Al llegar a la secundaria, seguí mi trayecto hacia los casilleros yendo hasta el mío para hacer el cambio rutinario de: guardar mis cuadernos que me tocarían más adelante, solo llevaría los que me tocarían en ese momento.

Iba a cerrar mi casillero pero escuché a lo lejos una risa gangosa e inmediatamente solté un bufido, colocando mi frente adentro de mi casillero.

Me estaba mentalizando en no decir ninguna palabrota, sabía de quién se trataba y desgraciadamente esa chica tenía su casillero al lado del mío hacia el lado derecho; Clarisa, ella siempre se encontraba con su ejército de rubias teñidas.

-Pero miren quien está aquí... -Decía Clarisa, mirándome de pies a cabeza. Tengo algo que decirte Beka, ya lo sé, rompí con Steve tenías razón todo este tiempo. -Me decía la rubia, alzando sus manos, al momento de hablar y girando sobre su eje, ya que siempre quería que todos vieran la fabulosa vestimenta que llevaba.

-¿Me acompañarías afuera? -Me dijo ella acomodándose el cabello.

-¡De verdad!-Exclamé sorprendida.

No me lo podía creer, esa chica me acaba de invitar a su círculo de amigas, y aunque no me agradaba, podría ser un poco popular al estar con ellas.

-Si, a quien más iba a invitar, ¿al tarro de basura? -Arqueo una ceja, rodeó sus ojos y su ejército de clones se rieron por aquel comentario que había dicho demasiado tonto, pero estaba tan emocionada de que al menos alguien me incluyera en un círculo social.

No me importaban sus burlas, solo quería no ser invisible, porque así me sentía.

Me sentía sola, sin un grupo de amigos, y esta era mi oportunidad.

Seguí a Clarisa pero me alejé un poco de ella, ya que no quería que la melena me golpease en mi rostro cuando ella se girara hacia mí otra vez, por lo que rodee mis ojos cuando escuchaba lo fabulosa que era y que toda su vestimenta era comprada de un centro comercial lujoso, solo la ignoré unos segundos mientras me cruzaba mis brazos.

-Bueno, Beka te traje aquí afuera del campus, para ser más específica en la entrada donde están las escaleras ya que... ¡quiero realizar un anuncio que todo el mundo sepa! -Exclamó un poco emocionada teniendo una de sus manos en uno de mis hombros.

-¿Es en serio Clarisa? Está toda la escuela aquí, sabemos que estás entre las más populares de la secundaria y que somos del mismo año -Dije anonadada ya que estaban todos los chicos, observando a cada uno de ellos.

-Sí, si...como sea. Bien, ¡tengo toda su atención! Quiero decir que Beka Roberts mencionó que mi ex novio, Steve me estaba engañando, pero jamás le hice caso...ahora frente a todos quiero darte una disculpa... -Me dijo con una sonrisa mientras me abrazaba delante de los presentes, bajando las escaleras de a poco manteniendo ese abrazo.

No lo podía creer, me sentía tan feliz.

Podía sentir que ya no estábamos en las escaleras del campus. Pero, me dificultaba el no ver hacia abajo, ya que ella me abrazaba fuerte estando yo de espaldas en contra de ella.

Confíe en ella.

Juro que confíe.

Y me dejé llevar por mis emociones. Sentía una enorme alegría y emoción porque por fin me aceptarían entre las populares.

Pero.

Sin saber lo que ocurriría, no me dio tiempo de reaccionar.

Clarisa me agarró de mi camisa y tiró hacia arriba causando la obstrucción de mi visión por completo, mostrándose parte de mi espalda y de mi sujetador, intentaba sacar mi propia ropa de mi cabeza haciendo que al caminar fuera más dificultoso.

A medida que intentaba zafarme de mi propia ropa daba pasos algo torpes provocando que la obstrucción de mi visión fuera una sensación tan agobiante y desesperante.

Era un suplicio.

Nadie me ayudaba, escuchaba las risas de todos los presentes, diciendo palabras como: «Que tonta, se le ve casi todo» «es una ingenua»

Quería llorar de la impotencia de las estúpidas personas que sólo se quedaban ahí observando, era inútil. Hasta que choqué con una especie de rejillas de metal haciendo elevar mis pies dando una especie de pirueta en el aire y caer en el frío pasto.

Oí que las risas fueron más estruendosas de las demás personas por aquel espectáculo que dí.

Logré zafarme con éxito mi vestimenta cuando ya me encontraba en el pasto dando un bufido, me incorporé llevando una de mis manos sobándome un poco por el golpe que me había propinado al tropezar.

De seguro me dejaría una marca bastante fea,

Luego de esto jamás en la vida debía confiar.

Y mucho menos en la «rubia gangosa» como le había apodado. La miré con odio, ella se comenzó a reír al igual que sus clones, todas las personas presentes se volvían a reír del numerito que acababa de realizar, habían unos cuantos chicos que eran de su propio salón y unos cuantos alumnos más de mi propia clase, entre ellos visualice al individuo de Ayers.

La furia otra vez me invadía de a poco, ya estando de pie, lentamente sacudí la suciedad de mi ropa, arregle mis anteojos colocándolos de nuevo en mi rostro y caminé hacia donde se encontraba Clarisa sin tropezarme con nada, me sentía bastante ingenua por creerle a una chica que ni muerta seria mi amiga, ni tampoco poder encajar en las populares.

-¿Creíste que serías mi amiga Beka? ¡Qué ingenua eres! ¿Yo, haciéndome amiga de una nerd? ¡Por favor! -Exclamó entre risas, tocando mi cabello, mi ropa y mis anteojos.

-Clarisa, basta. -Murmuré.

Miré que me rodeaba y caminaba toqueteando más mi cabello.

-¡Jamás pertenecerás a nuestro grupo, no eres nadie, tu padre te abandonó, tu madre no se preocupa por ti, te vistes horrible, no tienes novio! ¡Serás una N-E-R-D-Gritó deletreando, aquella palabra que me irritaba bastante. ¡Serás siempre una fracasada!

-¡Dije que basta! -Vocifere haciendo un movimiento con mis brazos hacia abajo junto con mis puños que se cerraron de golpé.

Cerré mis ojos y al abrirlos lentamente, miré a mis compañeros que levitaban de manera muy lenta. Algunos mostraban un rostro perplejo y otros mostraban horror.

Volví a quedarme anonadada de lo que acababa de suceder, observaba la cara de deformación de la gangosa, intentando pronunciar de sus labios un: «¿Qué rayos eres...?»

Era obvio que tenían un dejo de miedo en sus ojos, todos y cada uno de los presentes era conscientes de lo que estaba pasando.

Vale, también tenía un poquitín de miedo de mi misma, pero lo supe controlar.

Volví a utilizar el mismo poder que había utilizado con el idiota de Rick.

Telepatía.

Mirando a todos de forma triunfante, sentía el miedo en sus miradas.

Era grandioso.

En el fondo quería que me temieran.

»Soy Beka Roberts, una estudiante como ustedes, de dieciséis años y quiero que dejen de molestarme o de lo contrario les pasará esto. Olvidaran y no recordarán nada de lo ocurrido.

¿Han entendido?«.

Miré que todos asentían de manera lenta, lleve una de mis manos enfrente de mí, abrí la palma de mi mano moviendo hacia abajo. Soltando de manera brusca a todos.

Mis compañeros olvidaron lo ocurrido y no sabían qué había pasado. Fue una buena estrategia en utilizar la palabra: «olvido»

Este nuevo poder que utilicé con ellos no era tan malo como yo pensaba, lo usaría a mi favor.

Di una enorme sonrisa mientras oía a uno de los chicos del otro salón que decía.

-Tenemos que ir a clases, ¡El profesor Gaylord nos regañará! Viejo tu sabes que el maestro de historia...-Titubeo y tragó en seco.

-¡Vamos!-volvió a insistir.

Le tenían miedo a nuestro querido profesor y a mi que me cae tan bien por sus examenes sorpresas apodadas como él dice: «VOM»

Me reí un poco y sonreí satisfecha, era perfecto, nadie recordaba nada, solo yo.

Lo que a me llevaba a que también tendría clases de Biología, observé la hora de mi celular y me sorprendí que en unos minutos comenzaría la clase, me apresure en subir las escaleras del campus para ir de forma rápida hacia mi salón.

Rogaba no llegar atrasada.

Llegué un poco jadeante por aquella pequeña maratón que di.

Y miré hacia el escritorio, se encontraba pero revisando su celular, y eso significaba que el maestro todavía no impartía su clase. Eso me había aliviado.

Él siempre esperaba unos minutos a que llegasen más alumnos para comenzar su clase, me dirigí hasta llegar a pupitre que se encontraba al lado de la ventana y me senté.

Me tranquilice esperando a que mi respiración volviera a la normalidad.

Dejé mi mochila en el suelo como lo hacía todos los días y sacaba mi cuaderno de biología cuando....

Tuve que mirar hacia enfrente.

-Atención chicos, se integrará a nuestro salón un nuevo alumno, por favor joven. Preséntate -Mencionó el maestro.

El chico hizo su aparición lentamente, a simple vista todo era ordinario en él, su cabello un tanto desordenado con un color castaño claro, ojos miel verdosos, una altura promedio, probablemente era más alto que yo, una tonalidad blanquecina, delicada y tersa.

La sensación que me transmitía a simple vista era que cuidaba mucho su cutis, su vestimenta se componía de: una camisa de mezclilla negra, una camisa blanca pantalones negros y sus botines. Daba un aire misterioso y eso me atraía.

-Soy Elliot Barlow, un gusto -Dijo con una sonrisa que hizo que las demás chicas gritaran y dieran unos cuantos suspiros, por lo que comenzaron a gritarle al maestro que lo sentaran al lado de ellas.

No hice caso al chirrido de las demás chicas, hice una mueca de incomodidad.

No entendía cuál era el afán de gritar por alguien guapo. Lo era, pero no se me alborotan las hormonas como a ellas.

Ja.Inmaduras.

Comencé a crear un dibujo un tanto extraño, un símbolo que hace días lo tenía en mi cabeza.

-Siéntate al lado de Beka -Dijo el maestro, quien me señaló.

Escuché a mis compañeras quienes se quejaban por lo injusto que había sido.

Él asintió.

Observé de reojo al chico nuevo quién se sentaba al lado mío con una sonrisa coqueta.

Allí había entendido que empezaría mis problemas.

O me los mejoraría.

Pero si me llegase a molestarme como los demás, se las vería conmigo y no respondería de mis actos por mucho que tuviera una belleza increíble y esos hermosos ojos color miel verdosos y ese jodido cuerpo. No me impediría usar mis nuevos poderes que estaba descubriendo contra el niño de cara bonita.

𖦹

¿Qué les ha parecido el capítulo?
Los leo Brujix
-Se despide Sel 🌙

*Reditado: 03.05.21