O9
EIREENE LO PRIMERO QUE SINTIO AL ABRIR LOS OJOS FUE UN DOLOR PUNZANTE EN SU CENTRO REPRODUCTOR, TRATO DE MOVERSE PERO SU CUERPO PARECIA ENTUMIDO, volteo hacia todos lados buscando ayuda hasta que su mirada se encontro con Ser Jorah sentado en una silla dormitando. No recordaba nada después de que los Dothrakis abusaran de ella y la golpearan en la carpa de su hermana solo esa sensación de lava hirviendo recorriendo por su cuerpo y el enojo, la frustración y la furia cegandola intensamente.
Bajo con cuidado sus manos hacia su estómago para acariciar a su hijo, pero al sentir su estómago plano se asusto de sobremanera.
— Ser Jorah.
El caballero despertó al instante al escuchar a su Khalessi y se acercó a ella preocupado.
— No se mueva mucho mi Khalessi, aún está muy débil.
— Mi hijo, ¿Dónde está?
Ser Jorah al escuchar la pregunta de Eireene bajo la mirada triste, no sabía cómo decirle la noticia.
La Targaryen al ver la reacción de su guardia no dudo en levantarse y sentarse en donde estaba sin importarle que sus músculos estuvieran adoloridos y cada movimiento que hacia le doliera horrores.
— ¡Mi hijo! ¡¿Dónde está?!
Volvió a preguntar Eireene pero con un tono de voz más elevada.
— Él nació prematuro... No creo que sobreviva mi Khalessi.
Eireene cerro los ojos y apretó sus manos en forma de puños.
— Quiero verlo.
— No creo que sea buena idea.
— ¡He dicho que quiero verlo!
Ser Jorah suspiro y asintió con la cabeza, se puso de pie y salió de la carpa dejando sola a Eireene con su tristeza, sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas, las camisuras de su labios bajaron y su nariz empezó a ponerse roja, pronto empezó a sollozar. Llevo sus manos a su rostro tapándose y comenzó a llorar más fuerte.
— Rene.
La voz de Daenerys hizo que de inmediato se limpiará las mejillas y ojos y dejará de llorar, volteo hacia su hermana y está se encontraba parada en la entrada de la carpa con Ser Jorah detrás de ella y con su bebé entre su brazos
— Dany, dame a mi bebé quiero conocerlo.
Su hermana asintió con la cabeza y camino hacia su Eireene, se sentó aún lado de ella con cuidado y le extendió a su hijo. Cuando la Targaryen tomo entre sus brazos a su bebé y le descubrió la cara su corazón se partió en dos.
Su hijo era más pequeño de lo debido, su piel tenía escamas como la de un dragón, sus ojos no eran marrones o violetas eran rojo sangre y en su espalda tenía dos pequeños bultos como si de ahí quisieran salir una alas.
— Dicen que tal vez no pase la noche.
Murmuró Dany con lágrimas en los ojos y acariciando su barriga abultada.
Eireene tragó saliva para tratar de deshacerse del nudo que se le había formado en su garganta y le sonrió a su bebé.
— Hola.
Su hijo al escuchar la voz de su mamá se movió entre sus brazos.
— Mi pequeño Balerion, soy yo, mamá. Tranquilo, estarás bien te cuidare, no dejaré que te arrebaten de mi lado.
La Targaryen mayor le dio un pequeño beso en la frente pequeña y llena de escamas a Balerion y se lo devolvió a Daenerys quien lo cargo con mucho cuidado.
— ¿Y Drogo? ¿Dónde está?
— Él no está bien mi princesa. Esta vivo pero... No parece.
Respondió Ser Jorah nervioso.
— Lléveme a verlo.
El guardia juramentado ayudo a Eireene a levantarse de su lugar con cuidado y ambos salieron de la carpa, al salir la Targaryen se dio cuenta que todo el Khalassar se había ido pero no le importo, ahora lo que le importaba a Eireene era su familia.
Rackharo y una de sus damas de compañía al verla salir se acercaron aliviados de verla viva.
— Te quedaste.
Murmuró Eireene a Rackharo.
— Yo le soy leal mi Khalessi.
Rene sonrió de lado y acarició la mejilla del Dothraki.
— ¿El bebé? ¿Él está bien?
Pregunto su dama de compañía. La Targaryen bajo la mirada y forzo una sonrisa antes de responder.
— Él vivirá. Por sus venas corre mi sangre y la de Khal Drogo.
Ser Jorah y Rene retomaron su camino hacia donde se encontraba Drogo y al llegar la Targaryen se llevó las manos a la boca impactada. Su esposo estaba acostado en el suelo, mirando hacia el horizonte totalmente perdido, su piel había perdido color, sus ojos habían perdido ese brillo de vida y fuerza que antes solia poseer. Parecía más muerto que vivo.
— Mi sol y estrellas.
Murmuró Eireene acercándose a su esposo e incandose aún lado de él. Lo tomo de las mejillas e hizo que volteara a verla, pero solo su rostro se giro pues su mirada seguía pegada al horizonte.
— ¿Que es esto?
Pregunto la Targaryen al borde del llanto nuevamente.
— Pidió vida y pago por ella.
La voz de Mirri Daz Durr hizo que Eireene volteara a verla y su mirada se endureciera.
— Esto no es vida. ¿Cuando volverá a ser él mismo?
— Cuando el sol salga en el oeste y se ponga en el este. Cuando los mares se sequen y el viento mueva a las montañas como hojas.
La Targaryen se levantó de dónde estaba y enfrentó cara a cara a Mirri Daz Durr.
— Te salvé, hablé en tu nombre.
— ¿Salvarme? Tres de esos jinetes ya me habían violado antes de que me salvará, niña. Vi como ardía la casa de mi Dios donde había curado a incontables hombres y mujeres. En las calles vi miles de cabezas: la cabeza del panadero que hacia mi pan, la cabeza de una joven a quien había curado de una fiebre hace tres lunas. Así que dígame ¿De que me salvó exactamente?
Eireene se quedó en silencio durante unos segundos, mirando fijamente a la mujer frente a ella y después solo sonrió. Una sonrisa que jamás olvidaría esa bruja, era como si alguien más hubiera tomado el cuerpo de esa joven y se hubiera apoderado de ella.
— De mí.
Respondió en un susurro la Targaryen.
— Llevensela.
Rackharo y Ser Jorah acataron la orden de su Khalessi y tomaron de los brazos violentamente a la mujer, llevándosela de ahí.
— Ves con mi hermana y ayudala con mi hijo.
Su dama de compañía asintió con la cabeza y también se fue de ahí.
Cuando la Targaryen quedó totalmente sola empezó a llorar otra vez, cayó al suelo de rodillas y se llevó sus manos al pecho mientras lloraba a todo pulmón. Todo se estaba desmoronando a su alrededor, había perdido a su esposo, a su ejército de Dothraki, había sido traicionada y violada cruelmente y había una gran posibilidad de perder a su hijo también. No sabía que hacer ahora, ¿Cómo protegeria a su hermana y su sobrino? ¿Cómo recuperaría su hogar? ¿Cómo cumpliría todas las promesas que hizo?
Eireene tragó saliva y sollozo por última vez, antes de levantar la mirada lentamente hacia el cielo.
— Yo soy Eireene Rainstar de la casa Targaryen, por mis venas corre la sangre de dragón. No dejaré que me derroten a si de simple, pelearé, lucharé y matare si es necesario. Porque ¡Yo soy fuego, yo soy sangre... Yo soy... Targaryen!
Ya se había hecho de noche, Eireene se encontraba limpiando a Drogo mientras que su hijo reposaba en su cuna, hasta el momento su hijo estaba bien a pesar de haber nacido prematuro y tener una apariencia nada agraciada él estaba muy bien, no podía decir lo mismo de su esposo quién parecía un muerto viviente y eso la mataba.
Había veces en las que Balerion se despertaba pero a los segundos volvía a dormir, la Targaryen estaba al pendiente de él temiendo que cuando se separara por un segundo se lo arrebaten. Ahora lo único que tenía era a su hijo, su hermana y su futuro sobrino.
— Cuando te conocí te temí, cuando nos casamos te odie con toda mi alma... Pero el tiempo paso, nos fuimos conociendo, vi en realidad quien eras, no el Khal que todos admiraban y temían, no, sino a Drogo, y nunca creí que podía enamorarme de ti pero lo hice.
Eireene dejo de limpiar el cuerpo de su esposo y se acostó aún lado de él.
— Perdoname mi sol y estrellas, no quería que nos separaran de esta manera pero juro por nuestro hijo que te vengare, haré pagar a esa bruja por lo que te hizo.
Con cuidado Rene tomo una almohada.
— Te amo...
Murmuró en alto valyrio la Targaryen.
— ... y siempre te amare, fuiste y serás el amor de mi vida. Hasta que el sol salga en el oeste y se ponga en el este, volveremos a estar juntos.
Con el dolor de su corazón Eireene puso la almohada en el rostro de Drogo y lo ahogo, quitándole la vida.
Cuando el Khal dejo de respirar quito la almohada de su rostro y le dio un pequeño beso en los labios, se levantó y fue hacia su bebé quien estaba durmiendo, lo tomo con mucho cuidado y lo acurrucó entre sus brazos mientras tarareaba una canción en alto valyrio, la misma que le cantaba a su hermana, cuando termino la melodía sonrió de lado y vio como su hijo se removía entre sus brazos.
— Mi pequeño Balerion, mi amado hijo, crecerás y serás un auténtico hijo de la antigua valyria. Eres fuerte lo puedo ver, no morirás, sobrevivirás. Te amo.
Dijo en alto valyrio Rene mientras volvia a poner a su hijo en la cuna.
— ¡Ser Jorah!
Llamo la Targaryen a su guardia juramentado que estaba fuera de la carpa.
— ¿Si mi princesa?
— Prepare todo para un funeral. Le diremos adiós a Drogo y castigaremos a esa mujer.
— Por supuesto, mi princesa.
— También llama a mi hermana. Quiero que cuide a mi hijo.
Ser Jorah asintio con la cabeza y se fue hacer lo que ordeno su Khalessi.
Eireene por otro lado fue a limpiarse toda la suciedad y sangre seca de su cuerpo, se cambió de rompas y peino su cabello en una trenza. Cuando estuvo lista salió de su carpa y fue hacia donde estaban todos los que habían decidido quedarse y seguirla, en medio estaba la pira con Khal Drogo en ella, enfrente estaba la bruja amarrada a la pira.
— Traigan mis huevos de dragón y también el de mi hermana.
Murmuró Rene a Rackharo, quién acato la orden de inmediato y fue por ellos.
Del otro lado estaba Daenerys cargando a su sobrino y mirando todo un poco desorientada, tenía la sensación de que ya había vivido esto, de que ya lo había presenciado antes pero no recordaba muy bien.
Rackharo llegó con el baúl donde estaban los cuatro huevos que le habían regalado.
— Ponlos junto a Drogo.
Rackharo la miro indeciso pero al final hizo lo que le ordeno, saco los cuatro huevos de dragón y los puso en donde le había dicho su Khalessi.
De repente Ser Jorah apareció a su lado con una expresión de auténtico miedo.
— Khalessi, mi reina, juro servirla, obedecerla, morir por usted si es necesario, pero déjelo ir Khalessi. Se lo que pretende, no lo haga.
Eireene volteo a verlo de manera sería.
— Debo hacerlo. Usted no entiende.
— No me pida que me quede a su lado mientras trepa esa pira. No la veré quemarse.
La mirada de Eireene se suavizo y sonrió de lado.
— ¿Eso es lo que temes?
Ser Jorah bajo la mirada pero Eireene hizo que la levantara nuevamente y la mirara, después de imprevisto, le dio un pequeño beso en la mejilla lo que hizo que Ser Jorah se diera cuenta de sus sentimientos por la Targaryen.
Eireene se alejo de Ser Jorah y se giro hacia donde estaba toda su gente.
— ¡Serán mi Khalassar! Veo los rostros de esclavos. Los libero. Quitense los collares. Váyanse si lo desean, nadie los detendrá. Pero si se quedan, serán como hermanos y hermanas, como esposos y esposas. Yo soy Eireene Rainstar de la casa Targaryen de la sangre de la antigua Valyria. Soy la hija del dragón. Y les juro que aquellos que los dañen morirán... gritando.
— ¡No me escucharás gritar!
Dijo la bruja detras de ella.
— Lo harás. Pero no son tus gritos lo que quiero... Es tu vida.
Rackharo se acercó a ella con una antorcha para que pudiera encender la pira pero Eireene la rechazó. Le dió una última mirada a Ser Jorah y a todos los presentes, se dió media vuelta y camino a pasos lentos hacia la pira, cuando llegó extendió su mano hacia esta y cerro los ojos concentrandose en lo que quería hacer. Sus manos se tornaron rojas como si las estuviera calentando en una fogata y de repente prendió fuego a la pira, sorprendiendo a todos por eso. Poco a poco todo se fue incendiado incluyendo la bruja quien empezó a cantar una rara canción pero a los pocos segundos fue reemplazado por sus gritos.
Antes de que Eireene perdiera de vista a todo el mundo por las llamaradas del fuego vio a su hermana del otro lado cargando a su bebé y mirándola aterrada y sorprendida, la Targaryen lo único que pudo hacer fue sonreír antes de perderla de vista. Su vestido fue incendiadose, su piel fue envuelta entre las llamas del fuego pero ella no sentía dolor, de hecho sentía paz y tranquilidad.
El sol ya había salido, la pira había quedado hecha cenizas después de arder toda la noche, las personas y los pocos Dothraki que se quedaron se levantaron y despertaron de su sueño, Ser Jorah fue el primero en acercarse a lo que quedaba de la pira, temiendo lo que podía ver fue acercándose poco a poco y cuando llegó al centro de la pira se dió cuenta de que habían solo dos cadáveres totalmente quemados, el de la bruja y el del Khal, volteo hacia a un lado y se dió cuenta de que ahí estaba su Khalessi, arrodillada en el suelo, completamente desnuda y con la piel llena de suciedad. Daenerys también se fue acercando con su sobrino en sus brazos, quedando detrás de Ser Jorah y viendo lo mismo que él.
Eireene levantó la cabeza lentamente y vio a su guardia y su hermana, estaban sorprendidos pues Eireene había prendido fuego a la pira con sus propias manos y había salido totalmente ilesa del fuego.
Ser Jorah fue el primero en arrodillarse y bajar la mirada.
— Sangre de mi sangre.
Susurró el guardia juramentado.
La Targaryen se levantó del suelo sin importarle que estuviera totalmente desnuda y con cuatro dragones bebés en ella, dos estaban en cada uno de su hombro, el otro estaba agarrado de su pierna derecha y el último Eireene se lo encontraba cargando.
Todos los presentes se arrodillaron ante ella y bajaron su mirada en forma de respeto. Eireene miro a todos con un aura de superioridad y alzó su mentón, por otro lado Daenerys por fin entendía la sensación que tenía anoche cuando vio todo el escenario, pues ella había soñado eso, ella lo había predecido.
— El nacimiento del último dragón.
Susurró para si misma Daenerys, arrodillándose también con su sobrino en sus brazos.
———— AUTHOR'S NOTE 🗡️🔥
Espero les haya gustado el capítulo, recuerden dejar su voto y comentarios. Los amo ❤️✨
Por cierto, vayan a seguirme a mi Tiktok, me pueden encontrar como "swttxxyigxc", ahí subo contenido sobre mis historias y uno que otro edit de mis actores fav, estaría agradecida de que lo hicieran, sin nada más que decir, nos vemos en el próximo capítulo ❤️
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