Capítulo 28

Riku contactó con Aqua antes de emprender la marcha. Debíamos ser cuidadosos con nuestros movimientos debido al revuelo que había montado con la flecha y la pluma en la plaza del Festival. Me alegré al saber que los chicos habían seguido mis instrucciones y estaban de camino a la finca.

Fuimos relativamente tranquilos por el bosque, con la certeza de que ningún cazador andaba suelto ya porque los habíamos matado a todos, pero con cautela igualmente por si, en algún momento, algún secuaz extra de Los Doce se cruzaba en nuestro camino. Si era sincera, ahora que estábamos en aquella situación me estaba empezando a sentir culpable.

Quizá no debí disparar aquella flecha con la pluma en la punta, quizá debí controlarme y tener sangre fría pese a haber visto a Xaldin, pero simplemente no pude. Él lanzó un mensaje, y yo ahora se lo había devuelto. Una promesa de muerte por lo que me hizo, y por lo que también le hizo a Mary.

—Estás muy callada —comentó Riku, se me hacía muy extraño que sus ojos fueran dorados. Aun así, no me sentía intimidada o con miedo, solo extrañada por el nuevo color de sus iris, pero nada más.

—Prefiero usar las pocas fuerzas que me quedan para continuar —comenté, la pierna me estaba matando. De hecho, mi brazo derecho estaba alrededor del cuello de Riku, y su brazo izquierdo rodeaba mi cintura para ayudarme a avanzar.

—Ven aquí, anda —sentenció.

Y, antes de que pudiera siquiera darme cuenta de lo que pasaba, Riku me cogió en brazos. Me resistí un poco al principio, pero sus heridas habían curado rápidamente después de que nos besáramos y bebiera mi sangre, dejando su cuerpo como nuevo.

Riku corrió por la arboleda sin mirar atrás. Había sido una carga para él todo ese rato, pero no había dicho nada al respecto por miedo a que me sintiera mal conmigo misma. No pude evitar sonreír cuando me di cuenta de eso.

Sentía que me pesaban los párpados, el dolor y el cansancio cada vez apoderándose más y más de mí misma.

—No te duermas —me dijo Riku —. Aguanta hasta llegar a la finca, Ellia. Por favor —suplicó, ahora los papeles se habían invertido, tocándole a Riku estar preocupado.

—Estaré bien, solo es el cansancio y el dolor en la pierna —le tranquilicé, llevando mi mano hasta su mejilla.

No me dejó cerrar los ojos en ningún momento. Sabía que no era nada excesivamente preocupante, pero el dolor era insoportable. Definitivamente, que te hiriesen con un arma de plata dolía como el infierno, e incluso cuando ya no estaba clavada en tu cuerpo, la herida seguía doliendo demasiado, como si tuvieras un fuego constante en la herida, que impedía que se cerrase y no hacía más que empeorar el daño.

Tras lo que calculé como unos quince minutos, Riku y yo llegamos al lugar del que partimos al inicio de la tarde. No estaba segura de estar preparada para el teletransporte, pero había que recurrir a él me gustase o no.

—¿Lista? —No, no estaba lista, pero asentí igualmente, agarrándome con fuerza a los hombros de Riku.

La oscuridad nos envolvió por segunda vez en el día, pero esa vez el trayecto fue diferente: aparecimos en la iglesia casi al instante, cosa que me dejó asombrada y atónita a partes iguales. Era consciente de que las habilidades de Riku habían mejorado, pero igualmente me impactó mucho ver el cambio.

—¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras? —Los dorados ojos de Riku me miraban con atención.

—Sí, tranquilo. Estoy adolorida, pero bien —respondí, sonriéndole.

—Bien, en marcha entonces —asintió él con la cabeza, saliendo de la iglesia todavía conmigo en brazos.

Por un instante me sentí como si fuéramos una pareja de recién casados debido a la forma en la que abandonamos el edificio, aunque quité esa imagen de mi cabeza rápidamente.

Unos metros antes de llegar a la moto de Riku, el amargo sabor de la bilis me subió por la garganta. Menos mal que el vampiro me había dejado en el suelo para que avanzara por mi propio pie.

No entendía por qué el teletransporte me había afectado al rato, quizá la herida había tenido algo que ver, pero igualmente, ¿no tendría que haberme pasado esto al momento de aparecer en la iglesia?

—Ellia, ¿de verdad que estás bien? Puedo pedirle a Aqua que venga a por ti en un coche —las palabras de Riku cortaron el hilo de mis pensamientos. Negué con la cabeza.

—Ya estoy mejor, tranquilo —le quité importancia al asunto, poniéndome en pie. No quería volver a separarme de Riku, al menos, no de momento.

No parecía muy convencido con mi respuesta, pero no dijo nada al respecto y juntos avanzamos hasta llegar por fin a la moto, ayudándome el vampiro a subir.

Al llegar a la finca pude ver a lo lejos que todos los demás miembros de la resistencia estaban en la puerta del chalet conviviente, probablemente esperando a que Riku y yo llegásemos.

El vampiro bajó primero de la moto, se quitó el casco mientras que yo me quitaba el mío y después me cogió en brazos. Me había quedado muy claro que no me dejaría ir andando por mi propio pie.

Fue duro ver las expresiones de los demás al detallar en los ojos dorados de Riku; estas iban desde la preocupación hasta incluso la decepción, pasando por el enfado en algunos casos. Aqua fue la primera en acercarse hasta nosotros, corriendo. Terra y Sora la siguieron.

—Riku... —susurró la vampira.

—No nos quedó más opción —hablé yo, antes de que Riku pudiera dar explicación alguna.

—Volved al chalet conviviente, nos reuniremos mañana a primera hora —zanjó Riku el tema.

—¿Y las chicas? —Terra cruzó los brazos sobre su pecho.

—Mantenedlas con vosotros, tengo que ocuparme de Ellia, ¿vale? —Todas las miradas cayeron sobre mí de golpe después de que Riku dijera eso —. Mañana sabréis todo, ¿vale? Lo importante es que estamos ya aquí, enteros —habló el vampiro de nuevo.

Notaba a Riku tenso, sobreprotector incluso. ¿Un efecto secundario de beber mi sangre? Que él había cambiado era obvio, pero, ¿hasta qué punto? ¿Cuánto le había afectado mentalmente el probar mi sangre después de tantos años sin beber ni una gota?

Tan pronto como llegamos a casa, el vampiro me llevó a su cuarto. Era una habitación monocroma, al igual que toda la casa, a excepción claro de mi habitación.

La cama tenía sábanas a cuadros blancos y negros, como el tablero de un ajedrez, y me preocupó un poco que se mancharan con la sangre de mi herida, aunque supuse que, si a Riku le hubiese importado eso, no me habría dejado ahí.

El vampiro fue al baño y volvió poco tiempo después, con un botiquín, un barreño con agua y una toalla.

Riku comenzó limpiando mi rostro suavemente. Intenté que me dejara hacerlo a mí, pero se negó en rotundo.

—Esto podría estar haciéndolo yo —refunfuñé.

—Quiero hacerlo yo, prefiero que no te muevas demasiado.

—Estás tratando el asunto como si fuera a morirme en cualquier momento.

—No eres consciente del peligro que conlleva que te apuñalen con un arma de plata, Ellia —replicó él.

—Tú estabas mucho peor hace cosa de unas horas, no te pongas así de alarmista por una sola puñalada en la pierna —me encogí de hombros.

—Estabas muy asustada, ¿no es así? —Evité su mirada, sabiendo que me sonrojaría incluso más si sus ojos y los míos llegaban a cruzarse.

—Si hubiese llegado a perderte no sé qué habría llegado a pasar —admití —. Seguramente habría perdido el control de mí misma.

—Terra y los demás...

—Ya se habían ido, me habría quedado sola.

El silencio se instauró entre nosotros, Riku terminó de limpiar los pocos cortes que habían en mi rostro, levantándose y yendo a por un pijama para mí, ya que los pantalones eran cortos y le facilitaban el acceso a la herida de mi pierna.

Durante los breves instantes que me quedé sola en la habitación decidí que era hora de sacar todo, diciéndole a Riku de una vez por todas todo aquello que me había estado guardando dentro de mi cabeza.

—Tuve mucho miedo de que te fueras sin haberte dicho todo... —susurré mientras él me quitaba la venda.

Sus manos se quedaron quietas y su mirada se alzó hasta la mía. No esquivé sus ojos. Las chispas saltaban entre nosotros, convirtiéndose rápidamente en un intenso fuego. No me dejaría llevar, necesitaba hablar con él seriamente.

Los juegos entre nosotros debían terminar cuanto antes. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top