🔮 Capítulo 35.
Al salir del portal, seguía abrazando y apegando a mi dragón junto a mi pecho, Eragón solo me miraba y dio un pequeño gimoteo, sabía muy bien que estaba llorando por descubrir la verdad de su origen y que su madre había muerto y que yo lo había encontrado, sabía muy bien que mi compañero estaba eternamente agradecido por salvarlo.
Llegue a los establos, no sé porque pensé en aquel lugar, solo quería irme de Alsvid y alejarme de mis amigos cuanto antes, tal vez llegue a este lugar porque Karan me necesitaba, o bien porque yo lo necesito.
Abrí la puerta del establo, escuché unas pesuñas y relinchos inquietos que conocía muy bien, se trataba de mi pegaso quien deseaba salir de su establo. Rápidamente divise en lo alto la placa reluciente con el nombre inscrito de Karan y le hable de manera calmada.
—Tranquilo Karan, soy yo... —Dije mirando a mi caballo quien se calmaba de apoco al verme fijamente, con el otro brazo sostenía a Eragón—. Te sacaré de aquí... —Susurré.
Tal vez alteré a mi corcel debido a la conexión que existía entre mi compañero, quizas Karan pensó que estaba en peligro por eso estaba alterado, pero al verme ese temor en él, desapareció.
Abrí rápidamente donde Karan dormía utilizando mis poderes ya que con una de mis manos sostenía a Eragón quien se aferraba mucho más fuerte con sus garritas, abrí la parte trasera del establo para marcharnos a cualquier lugar que no sea Nerta, sostuve a Eragón para observar detenidamente como Karan abría sus enormes alas de color negro y emprendía vuelo.
Si ninguno de mis «amigos» me creía sobre que Azura había matado a la madre de Eragón por ser la sacerdotisa y directora de Nerta, que lo hicieran, no lo recriminaria, en esta batalla estaba sola y detendría a Azura como fuera posible y si tenía que morir en el intento lo haría. Algo que me enseñó mi madre desde muy pequeña era: «En la vida tendrás que pasar por obstáculos para poder ser fuerte, a veces te golpeará de manera muy dura, pero de esos golpes te harán pararte y seguir luchando», luchar hasta el final; como ella decía. «Mis amigos» estaban muy alejados de la realidad, apoyaban a la afamada directora y no a mí, ellos eran los ingenuos, pero yo no daría mi mano a torcer, sabía que ella tramaba algo, algo muy oscuro y perturbador.
Mientras Karan me llevaba hacía la salida de Nerta, aún no sabía dónde iríamos, estábamos sin un rumbó fijo, mientras él me llevaba en su montura, sostenía a mi dragón quien se había dormido por el vuelo de Karan. Podía ver los enormes árboles y muchísima vegetación, simplemente era un paisaje muy hermoso, con algunos animales y criaturas que me observaban pasar, estábamos a una altura bastante prudente a mi parecer, visualicé a lo lejos el campo de fuerza que rodeaba a toda Nerta y al salir de él miré hacia atrás notando que todo el paisaje estaba rodeado de muchos árboles dejando ver una minúscula proporción de éstos. Y comprendí que no había vuelta atrás, o eso pensaba en aquel momento.
Mi mente me recordó cuando estaba en una de las clases con Ilana y Libby: la de clarividencia, esos ojos que llevaban el tatuaje de ramas secas. Negaba con la cabeza que esa mujer podría ser Azura. Pero comencé a atar los cavos sueltos, y comprendí que estaba en lo correcto.
—Karan, sé que Eragón te desagrada, pero ¿haz el intento por mí, si? Ambos son mis preferidos, además de que son voladores...
Karan me protestaba moviendo su cabeza y elevando su crin.
—Deben llevarse bien, que ambos sean negros no signifique que...
Karan me volvió a mirar como diciendo «dime negro otra vez y te mando a volar»
—Está bien, de color negro —Corregí, son especies distintas pero sé que ambos son un gran equipo... —Suspiré.
Nos alejamos demasiado del perímetro que era la academia, pronto llegamos a una especie de cueva donde Karan aterrizó, mientras intentaba concentrarme en florecer comida para mi pegaso y para mi dragón.
—Creo que nos quedaremos aquí por un tiempo....
—Vaya... chica... estas muy lejos de tu hogar. —Me decía una voz masculina adentro de la cueva que me miraba fijamente.
Tanto como Karan y Eragón quien se había despertado, ambos se pusieron en alerta para atacar, pero los tranquilicé a ambos.
—Eres un cazador, los «sin emociones». —Mencioné retrocediendo y estando en guardia para atacar.
—¿Cómo me atacaras? si todavía no sabes pelear; y por cierto... —aclaró soltando un suspiro para mirarme de arriba abajo cruzando sus piernas.
Luego dijo.
—Vaya, ni me reconoces...es que... ¿No me recuerdas? Ese día en tu preparatoria, yo estaba allí, ¿Recuerdas que uno de tus amigos te salvó porque te iba atacar?
—¿Te refieres a Elliot?
—¿Quién más estuvo contigo ese día? —Me dijo en son de burla.
—El maestro Dimitri, también. —Exclamé haciendo memoria llevándome una de mis manos a mi mentón.
Él se comenzó a reír.
—Era sarcasmo, niña. —Mencionó—. cómo te dije yo estuve ese día, iba a matarte, pero me di cuenta que no, de todas formas me ibas a matar a mí algún día, pero lo que me sorprendió es que todavía te falta descubrir y destapar secretos niña.
—¿Perdón?
—Nerta está rodeado de secretos, y la historia que ustedes conocen de los brujos esta mal. Le falta una parte primordial. Sobre «los perseguidores» como ustedes nos apodaron.
—¿Qué? —Exclamé bastante sorprendida—Debes estar bromeando... eso es...—Titubee—. imposible.
—Si estas dudando de tu propia directora, puedes dudar de todo.
—¿Cómo sabes que...?—Titubeé.
—Antes de ser perseguidor también fui, como tú, un brujo.
—Sé que es difícil de creer, ¿Cómo confiarías en alguien que en los meses que te han formado como iniciada, y te dicen que los perseguidores son malvados? Más aún cuándo instauran una realidad que no es... —Arqueo una ceja aquel hombre.
Observé detenidamente que sacaba sus accesorios que tenía como muñequeras de cuero, algunas cuerdas también, pude ver detenidamente que sus marcas de brujo estaban desapareciendo, pero allí estaban.
—No puede ser....tu... eres. —Decía retrocediendo de no ser porque Karan relinchó y me sostuvo.
—Eres un funda...
—¿Soy otro de los fundadores? Sí.
—¿Cómo sé que no me estas mintiendo? — Inquirí cruzándome de brazos.
—¿Te mentiría si te hubiera mostrado mis brazos?, estoy débil...perfectamente me hubieras matado —Me quedó mirando, con esos ojos blancos que este poseía.
—Pero ¿porque yo no lo hice? —Inquirí sorprendida.
—Eso es verdad Beka ¿porque tú no? Todos los brujos al verme me hubieran matado pero ¿porque tú no? —volvía a preguntarme.
—Porque que sé que hay un secreto, uno muy oscuro. Y que intentan que no salga a la luz. —Dije—. Te ayudaré a que recuperes tus poderes solo...dame algún libro que pueda... —Mencioné confiando en el desconocido.
Tal vez era ingenua, tal vez me podrían criticar del porque ayudaría a un perseguidor, cuya historia me cuenta que es un fundador. Mi mente me decía que no confiara pero mi instinto de bruja, me decía que sí.
—No existe, bueno hay uno pero está en una lengua casi extinta y solo una Druidesa puede hacerlo.
—No seas gruñón Zacary dame el libro.
—¿Cómo sabes mi nombre?
—No lo sé, solo lo intuí—titubeé.
Zacary me había dado el libro que estaba un poco viejo y comencé a buscar de manera minuciosa.
Luego hablo.
—Niña, si solo dices «solo lo intuí», es porque sangre de bruja corre en tus venas, y no una cualquiera, veo que todavía te faltan destapar algunos secretos—Me dijo con una leve sonrisa.
Hice contacto visual y luego di un suspiro y hable.
—En la bienvenida me dijeron algo parecido, que podría ser una sacerdotisa, no; es mucho mejor una druidesa, se lo que es, es por eso que te ayudaré. Y Zacary ¿quién te convirtió en perseguidor?
—En primera somos guardianes, que ustedes tengan una concepción bastante errónea no es mi problema, me convirtió una especie de ser que en los libros no existe, pero es alguien con un cabello pelirrojo, como el fuego, tenía unos tatuajes de ramas secas, ella me dijo que su nombre era Maltheous lo que hace es alimentarse, roba energía de los brujos y de su alrededor, aparenta ser una de ellos pero cuando su poder esta al máximo se alimenta de las pobres almas de los brujos, creí que encerrándola no desataría el caos, mis compañeros, algunos de los fundadores desaparecieron, no dejaron rastro, sí, fuimos bendecidos por la diosa Nerta, pero... mis amigos me abandonaron y al parecer, no sé nada de ellos...esto es lo único que me queda, decía sacando una especie de rayo que se trasformó en espada.
—Entonces ¿Ese ser de tatuajes raros se llama Maltheous? Interesante...
—¿Por qué dices interesante niña?
—Porque creo que Maltheous está más cerca de lo que creemos.
—Haber niña si he entendido. ¿Dices que tú directora que se llama Azura... crees que sea Maltheous?
—Sí, así es. —Dije mientras leía el libro, luego me senté en estilo indio seguido de Karan y Eragón quien se apoyó uno en mi regazo y el otro en mi espalda.
A medida que leía los títulos a simple vista tenían un idioma bastante extraño, pero para mí era fácil de descifrar, porque las letras se movían haciendo que salieran del libro, cambiando de manera rápida haciendo que la traducción estuviera en español, provocando que al leer fuera más fácil aunque Zacary no viera lo que estaba observando.
—Es bastante sencillo, aunque es un conjuro de nivel 6...
—¿En qué nivel de hechizos estas? —Arqueo una ceja.
—Uno
—¿Qué? ¿De verdad? No me jodas.
—Sí, ¿Qué creías? ¿Que soy una superdotada? Soy alumna de primer año.
—¿Me estas tomando el pelo niña? Es obvio que eres más que una sacerdotisa, eres una druidesa, o es que tus familiares no te han enseñado... o, espera. ¿No sabes nada ya que tus familiares te han ocultado el secreto de que eres bruja? —Arqueo una ceja.
—Para serte sincera si, lo hicieron. Me ocultaron ese secreto.
—¿Estas segura que no te contaron nada más? —Me preguntaba Zacary mientras se acercaba hacia mí.
Asentí
Él suspira.
—Caracoles, va ser más difícil de lo que creí. —Murmuró llevándose una de sus manos a su rostro —luego agregó—. Mira niña. confió en ti, así que hazlo —Dijo bastante decidido.
Me concentré cerrando mis ojos, para abrirlos de golpe miré el libro rápidamente, abrí una de mis palmas de mis manos comenzando a recitar las palabras del libro cada vez más fuerte, al pronunciar la última palabra una ola de corriente eléctrica recorrió la punta de mis pies hasta llegar a mi cabeza y junto a eso una gran energía estaba a punto de liberar de mi cuerpo cuando cerré mis ojos junté las palmas de mis manos y dije la última frase del libro que se debía decir cuando sentías aquellos síntomas que había descrito el libro y lo estaba sintiendo.
—*Episkeví..
Al pronunciar la última palabra del libro, una gran bola de energía nos hizo separar a Zacary y a mí en distintas direcciones, agradecía que Eragón y Karan se habían ido un poco lejos del hechizo que realicé hace unos momentos atrás. Antes de estrellarme había hecho una pirueta en el aire haciendo que al caer, parte de mi peso estuviera en una pierna y golpee el suelo para detenerme haciendo que rompiera parte de algunas piedras en el trayecto.
Observé a Zacary detenidamente y una especie de ráfaga incolora lo envolvía apareciendo poco a poco sus tatuajes, su visión volvió a la normalidad, unos ojos de color azabache, su tez era morena, tenía un cierto parecido a Libby y Luke ya que me recordó a ellos, Zacary volvió a ser poderoso, un brujo muy poderoso ya que era un fundador, él tenía más poder que yo misma.
—¡Por fin! Anhelaba tanto tiempo volver a ser yo... ¡Gracias Beka!
Sin darme cuenta un gran símbolo se dibujaba en mi brazo, veía que se teñía de tinta negra haciendo que desde mi hombro hasta mi antebrazo se creara más símbolos.
—¿Esto es? —Comenté sorprendida.
—El símbolo de la druidesa y ah...también se ha cambiado el tatuaje que tienes en la frente, aquel rombo que tenías fue sustituido por una luna menguante hacia arriba. -Dijo apuntando mi frente.
Toque mi frente sentía que algo aparecía y a la vez quemaba pero no podía verlo, luego con un trozo de vidrio que tenía Zacary pude mirarme y efectivamente el rombo que tenía como los demás brujos había sido reemplazado por esa luna menguante.
—Vaya, tienes razón.
—Bien pequeña, comencemos tu entrenamiento.
—¿Perdón? —Mire perpleja a lo que acababa de oír.
—Seré tu maestro, es lo más justo. Me devolviste mis poderes otra vez, y como te dije debes destapar la verdad —Dijo comenzando a trepar hacia la cima.
—¿A dónde vas? —Pregunté—. ¡Zacary! —Volví a insistir, pero este seguía escalando por lo que volví a gritar—. ¡y que verdad me hablas! ¡Otra vez con el misterio! —Grité un poco enfadada.
Observé que mientras él escalaba normalmente, yo solo me limitaba a mirarlo.
—¿Esperas una invitación niña? —Arqueo una ceja.
—Ahh...—Titubeé.
—Que comience el juego. —Exclamó el.
Comencé a trepar, pero luego miré a mis compañeros, iba a subir cuando Zacary me dijo.
—Sin trampas niña, tus compañeros no valdrán en este entrenamiento.
Karan llevo a Eragón en su montura y fueron hasta donde se encontraba Zacary.
Los observé y luego grite.
—Son unos vendidos.
Karan y Eragon se reían, uno relinchando y otro gruñendo, observando como comenzaba a trepar.
Acto seguido Zacary dijo unas palabras que no logré comprender del todo, me sentía curiosa por aprender.
Me sumergí en mi propio pensamiento cuando no logré divisar lo que estaba a punto de suceder. Todo ocurrió en fracciones de segundos, cuando estuve consciente me encontraba gritando y evadiendo las toneladas de rocas combinadas con truenos.
—¡Eso no se vale! Puedes herirme —Exclamé.
—En la vida, existirán personas que querrán dañarte de la mejor o peor forma posible Beka. ¡No descuides tu atención!
—¿Qué quieres decir? —Dije mientras intentaba escalar para alcanzarlo.
Pero no dijo nada, solo comenzó en seguir lanzando con otros elementos para que cayera apropósito. De la nada una enorme roca me alcanzo haciendo que perdiera el equilibrio, grite por la desesperación que sentía, cerré mis ojos preparándome para caer de una altura bastante alta, pero...
Escuché por parte de el un.
—Está bien, ayúdenla. —Escuché a Zacary decir.
Jamás logré tocar el suelo.
Abrí mis ojos lentamente para ver que Karan me sujetaba y Eragón me miraba con una expresión que logré descifrar, asintiendo ante mis dos mascotas.
—Si, puedo hacerlo.
Con la ayuda de Karan y Eragón di un gran impulso para esquivar lo que Zacary me lanzaría. Utilizaría mi instinto, me guiaría mi instinto de bruja, todo lo que ahora mi maestro me lanzaba lo esquivaba o arremetía con otros elementos, use mi invisibilidad, haciendo que Eragón y Karan fueran invisibles también y logré alcanzarlo a una velocidad increíble.
Me solté del agarre de mi corcel, dándole un golpe certero a Zacary, haciendo un golpe final de liberación de energía, mi maestro estaba impresionado, finalmente él se protegió con la liberación que había creado y ambos llegamos a la cima.
—Vaya Beka llegas a impresionar a cualquiera. No dudes de tu instinto tampoco de ti misma —Sonrió.
—Ahora bien. —Dijo con un suspiro, para juntar sus manos concentrándose en lo que estaba haciendo.
Observé que poco a poco estructuras antiguas se levantaban ante mí, creando una especie de camino con símbolos incrustados y grabados en las piedras, símbolos que conocía bastante bien. De repente imágenes aparecían en mi mente, eran como si fueran recuerdos, escuchaba mi propia risa, incluso risas provenientes de dos mujeres.
Sobe mi cien de manera lenta, negué mi cabeza y luego mire a Zacary. —ese...¿no es un libro de la biblioteca de Nerta?.
—Si..
—¡Lo usurpaste!
—No, solo lo tomé prestado—Me dijo con una sonrisa.
—Lo de prestado es mentira, ¿Cierto? —Arquee una ceja.
Él sonrió
—Curioso ¿no? —Dijo mientras mostraba el libro de tapa gruesa de color negro con enredaderas doradas.—Estaba en la sección prohibida...—continuó—. ¿Quién iba a pensar que el reinado de Maltehous...ella prohibiera todo esos libros? ¿No?
—¿¡Que!? -Exclamé sorprendida—. ¿Me estas queriendo decir que... —Titubee—¿antes de que ella fuera la directora estos libros eran el alcance de los alumnos?
—Exactamente ella es la responsable, pero ya no hablemos de ella, tienes algo que hacer por ti misma querida niña, por lo que vi, tienes un enorme peso encima de tus hombros, no reprimas tus recuerdos, déjalos salir...
—Pero com... —Titubee, sin siquiera completar la frase.
—No reprimas más tus recuerdos Beka, descubre la verdad que hay en ti —Me decía Zacary—. Déjalos salir.
Cerré mis ojos nuevamente, comenzando a caminar por inercia hacia las estructuras creadas por Zacary.
Recordé que aquellas pesadillas que me atormentaban en las noches sin que mi madre supiera le mentía con haber dormido bien, cuando en realidad, no la pasaba del todo bien, pero a medida que seguía manteniendo mis ojos cerrados y sentir que estaba en medio de aquellas estructuras, me doy cuenta que eran recuerdos reprimidos.
Visualice en mi mente que las imágenes borrosas se volvían nítidas y que aquellas voces eran provenientes de mi madre y de mi bisabuela, me encontraba con ellas leyéndome un cuento, tendría la edad de cuatro años por lo que noté, llevaba un hermoso vestido de encajes negros y unas marcas que eran pequeñas en mi rostro y mis manos, pero, sabía que eran los tatuajes de una bruja, mi madre y mi bisabuela también las llevaba pero eran mucho más notorias, lo más curioso es que aquellos tatuajes eran muy diferentes a los demás estudiantes. ¿Por qué me los habían ocultado? ¿Una bruja nacía con los tatuajes?
Entre mucho más a mis recuerdos, para observar con detenimiento que el recuerdo seguía, era como de esas películas que podrías observar desde una esquina viendo todo lo que sucedía.
Me quedé estupefacta con lo que estaba a punto de presenciar.
—¿Estas segura que estaremos protegidas contigo y mi padre? —Decía mi madre.
—¡Ay hija, por supuesto que sí! Tú sabes que tu padre es un gran luchador por lo que es descendiente directo de la primera fundadora, tú también y por supuesto mi bisnieta Beka, sé que será una de las más grandiosas brujas. Además —agrego—. Doy gracias a Nerta que te separarás del idiota de tu marido, te lo dije ese sujeto nunca me dio buena vibra.
—Sí, pero... —Titubeó ella—. quiero esperar, es que presiento que cambiará, además sabes que Beka quiere mucho a su padre, creo que esperare cuando Beka cumpla ocho años, de todas formas el olor de Jacob confunde a tu ya sabes quien.
—¿Te refieres a Maltheous? Sabes que ella es astuta.
—Sabes que Beka y el otro niño que lo está cuidando tu mejor amigo, no deben saber que su linaje es poderoso y el otro niño también es descendiente de otro de los fundadores. Sabes nuestra historia, tanto como yo, Zacary y Farell fuimos los primeros que ayudamos a la diosa Nerta. Por favor cuiden de esos niños y que jamás... —Mira a mi madre directamente a sus ojos—. revelen la verdadera verdad de donde provienen, haz todo para que este secreto sea por el bien de protegerlos.
—Lo sé, abuela, te lo prometo.
—Debes hacer algo Karis —Dijo mi bisabuela mirándola—. y pro.... ¡Ya está aquí! Rápido toma a Beka, tendré algunos minutos para detener a los secuaces de Maltehous. Contáctate con tu amigo pero ya.
—Pero... no quiero que ella descubra su linaje, quiero...que lleve una vida normal, que nuestro apellido Roberts sea normal.
—Lo sé, sé que este secreto te atormentará Karis, sé que nuestro apellido tiene otro significado que nadie sabe y solo lo sabe nuestra familia. Además cuando mi bisnieta descubra la verdad, le pasarás este medallón—. Dijo mi bisabuela, quién mi madre lo agarró con todas sus fuerzas, ya que el de ella era parecido al mío, pero muy diferente, cada medallón era diferente de la familia Roberts.
Observé que mamá me sostenía y yo le sonreía, luego me quede observando el medallón hipnotizada, vino mi bisabuela y mi abuelo colocaron sus manos en mi cabeza y pronunciaron juntos un conjuro.
«Por el bien de la Familia Roberts y Farell los descendientes de la familia no descubrirán este secreto, seres queridos ayudarán a que jamás se revele.» Yo, Dayana Roberts así lo decreto.
En ese momento mi yo pequeño, se había quedado dormido, y mis marcas habían desaparecido.
—Llévate a Beka rápido. —Repetía Dayana luchando contra los secuaces ayudado también por su hijo.
—Te protegeré hija mía, cueste lo que cueste, aunque me arrebatan la vida —murmuró mi madre.
Y aquel recuerdo había terminado.
1 mes transcurrido sin estar en Nerta.
Al regresar de mis recuerdos hacia el mundo real sentía que estaba levitando junto a las estructuras con esos símbolos tallados en aquellos pilares brillaban con una intensidad a mi alrededor.
La verdad había sido revelada, sentía mis mejillas mojadas y aquel maquillaje que tenía se arruinó con mis propias lágrimas que recorrían por mi rostro y grite, grite como nunca lo había hecho, sentía tristeza, impotencia, rabia por mantenerme oculto ese secreto y ¡para colmo sellármelo a través de un maldito conjuro!, tenía una mezcla de emociones por este enorme secreto que me había ocultado mi propia familia, era solo una niña de cuatro años ¡Caramba! ¿Cómo hicieron lo de ocultar algo tan importante?, todo el tiempo creía que no sacaba mi máximo potencial, por eso mis maestros me decían que debía auto descubrirme a mí misma (y no entendía el porqué) la verdad era que yo provenía de una familia de brujos, y no de cualquier brujo una donde uno de ellos era la fundadora de Nerta, por eso en la academia me sentía tan segura en hacer cada conjuro. (aunque yo misma me sorprendía y quedaba anonadada por cada hechizo que realizaba con éxito) y para colmo la sorpresa de mis «amigos» más se quedaban sorprendidos por mi manejo en hechizos, no era una iniciada ordinaria, era una iniciada con un gran historial de familia wicca detrás.
Una ráfaga de viento y energía comenzó a aparecer y invadirme por completo, era un poder que fue difícil de describir en ese momento, pero hizo que en donde me encontraba los pocos árboles y la posible vegetación que podría estar la energía que había liberado desintegraba todo a su paso a medida que avanzaba, haciendo emitir una gran luz cegadora.
Caí con todo mi peso, haciendo que el suelo se trizara por el impacto, me despejé unos mechones de mi cabello de manera lenta pero me encontraba estática y absorta en mi propio mundo, en mis propios pensamientos. Sentía a mis compañeros que estaban sanos y salvos, una parte de mi sentía alivio por ellos, pero otra parte me hacía repetir a mí misma que era una de las descendientes, ya no pronunciaba bien las palabras, balbuceaba incoherencias a medida que el tiempo pasaba. No podía creer que me habían ocultado este gran secreto, sentía rabia, mucha rabia contenida, mis lágrimas se asomaban junto a la incredulidad que sentía, sentía decepción, miles de emociones negativas pero a la vez me sentía aliviada de descubrir la verdad.
Sentí que mi pegaso estaba detrás de mí, y mi dragón acariciaba mi mano, luego escuché la voz de Zacary.
—Tenías que saber la verdad Beka. Ahora tú decides, sabíamos con tu bisabuela como te pondrías.
—¿Entonces sabías que esto pasaría? ¡Exijo una explicación de mis familiares porque me mintieron! —Grite golpeando el suelo, haciendo que más grietas se formaban, no medía la fuerza que tenía en este momento, haciendo que Karan y Eragón se asustaran dando pasos hacía atrás.
—Lo siento. —Mencioné calmándome un poco.
Me paré lentamente, sentí que no era la misma, me sentía más poderosa, y mis tatuajes seguían intactos o tal vez no (ya que me había salido el símbolo de la driudesa en mi hombro) pero los tatuajes de mi rostro habían cambiado.
—Sabía la verdad desde antes niña, pero hice una promesa a tu abuela que debías despertar tus poderes, debíamos hacerte provocar, bueno al menos ese era el plan, hasta que Maltheous me maldijo y ya no tenía mis poderes. Sé que estas enormemente confundida y tienes derecho de hasta insultarme si quieres. Pero, desquitarte con los que querían protegerte solo terminarás más con ese rencor, deja el maldito rencor de lado. —Me decía Zacary.
Yo hacía caso omiso a sus palabras, aunque en el fondo tenía razón, era cierto que estaba cabreada con esta verdad, pero tenía un plan en mente.
—Beka ¿Dónde vas? No te invadas por los sentimientos de ira y rencor—Balbuceaba Zacary—. ¡Niña!
—Es un hecho que estoy enojada. Eso es normal Zacary —Dije mirando al horizonte y de manera tranquilizadora—. Entiendo que mi bisabuela Dayana lo hizo por una razón, no la culpo, quizás ella y mi abuelo dieron la vida por mi... o tal vez ellos aún sigan vivos... no lo sé, ni mi madre sabe de su propia madre Zacary, pero se algo que tengo muy claro.
Zacary se sorprendió por mi reacción.
—¿Entonces qué harás?
Sonreí levemente para darme media vuelta y mirarlo.
—¿No es obvio? a detener a Maltheous
*Episkeví: Reparo
*Reeditado: 31.10.21
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