Puede ver las estrellas brillando en los ojos de Klaus cada vez que están juntos, especialmente cuando ambos están ocultos por las suaves sábanas de su cama, mientras se mecen contra el cuerpo del otro, buscando el placer mutuo, entre medio de gemidos y suaves palabras que los llevan al éxtasis.

Su relación es extraña, especialmente para sus familias. Para su familia es inconcebible que alguien tan arrogante, frívolo y cruel como él esté interesado en alguien como Klaus.

Justamente Klaus, el eslabón débil de la familia enemiga y ahora aliada en ocasiones. Y si Ben no hubiera vivido todos esos meses al lado de Klaus durante el reinició del universo, podría entender la inquietud de su familia.

Después de todo Klaus siempre ha aparentado ser un simple borracho, demasiado temeroso y torpe, un inútil durante las peleas. Puede que en eso tengan razón, pero el castaño era mucho más que eso.

Klaus era un ser de otro mundo, no pertenecía ni entre los muertos ni entre los vivos, y eso lo hacía único y especial. Sabía cosas que las demás personas consideraban poco importantes pero, oh sorpresa, resultaban ser importantes. Klaus podía viajar entre los planos de la vida y la muerte a su antojo, además de poder hablar con los muertos, era muy bueno distrayendo a las personas y sacándoles información, casi sin que se dieran cuenta.

Si tuviera que comparar a Klaus con algo, sería con la caja de Pandora o el caballo de Troya.

Entonces no se sorprende que su familia considere a Klaus...poca cosa para sus altos estándares.

En cuanto a la familia de Klaus. Bueno, los Umbrella tenían la misma mala costumbre que sus hermanos a la hora de juzgar a Klaus. Quizás, porque nunca se interesaron en ver que Klaus había dejado atrás su adicción a las drogas. Sabía que los Umbrella se preocupaban por Klaus, pero solían ignorar al castaño. Además creían que estaban juntos porque Ben necesitaba a alguien a quien controlar y Klaus no sabía ver la diferencia entre su hermano muerto y él.

En algún momento también tuvo esa duda. ¿Qué lo diferenciaba de aquel Ben tan perfecto? Y al parecer eran muchas cosas y, al mismo tiempo, muy pocas. Pero cuando Klaus lo miraba, lo besaba y hacían el amor era él a quien Klaus deseaba y no a su hermano muerto.

Lo sabía por la forma en que pronunciaba su nombre, en una mezcla entre súplica y deseo. Cuando Klaus hablaba o pronunciaba el nombre de su hermano, había un cariño innato junto con cierta molestia. A diferencia de los hermanos de Klaus, que hablaban de su Número Seis como si fuera una especie de santo; Klaus era muy sincero respecto a su hermano. Seis no era un santo, estaba tan roto como cualquier hijo de Reginald Hargreeves. Es por esa sinceridad de ver, reconocer y aceptar a las personas a su alrededor que le cree a Klaus cuando le dice que lo ama.

Es una de las tantas razones por las cuales se enamoró del castaño.

Cuando Klaus lo ve, realmente lo ve, a él, no a Seis; Ve al ex líder de los Sparrow, al cobarde que dejó morir a su primer amor, al hermano del que todos desconfían por su fachada engreída, altanera y cruel, pero que en el fondo ya no quiere ser herido y rechazado.

Cuando Klaus lo mira, realmente lo ve, lo reconoce, lo acepta y lo ama; abrazando sus virtudes y sus defectos. Los ojos de Klaus brillan como si en aquellos ojos guardará un millón de estrellas cada vez que lo mira.

"Ben, amor" súplica Klaus, clavando las uñas en su espalda mientras se aferra a él cuando Ben logra golpear aquel dulce punto en su interior.

"Si, Pyxis" Le gusta llamar a Klaus como la estrella más brillante de la constelación de la Brújula. Le parece un nombre adecuado para su amante, que puede ser tan hermoso como una estrella.

"Más" exige, Klaus puede ser tan honesto con su cuerpo, que llega a ser algo hermoso de ver. Por lo menos ante los ojos de Ben.

"Pero me gusta tomarme mi tiempo contigo" y para mostrar su punto, reduce la velocidad de sus embestidas, moviéndose lentamente mientras besa los hombros y cuello del castaño.

Por supuesto, Klaus intenta protestar pero Ben es rápido en besarlo, acallando cualquier palabra o gemido o grito, dejando como único sonido el chirrido de la cama, el golpeteo de sus cuerpos encontrándose, sus respiraciones agitadas y sus bocas unidas en un ardiente beso.

Klaus arquea su espalda y abre sus piernas, intentando que Ben llegué más profundo en su interior y Ben tiene que usar todo su autocontrol para no venirse. En otro momento no le hubiera molestado que hagan el amor de forma desesperada y rápida, pero esta noche, Klaus luce extremadamente hermoso con el cabello desarreglado, la piel sonrojada, los ojos llorosos y la sortija de diamantes ocupando su dedo del corazón.

Hoy quiere tomarse su tiempo, hacerlo lente, profundo y apasionado, solo ellos dos, sin los horrores de por medio. Solo Klaus y Ben. Ben y Klaus. Dos almas unidas, buscándose a través del amor, la muerte, la vida, el tiempo y el espacio.

Los ojos de Klaus brillan como las estrellas cuando llega al éxtasis mientras dice su nombre y a Ben le encanta.