🔮 Capítulo 10.

Días después de mi cumpleaños.

Después del merecido viaje que nos dimos para celebrar mi cumpleaños, las semanas habían transcurrido más rápido que de costumbre.

Por fin había llegado el día de entrar a la prestigiada preparatoria, sería una nueva chica, una nueva yo pero, no significaba en cambiar mi personalidad, no, cambiaría en ser tímida, tal como lo hacía con mi madre, cambiaría mi vestimenta (en sacarme esos anteojos que llevaba por un par de lentes de contacto) y mi forma de vestir la cambiaría.

Me había hecho un desflecado en el cabello un poco alocado y usaría un poco de maquillaje combinando las ropas que utilizaba para salir con mi madre.

Sería perfecto para mi comienzo en la preparatoria.

Al verme en el espejo de mi habitación hubo un verdadero cambio, cambie mis anteojos por un par de lentes de contacto, debo reconocer que me veía increíble, no podía reconocer que esta sería la nueva Beka, era como un ave fénix que revivía de las cenizas y me sentía a gusto conmigo misma.

Me sentía ansiosa, era un suceso impredecible el ir a un nuevo instituto. Ese cambio el de pasar de la secundaria a la preparatoria era un nuevo comienzo desde cero, de tan solo pensarlo mi estomago se apretaba.

Quizás formaría nuevas amigas y formaría mi grupo que siempre había deseado y me sentía feliz de tan solo pensarlo.

Me seguía mirando al espejo por el nuevo cambio. Recordé que había quedado en la preparatoria North Canyon High School. Gracias a mis calificaciones, según me habían dicho que era una de las mejores preparatorias de toda la ciudad.

Por fin, mi esfuerzo había dado frutos y me hacía sentir orgullosa de mi misma, por supuesto darle ese orgullo a mi queridísima madre.

Me puse un labial de un color burdeos y me pinté las uñas con color negro, volví a darme los ultimos retoques cuando...

—¡Hija apresúrate o llegaras tarde! —Exclamó mi madre desde el primer piso, ya que por obras desconocidas que yo no sé, Rick se había ido sin ninguna razón aparente.

Cuando llegamos del viaje de las ruinas, solo dejó una nota en la mesa. Explicando que tenía algunos problemas familiares y se debía ir.

Si mi mamá sabía sobre los conflictos que tuviese y no quiso contarme de todas formas, ella sería malvada por no contarme. Siempre me ocultaba todo. (¿Problemas, ese sujeto? ¿Qué problemas podría tener?)

Pero al menos podía tener un poco de paz con mi madre, por fin reinaba la tranquilidad algunos días o si no para siempre.

Voto para siempre, sin Rick seriamos libres de ese maldito calvario que vivimos.

Era un tormento.

Por fin sentía una luz de esperanza.

Bajé las escaleras, escuchando mis propios pasos hacían eco por toda la casa, siempre llevaba los accesorios que me había regalado mi madre ese día, nunca me olvido de ponerlos ¡es un obsequio realmente fabuloso! y me encanta.

Mi mamá ya tenía listo el desayuno y al parecer eran tostadas con mantequilla, jugo de naranja y huevos fritos, miré la hora de mi celular, todavía quedaban algunos minutos. Me senté y comencé a disfrutar de la comida preparada por ella.


Al terminar deje lo que había comido en el lava trastes, mi mamá terminó de desayunar junto conmigo y siempre repetimos esa rutina cuando Rick salia temprano y estábamos solas. Cada vez que podía, ella me dejaba en el auto o cuando estaba Rick, me iba en los buses que iban directo o que pasaban por la secundaria.

Pero la era de Richard Lawrence se acabó.

¡Bendita sea mi intuición de que algo así ocurriría!

—¿Todo listo querida? —Me preguntó mi madre saliendo de la casa, para poder cerrar la puerta.

—Sí mamá ¡estoy un poco ansiosa! conoceré nuevas personas con esta nueva ropa que siempre usó contigo, perdón con este cambio nuevo —Dije con una sonrisa.

—¿Ansiosa?, Querida, entraste hace algunos días, ¿porque estas así?

—Mamá, todavía no he entrado ¿Recuerdas que te dije una fecha? Ese día es hoy.

—¡Oh! perdón querida, el trabajo me tiene de esta forma, no me hagas caso ¿sí —Mencionó mi madre.

La veía preocupada, me daba una sensación de que me estaba ocultando algo otra vez, la conocía muy bien, aquellos titubeos y olvidos no eran normales en ella, pero esperaría a que ella me dijera lo que estaba ocurriendo.

Mi madre se quedó pensativa unos instantes. La observé todo lo que se demoró en volver en sí y que en momento lo encontré eterno, ella arrancó el jeep para irnos; ella a su trabajo y yo a la preparatoria.

El trayecto fue un poco tenso, mi madre no se despejaba del volante, escuché unos murmullos bastantes bajos, que eran casi inaudibles, pero los podía escuchar.

Los murmullos eran: «Ya falta poco para su transformación, me preocupa que lleguen los perseguidores, el olor del maldito de Rick hacia un campo de invisibilidad que protegía a Beka, ahora es más fácil rastrearla...»

Luego de un rato ya no los escuché. No sentía los murmullos.

De un momento a otro me había invadido el recuerdo de Elliot, el chico que estuvo unos meses en la secundaria y después desapareció misteriosamente, me preguntaba qué sería de él, ¿Seguirá estudiando? o ¿se mudó de estado? Son preguntas que yo misma me hacía.

Y no tenía respuesta.


Al llegar a mi destino me quedé anonadada era bastante espacioso todo el instituto. A simple vista me llamaba la atención toda su infraestructura, para ser bastante grande debía albergar a muchos estudiantes.

En la entrada colocaron dos stands que recibían la llegada de los nuevos alumnos y me sorprendí que esa preparatoria se componía de primaria y secundaria ya que veía a chicos de todas las edades, era una prestigiosa escuela. Me imaginaba las salas, la capacidad de poder almacenar a muchas personas.

Me despedí de mi madre y ella se fue directamente al trabajo.

Al bajar del jeep solo di un ligero suspiro, me coloqué en la fila como los demás chicos «nuevos» que ingresarán a North Canyon High School, poco a poco las personas ingresaban haciendo que la línea se acortará, provocándome mucha más ansiedad.

Cuando fue mi turno, dije mi nombre y observé que uno de los chicos buscaba en la lista, te hacían firmar y en otra de las mesas te entregaban tu horario con tus respectivas clases.

Sabía que al ser nueva me costaría un poco adaptarme y hacerme de amigos, pero esta vez me encontraba muy segura de misma que este día me iría muy bien. Lo presentía.

En el papel que tenía en mis manos me asignaron un casillero y fui en busca de él.

«602» —Pensé.

Caminé por los enormes pasillos visualizando los casilleros e ir por el mío, me sorprendí de que al alzar mi mano para introducir la combinación al mismo tiempo se encontraba otro mano de una chica.

—Perdona, este es mi casillero, ¿Lo ves?—Mencionó riéndose mostrando el papel que contenía el número de 602.

—Lo siento me he equivocado, todo esto sobre ser nueva en la preparatoria, es algo loco ¿verdad? el mío es el 603 —Indiqué volviendo a mirar mi papel riéndome un tanto nerviosa.

Quizás no lo visualicé del todo bien, toda esa ansiedad me carcomía.

—Descuida, para serte sincera me siento igual que tú.

—Sí, sobre todo el entrar a la preparatoria y conocer nuevos amigos ¿no? —Respondí con una sonrisa.

—Sí, todo esto es nuevo para mí también, soy Ilana Simons —Me sonrió acercando su mano.

—Un gusto, Beka Roberts —Estreche mi mano con la de ella.

Ambas nos dimos un calido pero fuerte apretón de manos.

Sin duda comenzaría una linda, graciosa y única amistad entre Ilana y yo, porque desde el momento en que entable una conversación con ella, en mi interior me decía que seríamos grandes amigas.


߷

Espero que les guste las nuevas modificaciones
y sobre todo que les guste esta historia brujix
Los leo brujitos
Se despide Sel🌙

*Reditado: 19.05.21

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