El Primer Atake

Hola a todas! Antes que nada, una disculpa… de plano se me había olvidado que no había actualizado el fic, es más… tuve que verificar el ultimo día que subí una actualización. Últimamente ando muy distraída jajaja pero sino fuera por mi conciencia que me mandó un mensaje recordándome lo que había olvidado no subía nada. Pero ya quitando todo esto, en algunos lugares ya se esta levantando la cuarentena con sus estrictas medidas de seguridad, no se vayan a confiar por lo que mas quieran, no hay que bajar la guardia. Así que sin mas y antes que nada… Feliz día de la enfermera a todas las chicas y chicos que estén estudiando esta carrera y que ya la ejerzan que fue el pasado 12 de mayo y feliz día a todas aquellas que son maestras y maestros, gracias a ustedes… la madre de todas las profesiones, bendiciones para ustedes (15 de mayo). Sin mas… nos vemos para la próxima.

~ 1 ~

-¿Estas seguro que sabes en donde está el camino?- pregunto Apolo mientras iba caminado detrás de Ares

-El Inframundo es muy grande- respondió mientras continuaba caminando -es un lugar que esta divido en varias prisiones y círculos. No creas que es como ir a una plaza que se encuentra en el centro de la ciudad

-Ahora veo porque no te gusta estar aquí- comento Ares -está bien feo

El pequeño dios sintió la mirada penetrante del dios que iba guiando el camino por encima de su hombro, sintió que su vida corría peligro, miro hacia atrás donde Apolo al verle solo negó con la cabeza. Continuaron caminando por un largo sendero de un camino pedregoso, en algunas ocasiones uno de ellos tropezaba o trastabilla y en dos ocasiones Ares cayó al suelo, teniendo que ponerse de pie solo ya que ninguno de los mayores daba señal de quererlo ayudar.

-Bienvenido sea mi señor- uno de sus Espectros se arrodillo para reverenciar al joven que había llegado

-Golem- saludo serio

-¿Ellos pasaran con usted?

-¿Hay algún problema?- respondió nuevamente serio pero en esta ocasión se había sentido un aura amenazante y una mirada fría en el regente de los muertos

-Disculpe mi atrevimiento mi señor- respondió temeroso y se alejó de ahí para darle paso a los demás

-Vaya, tienes carácter- le dijo Apolo

-Hasta a mí me dio miedo- apoyo Ares

-Ya cállense- respondió cansado de las acusaciones de ambos dioses

-¿Te portas así con los demás de tu armada?- insistió Apolo, tratando de molestarlo, queriendo romper la tensión que se estaba comenzando a sentir

-Solo con los más cercanos es que soy más condescendiente- comento avergonzado -los demás Espectros, no me dan confianza

El joven solo había dicho la verdad a medias, solos sus Jueces, Pandora y alguno que otro Espectro que se había vuelto por decirlo de alguna manera cercano a él podía mostrar algo de libertad. El resto de su armada le guardaba resentimiento después de que les había anunciado el Pacto de Paz con el Santuario de Athena, escucho muchos comentarios negativos, pero en lugar de poner alguna clase de castigo, lo dejo pasar. No iba a perder el tiempo con aquellos que solo querían luchar y desperdiciar sus vidas.

-¿Qué tan lejos está el Tártaro?- pregunto Ares después de un largo silencio, el camino que estaban recorriendo era demasiado oscuro y no se escuchaba ninguna clase de ruido más que sus propias respiraciones, los pasos que daban y el rozar de sus ropas

-¿Por qué? ¿ya te cansaste?- pregunto en burla Apolo

-Si- dijo sincero pero molesto el dios de la guerra

-El Tártaro se encuentra en lo más profundo del Inframundo- respondió Hades ganado la atención de los otros dos -dicen los escritos que hay que atravesar 3 cortinas de negrura oscura y algo mas

-¿Cuánto nos tardaremos en llegar?- pregunto temeroso Apolo -no es que te presione, pero con esa descripción a medias que me acabas de hacer me estoy imaginando lo peor

-Por lo menos un mes y medio o dos- dijo seriamente

-¡¿Cuánto?!- grito alarmado Ares

-Debes de estar bromeando- dijo Apolo -más te vale que así sea… Hades- le llamo y el joven dejo de darles la espalda para encararlo, ambas miradas se mantenían fijas con la poca luz que daba la lampara que traía Scott

-Es broma- dijo y rompió a reír

-Muérete- le recrimino Ares molesto

-Chinga a tu madre- le dijo Apolo indignado

-Se te pega todo ahora que estas mucho con tu hermana- le respondió entre risas

-También se me pego el hábito de querer partirte la madre ahora mismo

-Vamos, no se enojen- pidió mientras reanudaba el camino -estamos a lo mucho como a unas dos o tres horas caminando- confeso tranquilamente -tienden a exagerar demasiado con lo que se escribe

-Pero ya llevamos casi dos horas caminando- se quejó Ares

-Te hubieras quedado en casa- le dijo Hades -es una guerra de adultos no de niños

-Yo también soy un dios y no me gusta que me hagan a un lado- continúo quejándose

-Aun no sabes porque Athena te quiere mantener alejado- comprobó Apolo, el niño le miro con duda

-Eres importante para ella- tomo la palabra Hades -lo que menos quiere es que pongas tu vida en peligro

-¿Y porque ustedes si?

-Maldito niño caprichoso- dijo en susurro Apolo para que no lo escuchara

-Nosotros somos mayores- continuo Hades -no es la típica historia que lees, el anime que vez, películas donde un grupo de adolescentes salvan el universo, donde el más grande tiene 15 años y cree tener toda la sabiduría de la vida

-¡Si puede pasar!- refuto -¡Yo soy un dios que ha reencarnado! ¡soy poderoso!

-En efecto- respondió Apolo -pero no sabes dominar tu poder y eso puede ser tanto beneficioso como contradictorio. Además, los adolescentes a esa edad apenas saben que quieren de la vida

-Ni que estuvieran tan grandes

-Ares, cada uno de nosotros pasamos de los 28 años, ya tenemos carreras concluidas, trabajos estables y sabemos que la vida no es color de rosa. También sabemos ahora que nacimos con un destino diferente al de las personas normales- le respondió Hades

-Y que hay ocasiones como esta, en la que posiblemente tengamos que morir por personas que jamás en la puta vida vamos a conocer siquiera- cerro Apolo

-Si quieres ayudar a Athena, hazlo de la siguiente manera- Hades se detuvo y dio la vuelta para mirar al niño -haz caso a todo lo que ella te pida, incluso si es que dejes de participar. No la atormentes ni estreses más de lo que ella y nosotros ya estamos

Hades reanudo el camino y con él los demás. Ares aun no entendía por qué esas palabras, sabía que no era un niño ordinario y también sabia pelear o eso era lo que creía. Pensó en cada una de las palabras que ellos le habían dicho en ese trayecto; tal vez su hermana pensaba igual que ellos, que siendo solo un niño de 12 años no sabría lo que esa guerra significaba. Se puso a pensar en eso y la respuesta le llego demasiado pronto, era verdad… no sabía lo que era una guerra, jamás había participado en ninguna, había oído acerca de las peleas que habían mantenido entre ellos mismos, sobre todo en contra de su hermana pero que el fuera participe de algún acto… jamás.

Pero no era estúpido, aunque ellos quisieran que se sintiera de esa manera, él era Ares; el dios de la Guerra Violenta y si alguien sabia de guerras era él. Se dedicaba todas las tardes que podía a leer acerca del mito de Ares, todo escrito que mencionara el nombre de ese dios pasaba por sus manos. Tenía que conocer todo lo que había hecho ese dios, no podía quedarse cruzado de brazos, el mismo sabía que había dejado su lado de "niño caprichoso" después de que había secuestrado a Athena. Pero dentro de él quería que esos dioses mayores que habían reencarnado lo vieran como un aliado, un ser importante que también podía salir a pelear en nombre de la tierra donde ellos vivían actualmente; miro de reojo a Apolo que iba platicando con Hades, él no… Apolo se podía morir y no tenia deseos de quererlo ayudar.

-Aquí es- la voz de Hades saco de sus pensamientos a Ares

-¿Llegamos?- pregunto con duda el pequeño dios

-¿Tiene alguna clave? ¿una contraseña? ¿algo?- pregunto con duda Apolo

Hades coloco la mano encima de una pared de hierro, poco a poco la marca de su mano se fue intensificando hasta parecer que el metal se encontraba al rojo vivo, poco a poco algunos símbolos se fueron revelando con ese fuego llamando la atención de los 3 dioses que dieron unos pasos hacia atrás, pronto la puerta demasiado grande quedo iluminada, un fuerte estruendo se dejó escuchar por todo el lugar y esta se comenzó a abrir lentamente, ellos comenzaron a retroceder hasta que se dieron cuenta de que podían pasar por una abertura que se había formado.

El primero en pasar fue Hades seguido de Apolo, el pequeño se había quedado atrás observando el grabado que se estaba comenzando a formar en esa puerta, los dos adultos no quisieron quedarse a averiguar qué era lo que se estaba imprimiendo, pero el niño era demasiado curioso como para no quedarse hasta el final. Apolo miro hacia atrás, observo que Ares estaba entretenido con aquel juego de luces, era mejor que se quedara ahí y no se arriesgara más. Le grito que los esperaba ahí y Ares solo afirmo.

El lugar al que se habían adentrado era el mismo infierno, todo se encontraba en un calor extremo, apenas llevaban menos de 5 minutos ahí y ya se encontraban sudando y con dificultad para poder respirar ya que el aire que corría en el interior era abrazante a sus fosas nasales. Apolo comenzó a seguir a Hades, tal parecía que conocía la ruta a la perfección, pues sus pasos eran sin vacilación alguna y ya había dejado de estar mirando a su alrededor.

-¿Ya casi?- pregunto Apolo mientras secaba el sudor de su frente con el dorso de su mano

-Un poco más, pronto llegaremos a donde se encuentra encerrado el Titan Chronos

En cuanto Hades le miro, el dios del sol se había quedado mudo, solo había visto esos ojos en él y Ares, era la primera vez que los veía en Hades. Aquellos ojos verdes se encontraban muy diferentes, demasiado a como los había visto unos minutos atrás, el iris de sus ojos se había esfumado y ahora se encontraban completamente negros, un pozo vacío… pero de alguna manera pudo observar que eran como los de él, como si un líquido danzara dentro solo en círculos

-Es aquí- dijo y ambos se detuvieron en el filo de un acantilado

-Increíble- susurro Apolo, en ese momento sus ojos habían cambiado a ese oro líquido que tanto le gustaba ver a su hermana -¿Qué es lo que vas a sellar?- pregunto observándolo atentamente

-La puerta que dejamos atrás- dijo -aquí solo me toca ver, verificar, por así decirlo…- buscaba con la mirada -ver que un orbe… una bola… algo así, es como si fuera la llave… creo

-¿Si sabes que estás buscando?- le pregunto cruzando sus brazos y mirando hacia el fondo de ese acantilado lo que había ahí

Una gran estatua parecido al mármol que se encontraba tratando de subir por esa barrera de piedra, en la expresión de su rostro se podía observar ira y dolor. Apolo como buen pensante que era le calculo al menos entre unos 8 a 10 metros de alto, se dio cuenta de que en medio de su cuerpo había otros dos brazos más que le daban apoyo para seguir subiendo

-Aquí esta- dijo Hades y Apolo lo volteo a ver -esa bola que esta allá

-¿Qué tiene esa bola?- pregunto y comenzó a acercarse a donde estaba -Te vas a caer imbécil- le advirtió cuando observo que Scott iba escalando aquella pared

-Solo voy a ver que no esté desquebrajada- dijo -además de que no se encuentre con la llama apagada

-Desde aquí se ve que tiene la llama prendida- le dijo y miro hacia atrás -oye

-Dime

-¿Crees que si le tomo una foto a esa madre de allá, salga bien la imagen?

-¿Para qué?- pregunto -sí, está bien… completamente enterita

-Para que Athena y Pose conozcan a Chronos. Aunque sea por foto

-Ese no es Chronos- dijo Hades

-¿Entonces?

-No sé, no conozco que Titanes fueron encerrados con él- comento mientras bajaba -aquí solo hay 4 Titanes… creo

-¿Crees?

-No me he puesto a leer todo el documento- le respondió indignado -pero si quieres tomarle foto a Chronos, esta allá- apunto a un lugar diferente

Apolo se quedó con la boca abierta al ver al verdadero Chronos frente a él. Parpadeo algunas veces, esa cosa que se encontraba atrapado entre dos montañas era más grande que cualquier otra cosa que hubiese visto en su vida, le calculo con temor a equivocarse un poco más de 18 metros, tal vez 20. Seis brazos se encontraban repartidos en su cuerpo, en una de esas manos sostenía algo, pero fuera lo que fuera se encontraba dentro de aquellas rocas, su boca se encontraba abierta, tal vez había gritado antes de convertirse en granito.

-¿Y quién es el que esta allá abajo?- pregunto temeroso

-Ni idea- respondió sincero Hades -ahora vez porque no me gusta venir hasta acá solo- miro a Apolo -¿sorprendido?

-Quien no lo estaría

-Y con esas madres quería Hera y Zeus que Athena peleara- le comento y Apolo asintió -no creo que ni mis 108 Espectros con los Jueces, Pandora y yo incluido pudiéramos hacerle algo

-¿108?- pregunto incrédulo Apolo, Hades asintió -una pregunta, dime… ¿Cómo es que tienes a tu ejercito completo? ¿Qué no habías perdido a algunos de ellos?

-Athena… no, mejor dicho... ¿Cómo te explico?- pensó -Thanatos rompió el rosario del novio de ella, se liberaron las almas, Pandora me dijo que podía traerlos a la vida… ya sabes… algo así

-¿Y no se te ocurrió revivir a los chicos de ella?- le pregunto acusatoriamente

-Solo pude a los míos- dijo sincero – trate de revivir a mi familia, si podía hacerlo era obvio que traería de vuelta a sus muchachos; pero…

-¿Pero?- le animo a continuar Apolo

-No pude- respondió sincero -Pandora me dijo que solo podía revivir a los Espectros con el nivel actual de Cosmos y eso gracias a que sus almas se habían liberado, sino aun estarían muertos

Apolo cerro el tema y tomo su celular para comenzar a enfocar la gigantesca estatua que se encontraba lejos de ellos. Hizo el acercamiento hasta el rostro del Titan que yacía capturado ahí, algo le llamo la atención, pues algunas piedrecillas comenzaban a caer. Llamo a Hades; pero este le comento que a la mejor era normal, estaban en un lugar caliente de hacía muchos años, casi como estar dentro de un volcán activo. Volvió a concentrarse en tomar aquella foto y ahora si le llamo la atención una grieta que atravesaba todo el rostro.

-Ya se rompió- le aviso

-¿Cómo que se rompió?- pregunto Hades y se acercó a la cámara, la grieta se iba expandiendo, los dos miraron hacia atrás, el orbe permanecía intacto.

-¿Seguro que está esa bola de allá está en perfectas condiciones?

-Si, el orbe sigue bien, sigue sin ninguna…

Callo en el momento en que aquella esfera se comenzó a teñir de rojo para después romperse en miles de pedazos, ambos dioses miraron hacia donde se encontraba aquel Titan, poco a poco los trozos de piedra comenzaban a caer, ellos iban retrocediendo lentamente, hasta que de pronto una gigantesca mano se asomó en tierra, de inmediato se echaron a correr hacia la salida, pronto llegaron a donde se encontraba Ares quien estaba muy entretenido aun mirando con atención la puerta.

-¿Ya acabaron?- pregunto inocentemente

-¡Corre!- le gritaron ambos dioses

El niño no sabía porque la desesperación de aquellos dioses arrogantes, hasta que se escuchó un fuerte sonido gutural de aquel sitio, ahora sí, el pequeño comenzó a correr todo lo que sus piernas le permitían. Hades comenzó a buscar algo entre las bolsas de su pantalón, maldijo su vestimenta pues lo que llevaba puesto contaba con al menos 6 bolsillos para guardar cosas, cuando por fin encontró lo que buscaba detuvo la carrera de todos.

-¿Qué piensas hacer?- pregunto Apolo temeroso

-Sacarnos de aquí

Hades arrojo al suelo unas pequeñas esferas de cristal, estas formaron un remolino al cual Hades los obligo a meterse, lo que sintieron después fue que cayeron al suelo y se encontraban en un lugar muy diferente de dónde venían corriendo. Un salón blanco, con una escalinata que llevaba a un trono que era cubierto por un velo.

-¿En dónde estamos?- pregunto Apolo quien movía ligeramente el brazo derecho pues había caído encima de él

-Cocytos- dijo -este es mi salón, es la última prisión del Inframundo. Como el Salón Patriarcal- dejo salir un gemido de dolor cuando se quedó acostado en el suelo -creo que rompí la espalda

-¿Estas bien mocoso?- pregunto Apolo al más pequeño, quien se había sacado uno de sus dedos de la boca -no hagas eso, es asqueroso

-Estoy sangrando- respondió -creo que me mordí el interior de mi mejilla, todavía tengo todos mis dientes- volvió a meter el dedo en su boca y asintió -sí, tengo todos mis dientes- miro a los mayores -¿Qué fue lo que se escuchó?

-Titanes- dijo Apolo mientras ahora giraba su brazo en círculos

-¿Qué no los ibas a sellar?- pregunto alarmado Ares

-Estaban sellados, todo estaba bien

-¿Entonces que paso?- pregunto Apolo y le tendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie

-No lo sé- respondió -pero creo que si vamos a tener que luchar con esas madresotas

-Me lleva la chingada- Apolo miro fijamente a Hades

De pronto sintieron que el piso comenzaba a temblar, de inmediato varios soldados se adentraron y evacuaron a Hades junto a sus invitados hacia el exterior, pronto observaron a lo lejos una gran columna de luz roja que se alzaban violentamente, casi de inmediato pudieron ver que varias figuras grades salían de ese rayo de luz, muchos de los Espectros que se encontraban ahí no daban crédito a lo que estaba pasando en el Inframundo.

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~ 2 ~

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-Bienvenida sea al Palacio Submarino de nuestro señor Poseidón, Emperador de los mares

-¡Qué onda Thetis!- le saludaste normal, como si fueran buenas amigas

-Sígame junto a sus Caballeros, los llevare a la presencia de mi Señor

-Como digas- ya se te hacia muy raro que la marina con la que te habías enfrentado anteriormente te tratara de una manera tan amable, algo quería o algo estaba por hacer -¿Estará loca?- preguntaste moviendo solo tus labios cuando volteaste a ver a tus guardianes

-¡Athena!- te llamo fuertemente Radamanthys a tu cosmo mientras que viste que Shaka soltó un suspiro y Saga solo sonrió ante tu pregunta meneando ligeramente su cabeza

-Y…. ¿Cómo has estado Thetis?- preguntaste, estabas tanteando el terreno

-Muy bien mi señora- hasta te sorprendiste porque te llamara casi con devoción -gracias por preocuparse por esta humilde Marina

-Que bien, me alegra escuchar eso- giraste de nuevo hacia tus compañeros y de nuevo hablaste solo moviendo tus labios -Esta ya me dio miedo, algo quiere

-Ya cállate, te va a descubrir- te dijo Shaka directo a tu mente, Saga ya no podía soportar la risa que se le quería escapar

-Disculpa Sorrento- le llamaste al Marina que iba a la par de Thetis -¿te puedo hacer una pregunta?- expusiste -no es necesario que la respondas, pero si me ayudaría mucho que lo pensaras

-Claro, en que puedo servirle

-¿Les ha dicho algo Poseidón?- casi la terminaste en susurro

Viste que ambos cayeron en un profundo silencio, tal vez no les había contado nada o simplemente no te querían decir, tal vez Poseidón te quería matar después de que liberaras su alma, pero la verdad no le convenía, porque no lo creías capaz de enfrentarse él solo a los Titanes, a la mejor te iba a matar después de pelear contra ellos. Claro… iba a aprovechar que te encontrarías débil y después reinaría la tierra, pero… ¿Apolo y Ares? A la mejor ellos iban a pelear contra él y ya después se iba a unir Hades y hasta ahí dejaste tu pensamiento pues la voz de Saren te había regresado a la realidad; ya después terminarías de imaginar y armar tu película mental.

-El señor comento que tal vez pelearían con los Titanes, personajes de leyendas antiguas- viste que te observo -para eso usted vendría a liberar su alma, para que de esa manera se pudiera unir a la batalla

-Se ha hecho de un aliado muy poderoso- se unió Thetis -aún no sabe el alcance del poder de mi señor

-La verdad- dijiste -me reconforta saber que va a pelear a lado de nosotros, pero no aseguro que salgamos bien librados, yo espero que si

-Vera que así será mi señorita Athena- te aseguro Saren

Detuvieron su andar y ambos Marinas se colocaron frente a cada puerta, la abrieron y te adentraste junto a los Guardianes que acudían contigo. Miles de recuerdos, imágenes y sensaciones se apoderaron de tus sentidos al haber entrado de nuevo a aquel Salón, recorriste el lugar con tu mirada; las imágenes de Dhoko que se había estrellado en la pared, Milo desmayado en el suelo, Shura que apenas se podía mantener en pie, Saga que había llegado a incluirse en la pelea, tu misma siendo arrojada en contra de una de esas columnas que servían de adorno… y ahí estaba él, igual que en esa ocasión en la que llegaste, sentado en ese gran trono de piedra y detrás de él aquella pared que se abría y daba lugar al patio desde donde podías acceder fácilmente al Pilar Central.

-¿Pasa algo?- te pregunto Shaka en susurro, tu negaste rápidamente

-Vamos- te animo Saga, tal parecía que él sabía lo que estabas pensando en ese momento

Comenzaste a caminar para quedar lo más cerca que podías de Poseidón. Los chicos se detuvieron antes y tu solo diste unos pasos más, de inmediato te arrodillaste ante la presencia de él a modo de saludo, no te gustaba hacerlo pero a pesar de su sarcasmo y cinismo, siempre te había tratado con respeto. Le escuchaste bajar las escaleras y tendió su mano hacia tu persona, aceptaste el gesto. Beso tu mano e hizo una ligera inclinación hacia a ti.

-Bienvenida seas de nuevo

-Gracias- respondiste tranquilamente

-Muy bien, vallamos al Pilar Central- te animo

De inmediato aquella pared se comenzó a elevar para darles paso a aquel patio central, caminaste a lado de él en completo silencio. De nuevo las imágenes de la batalla que habías tenido en ese lugar junto a Kanon en contra de él azotaron tu mente, todo parecía tan vivido, como si de nuevo estuvieras recibiendo aquellos golpes.

-¿Te has comunicado con los otros?- te saco de tus recuerdos

-Hable con ellos hace unas horas, antes de salir del Santuario- respondiste -ya deben de estar en camino hacia el Tártaro; incluso puede que ya hayan llegado, en cuanto salgan de ahí me marcan o me mandan mensaje

-¿Esperaras a que ellos te confirmen?- te pregunto

-¿Qué me confirmen qué?

-Imagino que no vas a liberar mi alma de inmediato- te aseguro y dejaste salir un suspiro

-La verdad no- respondiste sincera y pudiste ver que eso lo había tensado -prefiero que me confirmen que de verdad está roto el sello.

-¿No confías en mí?- te pregunto, exactamente se encontraban en el sitio donde habías estado luchando para quitarle el alma y encerrarla en el Ánfora

-La verdad, no- respondiste sinceramente -discúlpame, pero no puedo confiar en ti así como así.

-Me rompes el corazón mi bella Athena- te susurro, callaron un momento y de pronto surgió una duda que tal vez podría despejarte

-Oye Poseidón- le llamaste y te observo -¿te puedo hacer una pregunta?

-Dime

-¿Tú sabes porque Ares y Apolo tienen los ojos diferentes?- te observo pues no te había entendió -no se si has visto que de repente los ojos de Apolo cambian. Bueno, el color de sus ojos es miel, pero en algunas ocasiones parece como si fuera oro fundido, oro liquido

-Ya entendí- te dijo

-Si, se ven raros… incluso Ares los tiene igual

-Ellos han despertado el Alma completa del dios al que representan- te dijo -en otras palabras, ellos son los dioses Apolo y Ares. Poseen sus mismo poderes y habilidades

-¿Y nosotros?- preguntaste con duda

-Ninguno de nosotros dos, ni Hades- te dijo -aun no despertamos el alma de ese dios en el que hemos reencarnado

-¿Ósea que algún día podre tener esa mirada?

-Espero que algún día podamos despertar como dioses verdaderos

El camino se hizo más ameno y corto después de esa conversación, pronto llegaron al Pilar Central y ambos se adentraron. Trataste de quitar los pergaminos con la mano: pero estos no cedían, parecía que estaba bien pegados, sacaste una navaja que traías escondida en tu pantalón y comenzaste a raspar ese papel, pero no le hacia ninguna clase de daño. Le pediste a uno de los Marina que te trajera agua y de un momento a otro Thetis te paso un vaso, arrojaste el líquido a esos pergaminos y de nuevo intentaste quitarlos con la navaja, pero no cedían.

Poseidón te recomendó que trabajaras con ayuda de tu Cosmo, no lo habías pensado. Así que colocaste las manos frente a ese sitio y elevaste ligeramente tu Cosmo

-¡Te dije que lo hicieras para que los quitaras!- te grito -¡no para que pongas otro más!

-¡No puedo!- le respondiste en el mismo tono -¡No sé cómo se quitan!

-¡Inútil!

-¡El único inútil aquí eres tú!

Tal vez los únicos que estaba respetando el tratado de paz eran sus Guardias, ellos se mantenían alejados de ustedes, solo observando cómo se mataban a palabras. De pronto todo el lugar comenzó a temblar y de inmediato te pusiste pálida.

-Ni se te ocurra convocar un tsunami aquí desgraciado

-No soy yo- te dijo, de nuevo el suelo se movió violentamente y ambos cayeron al suelo

Todos salieron de aquel sitio para mantenerse a salvo, pronto comenzaron a haber grietas en el suelo de mármol de aquel lugar, dos Marinas más se unieron a los otros dos y tus Caballeros se colocaron delante de ti, una presión increíble se podía palpar en ese sitio. Un ruido se dejó escuchar en todo el fondo marino haciendo un gran eco, parecía el chillido de un animal. La tierra se comenzó a mover aún más fuerte y de pronto se escuchó como si algo se hubiera derrumbado en el sitio, todos se sorprendieron al observar que todos los Pilares que se encontraban de pie habían vuelto a caer, uno detrás de otro, miraron el Pilar Central y este se comenzó a cuartear.

-No- susurraste y corriste al interior. Reuniste tu Cosmo y pronto tu aura blanca se manifestó en tu cuerpo, esta se extendió hacia aquellos pergaminos y de pronto desaparecieron. Abriste la puerta y sacaste de ahí el ánfora que resguardaba el alma del dios del mar. Después sentiste que alguien te tomo bruscamente y te saco de ahí, cerraste los ojos pues el interior del Pilar se comenzó a derrumbar. Un fuerte ruido se escuchó pero ya te encontrabas en el patio central.

-¿Estas bien?- te pregunto Radamanthys en el momento en que te bajo

-Si

-¿Qué está pasando?- pregunto Poseidón y solo negaste al no saber la respuesta

-Señor- escucharon la voz de la mujer, ella apunto a un lejano lugar. Una silueta se comenzaba a acercar a donde se encontraban.

-¿Qué es eso?- susurraste

-Athena- te llamo, pero no podías dejar de mirar aquello que se acercaba cada vez más a ustedes -Athena, ahora

De pronto, unos seres extraños se habían reunido. Eran mucho más altos que cualquiera de los guerreros que estuvieran ahí, las cabezas de estos se asemejaban a las almejas y sus cuerpos eran escamosos y llenos de picos. Solo se dedicaban a reír y eso en verdad te estaba asustando, ambas guardias los dejaron al centro, protegiéndolos de lo que esas cosas fueras.

Comenzaste a temblar cuando pudiste ver que era lo que se estaba acercando a ustedes, era un humanoide. De la cintura hacia abajo solo había tentáculos que se movían en varias direcciones, cada uno de ellos parecía tener vida propia, de la cintura para arriba era un cuerpo de un hombre, su piel era azul y se encontraba agrietada ya que había varias líneas que cruzaban todo el contorno de su pecho, brazos, manos y rostro, parecían que salían rayos de él como lo habías visto en Zeus, sus ojos solo eran dos pozos de luz azul como aquellas gritas.

Esa cosa libero un gran grito que los obligo a tapar sus oídos, pero tuviste que sopórtalo, porque no podías dejar caer el ánfora. De inmediato su cuerpo comenzó a arrojar aquellos rayos en todo el sitio y los seres que habían salido comenzaron a atacarlos, te diste cuenta de que la llevaban de perder, tus Guardianes no traían armadura para ser protegidos de esas cosas.

-¡Maldición!- gritaste, dirigiste la mirada hacia Poseidón que estaba tan sorprendido como tu -¡intenta traicionarme a mí, a mis hermanos! ¡intenta algo en contra de mis Caballeros o de la tierra y te mato!

-¿Athena?- te llamo con duda

Alzaste el Ánfora para estrellarla violentamente en el suelo, pronto el agua que servía de cielo comenzó a tomar un color oscuro y el alma que estaba libre se arremolino en ese lugar, el cuerpo de Poseidón se rodeó de esa hermosa aura azul que parecía un imán, de inmediato ese remolino se dirigió hacia el cuerpo de él y lo alzo por los aires, truenos y rayos aparecieron y el mar pareció estar rugiendo, aquel ser que había aparecido en ese lugar se percató de lo que estaba pasando y comenzó a dirigirse a donde se encontraban. Una columna de agua torrencial se dejó ver en el sitio, esta se dedicó a alejar y derrotar aquellos seres.

Tu alma se estremeció, sabias del poder que ahora yacía en ese hombre. Poco a poco el remolino se fue atenuando y Poseidón regresaba al suelo elegantemente, le miraste desafiante, esperando un ataque, su rostro se encontraba adornado con una sonrisa sínica.

-Ahora- escuchaste -de nuevo tengo el poder a mi disposición- extendió su mano y su tridente apareció -Athena

-Dime

-A pelear

Ya te lo esperabas, sabias que de un momento a otro te iba a traicionar, pero no esperabas que fuera de inmediato. Quisiste invocar a Nike, pero la velocidad de Poseidón te lo impidió, lo último que viste fue una mancha de color castaño pasando a tu lado, giraste de inmediato sorprendida. El objetivo del dios de los mares no eras tú, era lo que había aparecido y se encontraba detrás de ustedes. Comenzaste a correr para poder alcanzarlo, tu cuerpo comenzó a iluminarse con tu Cosmos y en ese momento tu velocidad aumento, un destello blanco apareció frente a ti y lo tomaste con una de tus manos, Nike apareció para serte de ayuda.

El colosal enemigo se percató de que ambos se estaban preparando para atacarlo, Poseidón se quedó de pie en una montaña marina y apunto su tridente hacia ese enemigo, de inmediato una potente columna de agua ataco el pecho del enemigo, te colocaste en una de las salidas de esa montaña, unos metros más abajo; apuntaste tu cetro y frente a ti se formó un escudo de luz, de este salió un rayo de energía dorado que se estrelló con el mismo oponente.

-Debe de ser una broma- escuchaste que dijo Poseidón, miraste a donde se encontraba, no podías verlo claramente, pero se veía asustado

-Imposible- susurraste cuando miraste que no le habían hecho daño alguno

-¡Debe de ser una puta broma!

-No le paso nada- continuaste hablando en susurro

Observaron cómo es que elevo una de sus manos y destruyo con un solo movimiento todo lo que había en ese sitio, el aire que formo ese movimiento los arrojo a ambos, aun así pudieron caer en el suelo… él elegantemente, tú… de sentón. Te pusiste de pie inmediatamente, muchas rocas comenzaron a caer y de pronto sentiste que estaba lloviznando en ese sitio.

-¿Qué vamos a hacer?- le preguntaste

-Pelear- te dijo

-¡Pero si no le hemos hecho nada con ese ataque de antes!- respondiste

-¡Entonces quédate aquí! ¡Cobarde!

Le viste que de nuevo comenzó a ir en contra de lo que fuera ese monstruo que había aparecido. La palabra "Cobarde" resonó en tu mente y pronto se transformó a otra que te había causado muchas pesadillas "Asesina". Sacudiste tu cabeza, escuchaste que los Dorados te llamaron, decidiste ignorarlo y correr detrás de Poseidón. No ibas a dejar que les pasara nada a ellos. Esta vez los protegerías; si era necesario, con tu propia vida.

-Ya me quede traumada con esa palabra- te reprochaste mentalmente -¡aun lado Poseidón!

Le avisaste, este detuvo su carrera y te observo, arrojaste tu cetro hacia arriba y este se ilumino, cuando cayó por efecto de la gravedad lo tomaste y apuntaste a tu enemigo. Una nueva transformación había tenido tu cetro; el mango que se encontraba en medio de este era liso, la curva que describía se encontraba llena de varios signos, su color era bellamente platinado. Pasaste la palma de tu mano derecha y pronto una flecha de energía se formó, acomodaste bien ese arco y apuntaste a tu oponente, Poseidón se quitó y te dejo atacar.

La flecha de energía dejo tras de sí un rastro de luz platinada, llevaba una gran velocidad y su punto final era alguna parte del rostro, pero lo que no esperabas era que tu enemigo elevara uno de sus tentáculos y que este mismo lo destruyera.

-¡Eso no es justo! ¡No pinches mames wey!- gritaste frustrada mientras tomabas fuertemente el arco con toda tu fuerza

-¡Golpe Cósmico!- escuchaste que grito en medio te tu frustración. Un fuerte rayo de energía salió de una de las palmas de su mano, pero sufrió la misma suerte que tu ataque.

Escucharon un poderoso grito gutural y miles de rayos comenzaron a caer en todas las direcciones, te dedicaste a ver dónde era que te impactaban, de pronto sentiste que alguien te había arrojado al suelo y había caído encima de ti, abriste los ojos y viste que Poseidón se encontraba protegiéndote en ese momento. Se puso de pie y te dio la mano para que imitaras su acción, pero esas descargas eléctricas continuaban y no podían dar un paso.

-¡Muro Cósmico!- invocaste tu mejor técnica defensiva y soporto casi toda esa descarga pero al final termino por romperse en miles de pedazos. Ambos salieron disparados de ahí.

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Poseidón se había impactado en contra de uno de los muros que había ese sitio, miro alrededor y pronto encontró a la chica en el suelo, un poco alejada de él. Se le veía que se encontraba sangrante de la frente o algo así; tal vez se había golpeado con una de las piedras. Le llamo, pero no respondía, se había desmayado, pronto sintió algo caliente que corría en su rostro y bloqueaba la visión de uno de sus ojos, el líquido viscoso le provocaba un ardor intenso el cual lo obligo a mantenerlo cerrarlo y lo último que escucho fue las voces de los guardianes de ambos que se acercaban a donde estaban ellos y cómo fue que aquel monstruo que había aparecido se alejaba de ahí.

Bueno, hasta ahí les dejo el cap. Ya me di cuenta de que solo tengo 3 capítulos de reserva, ya me tengo que poner a escribir para que no se me vayan a juntar y para que quieren… no quiero hacer una historia tan larga como la última que casi duro como 10,000 años. Cuídense mucho y no bajen la guardia.

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