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AUNQUE EL CALOR ESTUVIERA INSOPORTABLE PARA TODO EL KHALASSAR, EIREENE Y SU HIJO BALERION, RECIBÍAN EL CALOR DEL SOL como una ligera brisa para su piel fría y tersa, era como si madre e hijo no les afectarán las altas temperaturas que podía desprender la gran estrella llamada sol, aunque bueno, Eireene Targaryen ya había demostrado que era inmune al fuego, así que tendría sentido que soportará las altas temperaturas del desierto y estuviera fresca como lechuga. Pero a pesar de que el calor no les afectará, Eireene y su Khalassar llevaban semanas sin probar un buen bocado, solo pasto y agua, lo que era un poco frustrante para la Targaryen mayor, pues se suponía que ella cuidaría a esas personas y vería por ellas y por ahora lo único que ha hecho por ellos, es darles hambre y cansancio, sin embargo Ser Jorah le decía a la Khalessi que muchas grandes personas comenzaron desde abajo, que su historia apenas comenzaba y que no se desesperara.
Eireene sonrió risueña y salió de sus pensamientos cuando sintió a su bebé dragón acariciar con su cabecita su mejilla. Volteo y lo vio con una sonrisa amorosa. Drogon, el primer dragón que rompió su cascaron estaba parado en su hombro derecho, sus otros dos dragones estaban en una pequeña jaula de madera, a ellos los había nombrado como a sus hermanos, en su memoria. Viserion y Rhaegal. El cuarto dragón, el cual le pertencia a su hermana Dany, estaba tranquilamente posado encima de la barriga abultada de su hermana, cuidando de ella y de su bebé, lo que le parecía una imagen muy tierna de ver.
Eireene le extendió un poco de pasto a Drogon pero este solo soltó un chillido agudo en forma de disgusto, Eireene negó con la cabeza y comió ese pedazo de pasto.
— ¿Qué es lo que comen los dragones, Khalessi?
Pregunto detrás de ella una de sus damas de compañía, viendo con admiración al pequeño dragón de escamas negras y ojos rojos de Eireene.
— Carne.
Respondió Eireene acompañado de un suspiro cansado. De repente los llantos de su hijo la hizo voltear hacia atrás preocupada, una de las encargadas de su hijo camino con ella apurada mientras sostenía con mucho cuidado al bebé.
— Tiene hambre mi Khalessi.
Eireene cargo con suma delicadeza a su hijo y lo miro con una sonrisa triste, conforme pasaban los días su hijo iba tomando más forma humana que de dragón, las escamas con las cuales había nacido estaban desapareciendo lentamente, los bultos con los que tuvo que cargar en su espalda los primeros días de nacido se habían ido, lo que seguía igual y parecía que jamás se irían, eran sus ojos color rojo escarlata.
— Shuu, tranquilo mi dulce dragón.
Murmuró Eireene acariciando la frente de Balerion con amor. Su hijo pareció tranquilizarse un poco pero sus pequeñas manitas iban hacia sus pechos. Eireene miro con tristeza a su hijo pues no podía darle de comer, estaba seca, no portaba leche para amamantar a su Balerion y eso la llenaba de coraje.
— ¿Quieres que lo amamante, Rene?
Pregunto Dany desde su caballo. Eireene volteo a verla y asintió con la cabeza con una sonrisa en su rostro, con cuidado le pasó a su hijo en brazos y Dany de inmediato le dio de comer. Eireene había tomado al dragón de su hermana con precaución para que Daenerys se acomodara y lo puso en una pequeña jaula junto con Drogon, quién también lo bajo con precaución de su hombro.
Tan pronto como los dragones quedaron encerrados, la yegua que le había regalado Drogo el día de su boda, cayó al suelo abruptamente. Eireene corrió hacia este y lo miro con lágrimas en sus ojos, se inco y acercó su mano hacia la yegua blanca y la acaricio con melancolía.
La Targaryen sintió como alguien se acercaba a ella por detrás, volteo y vio que se trataba de Ser Jorah, quién veía a Eireene con ojos tristes.
— Fue el primer regalo de Drogo.
Dijo Rene.
— Lo recuerdo mi Khalessi.
Eireene vio por última vez a su yegua y se levantó del suelo.
— Debo de hacer algo antes de que vuelva a pasar lo mismo. Solo tenemos cuatro caballos, no podemos darnos el lujo de perderlos, y tampoco a las personas que se quedaron a seguirme.
— ¿Que sugiere mi Khalessi?
Eireene bajo la mirada pensativa mientras su mente empezaba a idear algo. Cuando por fin tuvo algo congruente en su cabeza se volteo para mirar a su Khalassar.
— Rackharo, Aggo, Kovarro. Tomen los caballos. Tú ve al este, tú al oeste y tú al noreste.
Ordenó Eireene a cada Dothraki que llamó.
— ¿Que buscamos, Khalessi?
Pregunta Rackharo.
— Ciudades muertas o vivas. Caravanas y gente. Busquen ríos, lagos o el gran mar salado. Vean a dónde llega el Desierto Rojo y lo que hay del otro lado.
Los Dothraki asintieron con la cabeza y fueron hacia los únicos tres caballos que poseían. Eireene suspiro profundo y miro de reojo a Ser Jorah, quien la veía con una sonrisa calida, Eireene correspondió la sonrisa y después sus ojos se desviaron al cielo, dónde estaba un cometa rojo.
Dany acariciaba su vientre abultado y veía con una sonrisa de lado a su dragón, quien dormía cálidamente junto a Drogon, Viserion y Rhaegal también dormían plácidamente juntos pero en otra jaula. Eireene llegó junto a ella con su hijo en sus brazos, lo estaba arrullando para que durmiera un rato, mientras esperaba a que los Dothrakis regresarán.
— Después de años en los que se creía que los dragones estaban extintos... Ahora tenemos a cuatro enfrente de nosotras.
Dijo Eireene con una sonrisa orgullosa. Daenerys volteo a verla y asintio con la cabeza entusiasmada.
— Así es... Fue un lindo detalle que nombraras a tus dragones en honor a nuestros hermanos y tu esposo. Yo aún no se que nombre ponerle al mío.
Declaró Dany mientras regresaba su mirada a los dragones bebés durmiendo.
Eireene la vio con una mirada cálida y comprensiva y después se giró a ver al dragón de su hermana. Era la única hembra de los cuatro dragones, sus escamas blancas con rosado la hacían única, jamás había existido un dragón con tonalidades rosas y blanco.
De repente, Rene enfoco mejor su vista y vio como el dragón de su hermana tenía una mancha en sus escamas en la parte de su pecho y la forma de la mancha era de un corazón, una idea vino a su mente.
— Si te fijas... Tu dragón tiene una mancha en forma de corazón en su pecho. Podrías utilizar eso a tu favor.
Dijo Eireene mientras seguía arrullando a su hijo.
Daenerys volteo a ver a su hermana confundida y regreso su mirada a su dragón para verificar lo dicho por la mayor, enfocó su vista y así era. Tenía una mancha en forma de corazón su dragón, la mente de Dany empezó a idear nombres para su dragón bebé hasta que llegó uno a su mente y lengua.
— Heartfire.
Declaró Dany con un brillo en sus ojos. Rene sonrió contenta y asintio con la cabeza.
— Es perfecto.
Ambas hermanas rieron juntas y se quedaron sentadas una a lado de la otra, disfrutando de ese pequeño momento de paz, sin saber que pronto se acercaría una tormenta.
———— AUTHOR'S NOTE 🗡️🔥
Espero les haya gustado el capítulo, recuerden dejar su voto y comentarios. Los amo ❤️✨
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