Capítulo XXIX
Narrador omnisciente:
El aire en aquella mañana se sentía como cualquier otro, ante la percepción de un humano... Pero algo no estaba bien, y esto era terriblemente reflejado en los comportamientos de aquel sujeto de largos y platinados cabellos. Él solo perdió su mirada en el horizonte, a través de la enorme ventana de aquella habitación... Pero una voz lo trajo a la realidad en poco tiempo.
X: Reconozco esa expresión en tu ojos... ¿Vas a decirme que sucede?
El hombre de esmeraldas ojos llevo toda su atención a la apuesta y elegante mujer que se encontraba parada en la puerta, entrando lentamente a la habitación.
Undertaker: No es nada, my lady...
La dama se acerco a él, acaricio su rostro con sus dulces y finas manos, y con su pulgar aparto los molestos mechones de su cara que le impedían verlo directamente... Esmeralda y café se encontraron en ese momento, mirandose fijamente uno al otro.
X: No es de mi agradó repetir una pregunta, asi que te lo ordenare... Dime que te pasa inmediatamente.
No se debia dejar engañar aquella belleza femeniana que aquel ser irradiaba, él que la conocía bien, sabía que ella era un peligro peor que mil hombres.
Claudia Phantomhive, la actual lider de la familia... Habia quedado viuda, por lo que tuvo que tomar las riendas en la empresa y cuidar de sus dos hijos, Vincent Phantomhive y Francis Phantomhive. Por supuesto, habia recibido ayuda especial de su amigo mas cercano... El hombre que estaba para ella siempre que lo necesite, su consejero y leal confidente... Undertaker.
Le habia mentido, su pena se reflejo en su rostro por aquel indebido acto de traición. Su flequillo volvió a cubrir sus ojos, aunque las manos de la doncella no salian de sus mejillas.
Undertaker: Salio de las superficies, arañando el suelo y arrastrando su blasfemico cuerpo por la tierra... Una criatura asquerosa y despreciable, tan peligrosa como el tiempo mismo, y peor.
Claudia: Como una rata saliendo de las cloacas...
Undertaker: Ojala, my lady... Pero esto es mil veces peor, la catástrofe misma reflejada en un cuerpo. Peligrosa para Londres y el mundo entero... No existe humano que pueda contra él.
La mujer se sorprendio ante tal declaracion... No podia ser, no era posible. Automáticamente, llevo sus ojos a la foto familiar que uno de los muebles poseía... Vio el futuro inexistente de sus hijos, la descendencia de todos sus años, su pais cayendo en pedazos. Volvió a la realidad al cabo de unos segundos, trayendo de vuelta su ser fuerte y poderoso.
Claudia: Bueno... Estoy segura que no a de ser ninguna molestia para ti...
El sujeto sonrio, como de costumbre... Una sonrisa que reflejaba una terrible locura. Hizo una pequeña reverencia a la mujer y retiró su sombrero de su cabeza para mostrar su respeto.
Undertaker: He de encargarme de este asunto, my lady... No se preocupe.
Se reincorporó, caminando en dirección a la puerta y salio de aquella habitación.
En alguna parte mas remonta... Un bosque o un campo de Londres, él se hacia presente. No tenia nombre, ni forma alguna, no en ese momento. Su aborrecible ser era "cubierto" por un humo oscuro y espeso, aunque en realidad, eso tambien era parte de su repugnante ser.
Se hizo presente en el escenario una figura esbelta, tunica y sombrero negros, cabellos plateados y un par de ojos esmeraldas.
Undertaker: Oohh, eres más desagradable de lo que imagine que serias...
Aquel cuerpo sin forma se aproximo al hombre para atacarlo, su velocidad fue increíble, se reconoce... Pero el hombre de tunica era más rápido, por lo que no solo lo esquivó, sino que además tuvo tiempo de alejarse y subir a lo alto de un arbol... Todo esto en cuestion de segundos.
Undertaker: Me da un poco de asco batallar contra un ser como tú... ¿Podrias aunque sea cambiar tu aspecto?
El demonio se indigno ante aquel sujeto, estaba completamente loco, pero tomaria esa como su ultima petición. Su "cuerpo" muto hasta ser uno semejante al de un humano, pero con unos defectos... piel blanca, cabello azabache, un par de cuernos negros, enormes alas de plumas oscuras, sus manos y pies eran completamente negras, sus pies tenian una extraña forma que se asemejaba a un par de botas, y sus manos unas largas uñas, colmillos sobresalientes y ojos escarlatas.
Demonio: ¿Mejor así?
Undertaker: Un poco.
Ambos se pusieron frente a frente... Sabian perfectamente que estaban para batallar el uno con el otro. El demonio reconocio por el color de sus ojos que se trataba de un Grim Reaper, Undertaker sabia que su oponente era un Demonio... Ahora habia que saber, cual de los dos ganaria.
Antes de comenzar la pelea, el de cabellos platinados hizo una pequeña reverencia a su oponente, lo que desconcertó al contrario.
Undertaker: Solo son modales... Antes de un baile o una batalla, se saluda al acompañante.
Demonio: Patetico...
Undertaker: Tal vez lo entiendas, pero dudo tanto que llegues al día de mañana.
El de ojos rojos volvio a atacar, pero su contrincante lo esquivo rápidamente, lo que provocó que su sombrero se cayera... Primero izquierda, despues derecha, y finalmente se tuvo que agachar para evadir un rasguño, estando agachado, golpeo al azabache con un tablilla de madera, justo en el estómago... Lo que provocó que este se aparatara unos pasos. El platinado extendio la tablilla por encima de su hombro, y al bajarla nuevamente, esta se transformó en una enorme guadaña, la cual tenia la forma de un esqueleto humano. Este se aproximo para dar su primer golpe, pero antes de hacerlo, tiro al demonio otras tablillas de madera, las cuales este pronto aparto con sus garras, pero se habia distraido con eso, le dio tiempo al shinigami de estar a su espalda, y clavar la guadaña en una de las alas de su enemigo.
Undertaker: Tu capacidad para volar sera un problema para mi, asi que crei adecuado encargarme de eso primero.
El deminio volteo rápidamente, con una de sus piernas extendidas para parearlo, sin éxito alguno, ya que el palatinado fue mas rapido, otra vez.
Su ala derecha estaba sangrando, ni siquiera la podia levantar... Aun asi, solo necesitaba una para provocar un estruendo. Su enemigo se estaba acercando a él otra vez, por lo que extendio su ala sana, y luego la bajo de golpe en modo de aleteo, haciendo asi una fuerte ráfaga de viento. El palatinado tuvo que quedarse quito para no perder el equilibrio en semejante situación, dándole tiempo al deminio para atacar, logrando clavar sus ulas en el abdomen del contrario.
Demonio: Eres más fuerte de lo que estime que serias...
Undertaker: Y también más rapido he inteligente, pero gracias... Tambien eres un obstáculo difícil.
Volvio a extender su guadaña, por lo que el deminio se alejo antes de ser herido otra vez.
La batalla duro horas, tantas que la noche termino siendo testigo de esta. Pero inluso asi, ya se tenia una idea del resultado. Uno de ellos, estaba notoriamente más jodido que el otro.
El deminio estaba ensangrentado, ya se movía demasiado lento, y lo único que podia hacer era esquivar a su oponente.
Termino rendido en el suelo, el platino se acerco a él, caminado lento y con su guadaña por encima de los hombros.
Undertaker: Espero que entiendas, no es personal... Es por my lady.
No recibió respuesta alguna. Se puso de cuclillas para estar junto al demonio.
Undertaker: ¿Cual es tu nombre?
Demonio: ¿Para que auieres saber?
Undertaker: Eres el primero en tu especie que me da una buena pelea... Me parece justo por lo menos recordar tu nombre, antes que te vuelvas polvo.
El contrario solo rodeo sus ojos rojos, frutado de aquella situación... Pero al final, cedió al pedido, pronunciando un nombre que ni siquiera es posible escribir de lo monstruoso que era. Su contrario solo sonrio, poniéndose de pie nuevamente.
Undertaker: Ustedes, los demonios, tienen todos nombres raros.
Extendio su arma a lo alto, preparandose para dar el golpe definitivo. Pero antes de poder hacerlo, algo en su decisión cambio... Nadie sabe con exactitud qué, él jamas lo revelo.
Clavo la filosa cuchilla en el suelo, a pocos centímetros del rostro del demonio, quien tenia sus ojos en tonos muy brillantes y la pupila demasiado pequeña.
Undertaker: ¡Listo, ya estas muerto!
Demonio: ¿Que mierda pasa contigo?
Undertaker: Acabo de matarte, y darte una nueva vida... Pero para eso, debes de abandonar tu aspecto... No, todo lo que sea de tu ser demoniaco. Tu cuerpo, tus habilidades, tus costumbres.
Demonio: ¿Pretendes que viva como un estupido humano de ahora en mas?
El de ojos verdes coloco uno de sus pies sobre el pecho del contrario, sin presionar demasiado para no herirlo más de lo que ya estaba. Se agacho un poco para estar cerca del rostro de quien se encontraba en el suelo.
Undertaker: Exactamente, caballero. Y me asegúrare que nuestros terminos se cumplan al pie de la letra, de lo contrario, no tendre piedad contigo.
Se reincorporó, retiro la guadaña del suelo y la paso nuevamente por sus hombros. Se alejo lentamente, llegando hasta donde habia caido su sombrero, y mientras limpiaba el polvo de este, miro al demonio otra vez.
Undertaker: Por cierto, el que te haya perdonado la vida, implica que me deberas un favor... El cual te pedire en el momento en el que lo necesite, asi que esperalo.
Sonrio, y se alejo por el mismo camino que el que habia venido.
~○~
Ciel: Adoro tus manos...
Sebastián: Son la parte más espantosa de mi ser...
El tono del mayor fue uno divertido, acto que hacía para no lastimar al niño, pero realmente creia eso de su propio cuerpo.
Sus oscuras y demoníacas manos jugaban con los pequeños dedos del joven azulino, el cual no reflejaba expresión alguna debido a lo cansado que se encontraba.
Ciel: Aún así, es donde me siento mas seguro.
(La imagen no me pertenece, pero la amo)
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