🔮 Capítulo 24.
Seguí observando a mis amigas ya que su entrenamiento no acababa, era el turno de Ilana y podia ver a simple vista que estaba entrando en el proceso de aspirar e inspirar por su boca para poder tranquilizarse, estaba nerviosa, más porque quizás sentía que era el centro de las miradas de los chicos, cerro sus ojos concentrándose, para ver que de sus manos emanaba agua, dirigió aquel chorro a los seres de humo rojo, pero cuando disparó el chorro ya no era tan potente por lo que solo dio un par de cosquillas.
—Vaya. Suerte para la próxima querida— Dijo el mismo chico que había escuchado y habían tenido un pequeño conflicto con Luke.
—¿Te lo tengo que repetir Peter? —Preguntó Luke mirándolo.
De repente aquel chorro de Ilana que había sido disparado por ella, alcanzo al ser de humo rompiendo en mil pedazos.
—Interesante —Exclamó el maestro Abbott quien llevaba una de sus manos a su barbilla en modo en que estaba deslumbrado con Ilana.
—Debes estar exhausta —Decía el maestro Abbott.
Ilana había asentido, inmediatamente cerro sus ojos, después del asentamiento haciendo que su cuerpo se desplomará de no ser porque Luke la atrapa en sus brazos.
—Parece Peter que Luke tiene razón pagale— Dijo Elliot.
—Esperen. ¿Ustedes apostaron por mi amiga? —Pregunté exaltada—. Es que no puede ser. ¡No apuestas ni que nada!
—Cálmate Beka —Mencionó Elliot sosteniendo uno de mis hombros acariciándome lentamente.
—Beka tiene razón, no deberían haber apostado contra ella ni con nadie, solo porque sean hombres, nosotras las mujeres nos vean como débiles no tienen derecho de hacer lo que quieran. ¿Podemos practicar algún deporte que solo los caracteriza a ustedes? Sí podemos. Sáquense ese definición de mierda que todo los hombres les imponen desde niños, ¡por el amor de dios!, todos tenemos capacidades iguales.—Exclamó Libby bastante cabreada.
Todos los chicos se quedaron en silencio, nadie había dicho nada excepto el maestro quien aplaudía lentamente.
—Bravo Libby, es cierto lo que dijo su compañera no por ser el género femenino vienen ustedes aquí y hacen los que se les de la gana y más porque vivimos en una sociedad machista, donde de a poco se nota el cambio, yo lo estoy haciendo. Pero que vengan aquí a apostar. Yo no acepto las apuestas, me parece una falta de respeto y al que se le ocurrió la idea y a los que aceptaron tendrá que hacer el entrenamiento con las chicas, me refiero a un combate. Y tampoco se me olvida que gracias a Beka han ganado. —Mencionaba el entrenador.
—Pero maestro —Protestaron todos los chicos.
—Pero que nada, la sentencia esta echa. La próxima semana lo hará la persona que lo hizo y así sucesivamente. Ahora todos en silencio si escucho un comentario de cualquiera de ustedes. Se duplicara el castigo. —Exclamó el maestro para ver que todos los chicos se callaban.
Ilana estaba en los brazos de Luke.
—Espera tal vez pueda hacer algo. —Dije mirando a Luke.
Libby estaba preparada para usar por primera vez sus poderes, pero ella me miró, regalándome una ligera sonrisa. Me dirigí a Ilana que estaba en los brazos de Luke, quien debería haber despertado hace unos minutos atrás y eso me preocupaba.
—Maestro Abbott Ilana no despierta.—Comentó Luke preocupado.
—Dejemos a Beka que haga algo, ella la despertará. —Dijo de manera tranquila el entrenador.
Cuando era pequeña mi madre le habían regalado por parte de mi abuelo un libro, en donde se contaban historias mágicas que mi madre me leía de pequeña, pero a medida que creía comprendí que ese libro había algo más, que en realidad no eran historias como yo creía si no que eran hechizos y conjuros, recordé una palabra e instintivamente dije.
«*xypníste»
Ilana comenzó a despertar lentamente, y lo primero que vio fue a Luke, luego me miró a mí, mantuve una sonrisa en los labios.
—Hola —Dijo Luke con una sonrisa.
—Hola — Respondió ella con una sonrisa, mirándose detenidamente.
Me levanté con una sonrisa. El maestro estaba más que maravillado iba a preguntar a lo que me adelanté a darle su respuesta
—Lo aprendí cuando era pequeña, gracias a mi madre, nunca pensé que funcionaría pero al parecer lo hice —Mencioné aliviada mirando a mi entrenador.
—Perdona pero ¿Quién es tu madre? —Preguntó curioso el maestro Abbott.
—Mi mamá se llama Karis.
Todos se sorprendieron en especial el maestro, por lo que solo arque una ceja, había algo que hacía que entrara en la duda, pareciera que todo el mundo me guardaba secretos pero si era sobre mi madre debía saberlo de inmediato.
—¿Qué pasa con ella? Y si es mi madre, ¿Saben algo que yo no sepa? —Arquee una ceja.
—Pues ella, fue una excelente bruja, en realidad lo sigue siendo, ahora entiendo por qué sabes muchas cosas Beka Roberts, tienes una gran ventaja sobre todos nosotros, no la desperdicies.
—Perdón ¿a qué se refiere?
El maestro solo me guiña el ojo, ¿a qué se refería? No lo entiendo, habían muchas cosas que hacían confundirme y lo peor de todo es que me ponían en duda, sabía que el maestro ocultaba información pero ¿Porqué?. Luego cambió el tema de manera rápida y brusca.
—Bueno Libby perdona, sigamos con tu entrenamiento
Libby sonríe y asiente, el maestro hacia una maniobra de movimiento con sus manos para volver a colocar a los seres de humo rojo.
Comenzó a concentrarse repitiendo las mismas posiciones que habíamos hecho Ilana y yo, pero lo que hizo Libby me sorprendió muchísimo, se tardó unos minutos para posicionar sus manos tocando el césped y hacer que creciera enormes estatuas como si fueran guardianes de tierra a una gran altura, aplastaron a dos de los seres de humo y el último, Libby descendió a una gran velocidad dando una patada produciendo que aquella esparciera su elemento: tierra.
—Que fuerza Libby. Las tres me han sorprendido —Decía el maestro con una sonrisa—. Queda finalizado el entrenamiento.
Tanto como Libby y yo, con la energía no nos pasaba nada, bueno a mí solo un pequeño mareo, pero pareciera que Ilana no tenía la misma energía como nosotras, el de soportar una gran cantidad de energía por el entrenamiento, debíamos ayudarla y que mejor practicando con ella.
Cuando terminamos el entrenamiento procedimos las tres a ir a nuestros dormitorios, a medida que nos acercábamos fuimos observadas por todo el mundo, nos encontrábamos perladas de sudor, y lo único que queríamos era darnos un baño y acostarnos para despertar con energías positivas.
Cuando desperté vi a Ilana ya vestida, estaba con un sweater de un color calipso viéndose una porción de uno de sus brazos teniendo una abertura en su antebrazo, se había hecho un peinado en donde tomaba su cabello en una trenza espiga.
—Hola Beka, buenos días amiga. Esta listo el baño para que te alistes ya que en una hora más debemos ir a la clase de clarividencia. Libby me mandó un mensaje y me dijo que nos pasaría a buscar para poder irnos las tres juntas.
—¿Pero cómo te mando un mensaje? ¿Por celular?
—Sí, pero sabes mira mi celular luce diferente.
—Es verdad, quizás el mío es.... —Me sorprendí de que mi celular lucia igual el de Ilana.
—Esto es extraño, pero bien...—arquee una ceja—. iré al baño para cambiarme ¿De acuerdo?
Los aparatos lucían muy diferentes, eran rectangulares, incluso podrías adherirlo a tu muñeca, al presionar un botón aparecía una pantalla que levitaba. Todo era con simples movimientos, voz y con un par de «clicks».
Ilana me asiente mientras que lo último que observé fue que ordenaba su lugar, sacando algunas cajas que su familia le habían mandado, una vez sacado todo de las cajas, las dejo a un lado, eso fue lo ultimo que miré antes de cerrar la puerta.
Al salir del baño ya estaba cambiada, llevaba un sweater rojo que al final de este, terminaba en vuelos trasparentes del mismo color, traía unos hermosos tirantes y al final colgaba en ellos dos plumas, su corte era en forma en «v» pero en ese corte llevaba hilos como al estilo medieval, me puse unos pantalones que dejaban expuesto un poco mi piel pero protegidos por unas redes negras, en el caso de Ilana llevaba unos pantalones ajustados con parches de caras y arcoíris
A los pocos minutos golpearon la puerta de nuestra habitación, se trataba de Libby.
—¡Buenos días chicas! ¿listas para la clase?
—Sí—Dijimos al unísono.
Libby estaba vestida con unos pantalones acampanados, llevaba una sudadera negra junto a una camisa dejándola abierta a los lados de su sudadera. Salimos de la habitación para irnos a la siguiente clase, que como siempre gracias a la magia que existía te decía a donde teníamos que subir, solo un par de escaleras para llegar a nuestro destino.
Cuando llegamos había algunos chicos que estaban sentados pero la sala era muy distinta a las demás, las mesas eran redondas decorado con un mantel bordado con el símbolo de Nerta y se notaba a simple vista, que la clase era grupal. Por lo que con las chicas nos sentamos en medio de una de las tantas mesas que había, esperando a que el resto de los chicos llegaran. Pasaron un par de minutos cuando la persona quien sería nuestro maestro apareció con una entrada con estilo, ella apareció con un destello.
—Woa... ¡oh! ¡Que viaje!—Hizo contacto visual con todos— ¡así que ustedes mis soles son los iniciados bienvenidos sean!—Exclamó efusivamente—. Bueno me presento soy Elena Dior, maestra de pociones y clarividencia, es un placer
—Como están todos les informó que la clase ha comenzado, les enseñaré a dominar este don, las persona que les haya salido en las runas les digo que no es un don inútil, al contrario es un hermoso don.
—Libby tú lo tienes —Dijo Ilana mirándola con una sonrisa.
Libby sonríe para seguir mirando atenta a la maestra, mientras que yo la observo un poco para seguir tomando atención a lo que decía la maestra Dior
—Y los que no lo tienen, también podrán adquirirlo en un grado menor, pero podrán. La clave es la práctica. —Dijo sonriente mientras se paseaba por todo los lados de la sala—. Comenzarán por algo bastante sencillo, conocerán lo que es una bola de cristal, es bastante simple deben concentrarse en lo que más aprecian si comienzan a ver, descríbanlo, esto es un gran entrenamiento ejercerán su mente, por lo que sus efectos es el dolor de cabeza así que no se preocupen.
Nos concentramos a todo lo que la maestra noa decía y observé que tanto como Libby e Ilana estaban concentradas, escuché lo que decían ambas atentamente.
—Yo veo a mi familia ¡regresaron a Alaska! ¡Que emoción! Mi padre subió de puesto y mi madre está contenta...
—Yo veo a mi hermano menor con mi padre, es una linda escena pero... ahora veo que... no, esto está mal. Veo destrucción, seres oscuros vendrán —Exclamó Libby sorprendida, incluso negaba lo que veía, tuvo que pararse abruptamente sin darse cuenta que había chocado con la maestra.
— ¿Mi niña, que ocurre? Que has...—le toma una de sus manos para ver que había visto, se quedó unos segundos que parecían eternos, para luego mirar a Libby, sonreírle y tranquilizarla.
—A veces las predicciones en la bola de cristal se equivocan Libby, no debes de temer, ¿Si? ¿Pero tienes un enorme don, te han salido en las runas?
Libby asiente, para luego sonreírnos y sentarse otra vez. Por lo que seguí concentrándome, vi que en la bola de cristal me pasaba imágenes y por el rostro que expresaba mis amigas estaban impacientes porque querían que les dijera lo que veía.
Observaba fragmentos, donde aparecía el árbol de la vida, otro el camino en donde se hacia la distinción en tomar si Arvak y Alsvid, en otra aparecía unos ojos color verde esmeralda con una especie de tatuaje distinto al de nosotros.
En su rostro llevaba ramas de árboles de un color negro, había algo inquietante en su mirada, la visión había terminado, por lo que mis amigas seguían impactantes por lo que si había visto algo como ellas o realmente no.
—Vi a mi madre que estaba cocinando —Me limité a decir.
Aunque para mis adentros era mentira, no quería preocupar a mis amigas por algo que quizás nunca pasaría, ellas habían sonreído satisfechas, por lo que acababa de contar, por lo que di una ligera sonrisa.
La clase había terminado, mis amigas se irían a la cafetería a comer algo, por lo que yo quería despejarme un momento en aquel jardín del castillo.
Daba pasos lentos, pensando una y otra vez en la visión que acababa de ver si realmente era cierto o solo era producto de mi imaginación, todavía seguía anonadada, entre tanto deambulaba sin percatarme que llegué al límite en donde aparecían los letreros de Arvak y Alsvid.
Me entró la curiosidad de dirigirme a Alsvid, ¿Porque decían que no se podía ingresar? ¿Era algo muy malo? La verdad, es que lo quería averiguar, ¿Porque tanto misterio? Quería saber lo que estaban ocultando en ese lugar y por qué los alumnos no podían ingresar. Seguí el sendero en donde indicaba Alsvid, se trataba de una pendiente que debías descender, lentamente baje para descender pero una de ellas hizo que me resbalara haciendo que perdiera el equilibrio, rodando por el camino hasta llegar al suelo.
—Eso dolió—Murmuré.
Me levanté lentamente viendo que tenía tierra en mi ropa y me sacudí mientras estaba parada, el golpe fue bastante fuerte que me había propinado, debía admitir, pero no lo suficiente para que me aturdiera.
Observé la posible causa y se trataba de unos de los morros de tierra había cedido, por lo que solo miré por última vez y solté un suspiro, caminando por este nuevo lugar nuevo por explorar, a simple vista, tenía mucha vegetación, se parecía al camino de Arvak, salvo por algunas especies de flores que no se encontraban afuera del castillo o en Arvak.
Seguí caminando haciendo que se escuchara el sonido del crujir de las ramas, a medida que avanzaba por el enorme sendero las hojas de los propios árboles que caían al suelo adornaban el enorme camino, habían unos cuantos árboles de copa grande y a medida que me acercaba comencé a escuchar unos gruñidos de una especie de un animal, al asomarme de quien se trataba, quede en shock, era de un dragón. ¿¡Dragón!? Es imposible, se suponía que nadie del castillo sabía que aquí en este preciso lugar, existían dragones, los huevos que se usaron eran ficticios para el Wiccapus, todo el mundo lo sabía, pero ahora miles de preguntas invadían el mi mente en este preciso instante y todo era relacionado con el: porque.
No me percaté que mientras discutía con mi propia mente el dragón que estaba junto a mi, era un dragón negro, pareciera ser el único de su especie y me miraba bastante agresivo como si tratara de defender algo, pronto comenzó a hacer una especie de gárgaras que en realidad sabía que escupiría alguna especie de elemento o algo parecido, lo único que hice fue agacharme y correr para poder salvar mi vida, ahora entendía porque su significado de Aslvid: el «más veloz».
Sentía mi propia respiración a medida que corría, escapando de aquel dragón de ojos dorados no me devorara y ser la cena para sus crías.
Me escondí en unos de los árboles para escuchar el alarido del dragón, pero lo que vi, me erizo la piel haciendo que mi propio jadeo se esfumara por presenciar lo que estaba observando.
Un ser, no podía especificar si era un humano o algo más, envuelto en una capucha, no sabía si era un hombre o una mujer, pero podía observar cómo le arrebataba la vida a ese ser, no podía describir como lo había matado, no era una bruja ni tampoco un perseguidor ¿Entonces quién era?, no podía juzgar si los dragones eran malos porque estaba recién conociendo este hermoso lugar, pero ver como lo destruían para ver que esa cosa se alimentaba del poder de esa pobre criatura que yacía muerta, luego vi que se marchaba de aquel lugar.
Baje del árbol para ver si habían rastros de algo, que me darían sospechas de aquel ser que lo mató, algún cuchillo o algo por el estilo pero no había nada, tampoco estaba aquel dragón, era como si aquello había sido absorbido por una energía fuera de lo común. Al acercarme a donde debía estar el cadáver de aquel dragón, el solo estar en contacto, se me habían venido nuevamente imágenes, en donde se veían unas manos negras era lo único que se distinguía, además de escuchar unas voces que decían ¡No! Bastante ruidosas y de aparecer en la última visión los ojos color esmeraldas.
Me descoloco el simple hecho de ver aquellas imágenes que pasaban por mi mente produciendo que cayera de bruces al suelo, el impacto era inminente, mi respiración se encontraba un poco agitada, preguntándome: ¿Que había sido todo aquello?, estaba anonadada y a la vez bastante triste por aquel dragón, le quería dar un entierro digno pero como ya no se encontraba de igual manera le construí una pequeña animita con trozos de roca y palos, donde sería la tumba de aquel hermoso ser, pronto recordé que era lo que el dragón protegía.
Me levanté y me dirigí rápidamente hacia el lugar en donde me lo encontré por primera vez, me adentré en ese prado en donde existían muchos árboles, cerré mis ojos concentrándome haciendo que la tierra se moviera a mis pies y así poder encontrar lo que el dragón tanto protegía, al encontrarlo en uno de los arbustos, pude encontrar un extraño objeto, al acercarme mucho más se trataba de un huevo, un huevo de dragón de color negro con escamas diminutas y adornadas de un color dorado.
Sostuve el huevo con cuidado y comprendí inmediatamente que aquel dragón era madre y había dejado a su pequeña criatura indefensa, que todavía no nacía y que quizás era el último de su raza.
Me incorporé con cuidado, acariciando levemente aquel huevo.
—No te preocupes, te cuidaré, estarás protegido y a salvo conmigo y besé al huevo.
Lo que encontré en Alsvid, era mucho más que asombroso y sorprendente, los dragones existían y pertenecían a este lugar, lástima que presencié la horrible muerte de la madre de aquel dragón que tenía en mis manos, sabía que el que vi, era uno de los muchos dragones que podrían existir en este camino que al parecer alguien lo había prohibido y aun me preguntaba ¿cómo algo tan hermoso quería ser oculto?, encontraría respuestas a las millones de preguntas que tengo desde mi llegada a Nerta.
Ahora mi propósito es cuidar del huevo de dragón, el único problema sería que este secreto no saliera a la luz, ni tampoco quería decirles a Ilana y a Libby. Sé que me llenarían de preguntas y eso es lo que menos quiero.
Tengo un huevo y el problema es... ¿Cómo se cría un huevo de dragón? La verdad no tenía la más remota idea.
*Xypníste: Despertar.
*Reeditado: 27.10.21
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top