Capitulo VIII

Narra Ciel:

Mi fiebre de ayer no había terminado de bajar, pero estaba tranquilo. De hecho, bastante tranquilo, para mí gusto. Tengo una teoría un poco (MUY) extraña, y es que siento que cuando más tranquilo estoy, es porque algo va a pasar... Algo malo, algo que me quite mi paz ¿Pero qué?
Estaba tan distraído en mis pensamientos, que no llegué a percatarme que alguien había entrado a mi cuarto, para cuando me di cuanta ya era tarde.

Narra Sebastián:

Al llegar a la casa de los Phantomhives, todo se veía bastante extraño... No me encontré al señor Tanaka, o a el señor Phantomhive, ni a nadie en la entrada. Así que me dispuse a subir al cuarto de Ciel, pero antes, no pude evitar el notar que en el sillon había un extraño abrigo.
Al estar frente a la puerta del menor, logré oír un par de ruidos que venían de adentro.

Ciel: ¡Ya déjame!

X: ¡No Ciel! ¡Tienes que acostarte y calmarte!

Ciel: ¡Estaba en calma antes que tú llegaras!

No reconozco la otra voz, pero tiene un asento un poco extraño.
Abri lentamente la puerta y logré ver a el joven azulino tratando de alejar a él a otro chico... Este es mayor que Ciel, pero joven, de piel morena, cabello largo y un tono morado, ojos dorados y rasgos hindú... Esto no solo en su físico, también en su forma de hablar y de vestir. Acababa de percatarme que en la esquina se hallaba otro sujeto, pero este si es mayor... Piel morena, pelo patinado y corto, y unos ojos grises... También con aspecto hindú.

V. Phantomhive: Ciel tiene amigos un poco raros ¿No?

¡HAAA! ¡¿PORQUE SIEMPRE ME ESPANTAN?! ¡¿ESTA FAMILIA QUEIRE DARME UN INFARTO O QUE?! ¡SOLO SE APARECEN DETRAS MI Y ME HABLAN!
Voltee a ver al señor Phantomhive mientras sonreía, pero en mi mente, lo estaba maldiciendo.

Yo: Honestamente, no tengo idea de quiénes son.

V. Phantomhive: El chico joven, es el príncipe Soma Asuman Kadāru.

Gire mi cabeza para ver al joven.

Yo: ¿Un príncipe?

V. Phantomhive: Si. Y el hombre que lo acompaña es Agni, su mayordomo.

El joven de cabello azul notó mi presencia en la habitación. Me obcervo y estiro su brazo hasta mi.

Ciel: ¡Sebastián! ¡Salvane de este idiota!

En ese momento, el príncipe llevó su mirada a mi y se alejó un poco de Ciel.

Soma: Aah, este es el hombre que te cuida.

Se acercó rápidamente a mi y me dijo sonriendo mientras me apuntaba con su dedo índice.

Soma: Que sepa, Ciel es mi mejor amigo... Y tengo la obligación de cuidar de él. Así que mientras yo esté aquí, te voy a ayudar a cuidar a Ciel... No tienes derecho a sacarme porque tengo que asegurarme que esta en buenas manos. Solo así me podré ir tranquilo.

Note que el joven azulino tenia una mirada confundida, pero casi al segundo comenzo a patalear y mover sus brazos mientras gritaba.

Ciel: ¡¿En qué momento dije que tu y yo éramos "mejores amigos"?! ¡Eso no es verdad! ¡Y no necesito a un tonto como tú que me esté cuidando!

Decidí ignorar a Ciel, quien seguía gritando y quejándose. Obcerve a el príncipe nuevamente y que sonreí.

Yo: No se preocupe, no pensaba hacerlo. En realidad, me vendría bastante bien una mano extra.

Los ojos de este se iluminaron, entonces comenzó a saltar de alegría mientras me agradecía. En cuanto Ciel, me clavo una mirada de odio profundo.

Soma: Vamos Agni, tienes que preparar una deliciosa sopa para Ciel.

Los invitados salieron disparándose en dirección a la cocina, quedando en la habitación solo el señor Phantomhive, Ciel y yo. El menor se cruzo de brazos mientras miraba hacia un costado, evitando hacer contacto visual.

Ciel: A ustedes les gusta verme sufrir ¿Verdad?

Su padre y yo nos reímos del comentario.

Ciel: No le encuentro la gracia.

El amo Phantomhive se acercó a su hijo para despeinar su cabello y darle un beso en la cabeza.

V. Phantomhive: Bueno, ya me voy. Diviértete mucho con Soma, Ciel... Y suerte, Sebastián.

Dicho esto, se retiró de la habitación, pero antes de que se encontrara muy lejos, el de ojos azules tiró un comentario.

Ciel: No sabes cuanto te odio.

V. Phantomhive: Si lo se.

Esto último había sido dicho por el amo ya desde las escaleras. Me acerqué a la cama del jovencito y me senté junto a él, acaricié su cabeza, comprobando su fiebre.

Yo: Bueno, estas mejor que ayer ¿Quieres un poco de agua?

Él solo afirmó con la cabeza, sus ojos se veían cansados y un tanto llorosos... No porque este llorando, realmente, sino porque así se ponen cuando uno está muy enfermo.
Repetí el procedimiento de casi todos los días... Ir al baño, mojar una toalla pequeña, ponérsela en la frente... Lo de siempre.
Al cabo de unos minutos, el príncipe y su mayordomo volvieron a la habitación con un plato lleno de sopa.

Soma: Esta es la sopa especial de Agni, la "sopa de tomate India". Es Rica y te hará sentir bien.

El joven príncipe tomo una cuchara y la llenó de sopa, la acerco a al azulino con una enorme sonrisa.

Soma: Vamos Ciel, di "AAH"

Ciel: Deja de actuar como un tarado.

El menor dio media vuelta en el lado contrario al de su amigo.

Yo: Debes de tomarla, te hará bien.

Solo escondió su cabeza con una almohada, hoy actúa  un poco más  testarudo a lo que acostumbra.

Yo: Te prometo que nadie te la dará como si fueras un bebé.

Saco la almohada de su rostro y permaneció en total silencio por un instante, aunque se podía ver la furia reflejada en aquel ojo. Lanzo un suspiro, se sentó en la cama y observó al joven hindú.

Ciel: Dame el plato, maldita sea.

Este se lo entrego, el de cabello azul lo colocó en sus piernas y comenzó a beberlo a cucharadas lentas.
Saque del cajón de la mesa junto a la cama el control de la tele, una "Panasonic TH-152UX1 ". Dispuesto a ponerles una película.

Yo: ¿Alguna película que quisieran ver?

Ciel: Me gustaría algo de terror.

Soma: No, el terror no me gusta.

Ciel: Pero yo quiero.

Yo: Ponganse de acuerdo.

Ciel y Soma: Comedia.

Después de elegir la película, el joven de piel morena se acostó junto a Ciel, acomodándose en la cama. El contrario se hizo a un lado para que su acompañante no esté incomodando.

Yo: Les traeré unos bocadillos.

Me retire de la habitación camino a la cocina. Una vez estuve ahí, los chef me prepararon un plato unas tostadas de jamón y queso, y en otro plato unas frutas picadas con un poco de chocolate derretido. Deje los platos sobre una bandeja junto con unos nachos con queso y un vaso con gaseosa. Levante la bandeja y me dirigí hasta el pasillo... Pero para mí mala suerte, me encontré Mateo.

Mateo: Así que... Al final te quedaste con el empleo. Pues bien, felicidades.

No soporto su ironía al hablar.

Yo: Bueno, esa fue decisiones del señorito.

Mateo: Sere honesta contigo, Sebastián... No te veo capaz de este trabajo, ni de encajar aquí. Si fuera tú, me hubiera alejado lo antes posible de esta familia... Claro, yo tengo años de entrenamiento, y se como lidear con cualquier cosa. Pero tú, no sobrevivirás en un apuro de la familia ni siquiera 5 minutos.

Agni: Disculpe...

Ambos llevamos nuestra atención al hombre parado junto a la puerta.

Agni: Quería saber si puedo ayudarlo en algo, señor Sebastián.

Mateo solo arrugó la nariz y dio media vuelta, retirándose. Yo lanse un suspiro de alivio una vez estuve solo con el invitado.

Agni: Que sujeto más desagradable. Siempre es descortés con todo el mundo... Las pocas veces que he venido lo vi tratar de la misma forma a otros sirvientes.

Yo: Si, quizás necesita clases de modales.

Él tomó un plato de la bandeja que lo llevaba en la mano, dejándola un poco más liviana.

Yo: No será necesario, estoy bien.

Agni: Por favor, permítame.

Ambos continuamos nuestro camino hasta la habitación. Luego de dejarles las cosas a los niños, nos quedamos en la sala de estudio de Ciel... Hablamos de un poco de todo, de su viaje, de como conocio al príncipe, de cómo conocieron a Ciel... Es un hombre realmente agradable.

~○~

Pasaron un par de horas, y el señorito Ciel al igual que el príncipe se encontraban profundamente dormidos. Los tapé mejor para que no sintieran frío.
El señor Agni dijo que se quedarían por unos días... Y por mi parte, no es una molestia, quisiera decir lo mismo de Ciel, pero supongo que se acostumbra.

~◇~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top