarreaba la duda y curiosidad de los demás, sabía de sobra que prefería cambiar de tema a tocar y abrir de nuevo una herida que jamás había cerrado del todo.
—La vida es corta, somos dichosos de seguir aquí. —Cambió un poco el ambiente al soltar un suspiro.
—Tienes razón, la vida solo se vive una vez, un día estamos y al otro no sabremos.
—Así es por lo que... —iba a continuar hablando cuando su móvil sonó, por un segundo se sintió expuesto al descubrir que había llevado consigo el celular de trabajo. Con ágil movimiento alzó la mano hacia Binghe para anunciar que contestaría, segundos después deslizó el dedo y colocó el aparato en su oreja— ¿señor?
—A Jiu —Qingyuan habló del otro lado del dispositivo. Su voz era una mezcla de nervios, emoción y pánico—, ¡Oh A Jiu! ¡Lo he visto!
—¿Disculpe?
—A Shang Qinghua. Mi corazón se está saliendo de mi cuerpo —la emoción causó que el pelinegro frunciera el ceño con duda ¿tan rápido había sido el movimiento y la cooperación del nombrado?— , no puedo creer lo que pasó.
—Señor ¿acaso lo ha visto mientras usted estaba fuera?
Binghe enfocó la vista en el televisor sin embargo sus oídos captaban cada palabra del joven de tez blanquecina, notó el cambio en su timbre de voz y su actitud profesional que le hizo dudar respecto a su trabajo.
—Sí, salí a caminar al parque, fui con escolta.
—Señor ya sabe lo que pienso.
—Lo sé Xiao Jiu pero es que...
—Señor no puedo hablar ahora —cortó de inmediato al notar la postura de Binghe. No se arriesgaría a exponer su trabajo por lo que apresuró y habló—; estoy en una cita.
—¿Qué? ¡Oh Dios mío, Xiao! —Y Yue volvió a hablar emocionado— ¡Lo siento! Hablamos mañana. Cuídate.
—Gracias señor. —Y colgó.
Tras colgar guardó el aparato y suspiró relajando por completo los hombros, debía revisar bien sus bolsillos para evitar ese tipo de momentos donde marcaba Yue Qingyuan.
—¿Así que... cita? —Binghe perdió el interés en la pantalla para ver de nueva cuenta al apuesto joven de aspecto irreal; la sonrisa coqueta causó en Qingqiu un ligero sonrojo.
—Perdón fue mi jefe —el pelinegro se sentía abochornado por haber dicho aquellas palabras por lo que mintió de inmediato—, es que él tiene interés en mí y... no sabía cómo cortarlo.
— Creo que eres alguien que causa interés por lo que encuentro normal que tu jefe busque una cita contigo —Binghe observó como el ajeno negaba lentamente, la sonrisa en sus labios se volvió tímida y el ambiente de golpe se sintió intimo—, pero yo soy el suertudo que tiene una cita contigo hoy.
—No lo dices en serio. —Qingqiu murmuró porque la sensación de sentirse cohibido en el plano amoroso resultaba casi perdida para él.
—Hablo muy en serio Qingqiu.
Sin saber que decir, el nombrado estiró la mano para tomar su vaso de cristal y así poder beber ahogando la sensación cosquilleante que se formaba en su estómago.
Binghe se sintió dichoso de ver como su vecino se cohibía y prácticamente se encogía en su asiento debido a sus palabras, esa fue la señal para que el francotirador se sintiera tan confiado porque ahora sabía que el pelinegro se ruborizaba fácilmente con las palabras adecuadas en los momentos necesarios.
—¿Sabes? Creo que jamás había conocido a alguien que pudiese sonrojarse con unas cuantas palabras.
—Tal vez ahora me veas como alguien meramente infantil o inmaduro. —Qingqiu intentó tragarse el orgullo al decir aquello.
—No, te equivocas —negó otorgando una suave sonrisa—, eso solo me demuestra que eres demasiado lindo para ser real, en la actualidad pocas personas encuentran vergonzoso el sonrojarse o exponer su timidez, en ti eso lo hace algo único y creo que por eso tu jefe se encuentra atraído hacia ti.
—No sé si fue un cumplido o solo para que quedes bien conmigo. —Xiao Jiu se sonrojó aún más ante las palabras ajenas.
—Solo estoy diciendo la verdad.
El silencio reinó entre ellos dos, miradas cómplices y sonrisas tímidas era lo que se veía, ambos habían sido francotiradores de corazones y habían sido disparados con la bala de la atracción, una que incrementó gracias a esa cena.
En medio del silencio, sonó un teléfono, esta vez siendo de Luo Binghe quien algo extrañado y rompiendo la burbuja de coquetería y prácticamente de cortejo, respondió aún con una sonrisa en sus labios.
—¿Diga?
—Tenemos una nueva misión.
—¿Qué? —Se quiso golpear por haber roto la armonía.
—Ven de inmediato.
—Son las diez de la noche.
—Es una orden del gobierno, ven de inmediato. —La voz de Mobei Jun demostraba que no bromeaba.
—¿De qué se trata?
—Yue Qingyuan. —Y colgó.
Binghe gruñó, aquel acto hizo a Qingqiu sorprenderse por ver al hombre cambiar de un semblante feliz a uno realmente serio, observó como la mano delgada se paseaba por los cabellos oscuros antes de que se levantara.
—¿Sucede algo malo?
—Sí, me han dado trabajo.
—¿Ahora? —Y Qingqiu casi gimió de reproche por haber roto aquel momento tan íntimo que tuvieron.
—Lo siento, en verdad lo siento pero es algo a lo que no me puedo oponer.
—Comprendo —con ánimo por debajo del normal, se levantó del asiento y encaminó hacia la salida. Sabía que Binghe le seguía por lo que no se detuvo cuando abrió la puerta y salió de casa—, fue una agradable cena.
Binghe le siguió; Qingqiu avanzó rápido por lo que prácticamente corrió hacia él para detenerlo y logró hacerlo ya cerca de la puerta ajena, tomó la mano delgada y suave entre la suya áspera y lo detuvo para poder girarlo; la mirada de Qingqiu era transparente, cargada de timidez y asombro. Era demasiado repentino pero la conexión fue inevitable.
El alto soltó la mano para sujetar el rostro ajeno con sumo cuidado, como si su cara fuese de porcelana y él un experto transportista de obras de arte, Qingqiu era eso para él, arte a su manera; incluso se sintió un violador de su piel al tocarlo con tan ásperas y callosas manos que habían servido para aniquilar a personas, era un ser que estaba manchando la piel contraria solo para recibir la suave textura lisa de una piel exquisita y blanquecina que tenía la temperatura ideal para adecuarse a sus dígitos y palma.
Los segundos se hicieron eternos, las miradas conectaron y sin pensarlo ni dudarlo, Binghe se aproximó y besó suavemente los labios ajenos, algo que fue fugaz pero demasiado real para él.
—Prometo que a mi regreso, lo que tendremos será una cita real.
—Nosotros...
—Cuídate Qingqiu, no te sonrojes ante tu jefe que soy celoso —bromeó sin despegar las manos del rostro contrario, le dedicó una sonrisa y finalmente lo soltó para empujarlo suavemente hacia el interior de su casa—, volveré pronto, cuando acabe este trabajo.
—Sí...
Y con todo el trabajo que su cuerpo le permitió, giró sobre sus talones y se marchó hacia casa, necesitaba preparar el equipo, la ropa y todo lo necesario para tener éxito en su nueva misión, no sabía de quien se trataba ni le interesaba saberlo pero de algo estaba seguro; acabaría de inmediato con él para regresar pronto a casa y poder darle a Qingqiu una cita de ensueño.
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No es bueno releer. :'v
Nos vemos mañana uwu <3
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