O1
PENTOS, PALACIO
DE ILIRIOS
EL SOL GOLPEABA DELICADAMENTE EL ROSTRO BLANQUECINO de la dulce y hermosa joven que se encontraba sentada de rodillas enfrente del gran jardín donde estaban las más hermosas flores plantadas, su larga cabellera plateada se movía ligeramente gracias al aire fresco que corría en esos momentos, sus ojos violetas miraban con fascinación la rosa enfrente de ella, su fascinación era especialmente a esa rosa que a diferencia de las otras que eran de color blanco como la nieve esta tenía tonos rojizos y blancos, haciéndola única. Eireene sonrió risueña mientras con sumo cuidado acariciaba los pétalos de esa misma, quería arrancarla y llevársela pero no podía hacerle eso a tan hermosa y única especie. Suspiro y cerró los ojos mientras sentía como otra ráfaga de aire un poco más fuerte golpeaba su delicada piel, tal acto la hizo sentirse en paz y relajada. El gran jardín del palacio era el único lugar en donde nadie podía decirle que hacer, como la mayoría del tiempo hacía su hermano. Era liberador.
— ¡Eireene! ¡Eireene! ¡¿En donde carajos estas?!
La Targaryen giro su cabeza hacia un lado y cerró los ojos frustrada. Su momento de paz había acabado.
— ¡Ahí estas! ¡¿Que demonios haces aquí?! ¡Debes de estar arreglandote para cuando venga nuestro invitado!
Viserys, su hermano mayor, el ultimo dragon, el heredero legítimo al trono de hierro y rey de los siete reinos.
— Daenerys ya está siendo arreglada, así que acompáñame para que también te arreglen.
Viserys le extendió su mano a su pequeña hermana y está la aceptó sin más remedio, después ambos empezaron a caminar, adentrándose al palacio y yendo directamente a la habitación de la platinada.
Antes, cuando eran unos críos eran unidos como cualquier par de hermanos, jugaban a las atrapadas y se escabullian por los pasadizos secretos del castillo para poder hacerles bromas a las demás personas que vivían ahí, pero cuando su padre fue asesinado y usurparon el trono, se vieron obligados a huir haciendo que Viserys tomará el papel de hermano mayor más en serio y madurara más rápido, eso cambió su forma de ser, ya no era amable ni cariñoso con sus hermanas, ahora era grosero, pedante, narcisista y egolatra lo que llevó a que su relación de hermanos se quebrantara con el paso del tiempo y se distanciaran.
— Tú y Dany deben de estar perfectas.
Eireene al escuchar eso trato de no rodar los ojos y bufar enojada. Cuando aún era una niña Eireene se le conocía por ser rebelde, no obedecía a sus mayores y hacía lo que a ella le pareciese más conveniente, y se volvió aún más rebelde cuando Viserys se tomó enserio su papel de hermano mayor y de ser el legítimo heredero al trono de hierro, lo desafiaba a cada minuto y se pasaba sus reglas y órdenes por el arco del triunfo, pero cuando Viserys la golpeó por primera vez todo cambió. Ese fue otro de los factores por el cual su relación empezó a romperse y a distanciarse entre ellos.
Hace unos días Viserys había hecho un trato con Khal Drogo, líder de los Dothrakis del mar angosto, le había prometido la mano de una de sus hermanas si a cambio le daba un ejército, este aceptó. Esa misma tarde vendría Khal Drogo a escoger a una de las hermanas Targaryen y a quien escogiera la haría su Khalessi. Algo que no le era de mucho agrado a ninguna de las hermanas, pero a su hermano obvio no le importaba lo que ellas quisieran.
— No quiero hacer esto.
Susurro Eireene. Viserys detuvo sus pasos y volteo a ver a su hermana menor por un año, con una mirada seria.
— Oh mi dulce dulce hermana, ¿Es que acaso olvidaste que tu deber como hermana menor y mujer es obedecerme sin chistar y quedarte callada?
Viserys tomó de la mano a su hermana otra vez, pero en esta ocasión de manera brusca y siguieron su camino a la habitación de Eireene.
— Debe de haber otra forma de que consigas el ejército que tanto anhelas. Otra estrategia para poder tomar el trono de hierro y recuperar nuestro hogar. ¡Porfavor, Viserys! ¡No quiero esto!
— ¡Ya basta!
Viserys tomó de los hombros a su hermana y la acorralo en una de las paredes del palacio.
— Soy tu hermana.
Susurro con un nudo en su garganta Eireene. Le dolía que su hermano mayor, su familia, su propia sangre no le importara ella ni su hermana, que le diera igual que hicieran con ellas, si él obtenía lo que quería estaba más que contento. Ella jamás le haría eso, ni a él ni a Dany, a pesar de todas las diferencias que tenían.
Viserys apretó su mandíbula y cerró los ojos, quería proporcionarle una cachetada a su hermana por cuestionarlo, pero no podía, no podía dejarle un moretón justo cuando más al rato vendría Khal Drogo.
— ¿No quieres despertar al dragon, verdad?
Eireene suspiro profundo y negó con la cabeza mientras miraba decaída hacia el suelo.
— Entonces deja de contradecirme y obedeceme. Vete arreglar.
Viserys despegó a su hermana de la pared en donde la estaba reteniendo y la empujó hacia un lado para que comenzará a caminar a su habitación, pero esta vez sin su compañía. Eireene casi tropieza y casi cae al suelo pero logra estabilizarse antes de que eso pase, miró sobre su hombro como su hermano se alejaba de ella a pasos rápidos y pesados, la platinada suspiro triste y trago saliva para poder deshacerse del nudo que tenía en su garganta y la opresión de su pecho que sentía en esos momentos, camino a pasos lentos y desanimados hasta su habitación y cuando llegó encontró a varias doncellas preparando un baño y la ropa que se pondría.
— Mi lady, ¿Ya está lista?
Eireene no respondió, sólo miró a las doncellas seriamente para después quitarse el vestido color azul cielo que traía, las mujeres apartaron su mirada del cuerpo de la Targaryen mientras sus mejillas se sonrojaban, no era ningún secreto que Eireene era bellísima, tanto que despertaba envidia entre la población femenina, aunque algunas veces despertaba la lujuria y deseo de estas mismas.
La platinada empezó a caminar directo a la ducha que le habían preparado las doncellas y cuando puso su pie derecho dentro del agua las demás mujeres entraron en pánico.
— ¡Mi lady el agua está hirviendo!
Eireene hizo oídos sordos y se metió a la bañera, sintiendo apenas el agua tibia.
"¿Para las doncellas esto es agua hirviendo? " Se preguntó a si misma mientras hundía su cuerpo entero en el agua y se quedaba debajo un par de segundos calmando las voces de sus pensamientos e ideas y relajando cada uno de sus músculos, cuando sintió que sus pulmones no daban para más salió del agua lentamente, cubriendo sus pechos con sus antebrazos, con la cabeza en alto y con sus ojos cerrados. Algunas doncellas se quedarom embobadas e hipnotizadas por la belleza que desprendía la joven Targaryen. Parecía la reencarnación de Vhaena Targaryen, la mujer mas hermosa, inteligente y valiente que ha habido en el árbol genealógico de la familia Targaryen, los que la conocieron decían que superaba la belleza y destreza de Visenya Targaryen y Rhaenys Targaryen.
Viserys, Eireene y Daenerys se encontraban afuera del palacio acompañados de varios guardias y Lores que esperaban a Khal Drogo, Dany y Eireene se encontraban juntas, tomadas de la mano, ambas nerviosas y con el corazón en su garganta, su hermano mayor estaba enfrente de ellas moviendo su pie izquierdo con desesperación. Se estaba haciendo tarde y aún no llegaban los Dothrakis y quería acabar con esto de una buena vez.
— ¿Porque no llegan?
Preguntó frustrado Viserys.
— Los Dothrakis no son famosos por su puntualidad.
Respondió el magister. Viserys bufo enojado y apretó sus puños fuerte. Eireene por otra parte tomó aire profundo mientras limpiaba su mano sudorosa en su vestido, la otra, la que sostenía la mano de Daenerys, estaba igual de empapada de sudor, pero aunque la platinada quisiera quitarla para poder limpiarla y así no incomodar a su hermana, Dany no dejaba que se soltara de su agarre.
Estaba asustada, tal vez más que Dany, pero trataba de no mostrarlo. Trataba de verse segura de si misma, porque si no lo hacía entonces Dany no tendría en quien apoyarse.
De pronto el sonido de unos caballos relinchando y galopando se oyeron en donde estaban los tres hermanos, Dany trago saliva asustada y trató de ocultarse detrás de su hermana, mientras que Eireene hinchaba su pecho de aire y mantenía la cabeza firme. Era humillante para la Targaryen que su hermano la presentará a ella y a su hermana como reces, como pedazos de carne que no valían nada más que ejércitos o esclavos, pero a pesar de eso, ella no se dejaría ver derrotada y humillada. Lo que sí no podía ocultar era su corazón roto por la traición y egoísmo de su hermano.
Los Dothrakis aparecieron enfrente de ellos, todos portaban una piel morena hermosa, cabellos largos y trenzados y trazos de pintura en su cuerpo y cara. Eireene se dio cuenta de que el que tenía el cabello más largo era el que estaba enfrente por lo que supuso que ese era el líder, Khal Drogo.
La platinada al parecer se le había quedado viendo por mucho tiempo y de forma muy intensa al Khal, pues este volteo hacia ella, Eireene al notar eso le sostuvo la mirada desafiante, lo que a Khal Drogo le llamó la atención.
— Bienvenidos sean, les presento a mis invitados; Viserys de la casa Targaryen, el tercero de su nombre, el legítimo rey de los ándalos y los primeros hombres, y sus hermanas, Eireene y Daenerys de la Casa Targaryen.
Viserys se acerco a sus hermanas un poco, poniéndose en medio de ambas, mientras mira con una sonrisa a los Dothraki enfrente suyo, quienes escuchaban al magister hablar.
— ¿Ven cuán largo es su cabello?
Preguntó mientras señalaba con la cabeza a Drogo disimuladamente.
— Cuando un Dothraki es derrotado en combate le cortan la trenza para que todos vean que ha sido avergonzado. Khal Drogo nunca ha sido derrotado. Es un salvaje, por supuesto, pero es uno de los mejores asesinos. Y una de ustedes será su reina.
Eireene al escuchar lo último bajo la mirada al suelo, ella no quería casarse con alguien que no conocía de nada, que jamás había visto en su vida, que probablemente sólo la quería por su vientre y belleza. Eireene Targaryen quería ser quien escogería a su marido y quería ser quien escogiera el momento exacto para tal paso importante en su vida, no su hermano, pero al parecer ya no iba hacer así.
Mientras Eireene entraba en una crisis, Khal Drogo no despegó su mirada de ella, lo cual llamó la atención de Viserys, quien sonrió burlón y se acercó al oído de su hermana menor.
— Felicidades hermana. Te has ganado al salvaje.
Susurro divertido, Eireene levanto su mirada nuevamente a Drogo y lo miró sorprendida y nerviosa, el Dothraki no había apartado su mirada de ella.
Viserys sonrió maliciosamente y se sintió satisfecho de atormentar a su hermana una vez más.
Eireene ahora que tenía toda la atención de Khal Drogo se empezó a poner más nerviosa y asustadiza de lo normal, deseando con todas sus fuerzas ir al jardín y observar todo el día las hermosas rosas blancas, sobre todo esa extraña pero maravillosa rosa de tonalidades rojas y blancas, que le encontraba un extraño parecido a ella misma, ambos eran extrañezas entre la gente lo que las hacían unicas.
— Acerquense queridas.
Eireene trago saliva y respiro profundo, sin soltar el agarre de Dany empezó a dar pasos firmes hacia Khal Drogo, Daenerys la siguió pero ella de forma desconfiada. Ambas hermanas quedaron enfrente de Drogo, este no despegaba su mirada de Eireene, quien al igual que él le sostenía la mirada, ya no tan desafiante como antes pues las palabras de su hermano le habían caído como un baño de agua helada (Eireene odiaba el agua helada). Después de unos segundos Drogo se fue al igual que los demás Dothraki.
— ¡¿A dónde van?!
Preguntó exaltado y confundido Viserys.
— La ceremonia ha acabado.
— ¡Pero no dijo nada! Aunque sea ¿Aceptó a alguna?
— Créame, su Alteza, Khal Drogo cayó ante los encantos de una de sus hermanas.
El magister volteo a ver a Eireene, después le siguió Viserys y por último Daenerys. La platinada al ver la mirada de estas tres personas sobre ella, parpadeo triste y frustrada por lo que, obviamente, pronto iba a pasar. Lo que no quería se hizo realidad. Pero poco importaba ya.
— Solo quiero ir a casa.
Susurro Eireene para después ir al jardín, el único lugar en donde sentía paz. Pero que en muy poco tiempo dejaría atrás por culpa de su hermano y su egoísmo. A veces deseaba que los roles se intercambiarán por lo menos un día, y que su hermano sintiera lo que ella y su hermana menor sentían cada vez que las rebajaba solo por ser mujeres.
"Las mujeres solo tienen un deber. Que es casarse y dar herederos."
" Una mujer jamás podría portar una espada ni un escudo. Se hecharian a perder sus delicadas manos y llegarían tarde para una batalla."
"Una mujer no puede gobernar simplemente porque no tienen el cerebro para hacerlo."
"Una mujer tiene la obligación de procrear. Lo cual es una tarea muy fácil, y quien no lo hace simplemente no sirve para nada."
A veces quisiera que su hermano muriera pero a la vez no, después de todo era su familia y siempre vería por su familia, a pesar de que estos no lo merecieran.
— Te ves hermosa.
Dijo Daenerys viendo cómo su hermana era arreglada para su boda. Eireene sonrió de lado y bajo la mirada hacia su vestido, era uno sencillo pero bonito, su tela era ligera, el color era blanco para demostrar la pureza que aún conservaba, era de corte V, dejando un escote un poco pronunciado, los bordes estaban decorados por tela dorada y pequeñas joyas, lo que le daba el toque final. Su cabello iba a ir peinado por unas hermosas y medianas trenzas que rodearian su cabeza en forma de diadema.
— Lamento que no me haya escogido a mi. Si me hubiera escogido a mi y no a ti, tú no estarías triste y aun tendrías la oportunidad de casarte con un hombre valiente, fuerte y de corazón noble, como siempre has querido y como siempre me has contado.
Eireene sonrio enternecida por las palabras de su hermana y con la mano le indico que se acercara a ella.
— Ven.
Dany camino hacia ella y cuando quedó frente a frente, Eireene tomó de sus manos y las entrelazo con las suyas.
— El "hubiera" No existe, querida y dulce hermana, lo hecho hecho esta, me conmueven tus palabras y me siento feliz de al menos tener a alguien que si me quiera, que me procure y que quiera cuidarme. Además, prefiero mil veces tener que ser yo quien pase por esto, que tú. Eres demasiado buena y noble para este mundo y aun no puedes perder tu Inocencia.
Dany sonrió de lado mientras Eireene acariciaba su mejilla derecha y acomodaba algunos mechones plateados detrás de su oreja de forma maternal. Para Dany, Eireene era su ejemplo a seguir, era el hombro en donde podía llorar, era la persona a la cual podía acudir siempre para un consejo o un abrazo. Era como la madre que nunca tuvo.
— Termina de arreglarte antes de que Viserys se de cuenta que no lo has hecho.
Daenerys sonrió divertida y camino hacia la salida de la habitación, pero antes de irse de ahí volteo hacia su hermana.
— Te amo.
Dijo en alto valyrio la Targaryen menor. Eireene volvió a sonreir enternecida.
— Y yo a ti.
Y sin más Dany se fue. Las doncellas terminaron su trabajo y se fueron de inmediato de ahí, Eireene camino hacia su alcoba y respiro profundo, recordando todos los aromas de ese lugar antes de irse.
No quería dejar el Palacio de Ilirios, ya se había acostumbrado a estar ahí, pero una pequeña parte de ella estaba emocionada de salir de aquellas cuatro paredes que la vieron crecer, aunque las circunstancias no sean como las que esperaba. Tenía fé en que Viserys lograría recuperar su hogar y su herencia, tenía esperanza de que volvería a su hogar el cual tanto extrañaba, gracias a su sacrificio.
Ya no recordaba casi nada de su hogar y lo más seguro es que hayan cambiado muchas cosas por culpa del usurpador Baratheon.
— ¿Lista dulce herma...? ¡Pero que hermosa estas!
Eireene volteo hacia su hermano, quien la veía anonadado.
— Gracias.
Viserys la miró de abajo hacia arriba de forma distinta a como lo había hecho otras veces, después se acercó a ella y con su mano derecha acarició sus brazos, su cuello, su clavícula y el valle de sus pechos provocando que la piel se Eireene se erize. Su hermano jamás había hecho tal acto.
— No me había dado cuenta lo crecida que estas. Ya eres toda una mujer.
Eireene se mordió la lengua y apretó sus puños fuerte.
— Ojalá Khal Drogo hubiera escogido a Daenerys y no a ti. Así cuando recuperará nuestro hogar tú y yo nos hubiéramos casado.
Viserys suspiro y dejó de acariciar la tersa y blanquecina piel de Eireene.
— Bueno, vamos.
— Espera, eso significa que ¿Cuando regresemos a casa te casaras con Dany?
— Claro, la sangre pura de la antigua Valyria debe mantenerse en pie. Ahora, vamos, no hagamos esperar a tu prometido.
La boda fue al estilo Dothraki, Eireene se encontraba a lado de su ahora esposo Drogo, quien la miraba de vez en cuando intensamente haciéndola sentir pequeña, habían varios Lores y ladies bailando y conversando, y por otra parte habían varios Dothraki teniendo sexo a mitad del lugar, Daenerys y Viserys se encontraban sentados junto a ella, la primera viendo toda temerosa e incomoda y el segundo viendo todo con asco y repulsión, cada vez que veía a un Dothraki acercándose ponía un brazo disimuladamente enfrente de Dany, en forma de protección y para que según él "No le pegara la suciedad y piojos".
Varias personas se acercaron a Eireene y a su esposo dándoles regalos por su unión y felicitandolos, a lo que Eireene agradecía amablemente mientras Drogo solo los miraba de pies a cabeza. En medio del festejo una Dothraki que se encontraba bailando al estilo ¿Dothraki? es puesta en cuatro y embestida por un salvaje, otro al ver eso se enoja y lo empuja lejos de la mujer para ahora él embestirla, las mejillas blanquecinas de Eireene se sonrojan y voltea hacia otro lado incomoda, los ojos de Viserys se encuentran con los de ella y este sonríe burlon, por lo cual Eireene se endereza en su lugar y regresa su mirada a donde esos dos salvajes ahora se estaban matando a golpes, hasta que uno salió victorioso y le corto al otro su trenza y lo partio a la mitad con su arma. Después de ese incidente un hombre mayor se para enfrente de ellos, Eireene lo mira de pies a cabeza sin saber quien es pero su mirada se frunce de confusión al ver cómo Khal intercambiaba palabras con él.
— Un pequeño regalo para la nueva khalessi.
Dice el hombre quien se voltea hacia ella y se acerca para entregarle tres libros.
— Canciones e Historias de los Siete Reinos.
Eireene lo mira agradecida y coloca delicamente los libros sobre su regazo.
— Gracias, señor. ¿Es usted de mi país?
— Soy el señor Jorah Mormont de la Isla Oso. Serví a su padre durante muchos años. Espero servir siempre al rey legítimo, si los dioses quieren.
Ser Jorah voltea hacia Viserys, quien lo mira con el ceño fruncido. Después el señor se retira y es cuando el Magister se levanta de su lugar al mismo tiempo que dos hombres llegan y colocan un cofre grande enfrente de ella para después abrirlo, dejando al descubierto lo que viene dentro. Cuatro huevos de dragon.
— Huevos de dragon, Eireene, de las tierras Sombrías, más allá de Asshai. Se han convertido en piedra con los años, pero siempre serán hermosos.
Eireene embalasada aún por la imagen de lo que se creía que ya no existía, acerca su mano a los huevos y los acaricia suavemente, sintiendo la textura de estos tan rasposa, cuatro huevos de dragon; uno verde con toques dorados, uno plateado con toques negros, uno negro con toques rojizos y otro color blanco con toques dorados, la platinada toma el huevo negro con tonos rojizos y lo carga con mucha precaucion. Era el mismo sentimiento que tenía cada vez que veía esa rosa de tonalidades rojas y blancas entre tanto rosal blanco.
— Gracias, magister.
De repente Drogo se levanta de su asiento, Eireene al notar eso deja el huevo en su lugar y se levanta también. Drogo le da una mirada y le tiende la mano, la platinada lo mira asombrada y nerviosa y acepta su agarre, ambos empieza a caminar, era hora de lo que más temia la Targaryen.
Eireene traga saliva y sigue caminando junto a Drogo, los demás se levantan cuando la pareja pasa caminando enfrente de ellos, Drogo paro su andar de repente y soltó la mano de Eireene, desapareció unos segundos y después volvió, pero no sólo, sino con una yegua de color blanca. Era hermosa.
La Targaryen se acerca a la yegua y la acaricia con delicadeza. Eireene sonríe de lado y voltea a ver a Drogo, quien seguía con esa mirada seria e intensa que no podía descifrar Eireene.
— Ser Jorah, no se como decir "gracias" en Dothraki.
Ser Jorah, quien se había acercado a los recién casados la mira enternecido.
— No hay palabra para "gracias" en Dothraki.
Eireene bajo la mirada al suelo y después volteo hacia Drogo quien se acercó a la platinada y la tomó por debajo de las axilas para cargarla y ponerla en su yegua, después él se subió en su caballo y antes de que los caballos empezarán a cabalgar Eireene volteo hacia sus hermanos, Dany la miró triste, con los ojos llorosos y su nariz roja, quería llorar pero no podía, si lo hacía Viserys la regañaria y la insultaria por su corazón tan débil, según él. Por otro lado Viserys estaba sonriendo feliz, pues sabía que pronto obtendría el ejército que necesitaba. O al menos eso creía él.
Eireene respiro profundo y empezó avanzar junto a Drogo, yendo directo a lo que sería el fin de su pureza.
El camino fue silencioso y muy incómodo, Eireene a cada rato tronaba sus dedos mientras que Drogo solo seguía encaminandolos a donde sería su noche de bodas. Cuando llegaron la platinada quedó fascinada, la había llevado a la cima de una montaña en donde uno podía ver el hermoso atardecer de tonalidades naranjas y amarillas con el sol ocultándose lentamente y las nubes siendo una perfecta compañía, Drogo ayudó a su mujer a bajarse de la yegua y dejó que admirara un poco más el bello atardecer mientras él dejaba a los caballos en un lugar seguro, después se volvió acercar a ella lo cual noto Eireene e instantáneamente dejó de prestar atención al atardecer, miró nerviosa a Drogo quien sólo se dedicaba a mirarla de pies a cabeza y daba vueltas alrededor de ella como un animal, después poco a poco él fue quitando cada cosa de valor que portaba, como; pulseras, aretes y demás cosas de oro, cuando terminó de hacer eso se puso enfrente de ella y la tomó de las mejillas para que lo mirara a los ojos, Eireene no aguanto más y empezó a llorar. Drogo la miraba sin decir nada lo que la ponía aún más asustada, pero cuando una palabra que ella si podía entender a la perfección salió de sus labios se quedó asombrada.
— No.
Dijo Drogo mientras se alejaba de ella.
Eireene confundida pero aliviada vio como Drogo iba hacia donde había dejado a sus caballos dejándola sola en esas montañas sin explicación alguna mientras el cielo se empezaba a tornar oscuro.
"¿Porque no me tomó? ¿Se arrepintió?" Todas esas y más preguntas rondaban por la cabeza de la Targaryen pero una gran parte de ella se sentía feliz por no haber sido tocada o profanada sin su consentimiento.
————— AUTHOR'S NOTE 🗡️🔥
¡Holaaaa! Estoy muy feliz de darles la Bienvenida a esta biologia del dragón en donde tendrán dos entregas "The silver dragon" y "The golden dragon", espero y las disfruten. Sin nada más que decir, les mando besos y abrazos en donde quiera que esten ❤️✨
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