🔮 Capítulo 8.

Diciembre, 2015

Los meses transcurrieron de manera rápida, en un abrir y cerrar de ojos ya se aproximaba el término del año escolar y a su vez la famosa graduación se asomaba por fin.

Las típicas togas negras, el birrete con la borla, la estola de honor y la esclavina, eran colocados lentamente en las casas de cada alumno, junto a la típica foto del recuerdo de que pronto serás un graduado más.

A lo que llevaba a que por fin me liberaría de este tormento llamado: «secundaria»

Adiós a los chicos que se burlaron de mí, me iba despidiendo del odioso de Ayers y de la rubia Evans, los responsables que me hicieron esas bromas de mal gusto y cada vez que mi memoria se asomé ese recuerdo siempre tendré ese amargo resentimiento, pero, debo agradecerle a ellos ¿Por qué?

Porque gracias a ellos estoy aceptando al cien por ciento que tengo poderes, al fin al cabo el acoso había parado de forma abrupta, lo cual eso me aliviaba, pero sin embargo no sé qué tipo de poderes tenía, tampoco los libros me ayudaron a encontrar una respuesta. Al fin al cabo no me han ayudado para nada.

Me sentía un poco frustrada.

Pero no pensaría negativamente, ahora no, no en mi día donde en unos minutos sería mi graduación, debía pensar positivamente que este día nadie me lo arruinaría.

Luego pensaré el asunto de «mis poderes»

Este sería uno de los días más espléndidos de mi vida. Seguía en mi habitación arreglando mis últimos detalles, como: mi cabello.

Me hacía risos que me quedaran naturales, luego me puse un poco de brillo en mis labios seguido de mis anteojos, ya que la vestimenta que usaba era un lindo conjunto de una camisa negra ajustada con bordes blancos pantalones de color crema con un cinturón café claro y tacones negros que hacían una combinación perfecta.

Tocaron mi puerta. Era mi madre que me hablaba desde afuera.

—Hija, ¿estas lista? Faltan algunos minutos para poder ir a la secundaria... —Dijo ella abriendo la puerta—. ¡Oh! Estas hermosa querida, déjame que te ayude en poner tu toga y resto de las cosas —Mencionó mi madre quien se acercaba hacia mí junto a unos tacos blancos que le hacían juego a su pantalón, una camisa del mismo color que esté, un cinturón gris con un blazer café claro y una bufanda con tonalidades cafés, se veía espectacular, como era ella.

Me puso mi toga cuidadosamente haciendo que el peinado no se estropeara seguido de la esclavina y la estola de honor que salía el año de la graduación: 2015 con bordes dorados. Finalmente prosiguió con el birrete y la borla hacia el lado derecho, me contempló unos momentos y me acarició mi rostro de manera delicada, le correspondí con una gran sonrisa mostrando mi dentadura.

—Llegó la hora mi niña, estoy tan emocionada por tu graduación querida. —Sonrió luego me abrazo nuevamente, por lo que le correspondí.

Ella tomó mis manos y me las apretó un poco e igualmente le devolví el mismo gesto.

Luego escuché la voz de Rick.

—¿Ya están listas? —Preguntó.

Se veía gracioso, ya que el traje que llevaba le quedaba apretado porque se divisaba que aquel traje estaba pidiendo a gritos aire, el sujeto cruzó sus brazos en modo de protesta, pero me provocó más mi risa al contemplar que al idiota se le había roto parte de la vestimenta.

—Sí, si ríete niña —Dijo con un tono molesto.

Soltó un bufido y se volvió a cambiar. Al salir apareció con esas camisas escocesas, unos pantalones, sus botines y su gorro con la visera plana.

Rick dio un suspiro de frustración, no quería ir a la graduación, fue obligado por mi madre por lo que no tuvo más opción que ir, él agarró las llaves del Jeep de color gris que teníamos afuera de la casa, me subí en el asiento trasero, ella de copiloto y por supuesto el sujeto era el que manejaba, sin embargo mi mamá sabia manejar, pero en esta ocasión quería ir relajada sin estresarse ya que sería un día cuya única hija se graduaría de la secundaria.

Durante el trayecto estaba un poco nerviosa debo admitir, mi año en la secundaria se acababa por fin.

Después de esto comenzaría con el pie derecho, mi esencia se mantendría, pero mi personalidad se mostraría como realmente era, tal como lo hacía con mi madre junto a las vestimentas.

Este día sería perfecto.


Una vez llegado a la escuela, Rick había parqueado en unos de los tantos estacionamientos que eran asignados a los apoderados, sin duda era un estacionamiento bastante amplio para que cayeran demasiados autos particulares, estando sentada en el asiento de atrás y de manera casi petrificada, visualizaba a muchos chicos con su traje de graduación como el mío iban acompañados de sus familiares se me dibujó una sonrisa de forma instantánea.

Tardé varios minutos en abrir la manija del auto bajando con cuidado de no estropear nada y esperar a mi madre junto a Richard. Caminamos de manera lenta haciendo ruido con los tacones a cada paso que daba.

Al llegar a donde sería el lugar de la graduación, me sorprendió ya que era al aire libre.

Mi mamá se sentó en los asientos que eran exclusivamente para los apoderados del instituto sentándose en donde podía observar mejor desde un ángulo que le fuera más cómodo. Luego ella sacó de su bolso una pequeña cámara para grabar el momento que ansiabamos las dos, veía a mi madre orgullosa quien esperaba expectante a lo que sucediera. Al fin al cabo era un logro de ambas y no solo mío.

Se dio el anuncio de la bienvenida a la ceremonia y del término del ciclo para los alumnos que ya partíamos a la preparatoria. Dejé de oír lo que decía el director y su charla motivacional, no veía por ningún lado al chico nuevo sentado en donde se suponía que debía graduarse junto conmigo, me causó un enorme dejo de curiosidad. ¿Dónde se encontraba Elliot? ya que, me habían llegado unos comentarios de unas compañeras que quizás se enfermó o algo parecido.

¿Cómo lo sé? estaban sentadas delante de mí, di un suspiro de resignación, realmente quería verlo, ese chico era bastante misterioso.

Y sin duda me atraía demasiado.

Seguía sentada viendo cómo se graduó el primer curso de nuestra generación, luego varios minutos comenzaron a levantarse los de mi salón, ya era la hora de que fuera mi turno de graduarme. Todos comenzamos a formar una fila por orden alfabético por nuestros apellidos.

Me encontraba más que ansiosa ya que a medida que avanzaba la línea de formación sentía que pronto llegaría mi turno. Que digan mi nombre y luego mi diploma junto a ese típico apretón de mano con el director, la foto y bajabas de la tribuna, así de simple y sencillo son unos cuantos pasos y ya eres un graduado.

—Beka Roberts —Dijo el director.

El escuchar mi nombre los nervios me habían invadido, decirlo e imaginarlo era una cosa pero experimentarlo era otro, sentía que mi mente quedó en blanco. Pero tenía que concentrarme no quería caerme o algo parecido, ni tampoco ser el hazme reír de toda la escuela y que estuviera grabada con ese recuerdo para la posteridad de los futuros graduados.

Negué con la cabeza rápidamente en esa opción, comencé a subir las pequeñas escaleras de la tribuna, con una sonrisa no tan forzada y que no se notara mi nerviosismo, al recibir mi diploma enrollado en una cinta roja y de ponerme la borla al lado izquierdo, significaba una cosa.

Estaba graduada.

¡Qué emoción!, el apretón de manos vino por parte del director y la foto con él, mire hacia mi mamá para hacerle una señal victoriosa que me gradué, ella aplaudía muy fuerte, incluso escuché un: «¡Eso cariño! ¡Hazme sentir orgullosa», sí, mi madre era tan emotiva con sus palabras, que solo tenía una felicidad enorme ya que era la única apoderada parada aplaudiendo.

A ella no le importaban los demás, solo su felicidad y la mía.

Luego vi al idiota de Rick, quien se cruzó de brazos con una cara de pocos amigos, sabía que con mi madre lo ignorábamos por el momento. Ambas sonreímos.

Volví hacia el montón de asientos para buscar con la mirada en donde debía sentarme por la emoción que me invadía era indescriptible, una sensación de: «¡Por dios mi calvario se terminó!»

Cerré por un instante mis ojos para abrirlos lentamente y en ese instante me desconcentro de lo que estaba buscando.

Levanté mi vista y localice a esas mismas chicas que habían hablado sobre «Elliot» al final, ese chico jamás apareció en la graduación.


Sin lugar a dudas sabía que la graduación de Beka estaba por comenzar, quería estar al lado de ella, pero no quería que la misión de despertar a una bruja se estropeará más, ya me involucré con ella, aunque en el fondo.

Quería estar cerca de ella.


—Ah, ¡aquí estás Elliot! ¡Niño en donde estabas metido! Desobedeces mis reglas e interactuaste con ella ¡Carajo! —Exclamó jadeante y a la vez cansado.

—Ya, ya tampoco es para tanto Dimitri —Mencioné recargando mi cuerpo en el tronco del árbol.

Observé la ceremonia en un lugar prudente sin que nadie lograra percibir mi presencia. Llevando consigo mis tatuajes de brujo en mi rostro.

—Al menos logró graduarse, esperemos cuya madre le diga, igual debemos estar cerca de ella, por los oi apógonoi chorís agápi* —Mencionaba Dimitri.

—Son engañosos y escurridizos, podrían estar en la misma ceremonia, pero no he sentido su presencia —Comenté mirando hacia la dirección de la graduación y varios puntos de esta.

Crucé mis brazos, sabía que pronto llegaría el momento de volverme a encontrar con ella.

»Eres interesante, Beka Roberts«



Me sentía nerviosa, queria que acabara mi graduación por fin sería libre de aquel tormento y este era el día, faltaban unos minutos y sería libre.

Luego de mirar a la última chica graduada a quien le era entregado su diploma y que todos los presentes le aplaudieron por su recibimiento. El director caminó unos cuantos pasos a la tribuna, anunció unas palabras, esas típicas del discurso de despedida para anunciar que era oficialmente graduados de la preparatoria Comelblack.

Todos y cada uno lanzamos el birrete en señal de la graduación, estaba tan feliz, pero sentí una presencia de esas que sabes que cuando te miran por mucho tiempo y te da un escalofrío.

Me había provocado un dejo de nerviosismo. Un sudor frío recorría mi frente, la palma de mis manos comenzaban a sudar. Era la misma sensación cuando Elliot estaba a centímetros de mi rostro.

Al girarme para mirar quien era el causante de que reaccionara de tal forma, al localizarlo todo se volvió en cámara lenta mi sonrisa había desaparecido de forma brusca y mi rostro cambió a uno de sorpresa, a lo lejos visualice una silueta que conocía muy bien: camisa negra con pantalones negros, ese cabello alborotado, a medida que los birretes caían hacia el suelo seguía observándo en esa dirección.

»Elliot«

»Beka«


*oi apógonoi chorís agápi: Descendientes sin afecto

߷

¿Qué les ha parecido el capítulo?
Los leo brujix

-Se despide Sel 🌙

*Reeditado: 09.05.21

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