Extraño

Manami x Gakushuu

—En resumen, ni siquiera yo tengo idea de cómo pasó —declaró Kayano ante las chicas.

Por alguna "casualidad" Nakamura presenció la escena de su beso con Karma y, emocionada, la arrastró consigo en la primera oportunidad que encontró e hizo que contara los detalles frente a las demás. Para todas fue una sorpresa enterarse de que el demonio amante de la leche de fresa pudiese enamorarse de alguien. Y de quien sino Kaede Kayano, la peliverde obsesionada con el pudin. Si no fuese porque pasaban bastante tiempo juntos debido a Nagisa les hubiese resultado imposible creerlo.

Pero, por sobre todas, fue un verdadero shock para Manami Okuda.

¿Kaede y Karma? Pensar en su mejor amiga y ese chico que la intrigaba juntos le producía una sensación extraña. ¿Acaso eran celos? Es decir, se sentía un tanto decaída y hasta cierto punto decepcionada, pero fuera de eso no sentía ese pinchazo en el pecho del que tanto había leído u oído hablar. Incluso era capaz de sentirse feliz por ellos.

Ver a Karma dedicarle una mirada con tanto cariño a Kayano.

Ver a Kayano sonreírle con ternura cada vez que hablaban.

Darse cuenta de cómo el mundo desaparecía cuando estaban juntos.

Al final iba a resultar que sí se sentía un poco celosa, pero...

Pero no porque ellos estuviesen juntos. Los miraba y se preguntaba si alguna vez alguien la miraría a ella. Si alguien alguna vez se olvidaría de todo y de todos al estar a su lado. Alguien que la quisiera tanto que a veces fuera demasiado.

¿Encontraría ella a alguien así alguna vez?

Lo haría, en el lugar donde menos se lo esperaba.

Empezó como un encuentro a pedido de alguien más casi al final del año escolar.

El viento agitaba suavemente las ramas de los árboles mientras bajaba por el camino de la montaña. Los últimos exámenes habían concluido y todos pensaban en ir a algún lugar a festejar.

Pero sus planes de diversión se vieron frustrados por la persona que la esperaba al pie de la montaña, justo junto a la entrada al campus principal.

—¿Okuda-san? —toda la clase E, incluidos Irina y Karasuma que pasaban por casualidad, se detuvieron al escuchar a Asano hijo llamar a la chica. Si ya era extraño verlo rondar por ahí que llamara a Manami exclusivamente les resultó un tanto extraño y sospechoso.

—¿Asano-kun?

—El director quiere hablar contigo —y sin agregar más regresó el edificio principal sin siquiera asegurarse de si lo seguía.

Una muy confundida Manami terminó por despedirse de sus compañeros y salir a la carrera tras Asano. Logro alcanzarlo a unos metros de la puerta de la oficina del director. Sin mucha ceremonia el chico abrió la puerta y la mantuvo así hasta que ella hubo entrado, para luego cerrarla con un chasquido corto y manteniéndose fuera de la habitación.

—Okuda-san, me alegra que pueda darme un poco de su tiempo, como ya sabrá hay algo de lo que quiero hablar con usted —el director parecía mucho menos aterrador de lo que ella recordaba, así que no le costó mucho sentirse tranquila—. Verá, en los últimos exámenes el nivel fue elevado para preparar a los estudiantes para la dura vida educativa que les espera al salir de este instituto, así que no fue una sorpresa que, a pesar de mis arduos esfuerzos por ayudar a los estudiantes, el promedio general se vio fuertemente afectado. Sin embargo, aunque supongo que su profesor tiene mucho que ver en esto, tanto usted, como algunos otros de su clase, obtuvieron un sobresaliente resultado en sus pruebas. Debido a esto, y a que no he recibido sus peticiones de ingreso a alguna otra escuela, me siento en la obligación de ofrecerle un lugar en la preparatoria de Kunugigaoka el año que viene para que así pueda explotar por completo su habilidad en las ciencias con ayuda de nuestro plan de estudios y haciendo uso de nuestras instalaciones. ¿Le interesa, señorita Okuda?

Manami tardó un par de segundos en procesar el ofrecimiento del director. ¿Le pedía personalmente que asistiera a Kunugigaoka durante los siguientes tres años? ¿A ella precisamente? Lo creería de Karma, sus calificaciones eran perfectas, pero el ya había mandado su solicitud... ¿Acaso era la única que no lo había hecho aún?

—No tiene que darme una contestación inmediata, pero considere la oferta. Esta institución sería verdaderamente afortunada de tenerla entre sus estudiantes.

Pero para cuando terminó de hablar Manami ya tenía su respuesta, algo le decía que debía aceptar, que cosas buenas vendrían con ello así que no dudo en aceptar de inmediato, logrando arrancar una sonrisa de satisfacción del director.

Luego de un par de aclaraciones y una rápida despedida, Manami salió del despecho con la sensación de estar haciendo lo correcto. Grande fue su sorpresa al encontrarse a Gakushuu recargado en la pared de frente a la puerta, como si estuviese esperando por algo.

—A parte de Akabane —comenzó antes de que la chica pudiese reaccionar— tú eres también alguien con quien me encantaría competir. Nos vemos.

Y volvió a dejarla ahí, con la palabra en la boca y multitud de preguntas sin sentido.

***

Su triste graduación llegó antes de lo esperado y con ella las despedidas y nuevos encuentros.

Para Manami, que permanecería en el mismo instituto, el cambio no se sintió tan grande como para los demás, pero sin duda extrañaría a sus compañeros y, cómo no, a Koro-sensei, pero debía ser fuerte y seguir adelante. Hacía ese futuro brillante que sin duda la esperaba.

Pero no sería fácil. Todos sus nuevos compañeros la evitaban por haber estado en la clase E, por lo que era un tanto solitario. A veces se juntaba con Karma y hablaban un poco, pero estar en diferentes clases les dificultaba la comunicación.

Sólo una persona más le dirigía la palabra, para envidia de muchas: Gakushuu Asano.

A menudo le hacía cuestionamientos sobre química aunque nunca terminaba de entender porque lo hacía. Se metía en sus conversaciones con Karma en más de una ocasión y no dejaba pasar la oportunidad para hacer equipo con ella en las clases que compartían juntos.

Poco a poco, se fueron acercando de una manera desconocida para ambos.

El tiempo que pasaban juntos era cada vez más largo y, de una inexplicable manera para ambos, más corto con el pasar de los días.

No fue hasta un frio día de otoño que eso ocurrió.

Manami estudiaba una complicadísima reacción química cuando recibió una llamada de Kaede invitándola a un festival que se realizaría en el centro de la ciudad, varios de sus amigos irían y prometía ser muy divertido.

Con ayuda de su madre se puso una yukata de estampado de flores en tonos tierra y ocre, con tintes de dorado por aquí y por allá que combinaba perfecto con el paisaje otoñal. Peinó su cabello con una sola trenza y la adornó con una horquilla bastante bonita de la que colgaban algunas cuentas brillantes.

Salió puntual de su casa y tomó el tren que la llevaría al punto de encuentro. Ahí la esperaban Kaede y Kanzaki. Ellas iban vestidas de manera similar a la suya y le alegró haber elegido ese atuendo.

Juntas avanzaron entre la multitud para llegar con los chicos que las esperaban cerca de la entrada del festival. Pero, por azares del destino, Manami terminó perdida entre el gentío y sin idea de la dirección que habían tomado sus amigas.

—¿Okuda-san?

—¿Asano-kun?

Una sensación de deja vu les llegó a ambos.

—¿Qué haces aquí? —Asano daba la impresión de estar afectado por algo, pero Manami no le dio mucha importancia.

—Estaba con unas amigas, pero nos hemos perdido.

Gakushuu pareció dudar un segundo antes de tomar su mano y arrastrarla entre la multitud. No se detuvo al ver a Kaede y Kanzaki un poco más allá buscando a su amiga con la mirada. Tampoco se detuvo al ver la cabellera pelirroja de Akabane aunque sabía que probablemente la estuviese buscando también.

Jadeando por la carrera ambos se detuvieron en el prado detrás de todos los puestos. Sus respiraciones agitadas eran lo único que podían escuchar entre el ruido de esa noche.

—Asano-kun, ¿qué...?

—¿Por qué? —preguntó dándole la espalda.

—¿Eh? —esperaba que le dijera cualquier cosa, pero eso...

—¿Por qué me siento así cuando estoy contigo?, ¿por qué no puedo dejar de pensar en ti?, ¿qué es este estúpido sentimiento? Se suponía que mi interés no pasaría de vencerte en los exámenes y calificaciones, ¿cuándo fue que eso dejó de importar?, ¿por qué odio tanto verte con alguien más? —conforme hablaba su tono era cada vez más bajo—, dime, ¿lo sabes? Ren no ha parado de decirlo, pero, ¿acaso es verdad? Yo...

Dejando la frase inacabada dio la vuelta en busca de su mirada.

Manami tenía las mejillas enrojecidas y los ojos cristalizados. ¿Por qué su pecho se sentía tan cálido? Sus latidos aumentaron el ritmo al notar la expresión de sufrimiento en el rostro del chico. Dudosa dio un paso al frente, quedando más cerca de él. Con delicadeza posó la mano en su mejilla y, como si fuese algo natural, junto sus labios con los de él.

Gakushuu se sobresalto con el roce, pero pronto correspondió el beso con avidez. Sentía que había estado esperando por ello durante mucho tiempo y quería alargar el momento tanto como pudiera.

Al separarse vieron lo mismo en los ojos del otro. El cariño que habían estado buscando durante mucho tiempo sin siquiera saberlo.

Un cariño nacido de forma extraña, pero que perduraría para siempre.


*****

*se mete en un agujero* Ughhh...

Creo... que pudo ser mejor...

Lo siento si no es demasiado bueno, pero es dificil imaginar a Asano Jr en una situación así.

Prometo que me esforzare en el siguiente ;u;/

InfiniteTrigger_uw

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