El derrumbe del rascacielos

—Bien Shang Qinghua, ¿qué tanto has oído de mi grandioso monólogo? —Observó que Binghe aún cubría su boca por lo que le dedicó una severa mirada al menor— Retirará la mano para que hables si te atreves a gritar entonces no seré el blando A'Jiu que has visto en el departamento.

El joven asintió y Binghe retiró la mano con suavidad, mantuvo una posición firme a su costado a la espera de retenerlo si era necesario. El menor curvó los labios en una mueca de tristeza y observó al ex secretario que se encontraba apoyando una mano en el porta suero.

—¿Por qué Xiao Jiu?

—Responde a mi primera pregunta y responderé a la tuya, será recíproco mi querido jefe. —Esbozó una sonrisa.

—Oí todo, pensé en huir y fingir que no había escuchado nada pero cuando mencionaste que fuiste tú quien había hecho todo entonces recordé que por algo el nombre de Binghe se me hacía familiar.

Shen Jiu arqueó una ceja dedicándole una mirada inquisitiva al alto para retornarla al menor.

—Cuando pasó lo de la primera noche en el restaurante tú mencionaste su nombre —habló sintiendo la garganta seca por la presión de sentirse amenazado—, lo dijiste apenas llegamos a tu departamento.

El ex secretario esta vez tensó sus facciones para recordar aquella noche, misma donde se había atrevido a comparar los calibres y los mensajes de Binghe apenas llegando a casa, fue tan descuidado que no se dio cuenta de que había dicho el nombre de su novio en voz alta y eso había sido un fallo.

—Continua. —Expresó sintiendo la tensión en sus hombros.

—Tú robaste los expedientes ¿verdad? —Alzó la mirada, decidido a encontrar la verdad.

—A estas alturas ya no me supone problema decir lo correcto y real —suspiró apoyando la espalda contra la fría pared—, sí, yo fui.

—¡Casi me matan! —Se levantó dispuesto a atacarlo pero Binghe lo arrojó contra el retrete de un solo empujón— ¡Por tu culpa Yue y yo estuvimos en peligro! Dime Xiao Jiu ¿a causa de esos expedientes fue que contrataron a tu amado Binghe?

—No y ahora que lo dices —le dedicó una mirada gélida al alto, acto seguido sonrió invitándolo a participar—, ya que estamos tan comunicativos y sinceros ¿por qué no nos dices por qué querías matar a Yue Qingyuan?

—Es confidencial. —Rugió entre dientes.

—¡Oh cierto, cierto! —Shen Jiu dirigió la vista hacia el menor para explicarle— ¡Aquí el señor Luo y yo no tenemos nada precisamente porque descubrí que era él quien estaba tras de Yue Qingyuan, antes de ello lo creía un buen novio! ¿Acaso no es graciosa la forma en la que te enteras que tu novio y enemigo son la misma persona?

Shang Qinghua boqueó, recordó el rostro lastimado de Xiao Jiu en el último altercado donde lo vio tan tiste y desilusionado que dio credibilidad de las palabras ajenas.

—¿Él te golpeó?

—¡Claro! ¿Quién más? —Binghe comenzó a odiar la sonrisa de burla por parte del espía, parecía inmune al dolor de la ruptura y eso solo le causó un picor en el corazón— ¡Aquí el señor Luo tiene mucho que decirnos pero dado que hice mi ardua labor de investigar, responderé por él!

Luo Binghe gruñó, se acercó lo suficiente a Shen Jiu para sujetarlo por el antebrazo y sisear amenazante.

—¡Basta! ¡Cállate y has lo que tengas que hacer con el entrometido!

—A mí no me calla un hipócrita —se zafó del agarre con brusquedad para componer su postura y dedicarle una mirada reprobatoria—, Qingyuan fue el principal culpable de esto, si él no hubiese cometido la estupidez de callar lo que vio, todo esto no hubiera sucedido.

—¡Claro que no! —Intentó defender Shang Qinghua.

—¡No niegues algo que también tu apoyaste en su momento! —Señaló acusador al menor— Él tiene la culpa de todo por guardar la evidencia, era claro que Lao Gongzhu lo quería muerto y por eso contrató a Binghe, sumando ello se me ocurrió la grandiosa y estúpida idea de robar esos expedientes para ver si había coincidencias pero no, solo me encontré con que los dos candidatos muertos habían recibido el mismo calibre de la misma persona y fue ahí cuando descubrí que era Luo Binghe.

—Me metiste en problemas Xiao Jiu, tuve miedo de morir.

—E intenté enmendar mi error al deshacerme de Huameng, él también me ayudó a deducir que de cualquier forma el señor Yue iba a morir, así que decidí acabar con él para que culparan a Gongzhu y fuese a prisión de manera inmediata.

—Xiao Jiu. —Shang Qinghua abrió la boca asombrado por lo que escuchaba, jamás creería que el ex secretario fuese tan peligroso.

—No conté con la presencia de Binghe y otro imbécil, sin embargo hice mi trabajo y te mantuve a salvo junto a Yue Qingyuan.

—Tianlang me lo advirtió, que tú no eras de fiar. —Murmuró dolido.

—Tu hermano es un idiota y tú un blando, lo mandé a prisión porque no quería quitarse del camino.

—Xiao Jiu —el joven empezó a llorar amargamente— ¡Destruiste mi familia!

—No. Lo hizo Tianlang cuando salió a la luz que tenía su laboratorio clandestino —se cruzó de brazos tranquilamente y observó al menor—, me vas a delatar. —Afirmó sin apartar la mirada.

—¡Por supuesto que lo haré, tú y Binghe son los culpables de todo esto! —Sollozó.

—Está bien, lo acepto —Shang Qinghua parpadeó asombrado, Xiao Jiu bajó la mirada y se encogió de hombros—, estoy cansado y lo sabes, entre mis desmayos, dolores de cabeza y la presión de mantenerlos con vida me he ido agotando y ya no puedo más, permitiré que me delates y acuses con Yue Qingyuan pero sinceramente será un esfuerzo en vano.

—¿Por qué?

—Porque es tiempo de morir como Xiao Jiu y cumplida mi misión es hora de dar un final.

Shang Qinghua derramó un par de lágrimas más, abrió la boca y negó.

—¡No te suicides Xiao!

—¿Qué? No haré eso, no lo comprendes pero me basta con saber que hagan lo que hagan, no volverán a verme y no me atraparán.

—Xiao Jiu por favor, dime que estás bromeando y que no tienes nada que ver en esto. —Suplicó a su ahora ex asistente.

—Lo siento Shang, tu deber es odiarme.

—¡No te odio! ¡Lo odio a él! —Miró al sargento el cual le dedicó un ceño fruncido— ¡Por él has sufrido desde el inicio, él merece ir a la cárcel y pagar por lo que intentó hacerle a Yue!

Shen Jiu inhaló hondo y exhaló, tuvo que volver a apoyarse en la pared para sentir el frío mármol que le mantendría en la realidad de sus palabras.

—No puedo.

—¿Qué? ¿Por qué no? ¡Te golpeó! ¡Te orilló a esto y a causa de sus decisiones estás aquí!

—En verdad lo siento Shang pero no puedo permitir que algo así le suceda a Luo Binghe; profesionalmente lo odio, varias veces discutimos sobre esto, ninguno cedió ni bajó la guardia en sus respectivas misiones y llegamos al final en mal termino pero —se permitió pausar para armarse de valor ante lo que sentía—, él me hizo sentir humano y lo amo lo suficiente como para protegerlo con mi vida.

Luo Binghe abrió la boca al igual que Shang Qinghua, la diferencia era que el alto sonrió y el más joven negó asqueado.

—¡Estás mal Xiao Jiu!

—¿Me juzgas a mí? ¿Te has visto tú? —Shen Jiu sonrió relajado— ¡Mírate! ¡Apoyaste a Yue aún cuando descubriste que él era testigo de una injusticia, lo sigues apoyando y lo seguirás haciendo porque lo amas!

—No es lo mismo, él no es un asesino.

—Esa es la diferencia Shang; Luo Binghe y yo estamos unidos por sangre inocente, estamos condenados a cargar con el peso de vidas que no nos correspondía acabar y eso es lo que me hace no poder dejarlo.

—Pero...

—Ante las personas somos fríos y calculadores, pero también somos humanos, ambos nos hemos herido y sufrimos el mismo mal que tú en su momento pasaste, no puedes juzgar mis acciones cuando no tienes ni idea de lo que ha sucedido en nuestras vidas.

—No Xiao Jiu, estás mal, no puedes decir esto en serio.

—Tómalo como quieras, me he sincerado porque aquí concluye mi trabajo contigo y mi misión para con el señor Yue, logré salvarlo de este incidente que ya estaba planeado por Gongzhu; no puedo seguir más, estoy acabado y sinceramente ya no puedo hacerlo, mi cuerpo no toleraría un golpe más.

Shang Qinghua parpadeó silencioso, observó a Shen Jiu quien aunque lucía aparentemente relajado, se encontraba tenso y listo para huir. Bajó la mirada y suspiró.

—Entonces ¿me matarás?

—No.

—¿No tienes miedo cuando te acuse ante la policía por lo que me has confesado?

—No —se permitió sonreír—, no tienes pruebas.

Shang Qinghua gruñó derrotado, Shen Jiu tenía razón, todo lo que le había contado y lo que él había deducido quedaba solo en su persona, no había testigos ni pruebas.

—Haré el intento.

—Adelante Shang, fue un placer haber trabajado contigo. ¡Dulces sueños!

—¿Qué?

El menor no reaccionó a tiempo cuando el enfermo presionó dos de sus dedos contra el lateral derecho de su cuello a la altura de su oreja, bastaron cinco segundos para aplicar la llave del sueño dejando inconsciente a Shang Qinghua quien cayó al suelo.

—Recógelo y colócalo en la cama. —Ordenó a Binghe quien aún seguía anonadado por la confesión del espía.

—Shen Jiu. —Cargó al durmiente Shang sobre su hombro para llevarlo a la cama— ¿Qué pasará con nosotros?

—Evidentemente confesar mis pensamientos no tiene nada que ver con lo que deseo, no te confundas —habló quitándose el catéter que le suministraba el suero—, te salvé de ser descubierto, puedes ir dignamente por tu medalla, yo me marcho.

Luo Binghe observó como el joven tomaba su ropa sucia y se la colocaba, la camisa negra quedó descartada por lo que solo se abrochó su abrigo y calzó sus zapatos, el silencio reinó lo suficiente como para tensar al sargento.

—No te puedes ir.

—Claro que sí, no pienso arriesgarme a que Shang Qinghua en verdad me mande a la cárcel. —Siseó abrochando su pantalón.

—Shen Jiu no me dejes —el alto se acercó a su amado para abrazarlo por la espalda—, por favor no me dejes solo, te amo tanto que me duele estar sin ti.

—No te creo Binghe. —Intentó zafarse del agarre— ¡Suéltame!

—No te dejaré ir. —Se aferró aún más.

—No te quiero cerca, bastante daño me hiciste con tus palabras.

Binghe lo soltó para poder girarlo solo así lo encararía.

—Te herí y eso no me lo perdono aún pero no te puedo dejar ir, te has delatado, has hablado lo suficiente como para que Shang logre hacer algo, te recuerdo que Qingyuan es gobernador y puede buscar el medio para encontrar la verdad.

—Ese será mi problema.

—No lo entiendes Shen Jiu, no te puedo dejar ir, no sabes la angustia y el temor que sentí al verte en el suelo —los ojos de Binghe se fueron cristalizando lentamente—, no tienes idea de lo que sentí al ver la sangre en mi mano, renuncié a la misión desde el momento en que me dejaste.

—¿De verdad? —Musitó asombrado.

—Te estaba viendo desde la explanada, vi todo y corrí hacia ti cuando escuché el sonido del disparo, temí perderte, mi mundo se vino abajo en ese momento; tuve miedo de que la única persona que me ha amado con todo y mis defectos me dejara solo.

Shen Jiu apenas y se movió ya que sus ojos se abrieron asombrados cuando vio las lágrimas caer por los ojos chocolate, intentó hablar pero el impacto de ver así al sargento ganó y le ocasionó culpa.

—Lo siento. —Se atrevió a decir.

—No tienes porque disculparte, no lo hagas, no es correcto —Luo Binghe subió lentamente las manos hacia el rostro pálido para acariciarlo lentamente—, mis palabras me costaron tu amor y aunque sé que no lo merezco, quiero estar contigo en todo momento, no quisiera que nada te pase.

—No es fácil.

—Lo sé, pero no pienso rendirme a perderte, no cuando estás mal, Shen Jiu necesitas descansar, necesitas alejarte de todo.

—Es lo que quiero.

—Huyamos juntos, vámonos lejos de aquí pero por favor hagámoslo ahora que hay tiempo. —Suplicó entre lágrimas.

Shen Jiu se perdió en la mirada ajena, dejó de pensar en lo bueno y lo malo, ignoró sus dolencias emocionales para sentir las físicas, el dolor de estómago comenzaba a hacerse presente junto al dolor de cabeza, sabría que vendrían los mareos y seguido de ello el vómito.

Pensó en que todo aquello solo era la consecuencia de haber tolerado y guardado todo; cayó en cuenta de que había expuesto al francotirador por confesar todo y aunque no había pruebas directas que vincularan a Binghe, aún quedaba Mobei Jun como verdadero testigo que había incluso acudido a los inicios de la misión.

—Vamos a tu casa —su mirada fue de súplica dejando en desconcierto a Luo—, dame tu fusil, te voy a desaparecer.

—¿Qué?

Shen Jiu tomó la mano masculina para abandonar la habitación, llevando consigo a un confuso Binghe que solo siguió sus cautelosos pasos ya que nadie debía saber que Shang Qinghua estaba en la cama y el espía estaba escapando para desaparecerse, necesitaba llegar a la casa de Luo cuanto antes, ahora el tiempo era mínimo y las acciones debían ser rápidas.

El rascacielos cayó tal cual torre de naipes, derrumbándose con la facilidad de un soplido a consecuencia de haber revelado de golpe toda la información a un inocente Shang Qinghua, no se rendiría tan fácil, aún no acababa su trabajo, ahora tenía una nueva misión...

Mantener a Luo Binghe intacto y libre de culpa.



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