Advertencia y engaño

Binghe había contemplado desde su lugar el balcón por el cual el gobernador Yue Qingyuan había salido, la sonrisa plasmada en el hombre fue motivo para que Luo escuchara en medio de la maraña de gritos, suspiros por parte de las féminas, así como comentarios sobre lo guapo y joven que era.

Poco después logró ver a quien tanto anhelaba más su sorpresa fue grande al observar la belleza de quien tanto amaba; resaltando de entre los tres gracias a ese elegante tono verde que combinaba tan bien con sus preciosos ojos esmeralda.

Pese a la distancia y el ángulo, Binghe admitió que su pareja seguía luciendo hermoso, no podía ver a nadie más, solo a él, por lo que sonrió cuando el menor se aproximó para situarse a la altura del gobernador, observando a toda la gente.

Y después; aún entre todo el ruido de la gente, logró oír el sonido de un disparo. Bastó una mirada hacia su pareja para notar la tensión en él; todo fue tan rápido que no tuvo tiempo de reaccionar correctamente cuando vio como el espía se lanzaba contra el gobernador, impactándose la bala contra un cristal.

El sonido fue lo suficientemente fuerte como para asustar a la gente que pronto fue presa del pánico, todos comenzaron a correr arrastrando con ello a Binghe quien empezó a luchar para ir en contra del movimiento pues su destino era palacio.

Su cuerpo se llenó de adrenalina cuando vio a varios soldados custodios comenzar a correr en busca del terrorista, aquel que quería privar de la vida a Qingyuan.

Finalmente cuando llegó a la puerta de madera tallada, exigió entrar a los pocos soldados que había, más le fue negada la petición causando que el francotirador gruñera con fuerza.

—¡Estás desobedeciendo las órdenes de un sargento! —Palpó con rapidez sus bolsillos hasta encontrar su credencial militar, misma que mostró a uno de ellos— ¡Quítate antes de que te dé de baja por incumplimiento a tu superior!

—Lo siento señor, no podemos obedecer a un superior desconocido. —Se atrevió a decir causando que Binghe tensara los brazos.

—¡Quítate! —Gritó.

—Señor no podemos dejarlo pasar.

—¡Escucha bien pedazo de imbécil, mi pareja está allá arriba, juro que si no llego a tiempo para saber qué ocurre con él, te asesinaré tan lento y doloroso que te arrepentirás de haberme detenido! —La credencial seguía firmemente alzada contra el soldado.

—Señor, pase por favor. —Otro soldado invadió el campo de visión de Binghe para empujar a su compañero, había reconocido a su sargento y sinceramente no deseaba meterse con alguien que era conocido por ser sanguinario en el área de pelea cuerpo a cuerpo— Lamento la negatividad, señor.

Luo Binghe solo bufó antes de guardar la credencial, avanzó corriendo escaleras arriba para buscar a Shen Jiu; todo era un caos, custodias nacionales iban y venían, guardaespaldas privados se comunicaban por los auriculares ordenando una camilla y aquello solo le causó más presión por lo que terminó prácticamente derrapando cuando vio el cuerpo de su amado tendido en el suelo.

—¡No me hagas esto! —Intentó centrarse y ser profesional pero sin darse cuenta sus ojos ya se encontraban llenos de lágrimas, estaba tan absorto en Shen Jiu que no notó la presencia del gobernador ni en su pareja.

Palpó con sumo cuidado la zona donde el espía se protegía, le preocupaba en demasía ver como su pecho se expandía en cada respiración, al sentir la zona húmeda retiró la mano y al verla manchada de sangre solo pudo ahogar un grito presintiendo que la bala posiblemente le había perforado el pulmón y por ende su respiración era así.

—¡Resiste, resiste por favor! —Musitó viendo como sus lágrimas se estampaban contra la tela negra de la camisa.

Con dificultad, Shen Jiu abrió los ojos, estaban cargados de lágrimas y eso solo causó que Binghe temblara de miedo, podía ver el sudor frío perlar la frente ajena, por lo que se esmeró en tranquilizar a su novio quien de un momento a otro le sonrió con pesadez, ocasionando con ello una pequeña tos que anunciaba con ahogarlo si se esforzaba en hablar.

—Estás aquí. —Susurró dolorosamente.

—¡No hables, no lo hagas por favor! —Tocó con ambas manos el rostro frío que le seguía sonriendo.

Lo que para él fue una eternidad, fueron tan solo segundos para que los paramédicos llegaran con una camilla, Shen Jiu volvió a cerrar los ojos y de inmediato fue atendido por los expertos, quienes le colocaron una mascarilla de oxígeno al instante para no perder su pulso.

Binghe fue empujado cortésmente por el personal para que Shen Jiu recibiera los primeros auxilios, sabía que se estaba comportando irracional ya que su lado militar yacía dormido. En su lugar solo avanzó alejándose lo suficiente del lugar para buscar la bala que había causado ese desastre y la encontró fácilmente al seguir el trayecto líneal desde el posible lugar de disparo, ahí yacía la bala calibre 5.5 en el suelo de madera.

Al tomarla, Luo Binghe no hizo más que abrir los ojos, volteó a ver a su amado que estaba siendo transportado hacia la salida y lo siguió con la mirada unos instantes antes de guardar el metal en su bolsillo y seguirlo.

—¿Tú quién eres? —Interrogó Yue un poco tenso.

—Soy...

—Su ex novio. —Concluyó Shang observándolo fríamente.

—Él y yo nunca terminamos. —Gruñó.

—Sí claro, lo dice el poco hombre que lo hizo llorar. —Siseó despectivo.

Binghe estuvo por decir algo, sin embargo se contuvo, tensó los labios y abandonó el lugar para acudir a la ambulancia donde se llevarían a Shen Jiu, no estaba de humor para soportar las palabras de un niño metiche al que su novio tanto protegía y que le costó su noviazgo con él.

—Definitivamente no lo salvaría. —Escupió escaleras abajo ignorando al personal que pasaba por ahí.

La pareja se observó largos segundos, decidieron al instante acudir al hospital donde Shen Jiu sería llevado, después de todo le había salvado la vida a Yue Qingyuan y eso debían agradecerlo después de saber cómo se encontraba de salud.

El camino en la ambulancia duró lo suficiente como para tensar de sobremanera al sargento, quien no pudo ni siquiera mirar la inspección que le hacían a la persona que amaba, sentía que rompería a llorar de nuevo y él quería mantenerse fuerte para Shen Jiu.

Los paramédicos lograron estabilizar al inconsciente asistente, el neumotórax quedó en el olvido cuando revisaron meticulosamente la zona, percatándose de que había tenido suerte y la bala solo había rozado las costillas logrando abrir la piel lo suficiente como para causarle dolor.

—Necesita una radiografía —informó uno de ellos a su compañero—, puede que haya fragmentos de costilla por dentro y eso le ocasionó dolor.

—Además luce muy pálido y no por perdida de sangre, luce anémico.

Los paramédicos guardaron silencio, cubrieron el cuerpo delgado y observaron a Luo Binghe, quien solo se encontraba con las manos en su rostro intentando tranquilizar la adrenalina de su novio y el coraje para con su amigo.

—¿Es usted familiar?

—Novio.

—Bien, le solicitaremos los datos del paciente en cuanto lleguemos para hacer el papeleo necesario.

—Sí, de acuerdo.

—Y señor...

—¿Sí?

—Tranquilícese, el paciente está estable y no hay complicaciones, solo requerirá de unos estudios y reposo. —Añadió el otro paramédico al ver el rostro de Binghe.

—Gracias, eso me alivia. —Expresó suspirando.

Al llegar al hospital llevaron a sala de rayos X al espía mientras que Binghe lo registraba para poder tener derecho a una habitación privada ya que sabía que su novio no se sentiría cómodo entre pacientes y expuesto con una bata que podía revelar la piel marcada que tanto ocultaba.

No fue mucho el tiempo para que Yue Qingyuan y el detestable —a los ojos de Binghe— Shang Qinghua, llegaran al lugar acompañados de una escolta profesional.

El gobernador se acercó al sargento y saludó cortés.

—¿Cómo se encuentra A'Jiu?

Binghe recordó que ante Yue Qingyuan tenía otro nombre por lo que se forzó a memorizarlo para evitar problemas con su identidad.

—Aún sigue en radiología, los paramédicos me dijeron que posiblemente tenga fragmentos de costilla desprendidos y es lo que le causó dolor. —Contestó profesional sin dejar de pasearse frente al corredor que conducía a las áreas privadas.

Shang Qinghua le observó desconfiado, saber que se había enfrentado antes a él le generaba inquietud porque jamás creyó que aquel hombre que le había generado miedo frente a la casa de aquel fraccionamiento, fuese el mismo que había herido emocionalmente a Xiao Jiu.

Entrecerró los ojos detallando cada movimiento y negó, algo había con él, tenía que recordarlo.

—Si lo sigues viendo así creerá que lo odias. —Musitó Qingyuan contra su oído.

—Debe ser porque lo hago —giró el rostro dignamente hacia su prometido y negó— ¡Lastimó a Xiao Jiu, por su culpa está depresivo!

—Bueno, esto es una buena excusa para que hablen ¿no crees?

—No lo sé Yue —y calló antes de seguir porque la continuidad era «hay algo que no me termina de convencer en él»—, mejor esperemos noticias de Xiao Jiu.

La pareja guardó silencio, las sillas de plástico donde se encontraban daban una buena vista del panorama de emergencias, Binghe avanzaba de un lado a otro a la espera de noticias y de la nada se detuvo.

Shang Qinghua no perdió de vista al alto quien observó hacia la entrada, ahí donde se encontraba un hombre de complexión similar que se acercaba a pasos veloces.

—¿Qué mierda hiciste? —Gruñó el sargento al ver a su amigo entrar, no tuvo la delicadeza ni la discreción para tomar al hombre por la camisa.

—¿Qué carajo haces tú aquí?

—Pasa que le han disparado a mi novio ¿tienes alguna idea de ello?

Sin problema alguno arrojó al hombre lejos de él, a empujones lo fue sacando de la sala de emergencia dejando a una pareja totalmente anonadada por ver el comportamiento violento del hombre que decía ser el novio de Xiao Jiu.

Afuera, Binghe guió al hombre lejos del hospital y de la gente que los miraba con extrañeza, cuando estuvieron a una distancia prudente el sargento no tuvo problema alguno en soltar un sorpresivo puñetazo a su amigo.

Mobei Jun gruñó evitando otro golpe pero fue imposible ya que Binghe parecía lo suficientemente molesto como para matarlo.

—¿Por qué lo hiciste Mobei? ¿Por qué?

El nombrado escupió sangre, se limpió la comisura de su labio roto y observó con desprecio al sargento.

—¡No quería dispararle a Xiao Jiu! ¡Él es la persona que me gusta! —Gritó molesto.

Y Binghe solo pudo tomar una bocanada de aire al tiempo en que actuaba soltando otro puñetazo, mismo que fue detenido por la mano ajena.

—¡Él es mi novio!

—¡Tu novio se llama Qingqiu y él te dejó por tus idioteces! —Atacó soltando un golpe que Binghe esquivó.

—¡No seas imbécil, no te puede gustar mi novio! —Lo zarandeó hasta empujarlo con fuerza.

Mobei Jun trastrabilló y se incorporó, del bolsillo de su pantalón extrajo la nota arrugada que Xiao Jiu le había dejado y la arrojó hacia un muy molesto Binghe que soltaba bufidos a cada segundo.

—¡Xiao Jiu me quiere a mí, esa nota la dejó cuando pasamos la noche juntos! —Se proclamó ganador.

Luo Binghe extendió el papel, leyó cuidadosamente y se permitió carcajear, era la letra de su novio era más que obvio pero el mensaje había sido interpretado de manera errónea.

—Dime que no fue por esto que le disparaste. —Sonrió con rabia.

—Mi objetivo era Qingyuan, cuando disparé él se interpuso.

—Eres un grandísimo idiota Mobei —carcajeó causando que el nombrado se sintiera ofendido— Xiao Jiu como tú le dices, te va a matar; él ya sabía que ibas a dispararle.

—¿Qué?

—Xiao Jiu sabe lo que somos, me terminó porque no quise renunciar a la misión, no sé qué pasó contigo para que te sacara información pero si a mí me disparó ¿qué no le hará a un sujeto que se atrevió a dispararle directa o indirectamente?

—¿Qué? ¡No entiendo!

Binghe relajó los hombros, arrugó el papel hasta hacerlo una diminuta pelota y la lanzó hacia su amigo, a pasos calmos pero peligrosos se fue acercando a su rival hasta quedar paralelos hombro con hombro.

—El cazador irá por su presa, tú te lo buscaste si intentaste ganar algo con él, solo te advierto que no te quiero ver cerca de mi novio, mi pareja, mi todo, él es mío y no te perdono lo que hiciste, le informaré a Xiao Jiu que estuviste aquí sin embargo si estuviese en tu lugar, comenzaría a empacar mis cosas ya que el verdadero francotirador es él. —Soltó dejando a un impactado Mobei Jun.

Binghe se marchó sin mirar atrás, antes de que se retirara por completo, se detuvo y extrajo la bala de su pantalón para girarse y arrojarla a su ahora ex amigo.

—Si algo aprendí de él es que no debes usar el mismo calibre para todo, ese fue tu error.

Mobei observó la bala en el suelo, la recogió con cierto temor y al incorporarse se descubrió solo en el lugar, con el rostro sangrante y la confusión latente, se marchó del establecimiento ya que las palabras de Binghe respecto a Xiao Jiu solo lograron hacerle pensar que el secretario de Qingyuan no era tan ordinario como creía. Y eso le intrigó.


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Sigo oliendo el final, osiosi... 

Ya me cansé ;;

No se como antes solía adaptar en menos de un mes mis propios escritos para volverlos fanfics, alv ya me duele la espalda y los ojos. :'v




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