Capítulo 16
Ellia's POV:
Me sentía de lo más extraña esa mañana. Lo que había pasado con Riku esa madrugada no dejaba de perseguirme, aunque, sin duda alguna, lo peor de todo fue lo que hice después.
Sí, me había quedado completamente descolocada y estaba enfadada con Riku, pero la excitación que sentía fue mucho mayor que cualquier otro sentimiento que pudiera tener.
Quizá la rabia y el enfado contribuyeron al deseo y la excitación que sentía. A fin de cuentas, eran emociones fuertes y candentes, llenas de sentimiento.
"Del odio al amor hay solo un paso". La maldita voz de mi cabeza se burló de mí. Desde que Riku me había besado, ella no había dejado de hablar, e incluso me recriminó cuando, presa del calentón, me toqué pensando en ese estúpido y maldito vampiro de hermosos ojos aguamarina, imaginando todo lo que podría haber llegado a pasar si él no se hubiera apartado.
Me sentía estúpida, ni siquiera sabía exactamente lo que sentía por Riku, y, aun así, me había tocado pensando en él. Era obvio que me atraía, pero, después de lo que había pasado, no sabía si era simplemente atracción sexual o algo mucho más profundo y complicado que eso.
Me quedé helada cuando le escuché darme los buenos días, ¿qué cara le pondría después de haberme tocado pensando en él? Bueno, él no sabía que yo había hecho eso, así que tampoco tenía tanto por lo que preocuparme realmente, especialmente porque el que se había lanzado en primer lugar había sido él.
Había disfrutado del beso, eso era algo que no podría negar jamás, pero fue él quien lo comenzó, así como también había sido él quien lo terminó abruptamente y se alejó como alma que llevaba el diablo.
Jamás olvidaría la manera en que me miró, entre asustado y arrepentido. ¿Se había arrepentido de besarme? ¿Le había dado asco al recordar que Lord Xaldin fue mi dueño no hacía mucho? No lo sabía, y dudaba de que en algún momento Riku me diera explicaciones.
Volvíamos al tema de que jamás contaba nada personal. El acontecimiento de la madrugada no hizo sino aumentar mi molestia y enfado por ello. Necesitaba descargar todas esas emociones, fuera de la manera que fuera.
Un silencio incómodo reinaba entre nosotros mientras desayunábamos. Suerte que no duramos mucho así.
Tras correr alrededor de la finca, fuimos al gimnasio, y allí pude comenzar a descargar toda la rabia y la ira que sentía. Estaba segura de que Riku se estaba dando cuenta de lo que estaba haciendo, pero no me importaba, quería que supiera que estaba enfadada y molesta con él.
—¿Me contarías la historia de ese arco? —La mirada del vampiro fue de mí al arma que colgaba de la pared.
—¿Por qué quieres saberla? —Respondió él en tono seco y cortante.
Decidí probar otra estrategia al ver su reacción:
—Luchemos. Si gano, me contarás todo acerca del arco. ¿Aceptas? —Riku alzó una ceja ante mi propuesta.
—¿Qué gano yo si pierdes?
—Nunca más volveré a preguntarte nada que suponga contarme cosas de tu pasado —sus ojos se abrieron más de lo normal por un instante.
—No pienso contenerme —sentenció, adoptando una pose adecuada para la batalla.
—No esperaba que lo hicieras —comenté yo mientras me ponía en guardia también.
Fue una batalla dura y frenética. Riku se movía a velocidades que jamás le había visto alcanzar antes. Me era muy difícil seguirle, pero poco a poco mis ojos se adaptaron y lograron captarle con claridad en todo momento.
Los puñetazos que le lanzaba eran parados sin esfuerzo alguno, e incluso algunos eran devueltos a mí con más fuerza. Riku me estaba haciendo sudar, pero no le dejaría ganar por nada del mundo. Lucharía hasta el final, quería conocer bien los secretos que aquel arco guardaba, y solo el vampiro me los podía revelar.
En un momento dado, Riku logró tirarme al suelo, poniendo su antebrazo en mi cuello, presionando.
—He ganado —susurró, a escasos centímetros de mis labios.
Más quisieras, pensé mientras una sonrisa maliciosa se formaba en mi rostro.
Con un movimiento rápido, le agarré de la cintura con mis piernas y logré hacernos girar, quedando yo encima de él. Agarré sus manos aprovechando su estupor y las junté por encima de su cabeza, poniendo esta vez mi propio antebrazo en su garganta. Le miré a los ojos y bajé la cabeza lentamente.
—Yo gano —susurré en su oído.
—Eres tan hermosa como letal —suspiró él —. Te he entrenado bien.
—Desembucha —no dejaría que me cambiase el tema. Quería saberlo todo.
—Vale, está bien —aceptó —. ¿Me sueltas y hablamos sentados como seres civilizados? —Preguntó, arqueando una ceja.
Lo pensé por unos instantes, pero finalmente solté al vampiro.
—Como ya sabes, es un arma única, fabricada exclusivamente para mi —asentí.
—¿Ya no lo usas? —Riku negó.
—Hay demasiado ligado a él —comentó.
—Riku... —presioné.
—Vale, vale...
>>Hace algunos años, yo era alguien completamente diferente a quien soy ahora. En esa época, yo era cazador durante los festivales de luna llena, y era el mejor de todos, con diferencia. El armero élfico era un buen amigo de mi padre, así que cuando logré entrar a los cazadores, él me obsequió con ese arco.
Pero un día mi vida cambió por completo, poniendo mi mundo patas arriba. Caminaba por estos bosques que rodean la finca, cuando un ruido llamó mi atención: una chica. Fui hacia ella y descubrí que era una humana, una que había logrado escapar de La Granja.
Mi padre, que era un fiel seguidor de Los Doce, quería deshacerse de ella, bien matándola o bien devolviéndola a La Granja, pero mi madre no le dejó. Ella creía fuertemente en la igualdad de razas, así que acogió a la chica en casa, como a una más de la familia.
Siempre que se nos preguntaba, decíamos que era nuestra empleada doméstica. Al principio su presencia era irrelevante para mí, pero poco a poco nos hicimos más cercanos, hasta el punto de ser algo así como una pareja.
La calma duró poco, ya que Xemnas investigó un poco en los registros de La Granja, y se dio cuenta de que una humana había logrado escapar. El número uno de Los Doce se presentó en casa una mañana, justo cuando ni mi madre ni yo nos encontrábamos en casa, y mi padre vendió a la chica al diablo.<<
No lo podía creer, la historia era horrible. Aún así, ¿qué pintaba el arco en todo esto? Riku solo lo había mencionado de pasada.
—Un festival de luna llena... llovía —me atreví a mencionar mi sueño, y los ojos de Riku se abrieron como platos.
—Lord Xemnas no sólo la compró, sino que encima la hizo participar en La Caza... y yo terminé siendo su verdugo —los ojos del vampiro estaban vidriosos, llenos de las lágrimas que se habían acumulado en ellos. Por mi parte, me había quedado completamente sin aliento, estupefacta ante lo que acababa de escucharle decir.
El flechazo bajo la lluvia y los truenos... mis sueños sí terminaron siendo un vistazo al pasado.
—¿Cómo es posible que no reconocieras su olor? —Fue lo único que se me ocurrió preguntarle.
—Xemnas lo camufló. No sé ni cómo lo hizo, pero me engañó como a un imbécil —la rabia y el dolor teñían sus palabras.
Le miré entristecida, Riku no sólo cargaba con las muertes de innumerables humanos a sus espaldas, sino también con la muerte de la que en algún momento fue su amada.
—¿Entiendes ahora por qué hago todo esto? ¿Por qué lucho por los humanos? —Me dijo él, una pequeña lágrima rodando por su mejilla.
—Quieres crear el mundo con el que tu madre soñaba —el vampiro asintió —. Y, de paso, vengar la muerte de esa chica.
—Exactamente.
Cubrí sus manos con las mías, mirándole a los ojos.
—No voy a cambiar de opinión porque tengas un pasado oscuro, Riku. Voy a quedarme con vosotros y pienso luchar por vuestra causa. Por mí, por Mary, por esa chica, y por ti. Tú me vas a ayudar a obtener mi venganza, y yo te ayudaré a conseguir la tuya. Crearemos un mundo en el que los humanos no tengan que temer a los vampiros, uno en el que haya una igualdad plena entre razas.
El vampiro me observó por unos instantes y, finalmente, me atrajo hacia él y me estrechó entre sus fuertes brazos. Le devolví el abrazo, dejando los acontecimientos de la madrugada en segundo plano. Riku necesitaba a alguien a su lado en aquel momento para reconfortarle.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top