O8

EL CALOR DEL SOL PEGABA SOBRE LAS CABEZAS DE LOS DOTHRAKI Y DE LAS DOS HERMANAS TARGARYEN EMBARAZADAS, estaban viajando desde hace dos días sobre sus caballos y en esos dos días Drogo se había puesto muy mal gracias a la herida que Mago logro hacerle antes de que muriera despiadadamente. Eireene iba detrás de Drogo, la platinada tenía una mirada preocupada y sus facciones estaban ligeramente fruncidas por lo mismo, su esposo estaba tambaleándose, en cualquier momento podría caerse y tenía miedo.

— Tal vez deberíamos parar un momento. Se nota muy cansado.

Murmuró su hermana a su lado. Eireene volteo a verla de reojo y le sonrió ligeramente cuando de repente se escucha el impacto de algo cayéndose al suelo, y como temía la Targaryen mayor, su esposo había caído del caballo.

De inmediato paro su yegua y se bajó de ella, corrió hacia su esposo y se inco aún lado de él, tres Dothrakis más fueron hacia su Khal y Khalessi para ayudarlos.

Mi sol y estrellas...

Murmuró asustada Eireene mientras sostenía su rostro con sus delicadas y pálidas manos.

Se cayó del caballo. Un Khal que no puede cabalgar no es Khal.

Eireene volteo hacia atrás para fulminar con la mirada al Dothraki que había dicho eso.

— Está cansado, eso es todo. Necesita descansar. Hemos cabalgado suficiente por hoy. Acamparemos aquí.

— Este no es lugar para acampar. Una mujer no nos da órdenes. Ni siquiera una Khalessi.

— Acamparemos aquí. Diles que Khal Drogo lo ordeno.

— Tu no me ordenas Khalessi.

Eireene apretó los puños frustrada y furiosa, quería en estos momentos cortar la lengua de ese Dothraki y dársela a tragar.

De pronto una patada de Balerion, su hijo, hizo que se tranquilizara, no debía de estresarse mucho o su hijo cargaría con las consecuencias.

Tráeme a Mirri Maz Durr.

— ¿La bruja? Te traeré la cabeza, Khalessi.

— Traemela ilesa o Khal Drogo oira porque me desafiaste.

El Dothraki apretó los dientes enojado y se fue junto a su caballo en busca de esa bruja, mientras que los demás Dothraki ayudaban a su Khalessi a cargar a su Khal y de poner el campamento donde había dicho la platinada.

Drogo sudaba frío pero su piel se encontraba hirviendo, de su boca salían solo incoherencias y su herida se veía negra y al parecer con pus, Eireene se encontraba sentada aún lado de él sosteniendole la mano fuertemente. Quería llorar, quería gritar y tumbarse aún lado de su esposo para abrazarlo y sollozar, pero se negaba hacerlo, él la necesitaba fuerte pero era casi imposible de serlo, pues dependía de un hilo, un hilo muy fino entre la vida y la muerte.

— Khalessi.

La voz de Ser Jorah hizo que saliera de sus pensamientos y lo volteara a ver.

— Él es fuerte, muy fuerte, pero nadie lo ve.

Sentía tanta desesperación, frustración y tristeza la platinada.

Ser Jorah miro al Khal agonizando y después a su Khalessi quien veía a su esposo con ojos llorosos. Suspiro triste y de su cinturón saco una daga la cual utilizo para ver la herida del Khal, raspo ligeramente la hoja filosa del arma blanca sobre la herida llevándose una pequeña cantidad de pus y de carne muerta. Era más que evidente el destino del esposo de su Khalessi.

— Morirá esta noche, Khalessi.

Eireene cerro los ojos y acaricio su barriga abultada con la mano que tenía libre.

— No puede morir. No lo dejaré.

— Ni siquiera una reina tiene ese poder.

La Targaryen se negaba a qué su esposo muriera, se negaba a qué el padre de su hijo padeciera esta noche.

Aún no podía creer que de pasar a desconfiar, tenerle miedo y hasta podría decirse asco a Drogo, ahora lo quería, lo apreciaba, le tenía cariño, etcétera. Aveces la vida hace unas jugadas increíbles.

— Debemos irnos rápido. Escuché que hay un buen puerto en Asshai.

— No lo dejaré.

Respondió firme Eireene.

— Él ya se ha ido, Khalessi.

La platinada miro triste a Ser Jorah, después pasos sus ojos violeta a Drogo.

— Incluso... Incluso si muere. ¿Porque escaparía? ¡Soy Khalessi y mi hijo será Khal después de Drogo!

— Esto no es Poniente donde los hombres honran la sangre. Aquí solo honran la fuerza. Habrá peleas después de que Drogo muera. Quién gane esa pelea será el nuevo Khal. No querrá rivales. Su hijo será arrancado de su pecho y se lo darán a los perros.

Eireene sintió sus manos calientes, casi hirviendo, como si las estuviera sumergiendo en fuego, sin embargo no era doloroso o incómodo para ella. Dejo de tomar la mano de su Khal y la posó junto a su otra mano, en su barriga, transmitiendo el calor de estas a su hijo. Se levantó de dónde estaba y con una mirada firme respondió.

— No lo dejaré.

Ser Jorah bajo la cabeza intimidado y asintió.

En ese instante entro Mirri Daz Durr, está hizo una reverencia a la Khalessi y después se acercó al Khal.

— La herida está supurando.

Tu hiciste esto, bruja.

Acuso el Dothraki a la bruja mientras hacia el ademán de sacar su arma.

¡Basta! No quiero que la lastimen.

Ordeno Eireene.

¿No? ¿No? ¿No quiere que la lastime? Ruega para que no te lastimemos a ti también. Dejaste que tocará al Khal.

La platinada apretó la mandíbula y sus manos fuerte mientras que sentía como por todo su cuerpo recorría algo caliente y espeso como la lava.

Controla tu lengua. Aún es tu Khalessi.

Hablo Ser Jorah, no soportando que su Khalessi fuera tratada así.

Solo mientras la sangre de mi sangre viva. Cuando él muera, ella no será nada.

¿Cómo te atreves? Nunca he sido nada. Soy la sangre del dragón.

Todos los dragones están muertos, Khalessi.

Y sin más el Dothraki se fue de ahí.

Eireene cerro los ojos y respiro profundo tratando de tranquilizarse, poco a poco sintió como su piel volvía a la temperatura normal desapareciendo esa sensación de lava recorriendo su cuerpo.

Era más que obvio que el Dothraki había hecho una amenaza hacia ella.

— Creo que debería usar su armadura esta noche, Ser Jorah.

Eireene se acercó a su guardia juramentado y lo tomo de los hombros.

— Y cuando lo haga vaya hacia donde mi hermana y no se separe de ella por ningún motivo.

— Mi deber es cuidar de usted, Khalessi.

— Y acatar cada una de mis órdenes. Y ahora mismo te estoy ordenando, que protegas a mi hermana de todo y todos.

Ser Jorah miro preocupado y nervioso a la platinada, Eireene al ver la mirada de Ser Jorah sonrió de lado y acarició la mejilla derecha de su guardia juramentado.

— Estaré bien.

Ser Jorah ante el contacto con la piel suave de su Khalessi cerro los ojos, después asintió con la cabeza y se fue de ahí. Dejando a Eireene sola junto a Mirri Duz Darr.

— Me salvo nuevamente.

Dijo Mirri Duz Darr. La platinada volteo a verla y se acercó a ella.

— Y ahora debes de salvarlo a él.

— Lo único que puedo hacer es atenuar su dolor.

— Salvalo y te liberare, lo juro. Debes conocer una forma. Alguna... Alguna magia.

Todos los movimientos de la señora se detuvieron al escuchar a la Khalessi. Después volteo a verla.

— Hay un hechizo. Algunos dirían que la muerte es más limpia.

Eireene se inco nuevamente aún lado de su esposo y lo miro durante unos segundos analizando la situación, su situación. Ahora no solo se trataba de su esposo, sino también de su hijo, Ser Jorah tenía razón, cuando Khal Drogo muriera los demás Dothraki iban a pelear por el puesto y se iban a deshacer de ella y de su hijo, de todo lo que les estorbara. Debía de salvarlo cueste lo que cueste.

— Hazlo.

— Hay un precio.

— Tendrás oro, todo lo que quieras.

— No es cuestión de oro. Esto es magia de sangre. Solo la muerte paga por la vida.

Eireene miro a la señora aún lado de ella con preocupación.

— ¿Mi muerte?

— No, no su muerte Khalessi. Traiganme su caballo.

Eireene sintió alivio al escuchar a Mirri Daz Durr y tomo la mano de su esposo.

El caballo de Drogo fue traído, ahora solo estaban en la carpa la bruja, Khalessi y el moribundo de Khal Drogo, Rackharo se acercó a su Khalessi de inmediato cuando entro a la carpa, tenia mucho miedo de lo que esa mujer podría hacer.

— No haga esto mi Khalessi. Déjame matar a esta bruja.

Suplico el Dothraki.

— Mátala y matarás a tu Khal.

— Esto es magia de sangre. Esta prohibida.

— No hay otra opción.

Murmuró para si misma Eireene.

Mirri Daz Durr empezó a hablar en otro idioma totalmente desconocido para la Targaryen mientras acariciaba al caballo y acercaba una daga al animal.

— Vete ahora.

Dijo la mujer a la Khalessi.

— Llévatela y vete.

Ordeno Eireene a Rackharo, él se le quedó viendo indeciso a su Khalessi pero al final acato su orden y se llevó a la dama de compañía que en esos momentos se encontraba junto a ella.

— También debe ir, señora. Cuando comience a cantar, nadie debe de entrar a la tienda. Los muertos bailarán esta noche aquí.

Eireene miro a su esposo, se acercó a este y acaricio su frente con cariño.

— Tráelo ante mi.

La mujer asintió con la cabeza, la Targaryen se dio media vuelta y empezó a caminar fuera de la carpa mientras que al mismo tiempo la mujer le cortaba el cuello al caballo y empezaba a cantar. Cuando salió Eireene fue recibida por todos los Dothraki, algunos la veía asustados, otros tristes y muchos otros enojados, la platinada simplemente los ignoro y fue hacia la carpa de su hermana, en esta no se encontraba Dany pero no temió por ella porque lo más seguro es que Ser Jorah se la haya llevado a un lugar seguro.

Eireene acaricio su barriga y suspiro cansada.

— Créeme que lo que estoy haciendo es por ti y por tu padre, por nosotros.

Y como si su hijo hubiera entendido pateo ligeramente la barriga de su madre, haciendo que está sonriera de lado, pero pronto esa aura de tranquilidad se vio interrumpida por dos Dothraki que entraron a la carpa. Eireene de inmediato volteo hacia ellos.

¿Que hacen aquí?

Pregunto con voz firme la platinada.

Primero deja que una bruja toque a nuestro Khal y ahora deja que esa puta bruja nos hechice a todos.

Los Dothraki se acercaron de manera peligrosa a Eireene mientras que está  protegía con sus manos su barriga.

¡Aún soy su Khalessi y no tienen derecho de hablarme así!

Los Dothraki se rieron de ella y siguieron avanzando.

Eireene al ver las intenciones de los dos hombres trato de gritar el nombre de Rackharo para que viniera a auxiliarla pero uno de los Dothraki había sido más rápido y le habia pegado una cachetada mandándola al suelo. La Targaryen cayó de espaldas y gimió adolorida por el golpe pero sin importar eso aún tenía sus manos envueltas en su estómago protegiendo a su hijo, uno de los Dothraki la agarró de las piernas inmovilizandola de la cadera hacia abajo mientras que el otro Dothraki se ponía encima de ella y empezaba a arrancarle la ropa.

— ¡Rack...

Eireene fue callada nuevamente por un golpe en la cara, esta vez fue un puñetazo, lo cual la hizo desorientarse un poco.

La platinada podía sentir las manos sucias y asquerosas de esos dos Dothraki recorrer su cuerpo, apretaban y mallugaban su piel suave y pálida, dejando moretones y chupetones.

Veamos si nuestro Khal la cogió bien.

Dijo uno de los Dothraki abriéndole las piernas a Eireene y poniéndose en medio de estas. La Targaryen al sentir como la punta del pene de ese Dothraki entraba en ella se desespero y se empezó a mover frenéticamente y empezó a golpear a los dos hombres tratando de alejarlos de ella.

— ¡Quedate quieta puta extranjera!

Una, dos, tres patadas recibió en su estómago haciéndola gritar de dolor. El Dothraki que la había pateado de inmediato tapo su boca mientras el otro la penetraba salvajemente, provocándole daño en sus paredes vaginales y haciéndola sangrar.

La misma sensación de hace treinta minutos recorrió todo su cuerpo, algo caliente y espeso como la lava corría por sus venas, parecía como si su sangre hubiera sido reemplazada con fuego. El dolor, la furia y la frustración fue como un botón que activo algo dentro de ella, sus ojos ya no tenían ese color violeta característico de los Targaryen, ahora eran color rojo sangre, sus manos empezaban a tornarse color rojo, como si las hubiera metido al fuego y estás se hubieran quemado, la temperatura corporal de Eireene se elevó haciendo que los Dothraki se alejaran de ella porque su piel los quemaba. Cuando se alejaron de la Khalessi la vieron con temor, con miedo puro y lo último que pudieron hacer fue mirar como Eireene explotaba.

Ser Jorah y Daenerys, quienes estaban en la carpa del primero mencionado escucharon el grito estremecedor de Eireene, ambos se voltearon a ver asustados y salieron de la carpa pero al hacerlo un golpe de aire caliente los recibió, ese golpe de aire había provenido de la carpa de Daenerys. Los dos fueron corriendo hacia este y al entrar se encontraron con dos cadáveres totalmente incinerados en el suelo y a Eireene recargada en uno de los muebles de la carpa, con la ropa desgarrada y con sus piernas llenas de sangre.

— Khalessi.

Dijo asustado Ser Jorah mientras tomaba una manta y envolvía a la platinada. Daenerys por otro lado salió corriendo de la carpa en busca de ayuda.

— ¿Qué fue lo que pasó?

Eireene gimió de dolor y sostuvo con sus dos manos su barriga.

— El bebé... Ya viene.

En ese momento entra Daenerys y Rackharo.

— Traigan a las matronas.

Ordeno Ser Jorah.

— No quieren venir, dicen que está maldita.

Respondió Rackharo.

— Diles que vengan o cortaré sus cabezas.

Eireene gimió nuevamente de dolor.

— La bruja sabe hacerlo. La oí decirlo.

Comento Rackharo, mirando preocupado a su Khalessi.

Ser Jorah miro indeciso la salida de la carpa y a la platinada, no quería dársela a esa mujer, no le daba buena espina pero al verla sufrir tanto no tuvo otra opción, decidió cargarla entre sus brazos y llevarla con Mirri Daz Durr.




















———— AUTHOR'S NOTE 🗡️🔥

Espero les haya gustado el capítulo, recuerden dejar su voto y comentarios. Los amo ❤️✨

Por cierto, vayan a seguirme a mi Tiktok, me pueden encontrar como "swttxxyigxc", ahí subo contenido sobre mis historias y uno que otro edit de mis actores fav, estaría agradecida de que lo hicieran, sin nada más que decir, nos vemos en el próximo capítulo ❤️

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