Capítulo 31

Después de aquello, el vampiro y yo terminamos de desayunar y nos vestimos, yendo hasta el chalet conviviente. Me llevé una gran sorpresa al descubrir que eran más de las cuatro de la tarde, aunque teniendo en cuenta que habíamos llegado durante la madrugada a la finca, no era raro que hubiésemos despertado a esa hora.

Riku les contó a todos lo que había pasado una vez que nos habíamos reencontrado, explicando así el porqué de su nuevo color de ojos. Como era de esperar, todas las miradas recayeron sobre mí al instante. Roxas me miraba como si hubiera cometido un delito, de una manera que me llevaba a pensar que el rubio creía que yo trataba de corromper a Riku de alguna manera.

—Esperaremos una semana a que se calmen las cosas —planteó Riku —. Después de esa semana, Axel, Roxas y Ventus llevarán a los humanos a las colonias. Mientras tanto, Xion, Aqua, Kairi, tengo una misión para vosotras —los seis mencionados prestaron atención a Riku.

—¿El lugar de siempre? —Inquirió Ventus, el vampiro de ojos dorados asintió.

—¿Y nosotras? —Preguntó Aqua.

—Según cuentan, hay rumores de que Vexen y Zexion dirigen un laboratorio, pero nadie conoce su paradero —respondió Riku —. Necesito que investiguéis y os hagáis con toda la información posible al respecto. Nuestro próximo golpe será ahí —explicó.

—Estás loco —discrepó Roxas —. Escucha, Riku, una cosa es rescatar humanos y otra muy diferente desafiar a Los Doce. Sí, te salió bien la jugada de sacar a Ellia de casa de Xaldin, al igual que te salió "bien" lo de La Caza de anoche, pero eso no significa que puedas enfrentarte a ellos en su propio terreno —era consciente de por qué Roxas había hecho comillas al decir bien, y no me sentó demasiado bien que lo hiciera, si era sincera.

—Reconozco que lo que hizo Ellia anoche fue imprudente... —comenzó a decir el vampiro a mi lado.

—No quiero que la excuses, lo que quiero es una disculpa de su parte. ¿No que era la más chula de todos? Le vi los humos muy altos cuando se enfrentó a Terra, y... —Riku le interrumpió:

—Roxas... —amenazó. Axel puso una mano en el hombro del rubio.

—Está bien, la cagué ayer, sí —interrumpí yo la discusión, estaba harta de la actitud de Roxas. —¿Y? ¿Crees que una disculpa borrará mis actos de anoche? Lo hecho, hecho está. Actué mal, me dejé llevar, lo reconozco, pero no hay nada que hacer al respecto.

—¡Casi matas a Riku! —Exclamó.

—Roxas, sabes que eso no es cierto —se inmiscuyó Aqua esa vez.

¿Acaso había algo que yo no sabía?

—Dereck nos localizó al poco de empezar La Caza, lo vi en su mente —habló Riku —. A mí y a Ellia. Él sabía quién eras —me dijo. Xaldin se lo había dicho a Dereck, seguro que él formaba parte de los rastreadores que me buscaban —. Dereck sabía que tarde o temprano nos juntaríamos, por eso mandó a la mayoría de los cazadores por mi —reflexionó.

Quería desgastar a Riku para forzarme a ir por él y así llevarse la gran recompensa de capturarnos a ambos.

—Lo cual indica que tanto Xemnas como el resto de Los Doce saben que estamos detrás de todo esto —Riku asintió ante las palabras de Terra.

—Lo saben desde que Ellia desapareció de la mansión de Lord Xaldin.

—¿Crees que Xaldin piense que mis poderes siguen sellados? —Riku negó.

—Ayer disparate una flecha con una pluma tuya en la punta, ¿no es así? —Agaché la cabeza, así había sido.

—De igual forma, quizá piense que os he ocultado mis poderes. Puede que sepa que han despertado, pero eso no conlleva que vosotros lo sepáis.

Riku se mantuvo callado por unos instantes, pensativo.

—Te has aliado con nosotros, seguro que se imagina que lo sabemos —habló Sora.

—Los Doce son rastreros, quizá crean que no confío plenamente en vosotros y sólo os estoy utilizando para matar a Xaldin —rebatí.

—Se cree el ladrón que todos son de su condición... —comentó Riku.

—Eso mismo —apoyé yo.

—Sólo el tiempo nos dirá si vuestra teoría es cierta o no —zanjó Aqua —. Mientras tanto, y viendo el descontento por parte de Roxas, propongo que sometamos a votación el asunto del asalto al laboratorio.

Todos miraban atentos a la vampira de cabello azul, hasta que, finalmente, asintieron a sus palabras.

Como era de esperar, hubo mayoría al sí. Me sorprendió un poco que tanto Axel como Ventus votaran que no junto con Roxas, aunque si teníamos en cuenta que eran su mejor amigo y su gemelo, no era tan sorprendente.

Después de aquella reunión traté de hablar con Roxas, pero el rubio simplemente me ignoró y se marchó junto con Ventus del lugar. Riku puso una mano en mi hombro tras darse cuenta de la situación.

—Déjale, se le pasará —me consoló.

—No quiero que esto siga así, la cosa cada vez irá a peor —le dije, él negó.

—Conozco a Roxas. Hazme caso, se le pasará —insistió.

Solo esperaba que Riku estuviera en lo cierto.

Xion, Aqua, Kairi y Terra nos acompañaron hasta casa después de la reunión, mientras que los demás volvían al chalet conviviente. Noté a Riku un tanto reacio a que me quedase a solas con Terra en el salón, pero igualmente el vampiro y las chicas se fueron hasta un pequeño despacho que rara vez se usaba.

—¿Riku y tú? —Preguntó el castaño una vez que nos sentamos en el sofá de la sala.

—Es complicado —esquivé su mirada.

—He visto cómo te mira y cómo reacciona cada vez que algún hombre te ronda —rio.

—¿Qué le está pasando? —No sabía si Riku respondería a esa pregunta, así que preferí ir sobre seguro y preguntarle a Terra.

—Es temporal, pero se podría resumir a que es más impulsivo y todos sus instintos son más fuertes en estos momentos —asentí con la cabeza.

—¿Crees que tenga que tener cuidado? —Él negó.

—Riku jamás te haría daño, ni aún siendo una bestia salvaje e irracional te haría nada.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de ello?

—Porque le conozco demasiado bien. Aunque no lo parezca, él y yo estamos muy unidos —admitió.

—¿Y Sora? Él también parece muy cercano a Riku.

—Riku solo es un año mayor que él, por eso te ha dado esa impresión —asentí.

—Entonces... ¿Riku se desquitaba contigo?

—Yo no diría desquitar precisamente. Más bien cobijarse —le miré algo confundida.

—¿Cómo un hermano pequeño con su mayor? —Terra asintió —. Entiendo... oye, Terra, ¿puedo preguntarte algo?

—Claro.

—¿Por qué decidiste unirte a la resistencia?

—No comparto los ideales de Los Doce, es todo —se encogió de hombros.

—¿Sólo eso? ¿Desde siempre fuiste un revolucionario y ya? —El vampiro asintió nuevamente.

—No quiero venganza ni nada del estilo, simplemente pienso que la sociedad no es justa, y que todos deberíamos tener los mismos derechos, seamos vampiros, sirenas o humanos —razonó.

—¿Hace cuánto que no comes o bebes nada de procedencia humana?

—Desde el equivalente a trece años humanos. Y tengo cerca de veintiséis —eso debían de ser muchos años vampíricos.

—¿Puedo hacerte otra pregunta? —Terra parecía divertido ante mi curiosidad, pero aun así asintió, sonriente.

—¿Qué sientes al ver a Riku con los ojos dorados?

—Impotencia —definitivamente, esa no era la respuesta que esperaba.

—¿Por qué impotencia? —Me recosté en el sofá y le miré con atención.

—Porque debí haber ido contigo en lugar de abandonaros a vuestra suerte —que estaba enfadado consigo mismo era obvio, y me atrevía a decir que el castaño estaba rabioso incluso —. Si te hubiese acompañado, no te habría dejado disparar esa flecha —eso era algo que tenía claro incluso antes de que él lo dijera.

—Riku ya estaba malherido para cuando me reuní con él —le tranquilicé —. No fue el revuelo en la plaza lo que hizo que terminase mal parado, sino Dereck. Ya escuchaste a Riku en la reunión.

—Aun así... debí haber ido contigo.

—Martirizarte no te servirá de nada. Lo importante es que todos estamos aquí, juntos y a salvo.

—Ya...

—Entonces... ¿Serás también como un hermano mayor para mí? —Cambié de tema tras unos segundos en silencio para animarle un poco. Terra sonrió cuando dije eso.

—Claro que sí. 

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