🔮 Capítulo 17. Parte I

—¡¿Luke!? ¿Qué haces aquí?

—Bueno soy igual que tú y Ilana un brujo...

Ilana había aparecido junto con Luke, al parecer ambos estaban juntos buscándonos. Luego Luke siguió hablando con Elliot.

—¿Cómo estas viejo? —Decía él saludando a Elliot con un apretón de manos haciendo aparecer dos chispas de colores cuando se saludaban.

—Muy bien, mostrando a las chicas el castillo, pero luego de un momento Ilana se nos extravío. —Mencionó él con una risa.

—Sí, es que de un momento a otro ustedes habían desaparecido, comencé a correr en círculos, bajando las escaleras...—Mencionaba Ilana.

—¿No me digas que te fuiste a la bodega?—Preguntó Elliot mirándola y cruzándose de brazos.

—Sí, así parece ya que habían muchas cosas extrañas —Dijo ella recordando algunas cosas y llevando uno de sus dedos a su mentón.

—Había visto a una chica que se iba al sótano y la seguí, me sorprendí que era Ilana, aunque en la preparatoria yo fui quien la ayudó—Mencionaba Luke con una sonrisa recordando aquel momento.

—Sí, yo no sabía que Luke era como yo...pero aquí estamos todos —Indicaba Ilana con una sonrisa sin dejar de mirar a Luke.

—Ilana —Comenté apretando mi mandíbula haciendo que se tensara, hice contacto visual con ella, ya que a veces se dejaba llevar por sus emociones.

Ilana se da cuenta de la mirada obvia que tenía cuando estaba cerca de Luke, por lo que se calmó un poco por la mirada que le proporcionaba para que controlase sus nervios, cuando estuviéramos a solas le preguntaré que es lo que pasaba. ¡Necesito saberlo! además llevábamos tres años de amistad, ¿no?

Y por derecho de código de amiga debía saberlo.

Fuimos a explorar un poco más allá, siempre yendo por el camino permitido: «Arvak», el camino por donde pisábamos los cuatro estaba decorado por un piso de piedras, haciendo que el camino estuviera decorado con flores de salvia, sin duda ver esos toques de la piedra grises junto con la salvia hacían una combinación perfecta. 

Nuestros pasos eran lentos pero seguros, sin darnos cuenta que nos acercábamos más a los establos donde a lo lejos se encontraban los pegasos y Azura.

—¿Por qué los pegasos están tan inquietos?—Mencionaba Ilana bastante asombrada.

—Jamás imaginé encontrarme algo como esto, pensé que existían solo en libros—Dije viendo con admiración al verlos en frente de mí.

—Y no has visto que también hay unicornios—Exclamaba Luke divertido.

—Vaya así que realmente existen aquí —Comenté con una sonrisa.

A una distancia prudente nos mantuvimos y oíamos lo que Azura estaba conversando con esos seres maravillosos que había leído en libros que mi madre me leía de pequeña.

Ella conversaba con un elfo y un hada.

—No puedo calmarlos, ¿le dieron Albahaca?

—Si señorita Azura, le dimos lo que habíamos dicho —Decía la pequeña hada mensajera.

—¿Por qué están así de inquietos?—Pregunté curiosa y sin lograr entender porque ese comportamiento de los equinos.

—Últimamente, no saben por qué atacan a los pegasos, han investigado pero nadie ha encontrado la razón, todos sabemos que los animales sienten cosas mucho más que nosotros no vemos—Decía Elliot mirándome.

Luego vimos que Azura se retiraba un tanto alegre, pero en una milésima de segundo su rostro cambió a preocupación, eso me asombró muchísimo (¿Un tanto alegre?) Daba para que pensar, quizás era muy objetiva para mis cosas, solo negué ese pensamiento que se me cruzaba por mi mente. Nos acercamos una vez que Azura se había ido de allí, el elfo junto con la hada trataban de darle aquellas plantas que Azura le había dicho, pero no surtía efecto.

El elfo media aproximadamente como la altura de los chicos, como un 1.69, sus orejas punteagudas, cabello dorado y unos enormes ojos tal vez verdes, no lo podía ver con exactitud, pero de seguro tenía una belleza extraordinaria.

Observé que los pegasos relinchaban con una intensidad que parecía que el establo se iba a desarmar por los golpes que daban. Nos acercamos con Elliot y los demás para ver más de cerca a los pegasos que no paraban de relinchar.

—¿Ya han probado con la planta lavanda? —Pregunté y al acercarme pude ver que sus ojos eran de un color celeste claro y en persona era un ser único y con una belleza extraordinaria.

—No —Respondieron ellos sorprendidos—. ¿Es otra planta con propiedades tranquilizantes?—Preguntó el hada.

—Sí, es una planta con propiedades sedantes, aumenta el período de sueño y reduce la actividad motora —Dije mirándolos mientras acariciaba la crin del animal.

—Eres muy bonito, tranquilo—Decía mientras que el animal me miraba y se calmaba un poco, eso había sorprendido a todos inclusive el elfo y la hada.

—Iré a buscar la lavanda—Respondió la hada partiendo de manera inmediata.

Elliot había hecho lo mismo que yo, logrando con éxito hacer que el animal lo mirase, Ilana se acercó también junto con Luke repitiendo la misma acción hecha hace unos minutos por nosotros. Mientras acariciábamos a los pegasos haciendo que su inquietud disminuyera un poco.

En el proceso de calmar a los pegasos se acercaron dos hadas que eran muy bonitas sobre todo porque llevaban coronas de flores en su cabeza que hacían juego con su tonalidad de piel, una de ellas era de color dorado y la otra de color celeste, todo su traje era adornado con esos colores.

—¿Ustedes son Beka y Ilana?

—Sí —Respondimos dándonos vuelta sobre nuestro eje.

—Son cordialmente invitadas a la bienvenida que se realizará a los nuevos iniciados, en sus habitaciones encontrarán lo que necesitan para asistir, ¡mucha suerte! —Decía el hada dorada riéndose coquetamente.

Una de las hadas miro a Elliot y luego le contestó con una voz traviesa.

—Si pueden venir los brujos de tercer año de magia —Decía la hada morada para agarrar a la otra hada y partir volando dejando estelas de color dorado y celeste.

—Bueno, debemos ir Ilana...—miré al elfo no si antes de decirle—. Cuando llegue su amiga deben prepararlo en forma de infusión en las aguas de los pegasos, solo dos hierbas necesitan, no querrán que duerman por tres días ¿o sí? —Dije riéndome lo cual el elfo también rio, observé a los chicos que tenían una sonrisa pero sorprendidos.

—¿Cómo es que su amiga sabe mucho para ser de primer año? sabe demasiado ¿Cómo se llama?—Preguntó el elfo bastante sorprendido.

—Yo tampoco sabía que supiera esas cosas... y Beka, así se llama—Respondió Elliot con una sonrisa, al parecer quería conocerme.


—¿Oíste lo que dijo el hada Beka? —Dijo Ilana mientras ya estábamos en nuestra habitación.

—Sí, tenemos una bienvenida...—Contesté mientras subía hacia las escaleras, sorprendiéndome de que tenía muchas cajas, debajo de estas se encontraba el vestido.

—No es eso de la bienvenida, sino, que habían dicho «los de tercer año», ósea que ¡Luke y Elliot son de tercero por lo tanto, son mayores! —Decía Ilana viendo las cajas, que las movió cuidadosamente.

—Ah. Eso, bueno... pero que sean mayores no importa, digo... ¿Qué seamos amigos de ellos, no? ¿De hecho qué onda hay entre tú y Luke, Ilana? —Arque una ceja mientras movía las cajas.

—La verdad nada, solo conocidos, aunque...—Titubeo pensativa—. bueno me atrae un poco, pero desde que pasó lo que te conté con ese chico, ya no... sé que nos hemos contado de todo, ya han pasado tres años, pero, no me quiero ilusionar —Dijo desilusionada para abrir el contenido de una caja.

Luego volvió a hablar.

—¡Vaya mis padres me mandaron mis cosas...! —Mencionó ella.

Abrí las cajas y entre ellas tenía mis libros de hierbas que era heredado de la familia, fotos mías y de mi madre impresas en la cámara instantánea que también me la envió junto con el cuadro que salía con mi madre y varias cosas más.

Dejé las cosas en su lugar para dejar las cajas apiladas a un lado y procedí a cambiarme poniéndome el vestido de color rosa claro que tapaban mis brazos viéndose una proporción pequeña de mi hombro, el vestido era un poco desbocado en forma de «a». Llegaba arriba de mi rodilla con tablones en la cintura que hacían verme más esterilizada cayendo en forma libre, era hermoso sin duda quede fascinada, con la única diferencia que llevaba mi gargantilla.

La de Ilana era de un color calipso claro, se le veía muy bien, resaltaba su tez blanca, con el mismo tipo de diseño que el mío, me coloqué mis zapatos bajos con cintas del mismo color, y Ilana tenía los suyos iguales que los míos pero del mismo tono de su vestido. Me maquillé a lo natural poniéndome un brillo en mis labios solamente, Ilana había hecho lo mismo. Queríamos resaltar nuestra naturalidad.

Una vez listas, escuchamos unos pequeños golpes que provenían de la puerta de nuestra habitación, bajamos las escaleras mientras que Ilana iba directo al espejo para mirarse a un lado de la puerta, yo me dirigí a abrir encontrándome a las mismas hadas que habíamos visto anteriormente.

—¡Hola!—Exclamé con una sonrisa y un tanto emocionada por la famosa bienvenida que harían.

—¿Están listas? —Preguntó el hada dorada.

— ¡Si! —Dijimos al unísono para salir y cerrar la puerta.

—Vamos, las están esperando—Decía el hada celeste—. Solo síganos por favor —Mencionó ella aleteando sus alas, eran tan lindas que caían en la palma de tus manos.

Comenzamos a seguir a las hadas para no perdernos a pesar de que Elliot nos dio un paseo conociendo cada lugar y los lugares prohibidos, pero aún así sabía que me podía perder si iba  sola, pero no perdería gracias a las hadas.

Pasamos por los establos y el elfo me gritó.

—¡Beka! ¡Buenas noticias ha funcionado lo que dijiste!—Gritó mientras levantaba una mano para saludarme.

—De nada... eh —Dije ya que no sabía cuál era su nombre.

—¡Ferbus!—Mencionó el con una sonrisa.

Me limité a sonreír y me despedí con la mano, seguí a las hadas junto con Ilana.

Al llegar a donde se haría la ceremonia ya muchos «iniciados» estaban sentados en media luna, todos expectantes por aquella bienvenida que harían, además aquel evento se encontraba en los jardines del castillo, decorada por un arco con una corona de varios metros de altura de varias flores doradas, había un enorme letrero que estaba suspendido en el aire con la palabra bienvenidos, incluso en el mismo arco tenía la «Wisteria floribunda», un tipo de planta japonesa trepadora, la acaricie lentamente con mis dedos y me inundé de su fragancia, era muy hermosa, tomé algunas trepadoras con mi mano para así poder pasar hacia donde sería aquella bienvenida.

Al entrar se encontraban algunos cursos superiores, algunos profesores y se encontraban criaturas como los elfos, ninfas, hadas inclusos monstruos que eran de barro.

Los iniciados en total eran quince personas, también se encontraban chicos vestidos con pantalones y camisa de tipo medieval con cordones cruzados y una pequeña abertura en los hombros con cordones en él, solo faltaba una chica ya que éramos catorce, pero a unos pocos minutos apareció cruzando todo el umbral, sentándose al lado de nosotras, era de tez morena con el cabello ondulado estilo afro, su vestido era de color burdeos junto a sus zapatos. Cuando estábamos todos, apareció Azura dando la bienvenida a los recién llegados.

—¡Que pasen las hadas! —Dijo Azura aplaudiendo.

La hada dorada que había conocido en el establo, mi mensajera apareció haciendo su magia con sus pequeñas manos viendo el destello de polvo dorado, observando que en mi cabeza crecía una corona de flores del color de mi vestido, el nombre de la flor era Angélica, es una planta con flores pequeñas, y que se presentan en tupidos y delicados ramilletes, perfecta para esta ocasión. Eran muy bonitas.

—Gracias —Le contesté con una sonrisa. 

El hada sonrió y se sentó en mi hombro observando todo.

—De nada... es tu bienvenida ¡Debes pasarla bien, es tu día!—sonrió ella.

Me deje guiar por mis emociones una vez más, di un enorme suspiro de felicidad, sin percatarme que entre los que estaban de los cursos superiores, se encontraba Elliot de brazos cruzados.

Solo dí un ligero suspiro hacía su dirección de manera discreta.

No podía creer que me encontraba en la ceremonia de los recién despertados, pero visualizaba solo a ella, hasta que una voz que conocía tan bien me habló.

—Oye Elliot, ¿Que no es Beka la que está de Rosado Claro? —Dijo Luke.

—¿Qué?—Mencioné sorprendido levantándome, ya que estaba recargado en un árbol.

«Se ve muy bella» —Pensé para mi—luego le respondí a Luke.

—Si... lo es—Titubee con una sonrisa un tanto sexy.

Esperé a que la ceremonia comenzará, estaba un poco ansiosa y solo podía mirar a Ilana quien me observaba de la misma forma que yo, expectante, ambas nos dimos la mano para calmar nuestros nervios, tenía nervios por la ceremonia si, pero más me producía porque se encontraba Elliot en la multitud. 

Hasta que por fin, Azura hablo.

—Bueno, pasemos a la ceremonia oficial que se hace cada año—Comentaba Azura mientras llevaba en sus manos un anillo con un enorme cristal y sacar unas runas con símbolos extraños al parecer de origen céltico, saco aquel anillo que estaba en una caja de cristal, se notaba que era muy reluciente y brillaba demasiado.

—Bueno, comencemos.... —Dijo ella mientras miraba hacia uno de los chicos, quien estaba acompañado de su hada, se notaba que estaba un poco nervioso, pero al momento de ponerse el anillo, se tornó de un color rojo brillante.

—Tu atributo es el fuego, lanza las runas—Respondía Azura dulcemente al ver que caían en la otra mano del chico, a él le había salido el símbolo de sanación— serás un gran curador.—Dijo Azura. 

Ella le indico la salida para que el chico se sentara con su hada mientras que la pequeña le explicaba que significaba todo lo que acabó de ver.

Todos nosotros aplaudíamos emocionados.

Transcurrieron un par de minutos pasando todos los iniciados, había llegado el turno de la chica morena, quien se levantó con su hada de color morado para repetir lo mismo, le había salido el color verde lo que significaba que su atributo era la tierra, lanzo las runas muy altas para luego atraparlas y salió el símbolo de la clarividencia. La chica se sentó al lado de nosotros y pasó el turno de Ilana, le había deletreado la palabra suerte, se puso el anillo lo cual indicó rápidamente el color azul, diciéndole Azura que su atributo era el agua, lanzo las runas saliéndole el símbolo del viaje, Azura le explico que el viaje significaba que podría tele trasportarse de un lugar a otro, por lo que Ilana quedo fascinada con sus atributos.

Solo quedaba yo, cuando me llamaron, todos me miraban como si fuera algo exótico, como una joya, junto con la pequeña hada dorada, al ponerme el anillo, no pasaba nada.

—Vaya Beka, parece que tu atributo es el aire... Lanza las.... —Pero no pudo terminar la frase, el anillo se había vuelto lunático, incluso una luz cegadora me invadió por completo saliendo del propio anillo, luego comenzó a mostrar muchos colores, se podía ver claramente que me comenzó a rodear pareciendo un hermoso arcoíris, todos los presentes quedaron anonadados.

—Beka...—Dijo el hada mirándola.

Azura estaba de una sola pieza, estática, no respondía.

—¿Que? ¿Qué pasa? —Dije mirando el anillo y luego a todos los presentes.

—Elliot—Comentaba Luke, mirando a su amigo que quedo sorprendido.

—¿No que a ti te pasó algo parecido solo que...?—volvió a decir Luke mirando a su amigo.

—No. Esto es diferente. —Mencionó Elliot acercándose para estar a una distancia prudente.

Pude escuchar la pequeña conversación entre Luke y Elliot ya que Luke, no era del todo discreto.

Ambos cruzamos miradas entre Elliot y yo, no sabía que estaba sucediendo, un mar de emociones e incertidumbre me invadía, necesitaba saber que ocurría. 




*Reeditado: 22.10.21

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