Aflojando las cadenas

P.O.V Ryota

— ¿Saiko-chan, estás bien?— pregunté preocupado debido a la expresión que tenía cuando miró su celular.

— Mi hermana...

— ¿Tu hermana...?

— Fue violada...

— ¿¡Qué!? ¿¡Sakura-san, Rin-san o Kyoka-san!?

— Kyoka, parece que fue hace muchos meses.

— Ya veo, ¿Por qué se están enterando ahora?

— Parece que era un secreto, Issey se enteró y le pegó al violador.

— ¿Issey...?— creo que no lo conocí.

— Sí, el día que fuiste no estabas, es el mayor de todos seguido por su gemelo, Jiro, él también se vió involucrado en el asunto, parece que a los 3 los suspendieron un mes.

¿El castigo de la gente que solo se vió envuelta y no hizo nada es el mismo que el que golpeó?

— Tranquilo, la suspensión iba a ser solo para Jiro y Kyoka, Issey iba a ser expulsado pero mi padre logró que no fuera así.

Cada vez su padre me da más miedo...

— Ya-ya veo...

Noté como Saiko-chan apretaba con fuerza su celular.

— ¿Pasa algo?

— Un año...

— ¿Qué?

— Un año pasó desde la violación de Kyoka y yo ni cuenta, jamás noté algo raro, pero ahora que lo sé, muchas de sus acciones eran sospechosas, su cambio de atuendo repentino, sus pocas ganas de salir...— un fuerte viento atacó de repente— ¿¡Cómo diablos no me di cuenta!?

P.O.V Omnisciente

Lagrimas salían de los ojos de la albina, se sentía culpable de haberse centrado tanto en su propio dolor como para no notar el de su hermana mayor.

— ¡Yo...! ¡Yo...!— se llevó las manos a la cara, estaba entrando en pánico, se había descontrolado y personas podían pagar por eso.

— Saiko-chan...— sintió como el castaño se acercaba.

— ¡No!— se alejó inconscientemente y lo miró a los ojos, lejos de mostrar miedo se veía preocupado— ¿¡Por qué no te asustas!? ¡No puedo controlar mis poderes!

— ¡Obviamente estoy asustado, siento que en cualquier momento puedo salir volando y no contarla! ¡Pero te sientes mal! ¡Estoy seguro que tu poco control emocional es la causa de esto! ¡Guardaste tanto tus emociones que ahora explotan!— se acercó a la chica con dificultad y la abrazó delicadamente— Todos tus sentimientos, puedes compartirlos conmigo, te daré un espacio para que te desahogues y no tengas que guardar nada, ya no tienes que explotar, puedes ser débil, no te juzgaré, no te lastimaré, prometo cuidarte...— la albina se aferró al pecho del más alto mientras lloraba.

— ¡Yo...! ¡Yo...!

Se siente raro... Incluso sabiendo que tengo poderes no se alejó de mi... Puso mi bien por encima de su vida... siempre consideré a esas personas idiotas pero... pero él... no me parece nada idiota...

Aflojó el agarre en su camisa y rodeó el cuerpo del chico con sus brazos.

Yo... lo protegeré... Personas como él no merecen que se aprovechen de ellos, hay que cuidarlos...

Sonrió mientras sentía como poco a poco el viento se iba calmando.

— Gracias, Ryota-kun...

— De nada, Saiko-chan— siguieron abrazados un buen rato, solo los separó la campana que anunciaba el fin del almuerzo.

[• • •]

P.O.V Ryota

— Bien, hasta mañana— el profesor salió del aula y todos comenzaron a juntar sus cosas.

— Hey, que raro fue la ventisca de hoy.

— Jaja, sí, pensé que iba a salir volando.

— ¡A mí se me cayó el almuerzo!

Saiko-chan y yo nos retiramos de la clase en silencio.

— ¡Oye, Yoshida!— un grupo de chicos me detuvieron antes de salir de la clase.

— ¿Sí?

— Necesitamos ayuda en algo, ¿No te molesta que te lo robe, Shinhen-san?— ni se molestó en mirarlos, su mirada quedó fija en mi.

— Me quedaré un rato en la biblioteca, si no tardas mucho ve a buscarme— se alejó por el pasillo.

— ¡Hasta mañana, Shinhen-san!— rodeó su brazo por mi cuello.

— ¿En qué necesitan ayuda?— algo me daba mala vibra, pero no era como que lo pudiera decir.

— ¿Sabes cómo terminaron Kageyama y Lee por juntarse con una Shinhen?

— No fue su culpa— las palabras abandonaron mi boca antes de que pudiera reaccionar.

— ¿Ah? ¿A qué te refieres?— su agarre en mi hombro se intensificó.

— Nada hubiera pasado si no hubieran comenzado a molestar a Kageyama-san y a Lee-san.

— Kageyama y Lee obtuvieron lo que se merecían por idiotas.

— ¿Acercarse a alguien y tratar de conocerlo tratando de no juzgarlo es de idiotas?

— Sí, y más por como se rigen las instituciones en las que asisten los Shinhen.

— ¿Qué?

— En esta escuela hay gordos, nerds, otakus, raritos, hay de todo un poco para burlarse, entonces ¿Por qué no lo hacemos? ¿Por qué no desquitamos nuestras frustraciones con ellos?— ahí lo entendí todo.

— Porque... Para eso están los Shinhen, concentran su odio en los Shinhen porque saben que por más que se burlen no tendrá consecuencia, ni a los directores ni a nadie le importan los Shinhen...

— Exacto, por eso los que se acercan a ellos son otros blancos de burlas, tómatelo como un consejo de compañero a compañero: aléjate de ellos antes de que sea tarde. Espero que sigas mi consejo, no hemos molestado a Shinhen-san en un tiempo debido a lo que les pasó a Kageyama y a Lee y Shinhen Sakura ha dejado de asistir a la escuela después de su intento de suicidio— abrí los ojos como platos.

¿Sakura-san trató de suicidarse? 

— Los inteligentes que no queremos ser acusados de bullying nos hemos estado conteniendo durante un buen tiempo, eres un blanco demasiado fácil, Yoshida, tenlo en cuenta.

— Lo siento pero no— jamás había sonado tan decidido y firme.

— ¿Qué?— apretó su mandíbula.

— No pienso alejarme de Saiko-chan ni de su familia, no pienso alejarme por un estúpido rumor que ni siquiera es verdad.

— ¿Rumor? ¿Crees que a nosotros nos importa el rumor? La reputación de los Shinhen los hacen un objetivo perfecto, la maldición pasa a un segundo plano, algunos hasta se olvidan de aquella "maldición".

— Ken, este idiota no va a cambiar de parecer— dijo uno de los seguidores del tipo que me estaba abrazando por el cuello.

— Sí, eso parece— comenzaron a arrastrarme hacia afuera, antes de que cierren la puerta, miré hacia adentro, concretamente busqué las miradas de Akira y de Hayato para que me ayudaran, nuestras miradas se cruzaron pero rápidamente apartaron la vista.

[• • •]

Otra patada más a mí estómago y luego a mí cara ocasionaron que me vuelva a caer.

— ¡Jaja! olvidé lo divertido que es— comenzaron a patearme la espalda mientras seguía en el suelo.

— Ken...— se detuvieron y abrí los ojos, tratando de descubrir que pasaba, todos estaban viendo para su izquierda por lo que hice lo mismo, encontrándome con Saiko-chan.

— ¿Qué hacemos, Ken?

— Shinhen jamás ha levantado la mano contra nadie, quiero ver qué pasará— ella se acercó a paso normal, casi parecía que nos ignoraba, llegó al frente mío dándole la espalda a los demás.

— Vamos— me agarró del brazo y me levantó, ayudándome a caminar, nos retiramos de la escuela.

— Gracias, Saiko-chan.

— No es nada, es lo que hacen los amigos, ¿No?

— "Es lo que hacen los amigos"...— recordé como Akira y Hayato apartaban su mirada.

— ¿Te pasa algo?

— Ah, n-no es nada.

Seguimos caminando hasta que vimos algo que nos alarmó, el hombro adelante de nosotros tenía un cuchillo en mano y se dirigía rápidamente hacia un hombre que hablaba por teléfono.

— ¿¡Lo va a apuñalar!?— Saiko-chan me soltó y fue corriendo hacia el hombre, sujetándole la mano, el hombre la pateó y la acorraló contra la pared, clavándole el cuchillo en el hombro.

— ¡Agh!— al tiempo que soltó un alarido por el dolor, pateó en el pecho al hombre, logrando que se cayera y quitara el cuchillo de su hombro, se puso encima de él y le quitó el cuchillo, alejándolo del alcance de ambos, comenzaron a forcejear tratando de agarrar el cuchillo, el hombre para apuñalar a Saiko-chan y Saiko-chan para que el hombre no lastimase a nadie con el arma.

— ¿¡Pero qué!?— como si no supiera lo que estuvo a punto de hacer hace unos segundos, el hombre se sorprendió al tener a Saiko-chan encima de él— ¡Quítate!— aprovechando que Saiko-chan bajó la guardia debido a la confusión, el hombre le pegó una patada tirándola para atrás.

— ¿Qué es lo que acaba de pasar?

— No recuerdo nada pero seguramente...— a diferencia de lo primero que solo lo escuchamos Saiko-chan y yo, lo siguiente lo escucharon todos— ¡Estaba tratando de quitarte ese cuchillo!

 — ¿¡Qué!? ¡Usted fue el que estuvo a punto de apuñalar a ese hombre! ¡Ella solo lo detuvo!— defendí a Saiko-chan.

— ¡No digas idioteces! ¿¡Por qué diablos querría asesinarlo!?

— ¡Si no sabe usted menos nosotros!

— ¡Seguramente esa chica del demonio me estaba manipulando al igual que a ti!

— ¡Quien está diciendo idioteces es us- — Saiko-chan me jaló levemente de la camisa mientras mantenía su mirada baja.

— Vámonos...

— ¡Pero...!— miré al hombre al que casi apuñalan, estaba sorprendido espectando la escena con los demás del alrededor— ¡Usted lo vió, ¿Verdad?!

— Solo escuché como alguien caía al suelo y luego los vi forcejear por el cuchillo...

— ¡No puede-

— Ryota-kun... por favor...— terminé desistiendo y me retiré junto con Saiko-chan.

— ¿Estás bien? ¿No te duele mucho?— ella no respondió y yo preferí no insistir, el camino hacia su casa fue muy silencioso por nuestra parte pero no por la parte de los demás transeúntes, ellos murmuraban no tan bajo.

[• • •]

— ¡Saiko, ¿Qué pasó?!— Rei-san se apresuró hacia nosotros.

— Mamá... ¿Puedes... curarme?— la madre asintió y ambas subieron escaleras arriba, yo no sabía si seguirlas o no así que decidí esperar sentado en el sillón del living.

— ¿Tu eres...?— levanté la vista del suelo y me encontré con un chico de pelo hasta los hombros de color castaño oscuro y ojos rojos.

— A-ah...— me levanté e hice una reverencia— Soy Yoshida Ryota, mucho gusto.

— ¿Por qué estás en nuestra casa?

— Ocurrió un incidente y Saiko-chan terminó herida, Rei-san se la llevó escaleras arriba para curarla... Yo estoy esperandola...— recordé el incidente de hace un rato y no pude evitar que se me revolviera el estómago, el odio hacia los Shinhen cada vez era peor.

"—¿Crees que a nosotros nos importa el rumor? La reputación de los Shinhen los hacen un objetivo perfecto, la maldición pasa a un segundo plano, algunos hasta se olvidan de aquella "maldición"."

Las palabras de Ken-san resonaban fuertemente en mi mente.

— Ya veo— se sentó en uno de los sillones individuales que había— ¿Qué pasó exactamente?

— Un hombre intentó apuñalar a otro y Saiko-chan lo impidió, cuando estaban en el suelo forcejeando por el cuchillo el hombre parecía no saber lo que estaba pasando, acusó a Saiko-chan de tratar de apuñalar al otro y luego la acusó de manipularlo...

— Entiendo.

— ¿No le afecta?

— No es algo raro que nos culpen de todas las desgracias que pasan cerca nuestro.

— Eso... eso está mal.

— ¿Y qué? Que algo esté mal no significa que vaya a cambiar...— parecía que pensaba en algo.

— Si no le molesta, ¿Puedo preguntarle que le molesta?— el chico suspiró.

— Está bien, y puedes tutearme, no debemos tener una gran diferencia de edad.

— E-está bien, como quieras.

— Lo que pasa es que a mi hermana... a mi hermana— apretó fuertemente sus puños.

— ¿Se trata de Kyoka-san?

— Sí...

— Abusaron de ella sexualmente, ¿No?

— Sí, ¿Saiko te contó?

— Sí.

— Ya veo, pues denunciamos al desgraciado que la tocó pero como fue muy tarde ya no quedaba rastro de la violación, quisimos buscar la ropa interior que usó aquel día ya que Kyoka no la volvió a usar pero no la encontramos, no tenemos evidencia... ¡No tenemos nada!— golpeó fuertemente la mesa ratona— ¡Me tuve que haber dado cuenta antes, todo su accionar era sospechoso! ¡Dios!

— Ya veo... Quizás sea de mala educación decir esto pero no creo que sirva mucho lamentarse por no haber hecho las cosas antes, creo que es mejor buscar una solución ahora mismo.

— ¡Pero no la hay!

— Yo no estoy tan segura de eso...— en el marco de la entrada al living estaba Kyoka-san.

— ¿A qué te refieres?

— No importa, saldré un rato— su expresión era sombría y deprimente.

— ¡Espera!

— No te preocupes... arreglaré esto...— se retiró y segundos después se oyó como cerraba la puerta principal.

— ¿La sigo... o no? ¿Qué hago?— entró en un conflicto interno.

— Quizás sea mejor no seguirla, confía en su plan.

— Pero... ¿Si sale nuevamente herida?

— Entiendo como te sientes, probablemente en tu situación estuviera igual pero probablemente su plan no funcionará si la sigues.

— Quizás tengas razón...

[• • •]

P.O.V Omnisciente

— Y listo, tu hombro está como nuevo— la albina se puso una remera blanca, su hombro no tenía señal de haber sido herido.

— Gracias...

— ¿Estás... bien?— la madre vió como las lágrimas resbalaban del rostro de su hija.

— N-no... ni un poco...— la adulta estaba sorprendida, la menor raramente hablaba de sus sentimientos y verla llorar era incluso más raro, solo pasaba cuando sus emociones estallaban y nada bueno salía de eso— ¿P-por qué...? Nos esforzamos por protegerlos, ¿E-entonces por qué? Entiendo... entiendo que no podamos decirles sobre nuestros poderes, a veces nos podemos descontrolar y más yo pero... no es nada lindo recibir solo odio de su parte...— Rei se acercó y rápidamente fue abrazada por su hija, acto que la sorprendió.

— Ya, ya... Mamá está aquí— le comenzó a acariciar la cabeza.

— A veces... A veces entiendo a Sakura...

— ¿Qué?— la peliazul tenía miedo de la respuesta de su hija.

— Tanto odio... Dan solo ganas de suicidarse... Pensar que toda mi vida recibiré todo ese desprecio y que las siguientes generaciones sufrirán lo mismo... no es nada alentador...

— Lo sé... pasé por lo mismo...— a la adulta se le acumularon las lágrimas en los ojos— Pero en toda esa oscuridad habrá siempre una luz que volverá tu vida menos miserable.

— ¿Esa luz fue papá?

— Esa fue la primera luz, luego vinieron Issey y Jiro, luego Kyoka, luego Rin, después tu, le siguió Sakura, luego Kazuma y por último Kotaro, ustedes hacen mi vida menos miserable y hasta hacen que agradezca estar viva, estoy segura, segurísima que encontrarás aquella luz que será el primer paso para salir de aquella oscuridad.

— ¿Yo también tendré una luz que brille en tanta oscuridad?

— Sí, estoy segura.

— ¿Incluso siendo... una asesina?

— Ya hablamos de eso, no fue tu intención.

— Eso no devolverá a Mai-chan ni a Mafuyu-kun... No retirará el dolor de su familia... ni el mio...

— Lo sé, lo sé, pero estás luchando por salir adelante y eso no lo hace un asesino.

— Maté a alguien... Rompí el tercer mandamiento de los Shinhen, ni siquiera debería estar aquí, solo tengo suerte de que mi padre sea la cabeza de la familia...

— Saiko... Por favor, me duele verte así...

— Lo sé... ¿Sabes?

— ¿Qué?

— Desde la muerte de Mai-chan y de Mafuyu-kun pensaba que no tenía derecho de acercarme a nadie, que solo merecía sufrir por lo que había hecho pero... desde que conocí a Ryota-kun no he sido más que feliz, me siento culpable por eso pero no puedo parar... Quiero seguir a su lado, seguir sintiendo su calidez, que me siga sonriendo de esa forma... 

— No sabes cuanto me alegra eso, Saiko.

— ¿Por qué? Soy egoísta, quiero ser feliz incluso cuando no me lo merezco.

— No está mal ser egoísta y sí te mereces ser feliz, has sufrido, te han pisoteado, has sido despreciada injustamente, mereces la felicidad más que nadie y, ya de paso, quiero decirte que estoy muy orgullosa de ti, has seguido luchando como toda una Shinhen, estoy muy muy orgullosa de ti...

— Gracias, mamá, gracias.

Siguieron abrazadas un rato, disfrutando de ese momento madre-hija que nunca habían experimentado gracias a la frialdad de una de ellas.

Siento... Siento como si las cadenas sentimentales que cargué toda mi vida se aflojaran... Es raro, me está dando la esperanza de algún día librarme de ellas para siempre... No sé si lo lograré pero quiero intentarlo, quiero ser feliz y...

La ojiazul pensó en aquel chico de brillante sonrisa.

Y si algún día desisto, estoy segura de que él estará ahí para ayudarme a levantar y animarme a seguir avanzando.




Se viene la venganza de Kyoka /carita de diablo/

No tengo mucho para decir, solo que estoy tan pendeja que ya creé dos historias más y descuidé esta /llora/

Bueno, aún me quedan dos capítulos más así que aún tengo tiempo (aunque probablemente me quiten la tecnología luego de ver mis notas :'>)

Bueno, ahora ando inspirada así que solo les beso el culo uwu

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