EIREENE Y DAENERYS SE ENCONTRABAN EN LA HABITACION DE LA PRIMERA MENCIONADA, AMBAS VEIAN CON SONRISAS RISUEÑAS A UNO DE LOS dragones de Rene mientras que este veía con ojos grandes y curiosos a su madre. Balerion en ese momento había sido amamantado por Dany y ahora se encontraba plenamente dormido en su cuna junto con Rhaegal quien parecía que había formado una conexión inmediata con el bebé, por otro lado estaban Viserion y Heartfire jugando por toda la habitación, persiguiendose y mordiéndose juguetonamente.

Rene tomo un pedazo de carne cruda y se la puso frente a Drogon.

— Dracarys.

Dijo de forma lenta y elocuente Rene a su dragón. Este miro a su madre primero y después al pedazo de carne, abrió su hocico y de él salió una ligera y muy leve llama de fuego, quemando levemente el pedazo de carne. Dany rio impresionada y se llevo sus manos a su vientre abultado, mientras que Rene sonrió orgullosa y acaricio a Drogon con las yemas de sus dedos suavemente, mientras esté comía.

De repente entro Ser Jorah a la habitación y al ver el ambiente tan tranquilo, pasivo y armonioso no pudo evitar sonreír de lado. Rene se volteo hacia su Ser y sonrió al verlo mientras tomaba entre sus manos a Drogon, los latidos del corazón de Ser Jorah se volvieron desenfrenados ante ese gesto y los ojos violetas brillosos de su Khalessi puestos en él, lo había estado tratando de negar, quería no creerlo, pero cada vez se hacia mas notorio y obvio. Ser Jorah estaba irrefutablemente y ciegamente enamorado de Eireene Targaryen.

— Ser Jorah, parece que lo invoque.

Dijo entre sonrisas divertidas Eireene.

— ¿Para que me necesitaba Khalessi?

Rene puso en su jaula a Drogon y Viserion, dejando solo a Rhaegal fuera porque se encontraba junto a su primogénito durmiendo, Dany se encargo de hacer lo mismo con su dragón y después con una sonrisa se retiro de los aposentos de su hermana mayor para ir a descansar a los suyos.

— ¿Recuerda que antes de que quedará embarazada de Balerion usted me entrenaba para ser, aparte de una gobernadora, guerrera?

Ser Jorah asintió con la cabeza mientras respondía.

— Como si fuera ayer, Khalessi.

— Quiero volver a mis entrenamientos, Ser Jorah. Aunque mi Khalassar y familia estén cómodos y bien aquí no me fío de los hombres que la gobiernan, siento que algo malo puede pasar y quiero estar preparada para cualquier adversidad.

Ser Jorah miro a Eireene con un brillo en sus ojos que lo hacían ver más joven. El brillo de un enamorado.

— Será un honor para mí Khalessi.

De pronto, a la habitación llego una de las damas de compañía de Eireene, con un hermoso vestido color turquesa y destellos dorados, era realmente bello y digno para alguien tan preciosa como lo era Eireene.

— Mi Khalessi, Xaro le ha enviado esto como un obsequio de bienvenida y dice que le encantaría que conviviera con las demás gente de Qarth.

Rene miro el vestido y después a su dama de compañía quien parecía más emocionada que ella misma.

— Es un... Hermoso obsequio sin dudarlo, dile que se lo agradezco, que no debió molestarse. Por otro lado lo de su invitación...

— Debería hacerlo, Khalessi.

Interrumpió Ser Jorah. Eireene volteo a verlo con el ceño fruncido, hace unos cuantos segundos le había explicado que no confiaba en esta gente y él decía que debía convivir con ellos.

Ser Jorah al ver la expresión confundida de Eireene se acerco a su oido y le susurro.

— Entre más cerca este del enemigo mejor Khalessi.

Y ahora entendía. Rene miro a Ser Jorah, después a su dama de compañía y a lo último el vestido. Su caballero tenía razón, como siempre, así que no había otra opción.

No mentiría Eireene al decir que no estaba incómoda entre tanta gente, quien parecía que lo único de lo que podían hablar era de quién tenía más oro y joyas, se arrepentía de aceptar en venir y conocer a la gente de Qarth, ahora contaba los minutos para poder regresar a sus aposentos y estar con su hijo y sus dragones. Desgraciadamente Ser Jorah no estaba con ella, él se había quedado al cuidado de su hermana, no confiaba en dejarla sola en este lugar y Jorah Mormont era su brazo derecho, más que su Ser y amigo, su consejero.

— Madre de dragones.

Una voz hablo detrás de ella, por lo cual se volteo. Era un hombre de unos 40 años, calvo, delgado, ropas finas y delgadas y labios azules.

— A nombre de los brujos de Qarth, le doy la bienvenida. ¿Una demostración?

Eireene sonrió amablemente y miro un poco indecisa la mano extendida del extraño hombre, pero después de unos segundos la acepto.

— Tomé está gema. Mírela. En su interior. Tiene muchas facetas. Mire bien cerca y podrá verse reflejada en ella.

Rene miro la gema en sus manos y después al hombre frente a ella, no sabía muy bien que es lo que estaba pasando, desvío levemente su mirada hacia atrás y vio a un hombre idéntico al que estaba hablando con ella, mirandola fijamente.

— A menudo más de una vez.

Hablo la copia. Todos a su alrededor soltaron un sonoro: "Oh".

— Si se cansa de las chucherías y baratijas de Xaro, será un honor hospedarla en la casa de los eternos. Es siempre bienvenida, madre de dragones.

Y sin más se fue el hombre, no sin antes que todo el mundo alrededor le aplaudiera.

Realmente había dido algo único y raro, ahora Eireene sabía algo más sobre estás personas, que eran mágicas y peligrosas y debía tener más cuidado del que pensaba.

— Mis disculpas.

Rene volteo hacia un lado y se encontró con Xaro sonriendole.

— Pyat Pree es uno de los trece. Tuve que enviarle una invitación por tradición. Las tradiciones son fuertes en Qarth.

— ¿Que es la casa de los Eternos?

Pregunto sin rodeos Eireene.

— Es adónde van los brujos a leer viejos libros y a beber una bebida mágica. Sus labios se vuelven azules, y sus mentes, blandas. Tanto que realmente creen que sus trucos de salón son mágicos.

Rene miro con una ceja enarcada a Xaro.

"Pareció muy real para mí" pensó para si misma, sin embargo no lo dijo, tenía el presentimiento que Xaro no quería que ninguno de los trece la impresionara, más que él, suponía que porque sabía que ella era poderosa y quería tenerla, sin embargo nadie más podía tenerla, pero debía dejar que pensara eso, al menos por ahora que estaba en su territorio y con su gente.

El sonido de las espadas chocando era lo único que se podía escuchar en uno de los tantos espacios vacíos del castillo, Eireene se movía con destreza al igual que Ser Jorah, la luna brillante y las velas eran lo único que los alumbraba en ese momento, pues Rene no habia podido esperarse hasta el dia siguiente para retomar sus clases, y Ser Jorah, él le servia completamente a Eireene y no podia negarle nada.

En un descuido Eireene tropezó y cayó al suelo, dándole ventaja a Ser Jorah para arrebatarle la espada de sus manos y apuntarle con su espada directamente al cuello.

— Murió.

Declaró Ser Jorah mientras bajaba su arma y ayudaba a su Khalessi a levantarse.

Eireene bufó enojada y fue a por su espada que había quedado desde la otra punta del lugar.

— Está bien Khalessi, está volviendo a sus prácticas, es normal que aún tenga unas cuantas fallas, pero realmente lo hizo muy bien.

— Otra vez.

Pidió Rene poniéndose en modo de ataque hacia Ser Jorah.

— Ya es tarde Khalessi, debe descansar pero mañana seguiremos. Le prometo que no pararemos hasta convertirla en la mejor guerrera de todos los tiempos.

Rene miro con ojos risueños a su Ser y suspiro cansada.

— De acuerdo.

Ser Jorah miro con una sonrisa a su Khalessi y después se dió media vuelta, dispuesto a ir hacer guardia a la puerta de la Princesa Daenerys.

— Ser Jorah...

El mencionado detuvo sus pasos y volteo a ver a su Khalessi de inmediato.

— Gracias, por todo.

Eso fue más que suficiente para que el día de Ser Jorah terminará más que perfecto.

— No debe agradecer Khalessi. Estoy a sus pies.

Eireene rio divertida, pues pensaba que lo que decía era exageración y después ambos tomaron caminos diferentes.

——— AUTHOR'S NOTE 🗡️🔥

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