🔮 Capítulo 22.

Observé que Elliot había agarrado el libro que buscaba y procedió al abrirlo, me daba bastante curiosidad el de saber quién era la primera fundadora, y sobre todo que teníamos algo en común y de no estar delirando como yo creí, ese alguien era nada menos que el mismísimo Elliot Barlow.

—Elliot, ¿Te puedo hacer una pregunta?

—Dime—Respondió observándome detenidamente dejando de lado el libro.

—¿Cómo es que me encontraste?

—Yo soy un rastreador, nos asignan misiones cada vez que subes de grado, mi misión es encontrar brujos que todavía no despiertan sus poderes, asegurarme que estén bien, si pasa algo; interferimos solo un poco, velamos por su cuidado y es mi primera vez acompañado de mi mentor; Dimitri, tú fuiste mi primera Beka...

Elliot me quedó mirando directamente a los ojos, había algo en ellos que me trasmitía honestidad, esos ojos miel hermosos, el de llevar los mismos patrones en nuestros brazos, lo único que nos diferenciaba eran los elementos que poseíamos, hice un gesto con mi mirada afirmando que le creía, por lo que él contestó con una sonrisa mostrando las margaritas que se le formaban por una sonrisa genuina.

Luego nos adentramos a lo que realmente importaba, buscar información, leimos cuidadosamente cada palabra con tal de que no se nos perdiera ningún detalle, sinceramente lo que se estaba encontrando era lo mismo que nos contaba el maestro Oxbort, hasta que encontramos una sección que decía: »Primera fundadora«

«...La primera fundadora, fue aquella quien con la ayuda de Nerta hizo posible el lugar en donde habitamos...»

«Solo sabemos que la inicial de su nombre es una D. »

Nos miramos mutuamente, pasamos a la siguiente página, con letra cursiva y negrita, se encontraba estipulado:

Datos importantes.

–Sin registro–

Aportes.

–Sin registro-

Lo cual nos causó una enorme interrogante y extrañeza de que no se encontraban registros de ella o de los fundadores.

—¿Elliot estás seguro de que no hay más libros?

—No hay más Beka, solo existe este libro. —Decía apuntando el objeto.

—Menuda estafa —Mencioné suspirando llevando mis manos en mis mejillas, estaba segura de que encontraría las respuestas pero pareciera que aquello se esfumó como la espuma del mar.

—No te preocupes Beka, estoy seguro que encontraremos algo más —Mencionó Elliot alentándome de que no me diera por vencida.

—Tienes razón.

Miré por unos segundos a Elliot quien cerró el libro, haciendo que este se cerrara con las enredaderas doradas volvieran ajustarse y él lo devolviera en su lugar.

—Bueno Beka, debo irme tengo práctica de deporte, si quieres puedes ir a verme —Indicó Elliot guiñándome un ojo manteniendo una sexy sonrisa despidiéndose de mí yendo a su práctica.


Pasaron un par de horas en las cuales comencé a caminar sin rumbo, no estaba mi amiga Ilana como para que me sacará algunas risotadas o contarme sobre su aventura con Luke, pero al menos sabía que esa tal fundadora solo tenía una inicial con la letra »D«, dejé soltar un suspiro de frustración estaba tan concentrada en mis pensamientos cuando no me di cuenta que choque con alguien.

—Perdona, no te vi —Dije disculpándome inmediatamente.

Creo que debo reconocer que siempre pido disculpas con alguien, soy un poco torpe y lo debo reconocer.

—Descuida, también no te divisé, tú... ¿Eres mi compañera de clases? ¿No?, Beka.

—Sí, lo soy y ¿tú eres?

—Libby, Libby Devine —Dijo ella, viendo que me ofrecía su mano.

Estreche mi mano que me ofrecía Libby con una ligera sonrisa. Libby era la chica del vestido burdeos y su elemento era la tierra y su runa era de clarividencia, la observé ese día en la iniciación de manera no tan detallista pero si me acordaba de su elemento y su runa y ahora que estaba enfrente de mí podía observar con detenimiento su tez morena, ojos negros, sentía cierta curiosidad por ella, quería hablarle pero como mostró un semblante serio no le dirigí su palabra, pero a medida que conversaba con ella de cosas en común y triviales se mostraba una persona bastante agradable. Llevaba su cabello en forma de afro y una vestimenta de un crop top deportivo con una chaqueta que le combinaba con sus pantalones holgados de color platinado, del mismo color que sus zapatillas y un ligero maquillaje.

—¿Quieres ir a ver un deporte? —Pregunté.

—¿Hay deportes? ¡Cielos, me interesa!—Sonrió mientras me acompañaba hacia la salida del castillo, en su cara se notaba cierta curiosidad por aquel deporte y yo también.

Salimos del castillo y oímos el bullicio que nos guiaba hacia donde se encontraba aquel evento, de apoco nos íbamos a acercando y se hacía más claro, todos los alumnos y profesores de distintos grados estaban sentados en las gradas, pero estas estaban bastante altas, hechas de roca sólida saliendo de estas dos árboles, donde se extendían dos lienzos con el nombre del juego.

—Wiccap... ¿Qué?—Mencioné en voz alta un poco confundida arqueando una ceja.

—Wiccapsus —Mencionó una voz varonil—. Es el nombre del deporte Beka, me da gusto que vinieras y...—Miró a Libby y le sonrió.

Al observar detenidamente esa voz que poco a poco se quedaba en mi mente, era de Elliot, llevaba un uniforme ajustado y debo admitir que se le veía estupendo.

—Wiccapsus, ¿no se les ocurrió otro nombre? —Exclamaba Libby conteniéndose para no reírse.

—Bueno, antes era Pegasatlon, era un nombre muy gracioso... —Dijo Elliot.

Libby comenzó a reírse y yo también, debía admitir que era chistoso.

—Pero este es un serio deporte así que se cambió, el juego consiste, en: ¿Ven esos huevos? Debemos de protegerlos montados en los pegasos y usar nuestros poderes, se divide en dos equipos, si el equipo contrario logra arrebatar los huevos con sus poderes y con la ayuda del pegaso, se gana, de hecho así se practica sobre el asunto de los poderes y es más divertido, además como los pegasos siempre están en los establos, los paseamos de vez en cuando y como ven este es el uniforme —Mencionó señalando.

—Y estos huevos son... —Preguntó Libby.

—Es un simulador de un huevo de dragón—Dijo Elliot.

—¡Parecen reales! —Vociferaba Libby.

El uniforme de Elliot era negro con encajes, donde se hacía ver parte de sus brazos al descubierto, pantalones en los cuales eran con mayor movilidad, ajustados con cintas en los pies, parecía un samurais de esos que se encargaba de asesinar. Además en su espalda estaba escrito el número 1º y en su pecho estaba escrito su nombre en letra cursiva. Se veía apuesto, no lo negaba, además si tenía el número uno, debía ser el capitán.

Vaya además de ser popular es el capitán de campo, que cliché.

—Aquí estas Beka, te estaba buscando—Habló Ilana con una sonrisa poniéndome una mano en mi espalda—Hola.—Dijo de nuevo saludando a Libby.

—Hola, soy Libby y ¿Tú eres...? —Hablo con una sonrisa.

—Ilana, Ilana Simons —Dijo ella.

Iba a protestar y abrir mi boca para que me dijera en donde estaba, pero esta me señaló con la mirada que volteara y viera a que Elliot conversaba con su mejor amigo Luke quien estaba con la misma vestimenta que Elliot, le di una señal de: «No cambias nunca» negué con la cabeza y me reí.

Mientras tanto se comenzó a escuchar por los altavoces que el juego estaba a punto de empezar, por lo que se pedía que despejaran el campo de juego y que solo estuvieran ambos equipos, los rojos contra los naranjos. Las chicas comenzaron a subir a las gradas yo las iba a seguir, pero visualicé a lo lejos en los establos que algo no andaba bien.

—Chicas, busquen los mejores puestos, yo vendré más rato—Mencioné observando el establo bastante preocupada.

— ¡Beka! Pero el partido está por... —Informó Libby.

—¡Comenzó el partido!—Dijo la voz relatora, quien dio el inicio.

El tiempo transcurrió para mí de manera lenta, al llegar a los establos no encontraba al elfo ¿Donde se encontraba Ferbus? Se supone que él era el cuidador. Encontré un letrero en el puesto donde se sentaba y que decía:

«Salí, vuelvo en unos minutos»

-Ferbus.

Genial, un pegaso descontrolado y el cuidador no estaba, ¡Buen plan Ferbus! el pegaso que se encontraba en el establo estaba desenfrenado, intenté hacer lo mismo con los otros pegasos que conocí con los chicos hace unos días atrás, pero nada, el pegaso era diferente a los otros de un color negro carbón.

—Tranquilo... no te haré daño, ¿Quieres libertad? Yo te liberare... solo. —Dije desatando las cuerdas una por una de manera rápida, cuidando de que aquel caballo no me golpeara con sus pesuñas, a lo lejos escuchaba que el grupo naranjo iba ganando, significaba que Elliot iba perdiendo.

Pude escuchar a lejos la voz de la vocera quién narraba.

—Faltan solo dos puntos y el equipo naranjo es el vencedor, si el equipo rojo logra alcanzarlo estarían empatados. —Aclaraba la chica.

Mientras tanto, me subí al lomo del pegaso negro para desatar las cuerdas, una vez listo, lo miré y sonreí.

—Listo, ahora estas... —no pude completar la frase puesto que di un grito al ver que el pegaso despegó de manera sorprendentemente rápido.

—¡No! ¡No te metas al campo de juego! —Grite, a sujetándome del cuello del animal.

Luego el caballo comenzó a dar piruetas en el aire, llamando la atención de todos mientras yo solo gritaba.

—¡Bájame caballo tonto! —Volví a gritar a lo que daba mis pulmones, los presentes todos estaban anonadados por aquel espectáculo que estaba dando y se escuchaba los »uh« «oh» o «la chica se matará o que no sabe montar» pues...

«¡por supuesto que no se montar!» —pensé ante esos comentarios.

Mis gritos saciaron cuando el caballo se calmó, se quedó quieto y escuchaba el aleteo de sus enormes alas negras, me miró y hubo una conexión entre ambos, estaba a una altura de varios metros, podía ver en miniatura a todos, observé que Elliot iba por mí, cuando dije.

—¿Estás pensando lo mismo que yo? El caballo me miro como asintiendo y descendimos a una velocidad increíble, el viento chocaba contra mi cara, una sensación que me llenaba de adrenalina pura, me agarré de su crin para ver a lo lejos los huevos del equipo contrario, agarre uno y lo deje caer en las manos de Elliot.

Todos los presentes no decían nada, Elliot estaba perplejo, solo me observó, incluso el estadio quedó en completo silencio y pareciera que todos los ojos estaban puestos en mí, ¿Que les pasaba? Quizás era la primera vez que veían a una chica montar un Pegaso, observé los grupos y en realidad solo eran chicos, no existía ninguna chica.

Volví a atacar al equipo contrario cuando uno de los de naranjo se dio cuenta y me lanzó un hechizo de agua, lo evado a una velocidad sorprendente y respondí haciendo un gesto que mi mano se movió de abajo arriba haciendo salir tierra apresando unos segundos al contrario junto con el pegaso sin hacerle daño por supuesto. Tuve en mis manos el huevo, varios de los del equipo naranjo bloquearon mi paso, el caballo se detuvo. Lo lancé con todas mis fuerzas para inhalar aire por la boca y expulsarlo haciendo que el elemento apareciera, haciendo que el huevo llegase como un proyectil siendo atrapado por Luke.

Personas de las gradas comenzaron aplaudir y mientras se escuchaba a la relatora sorprendida de lo que estaba viendo.

Faltaba el ultimo huevo, iba hacia mi objetivo pero chicos del equipo contrario me arrinconaban para no acercarme persiguiéndome en el acto, a algunos los evadí fácilmente, miré al pegaso que estaba montando, le sonreí y el me asintió emocionado, se me había ocurrido algo descabellado.

Se me pasó por la mente utilizar otro elemento: el hielo, impedí que se me acercaran, agarré al otro huevo en mis manos una vez más, el pegaso agarraba vuelo veloz, luego sentí un impulsó rodeada de una velocidad impresionante y me solté de él, caminé por los aires pero de mis pies salía un humo negro.

Finalmente en una maniobra que fue hecha por el mismo caballo me atrapó estando de vuelta en su lomo y le di el ultimo huevo por encima de las cabezas del equipo rojo, escuché que el juego terminó, cuando me di cuenta de todo, el pegaso bajó hasta tocar el suelo, descendí de el para observar que los chicos me felicitaban.

—¡Beka! ¡Lo hiciste ¡ganaste! —Exclamaba Elliot emocionado abrazándome dándome un par de vueltas.

—¡Sí, lo logré Elliot!—Dije emocionada correspondiendo el abrazo y apegándome más a el.

Disfrute del pequeño contacto de nuestros cuerpos, una exquisita electricidad me recorrió y debo admitir que me gustó.

—Por primera vez en la historia una chica montando un pegaso —Dijo un chico del equipo rojo.

—Y no cualquier pegaso es un pegaso del inframundo. —Mencionó Luke.

—¿Inframundo? Dije un poco jadeante al verlo, mientras que él no se despegaba de mí, incluso le acariciaba su cara y este se dejaba soltando un relincho.

—Sí, es un pegaso de Inframundo, es muy raro creí que estaban extintos, pero es cierto, además Beka... el té escogió, los pegasos escogen una vez en su vida a su compañero, por lo que este pegaso ya te vio como su compañera. Tienes una conexión con ellos para toda la vida —Comentó Elliot acariciando a su pegaso.

A pesar que con la fundadora de Nerta me decepcioné bastante, por un lado no estaba del todo mal, hice una nueva amiga, monte por primera vez un pegaso y que a su vez se convierte en mi compañero, fui reconocida por todos los presentes, hice que por primera vez una mujer participara en estos juegos y pude utilizar mis poderes. ¡Qué gran día!


*Reeditado: 25.10.21

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