Epilogo
Cada paso iba dándose tras aquel vestido de color blanco con pequeños pétalos de una rosa azul, mientras el camino iba siento marcando con el ritmo de unas guitarra de acordes lentos, con la compañía de unos suaves violines. Isa agarrada del brazo de Sleepy Ash iba en camino al altar, mientras al final cerca del mismo Ugh, quién iba a bendecir la Unión por tradición, (aunque creo que aposta lo había hecho para ser el quien bendiga).
No era sorpresa que ninguno de los siete pecados capitales no tuvieran confianza en el Rey vampiro, por lo que se hacían con sus reglas de Seguridad.
-Es ahora o nunca mi pequeña, dime si es hora de escapar, yo te cubriré de tu madre. -dice suavemente mirándola de reojo, Sleepy Ash.
-Jaj Ay papá, no voy a huir.
Isa estaba segura en cada paso que iba dando, ver al final del altar a Shu con aquel traje blanco con una pequeña Rosa azul, la hacía padecer de un cálido amor rozarle el corazón. Sus ojos no se separaban de los de ella, y aquello a pesar de estar temblando como gelatina la hacía sentir más que amor.
-Que fastidiosa eres...
-Así me amaste desde pequeña padre -sonríe levemente, agradecida al ser entregada a Shu.
-Claro, eres mi pototita. -besa la sien de su pequeña para luego ver a Shu- Cuida a mi tesoro, última advertencia.
-La cuidaré, ahora ella es mi sueño. -dice con seriedad, Shu.
Una vez Kuro se separa, va en dirección a su esposa quien ya está con la nariz como Rodolfo el reno, de tanta emoción al ver a su pequeña en el altar.
-Tranquila Brunchi-san, respira -intenta darle aire Lawless mientras que Mother acaricia la cabeza de joven vampiresa.
[...]
Después de aquel momento tan emotivo, la boda se realizó sin mucho problema, algunos de los pecados capitales se habían llegado a decir las anécdotas de las tonterías que Isa se aventuraba junto a su madre, los sustos que habían dado al pobre peli celeste ante sus juegos de escondidas. Como si nunca hubieran hecho un drama, caos en el pasado ya hace una semana atrás. Shu por otro lado, había descubierto que el vestido de su ahora esposa, tenía una aventura justo entre la espalda y cintura ya sin poder resistirse desde hace un momento había Estado rozando esa zona delicada de su esposa quien se estremecía cada tanto al sentir aquella pequeña caricia. Llegando a un punto en que Isa se terminó recostando en el Fondo para susurrar.
-Tengo sueño, Shu.
Shu no pudo evitar sentir que aquello era la perfecta escapada, ya cada quien se encontraba embriagado, Mother estaba hablando con Ratito, Ugh con Kanato de quien sabe que, mientras que los demás se encontraban divirtiéndose de alguna broma que la madre de su esposa le había hecho al padre.
Todos estaban metidos en su mundo, ya no los necesitaban, ya habían cumplido con todo lo largo Protocolo de aquel día.
Por ende, en un ligero movimiento toma a la peli celeste entre sus brazos en posición nupcial y la lleva directamente a su cama, donde toda la mansión prevalecía en un silencio cómodo. Aquel día sabían que aún no sería su Luna de miel, ambos estaban agotados del día y tan solo deseaban dormir juntos.
Pero esta vez, sería su primera noche juntos, juntos como marido y mujer. Porque oficialmente eran Shu e Isa Sakamaki. Muy pronto, Karl-Heinz tal vez conocería a su heredero, tan solo debían esperar que ambos flojos quisieran consumar sin tener pereza de por medio.
[...]
En medio de la noche el matrimonio se había despertado, o bueno, Shu había sentido la naricita fría de su esposa contra su cuello, mientras ella lo besa dulcemente en esa zona, despertandolo de una manera que solamente sus ojos se habían sentido hinoptizados hacia ella.
-Isa...
-Buenas noches mi dormilón
-Buenas noche mi dulce azulita.
Shu la atrae encima suyo, abrazando por la cintura, para ir rozando en una sincronía tímida y lenta con sus narices encastrando cual si fueran piezas de un rompecabezas, uniéndose a un beso dulce, lleno de hambre y amor por sobre todo.
-Shu...
-Hagamos que esto sea un sueño del que nunca despertemos...
Murmura rápidamente el rubio quien en unos segundos ya la tenía contra la cama, deslizando sus labios al cuello y punto sensible de su esposa, quien jadea al sentirlo.
-T-te amo...
-Te amo más... Mi ruidosa.
Sus dedos fueron directamente bajo aquel pijama que lo molestaba, posando por sorpresa en uno de los senos percatandose de que en ningún momento ella se había puesto sostén.
-Castigame~
Sonríe divertida Isa, mientras se muerde el labio hambrienta, mostrando sus colmillos.
-Te haré consumirte en súplicas, pudimos haber comenzado antes. Eres mala, mi pequeña Isa
Tan solo la voz ronca fue el inicio de lo que pasaría tras esas puertas y mansión apartada para ellos solos. Shuisa al fin se consumirían en un buen enlace de lujuria hambrienta y apasionante.
Con la Misión de consumir el deseo más ardiente que padecían al estar juntos.
Tan solo tal vez, en un futuro cercano tendrían su propia familia...
¿y quien sabe? Tal vez, una nueva aventura con su descendiente se vuelva a repetir.
Fin
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