Capitulo XXIII

Narra Sebastián:

Lo primero que les dije a esos idiotas cuando les dije que los llevaría a conocer a Ciel, fue que fueran cuidadosos y delicados con él, que era un poco sensible y un tanto reservado... Fue lo primero que les dije. Y aún así, tuve que traerlos con una correa.
Al abrir la puerta, lo primero que uno de ellos hizo, el más tonto para ser más específico, fue casi lanzarse en el joven azulino. Obviamente, Ciel se espantó, no esperaba una reacción tan rápido y desprevenida, por lo cual volvió a quedar bajo las colchas de su cama, todo cubierto.
Yo, con lo poco que se me da la buena actitud, con una enorme sonrisa en mi cara, fui atrás del estupido rubio y golpeé su cabeza.

Yo: Me disculpo por el comportamiento tan imprudente de mis amigos..

Note como de las sábanas salia apenas un poco de Ciel, dejando ver solo hasta su ojo.

Yo: Te los presento. Este hombre es Bard, un inmigrante de los estados unidos... Ella es Mey-Rin, una amiga... Y el tonto que acaba de espantarte es Finnian.

Finni: Lo siento mucho, señorito, no era mi intención asustarlo.

Ciel no decía nada, permanecía en silencio... Parecía un gatito curioso pero asustado a la vez, la sola imagen me pareció tierna. Finalmente, volvió a sentarse... Mientras mis amigos tomaban distancia para no incomodarlo.

Mey-rin: Es tan lindo y tierno. Es un gusto... Sebastián nos habló mucho de usted.

Ciel: Oh, mmm... Encantado de conocerlos, supongo.

Finni: ¿Que es esto?

El joven rubio tomó el libro de matemáticas que estaba en la cama, una parte de mi quería golpearlo otra vez... Parecia que mis golpes no le dolían. Una sonrisa seguía dibujada en mi rostro, pero por dentro, ya había matado a todos en esa habitación y había bailado en sus tumbas.

Finni: Ma...mate...ma...ti... matemati... Oh, que lindo perro.

Se distrajo totalmente acariciando al animal que estaba en los pies del niño... Mientras que Bard solo estaba distraído mirando el lugar.

Bard: Ohh, este lugar es inmenso.

Mey-rin: Si, Es más grande que donde nosotros vivimos.

Yo: Finni, ven conmigo, necesito guardar ese libro...

El de ojos verdes se paró y me acompañó... mientras nos alejamos podía oír aún a Ciel charlando con los otros dos.

Ciel: ¿Ustedes viven juntos?

Mey-rin: Si, vivimos en un departamento... Aunque Sebastián no vive con nosotros.

Obviamente, me fui con él con la intención de regañarlo y recordarle que se comporte. Al llegar al estudio, Finnian parecía un niño en una dulcería.

Finni: Wow, este lugar es gigantesco ¿Él leyó todos estos libros? Parece una biblioteca.

Yo: Si, todos estos libros son suyos y seguro los leyó. Ahora si, escúchame bien.

Finni: ¡Aah! Que lindo, este tiene el dibujo de gatitos.

Tomo el libro de un estante y volvió corriendo a la habitación. Y ya sentía mi sangre hervir.

Finni: ¡Miren! ¡Tiene gatos!

Se sento a los pies del azulino, mientras miraba el libro y trataba de leer lo que decía la portada.

Finni: Lo... Love... Cr-cra... Lovecr..

Ciel: "Lovecraft"

Finni: ¿Que significa "H.P"?

Ciel: "H.P Lovecraft" El escritor se llama Howard Phillips, y Lovecraft es un seño personal de todas sus historias. Son solo relatos cortos de terror.

Finni: Wow... Oh ¿Podría leer alguno?

Dejo el libro en las manos de Ciel, quien se veía totalmente confundido... Seguro no está acostumbrado a que lo traten de esa manera, pero Finni es una persona muy libre he inocente... Solo espero que eso no moleste a Ciel, de cualquier manera, lo detender antes que siga haciéndolo pasar vergüenza.

Ciel: Esta bien... Supongo.

Para ser honesto, no me esperaba aquella respuesta.
Los tres sentaron en la cama al rededor del azulino para oírlo atentamente, algo que suelen hacer cuando yo les estoy por leer alguna historia.
Creo que me estuve preocupando demasiado para nada, por lo que opté por relajarme tambien y sentarme junto a el niño, quien abría el libro para leer el primer cuento.

Ciel: "El sepulcro.
Al con las circunstancias que han conducido a mi encierro en este refugio para enfermos mentales, me doy cuenta de que mi situación actual atraerá las naturales dudas sobre la autenticidad de mi relato."

Oír a ese niño leer tendría que ser considerado uno de los placeres de la vida, y es que, pese a su corta edad y a su carácter fuerte, a la hora de leer es capaz de hacer que vivas la experiencia de la historia por ti mismo... su forma expresiva de narrar pone a cualquiera con los pelos de punta, y por supuesto, tiene una delicadeza al mencionar cada palabra y hacer resaltar unos más que otras... Toma las pautas necesarias y cada coma o punto, y al tratarse de un libro de terror, añade cierto encanto con algún susurro.

Narrador omnisciente:

El mayordomo, Tanaka, se dirigía a la habitación del niño, con una bandeja con la merienda de cada uno de los que estaba presente como invitados del señor Sebastián. Se había mantenido alejado de la habitación, pero este era el momento adecuado para verificar que el niño estuviese bien. Al acercarse a la puerta, logró oír la dulce y armoniosa voz del menor.

Ciel: "Me llamo Jervas Dudley, y desde mi infancia he sido soñador y visionario. Dueño de una importante fortuna, y temperamentalmente incapaz de seguir los estudios tradicional y de gozar del mundo visible; he pasado mi adolescencia y mi juventud inmerso en libros antiguos y poco conocidos, y vagando por los campos y arboladas próximas a mi casa solariega."

Parecía estar leyendo, por lo que entro silenciosamente para no interrumpir, y que escenario se encontró.
El joven azulino sentado en su cama, con un libro de H.P lovecraft en su mano, y los cuatro mayores sentados a su alrededor oyéndolo leer con una suavidad y emoción.
El hombre solo hizo un sonido para hacer notar... Por lo que se acomodaron para tomar su merienda. Cada uno tenia una taza de té con una porción de una torta de chocolate con frutillas y crema chantilly. Mientras merendaban, el niño continuaba leyendo, de a ratos se detenía a tomar un poco de té y volvía a leer.

Ciel: "He dicho que viví separado del mundo visible, pero no que viviera sola. Ninguna criatura humana sería capaz de tal cosa; porque la falta de compañía de los vivos empuja a uno inevitablemente a la búsqueda de seres que no lo son, o ya no lo están."

Pasaron la tarde oyendo la historia... Esa fue seguido por otro relato, y luego otro... Y ya despues solo hablaban de eso, de cual les gustó más, cual parte fue su favorita. Después de eso el contacto se hizo mucho más fácil, haciendo que el jovencito se olvidara de los asuntos que lo habían molestado temprano y, a su vez, haciendo que se ponga de un humor agradable.
Al pasar de las horas, Sebastián y el resto tenían que irse, por lo que, se despidieron.

Finni: Espero poder venir otro día a verlo.

Ciel: Eso... Suena bien. Hablare con mi padre.

Mey-rin: Ojalá sea pronto...

Sebastián: No molesten. Espérenme abajo, voy en cinco minutos.

Los tres se despidieron cordialmente del niño, abandonaron la habitación y fueron rumbo a la planta baja.
El azabache jugo con los finos cabellos azules del infante.

Sebastián: ¿Que te parecieron?

Ciel: Ya me agradan más que tú...

El mayor solo se río del comentario, pero estaba feliz de ver al pequeño bromear y estar de un buen humor. Sabia que había sido una buena idea, no de arrepentia de hacer lo que hizo. Planto un beso en la cabeza en jovencito, luego se paró y caminó hasta la puerta.

Sebastián: Hasta mañana, Ciel...

Ciel: Hasta mañana...

~○~
Aprovecho este pequeño espacio para comentarles que... el libro del que hablan en el capítulo... si existe.

Mi hermano me regaló este libro hace un tiempo. No se si les gustaría que agregará más escenas de libros que tengo... Déjenme saber en los comentarios.

Gracias TheScarRocio93 por el libro

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