Dulce corazón amargo

Binghe se removió lentamente, al instante su olfato captó el delicioso aroma de arroz, huevo y carne; abrió los ojos pesadamente, se desorientó un poco al ver que no estaba en su cama y menos en casa.

El sonido de una puerta metálica chocar le hizo parpadear, acto seguido un auto rugió con suavidad y lentamente el sonido se fue alejando hasta perderse en el parloteo de las aves felices.

Gradualmente se incorporó del sofá, encontrándose cubierto con un edredón fino a causa del calor que hacía en el ambiente, sin embargo era lo suficientemente grueso como para no hacerle pasar temblores de la madrugada en donde la temperatura bajaba para refrescar el pasto.

Estiró los músculos de su espalda, abrió los ojos por completo y se encontró frente a él en la mesa ratona un humeante desayuno, el omelette envolvía amorosamente el arroz, las finas tiras de carne se impregnaban a la capa amarilla, a su costado se encontraban un par de verduras al vapor, tales como zanahoria en cubos medianos y tallos de brócoli; Binghe sonrió y suspiró, detalló en una taza de café, un vaso de leche fría y uno de agua simple. Todo el desayuno fue coronado por una nota larga en papel azul celeste que yacía adherido al vaso de leche, Luo lo tomó y leyó.

«Tuve sentimientos encontrados, me fascinó dormir contigo en un reducido espacio, aunque no lo recuerdes tu cuerpo me proporcionó el calor que tanto anhelaba, ¿ya te he dicho que tienes músculos de piedra? ¿No? bien, los tienes, me he dado en la nariz con tu pectoral por cambiar de posición. Toma el desayuno, tuve que salir corriendo al trabajo, te quiero y espero en la noche para una cena elegante, vamos a sentirnos como ricos en restaurante de clase. Te adoro.»

Binghe sonrió plácido, aunque no había despertado con Qingqiu entre sus brazos, saber por medio de esa nota que habían dormido juntos le hizo sentirse dichoso; no perdió tiempo en degustar lo que su amado le había preparado de desayuno, se tomó todo con calma, apenas había enviado un mensaje a Mobei Jun para informar que llegaría tarde solo para degustar del sencillo pero sabroso platillo hecho por su amado.

Tomó el café, endulzándolo un poco, observó a través de la ventana su casa, se sentía tan ajeno a su propia vivienda que se imaginó un futuro viviendo por completo con el pelinegro. Disfrutó todo el desayuno tanto como le fue posible, al acabar recogió todo, dobló la manta y lavó los trastes; La botella de vino yacía a medio tomar en un rincón de la cocina, suspiró apenas pensando en que haber dormido con él estaba en sus planes pero no de esa forma, de igual manera disfrutó tanto de pasar una noche con su novio, aunque no la recordara.

Al haber acabado su labor de limpieza se marchó a casa, no tenía curiosidad alguna por hurgar en sus cosas ya que respetaba su privacidad así que abandonó el lugar y se fue a su hogar listo para cambiarse y empezar un nuevo día.

—Lo he pensado bien esta noche y lo mejor que podemos hacer es que Shang Qinghua permanezca aquí, señor. —Shen Jiu habló frente a Yue quien asentía frenético.

—¿Y qué más?

Xiao Jiu ladeó el rostro y se cruzó de brazos, el candidato detalló en aquella postura y retrocedió un paso sabedor de lo que posiblemente se aproximaba porque si de algo estaba seguro era de que su secretario no acordaba planes solo por trabajo, tenía que haber algo a cambio.

—Señor, honestamente y es algo que me he preguntado desde que lo informó; ¿Por qué lo hizo?

—Es algo que no pienso hablarlo contigo. —Se defendió con desdén.

—Bueno —Xiao Jiu arqueó ambas cejas haciendo una mueca de superioridad—, me debe una disculpa por su comportamiento vía telefónica, si me dice la verdad le perdonaré el pasado y podré ayudarle mucho mejor, me atrevo a decir que le salvaré la vida.

—Tan astuto A'Jiu. —Yue arrugó el entrecejo unos segundos, negó dando credibilidad de sus palabras.

—Debo ver por su seguridad, no me puedo enfrentar a algo en donde desconozco los motivos, ¿no cree que es injusto trabajar a ciegas?

Yue Qingyuan soltó un suspiro de frustración, se paseó de lado a lado frente a su secretario quien le observaba sin siquiera mover un músculo de su rostro, solo le dedicaba una mirada de hielo.

—Está bien, espera aquí.

Shen Jiu sonrió en su interior, se animó a permanecer firme en medio del despacho de su jefe, escuchó los pasos alejarse del hombre y después la puerta ser cerrada, esperó paciente algunos minutos hasta que volvió, de inmediato un par de carpetas cayeron frente al escritorio que él miraba.

—Es la evidencia, el caso de Su Xiyan —suspiró largo—, es lo que tengo —se detuvo frente a Shen Jiu y frunció el ceño al buscar entre las carpetas algo más—, me falta algo... —su voz sonó nerviosa— me una carpeta de información, es un informe redactado por mí y este celular no es el que yo tenía.

Shen Jiu fingió asombro, la casi nula información permanecía segura en su casa.

—¿Está seguro señor?

—¡Claro que sí, joder! —Gruñó revolviendo las carpetas— ¡Oh mierda si eso se revela Shang podría acabar muerto!

—¿Qué había en el celular y en el informe?

—El vídeo, el maldito vídeo donde se ve como Gongzhu empuja de un edificio a su esposa y esta cae para estrellarse contra el suelo —se pasó las manos nerviosamente por el cabello, Xiao Jiu distinguió algunas gotitas de sudor, diminutas pero visibles gracias a la luz—, la persona que se robó eso ¿cómo pudo saberlo?

Shen Jiu frunció el ceño, caminó lentamente hacia su costado y negó.

—Fue la sirvienta —soltó con un deje de molestia. Con ello se quitó un cargo al atribuirlo a una inocente; era un pago justo por ceder su agenda—, ayer que la agenda desapareció vi por las cámaras que fue ella quien le entregó la información al ladrón, la despedí de inmediato, ahora sabemos que ella es la ladrona ¿no le falta nada más señor? —Lavó diplomáticamente sus manos, una coartada perfecta, de igual forma acabaría con la sirvienta por traidora, muy al estilo Huayue.

—No sé, tengo que revisar bien mis cosas —dijo frustrado, realmente se sentía mal por no saber qué hacer—, A'Jiu tengo miedo por Shang.

—¿Qué fue exactamente lo que le dijeron a su novio? —Cuestionó con evidente interés.

—Que si hablaba en referencia a tres expedientes robados entonces lo matarían, así que prácticamente lo obligaron a callar y para asegurar que no dijera nada lo mantienen trabajando por la fuerza. ¡Todo por mi culpa!

—Bien, ayer mencionó usted eso —tomó una de las carpetas donde se apreciaban fotos del ahora gobernador junto a su actual esposa Sha Hualing— ¿qué relación tuvo usted con el gobernador? ¿Por qué no habló en su momento?

—No iban a creerme, él tenía toda la ventaja por completo, ante todos demostró una cara, además era guapo, las mujeres votaron por él por su físico mientras que los hombres lo hicieron solo porque el hombre prometió promocionar al doble los partidos de futbol de Cang Qiong, les daría presupuesto para que dejaran de ser un equipo mediocre.

—Comprendo —siguió revisando las fotos—, ¿qué sabe de la muerte de su esposa? ¿Qué decían los reportes forenses?

—Que había muerto por caída, sin embargo ante el noticiero y el mundo político ella murió en un accidente de auto mientras se fugaba con su amante.

—¿De quiénes eran los otros reportes robados?

—Meng Mo y Qingyang Mo, anteriores candidatos a políticos.

—¿Por qué ellos? ¿También sabían?

—¡No lo sé Xiao Jiu! —Gritó frustrado— ¡A Tianlang Jun también al parecer lo intentaron asesinar!

—¿Tianlang Jun? —Contuvo la sonrisa recordando que él había sido el causante— ¿Quién es él?

—También candidato a gobernador por parte del otro partido y medio hermano de Shang.

—¿Qué le hace pensar que ahora irán tras de él?

—¿Qué no es obvio? ¡Él puede saber también!

—¿Y si le cuestiona directamente? No estaría mal el mantenerlo alerta. —Sugirió bajando la vista a otra carpeta, la tomó y leyó apenas los recortes de noticias que había sobre el gobernador y su actual esposa.

—¿Qué debo hacer ahora Xiao Jiu?

El nombrado cerró la carpeta y se irguió; fijó la vista en su jefe, una mirada mortal y calculadora, una que Qingyuan jamás había visto en los meses de convivencia con el tranquilo joven.

—Vamos a guiar al asesino a la escena de un crimen que no sucederá.

—¿Cómo?

—No vamos a cambiar nada de la agenda, sería arriesgado si lo hacemos ya que no sabríamos en qué momento atacaría el asesino —su mente bloqueó el recuerdo feliz de sus días a lado de Binghe, no deseaba odiarlo aún—, lo llevaremos a lugares donde podríamos atraparlo sin que nadie salga lastimado.

—¿O sea?

—Los restaurantes, los reservé en lugares altos, perfectos para darle altura a quien sea que vaya detrás de usted, podré poner seguridad al menos en un radio de kilómetro y medio, debo ser yo quien esté vigilando todo eso, seré quien le ponga fin a esta caza.

Yue Qingyuan se pasó las manos por la cara, nervioso y sudoroso por aquellas palabras, extrañamente creía capaz al joven de asesinar puesto que su actitud había cambiado a una mucho más mortífera.

—Respecto a Shang Qinghua; vivirá aquí, si sale usted, salgan juntos, incluso en sus salidas de trabajo será una camioneta la que lo espere, no sabemos si él también es un objetivo por lo que lo idóneo es que acuda un guardaespaldas con él.

—¡Oh A'Jiu! ¿Por qué me ocurre esto a mí? ¿Acaso no merezco ser feliz?

—Señor, siento decirlo pero es algo que usted lo buscó ¿Dónde quedó ese espíritu de justicia y lucha?

—Me concentré tanto en querer ser alguien dentro del mundo político que pensé que sería fácil hundir a Gongzhu cuando al ganar mostrara la evidencia de que él fue quien asesinó a su esposa.

—Su silencio le está costando no solo su vida, también la de su novio.

—¡Deja de reprocharme! —Gritó molesto, cansado de oír aquello que era verdad.

—Tiene razón, debo callarme, después de todo soy su simple empleado, así que no diré más al respecto —pronunció girando sobre sus talones para irse del lugar, sujetó el picaporte y giró el rostro—, atraparlo no será fácil, a partir de ahora hará uso de un chaleco antibalas, será mejor que vaya mentalizando la idea de que el primer restaurante nocturno puede ser mortal, un segundo más y la bala puede dar o no contra alguno de ustedes.

Qingyuan tembló de impotencia por no poder gritar todo el estrés, la tensión, el nerviosismo que venía acumulando por sus propios errores, escuchó la puerta cerrarse y sin esperar más soltó un manotazo sobre el escritorio para barrer todo lo que había ahí.

Shen Jiu por su parte; tomó asiento ignorando los fuertes ruidos causados por su jefe, observó hacia el frente a los grandes ventanales que cubrían su interior con espesas cortinas blancas para impedir la vista externa, alzó el auricular del teléfono y marcó.

—¿Sí?

—Hola Shang, habla Xiao Jiu; el secretario personal del señor Yue —empleó un tono neutral pero amable—, he hablado con él, acordamos que dada tu situación vivirás con él, sin embargo y por tu seguridad tendrás un guardaespaldas, aparte de ello me gustaría contar con tu apoyo al solicitarte varias mudas de ropa y papeles importantes, así también expreso y pido tu discreción para con tu hermano mayor, el señor Yue se encargará de explicar superficialmente todo, esto será relacionado a un atentado contra todos los candidatos a gobernadores para no causar tanto revuelo ya que no sabemos si el señor Jun conoce o no la situación.

—De acuerdo. —Shang Qinghua habló bajo del otro lado de la línea.

—Mandaré una camioneta contigo, cuando salgas por favor sube de inmediato.

—S-sí... aquí esperaré.

—Gracias por tu comprensión. Hasta luego. —Y colgó.

Apoyó las manos sobre su cara, soltó un suspiro y observó hacia las cámaras, necesitaba más seguridad, desconfiaba de todos ahí, incluso de las sirvientas, tenía que rastrear a la traidora, no dejaría nada libre para cuando todo eso acabara. Alzó de nuevo el auricular y marcó.

—¿Diga?

—Señora Wei, buen día.

—¡Joven Xiao! ¿A qué debo su llamado? —La voz de una señora de mediana edad sonaba demasiado feliz.

—Volveré a casa y solo hablaba para avisarle que mañana estaré allá.

—¡Oh joven Key! ¡No sabe el gusto que me dará tenerlo por aquí de nuevo!

—Mañana la veré, cuídese mucho.

—Hasta luego, mañana estará ya todo listo. —Y colgó.

Shen Jiu observó de nueva cuenta la pantalla con todas las cámaras de seguridad incluidas, la casa era realmente grande y existía riesgo en que también le podrían disparar desde ahí a Qingyuan, por ende lo mejor era aislarlo lo más posible para que el tiro sucediera cuando él mismo lo marcara.

La tarde pasó tranquila para el hombre, Yue se mantenía tenso, salía y entraba de su despacho, fingía leer y apenas comía, para la noche Shang Qinghua llegó a la hora en que Shen Jiu se retiraba.

—Traje lo que me pediste. —Mencionó con timidez alzando una maleta de viaje.

—Bien, le pediré a la sirvienta que lleve tus pertenencias a la habitación, no desempaques nada, mañana nos iremos.

—¿A dónde? —Preguntó Yue con curiosidad, los tres yacían en la sala.

—No confío en nadie aquí, una sirvienta se robó mi agenda y por eso tenemos problemas, los llevaré a un lugar seguro. —Musitó despacio y bajo procurando que nadie salvo la pareja, oyera.

—¡Oh! —Ambos asintieron ante el misterioso joven.

—Me retiro, vamos a fingir lo más que se pueda, deben aprender a no mostrar su verdadero nerviosismo, un paso en falso y todo se arruina, sé que les pido imposibles pero traten de sobrellevar lo que estaba marcado en la agenda; Shang por favor evita hablar con alguien, ya he seleccionado a un escolta que será quien pase todo el tiempo contigo. ¿De acuerdo?

—Está bien, gracias Xiao Jiu. —Shang se atrevió a sonreír.

—Que pasen buena noche —avanzó unos pasos hasta detenerse— señor... ¿puedo tomar prestada una de sus camionetas para que me deje en cierto lugar? Mañana vendré por mi auto.

—¡Claro A'Jiu, con confianza!

Hecho esto, el pelinegro se marchó para buscar al chofer que lo llevaría a la empresa donde ficticiamente laboraba. Se quitó el chaleco, cambió su camisa por algo más informal, buscó un par de zapatos negros relucientes y despeinó un poco su cabello. Al llegar bajó del auto y se encaminó a la entrada, esta vez sí se internó para ir hacia su pequeña oficina.

Buscó rápido y sin detenerse entre sus cajones hasta encontrar una llave pegada en uno de sus libros huecos, la guardó entre sus bolsillos y abandonó el lugar, al salir Luo lo esperaba tan guapo y ahora elegante, vestía un pantalón gris sastre, una camisa manga larga blanca y un saco del mismo tono que el pantalón, su cabello iba bien peinado dándole ese aire de altiveza y seducción.

—Buenas noches cielo. —Saludó el alto.

—Hola amor —dejó un fugaz beso a sus labios antes de apartarse—, vamos que llegaremos tarde.

Binghe obedeció ignorando por completo el actuar cortante del pelinegro, ni siquiera lo notaba por encontrarse inmerso en sus pensamientos felices, el trayecto hacia el restaurante fue corto, les recibió el valet parking para guardar el auto, Qingqiu guío al alto mediante sus manos unidas y juntos se adentraron al elevador.

—No sabía que existían lugares así.

—Ahora comerás en uno. —Shen Jiu mostró una sonrisa forzada, se abrazó al brazo fornido y contuvo un suspiro, fueron segundos los necesarios para que sus comisuras bajaran mostrando un semblante de decepción.

Binghe le gustaba y demasiado pero había sobrepasado la barrera de confianza al haberlo drogado para dormirlo y hacer uso de sus técnicas de espionaje, se había metido a su casa como un ladrón que analiza el inmueble a ser robado, había violado su privacidad solo por el hecho de tener que cumplir su misión, lejos de todo el protocolo laboral, se sentía culpable por dudar del hombre, sin embargo era demasiada la coincidencia mostrada.

Tanta tensión se veía reflejada en su carácter doblemente huraño para con su jefe, la sangre traidora corría fría, lamentablemente lo que ya no era tan frío era su corazón por haberse involucrado lentamente con un alto de mirada soñadora, sonrisa brillante y actitud positiva.

—¿Qingqiu? —Luo lo trajo a la realidad con un suave toque.

—¿Qué pasa?

—¿Podemos bajar? Te has mantenido estático un par de segundos —el alto bajó la vista para tomar suavemente el mentón ajeno— ¿estás bien?

—¡Oh sí! ¡Estoy perfecto! —Retornó a su sonrisa inicial saliendo del elevador.

El restaurante francés les recibió con música clásica, se escuchaba Clair de Lune de fondo en piano para ambientar el lugar, el suelo estaba bien alfombrado, matices rojos y dorados adornaban en cada paso, las sillas rusticas parecían haber sido talladas a mano con decoraciones tan exquisitas como casi imposibles de hacer por sus curvas y remolinos que les adornaban.

—Buena noche —pronunció Shen Jiu suavemente—, tenemos una reservación a nombre de Wu Qingqiu.

Binghe escuchó su apellido y sonrió por saber un poco más del pelinegro, de inmediato fueron guiados por el elegante lugar, cruzaron todo el salón hasta que las puertas acolchadas se abrieron revelando una elegante y exclusiva terraza donde solo habían apenas tres mesas con dos sillas cada una.

Las luces diminutas iluminaban lo suficiente el exterior, tales se enredaban tal cual vegetación sobre altos postes de madera la cual era cubierta apenas por tela raso y tul color blanco creando un ambiente romántico, muy al estilo francés.

—Por aquí. —Indicó su mesero asignado llevándolos hasta el centro donde colocó los menús con suma cautela mientras los comensales tomaban asiento— ¡Vendré en cinco minutos!

Luo observó todo el lugar, entre asombrado y curioso, detallando en los puntos donde se podría crear un buen tiro, la mirada de Shen Jiu yacía sobre él, siguió su mirada hacia los mismos lugares, tenía para él la ventaja de que justo el restaurante se encontraba rodeado por edificios que eran más altos y obstruían la vista, el edificio frente a ellos era demasiado alto como para lograr un disparo tan cerca y certero, finalmente detalló en los edificios más lejanos sintiendo un poco de satisfacción al ver que estos se intercalaban creando casi un nulo campo de visión.

—¿Qué ordenarás? —Preguntó fingiendo ver el menú.

—No tengo idea —Binghe regresó la mirada hacia su novio y sonrió—, nunca he comido algo francés.

—Mh no hay mucha novedad, por suerte los sabores no son tan fuertes, te recomendaría comer aligot seguido de una merluza a la beurre blanc y para finalizar unas crepas de fresas con chocolate adjunto a una reducción muy suave de miel y limón.

—No tengo idea de lo que sea pero seguiré tu consejo.

—Bien, yo pediré vichyssoise, magret de pato y de postre un mousse de mango.

Binghe no tenía ni remota idea de lo que decía, desconocía por completo los platillos franceses, en cambio su vista volvió a enfocarse en los mejores puntos para disparar, muy cerca podría ser descubierto, muy lejos la bala perdería fuerza y podría dejarlo vivo.

Todo había sido más fácil cuando le disparó a Meng Mo al tenerlo a una distancia prudente y casi a la misma altura o con Qingyang Mo que la bala se disparó inclinada al suelo dándole justo donde quería por tener un movimiento lineal.

Shen Jiu observó al ajeno; de verdad aún guardaba la esperanza de que él no fuese el tirador, rogaba por equivocarse, sin embargo el ver la actitud contraria no ayudaba a mantener el positivismo.

Quince minutos después y con las copas llenas de un vino blanco exclusivo de Bordeaux, los dos recibieron su primer platillo; Binghe observó como el aligot no era más que un puré de papa mezclado perfectamente con queso otorgándole una textura suave y de papilla, aquello había sido coronado con pequeños conos de jamón cocido.

Para Shen Jiu no le resultó novedoso ver la crema fría, resultado de la patata blanca, el puerro, la leche y cebolla; el primer platillo pasó entre silencios y miradas hacia el exterior.

—¿Pasa algo? —Se atrevió a cuestionar el pelinegro.

—No, solo me gusta admirar la belleza del lugar. —Binghe sonrió permitiendo que el plato fuerte fuese servido— ¿Qué es esto?

—Merluza, un pez, se le llama beurre blanc porque está cocido en mantequilla blanca, se crea inicialmente una salsa donde se mezcla con vino blanco, al dejarse hervir se crea algo llamado reducción, eso es lo que le da un toque concentrado al pescado, la grasa de la mantequilla se contrarresta con el pescado que al ser sellado en la plancha permite que los jugos se mezclen y creen un buen sabor. —Explicó señalando el platillo.

—¿Cómo es que sabes tanto? —Preguntó sonriente.

—Tomé un curso intensivo en Francia hace muchos años —sonrió observando su propio platillo—, ahí decanté lo mejor. —Era cierto que había vivido en la cuna de la fina comida, más no había sido por un curso intensivo, la realidad es que había vivido ahí para asesinar a un prestigioso francés, saldada la deuda retornó a Huayue donde otra misión le esperaba.

—¿Era de lo mismo del marketing?

—No, fue gusto personal aprender el idioma. —Cortó una pequeña porción de pechuga de pato, pinchó un par de duraznos diminutos y lo mezcló con la reducción de vino tinto, comió en silencio fingiendo no ver nada, aun cuando la realidad era otra.

Para la hora del postre, Shen Jiu se levantó y tomó la mano ajena para guiarlo hacia el borde de la terraza, contemplaron en silencio el lugar, el sonido de los autos, sus respiraciones, cada uno concentrado en sus propios pensamientos, Binghe en buscar un buen lugar y Shen tratando de adivinar.

—Es una agradable vista. —Admitió Binghe.

—Lo es, tan íntima y perfecta.

Shen se giró lo suficiente para permitirse abrazar al alto; lo estrujó con suavidad y suspiró ocultando en ello la frustración de saber que tendría que sacrificar su amor a cambio de la vida de dos personas, sabía que no era su obligación porque él trabajaba para Tianlang Jun pero debía hacerlo, porque recordar el hecho de que Shang Qinghua llamó a Yue traidor, le recordó que él se había visto envuelto en una situación igual y por desgracia quienes pagaron fueron sus padres, aquellos que murieron por dos disparos que él mismo tuvo que hacer.

Su trabajo para con Tianlang Jun había sido casi nulo, Yue tendría ventaja al tener a su cuñado en casa reposando por los daños anteriores, la victoria sería para él, solo necesitaba mantenerse a salvo, sobrevivir y revelar la verdad.

Alzó la mirada y la fijó en un punto lejano, hasta que se detuvo.

Ahí, de ahí debe salir el disparo. —Pensó fijándose en que Luo viera hacia la misma dirección.

Giró el rostro y observó la mesa donde anteriormente yacían, era la perfecta, tendrían el espacio adecuado, contaban quizá con dos segundos de advertencia antes de que la bala impactara en su objetivo. Detalló en la pared de concreto, pintada elegantemente de blanco y cubierta con tablas para tener ahí pequeñas macetas con hierbas de olor.

Situaría a Yue dando la espalda a la pared y a Qinghua frente a él con una inclinación ligeramente hacia la derecha para evitar que él fuese afectado también, ya tenía los lugares, el punto de partida y entre sus brazos al tirador.

Solo quedaba la llegada de aquella noche donde obtendría una bala para compararla con la robada, si era de otro calibre entonces descartaría a Luo, por el contrario si era igual entonces tendría que prepararse mentalmente para enfrentarlo y si era posible, torturarlo.

—Binghe —alzó el rostro hacia el ajeno, el nombrado desvió la mirada de su lugar, le observó y sonrió—, te quiero.

—Y yo a ti te quiero más. —Inclinó el rostro y lo besó.

Su velada romántica fue sellada con esa demostración de amor, Shen Jiu buscó la mano ajena y la encontró, entrelazaron sus dedos sintiendo como chocaban los anillos de promesa que días atrás los habían unido como algo simbólico.

—Sargento, es momento de hacer una retirada.

—¿Nos vamos ya?

—Me duele un poco la cabeza —mintió sonriendo tristemente—, mañana iré a Jieshu, mi jefe solicitó una reunión en la empresa principal y debemos ir los más destacados.

—¿Mi pequeño A'Qiu es destacado?

—Sí.

—¿Cuántos días?

—Estaré de regreso el martes —mantuvo la sonrisa, sería el día después al segundo atentado— ¿esperarás por mí?

—Todo el tiempo.

Shen sonrió, le dio un corto beso y se apartó.

Al volver a casa, ambos se despidieron, Binghe le abrazó y besó con tanto amor y devoción que Shen Jiu se vio tentado a renunciar a sus pensamientos para colocarse una venda en los ojos y permitir que Yue muriera, estaba dispuesto a todo con tal de hacer realidad su sueño de tener un amor de novela, un noviazgo hermoso, un plan a futuro con alguien que aparentemente le amaba.

Más no era así, porque ambos no se amaban ya que quien lo hace no miente, no traiciona y no oculta las cosas; en la soledad de su baño, tomó asiento en el borde de la bañera, apoyó su pie derecho sobre el hueso de la rodilla y delineó con sus dígitos la palabra que había sido grabada con una navaja caliente.

—No quiero ser un bastardo, pero no tengo opción. —Suspiró cansino, se levantó y alejó de la bañera. Al salir se encontró con su maleta y antes de cerrarla agregó dos glocks 17, su seguridad era primero antes que el amor— ¡Tú puedes! —Se animó sintiendo que estaba en un conflicto emocional, reprimió las lágrimas y se acostó a dormir, mañana sería el comienzo del fin, algo que deseaba concluir ya por sentirse sin salida.



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