Alianza con humanos
Disculpen la demora, no se de verdad que mas decirles, pues es algo vergonzoso para mi el haber tardado demasiado subir la Conti, también se que no es muy largo como acostumbro a realizarlos, pero espero que sea de su agrado.
1
"Que los dioses de antaño escuchen mi llamado, que acudan ahora a tomar los cuerpos que por derecho les han pertenecido desde que la tierra ha existido, viertan hasta la última gota de su gran poder.
Que el rugido del mar se escuche, que los volcanes despierten, que la tierra tiemble, que el viento arrase todo lo que esta a su alrededor, que despierten bañados por su gracia, ahora… beban… beban y dejen que ese poder recorra cada parte de su ser, déjense tomar por aquellas almas que añoran ser uno con ustedes"
Los jóvenes se encontraban en el suelo, soportando los gritos de dolor que querían salir de sus labios, cientos de rayos rodeaban sus cuerpos, Ares se encontraba rodando de un lado a otro en el suelo, el único que estaba gritando, el ser el mas joven de los dioses reencarnados le daba el derecho de poder expresar sus sentimientos de dolor.
El resto de los otros estaban acostumbrados al dolor, soportar ese debía de ser sencillo para ellos, sin embargo era mas por orgullo que por su tolerancia al dolor, en el suelo se encontraban (algunas rotas) las botellas que había llevado Apolo, habían bebido el liquido que se encontraba dentro de ellas por orden de Perséfone.
"Alzaos y proclamarse como los dioses que son, los dioses que en este momento se necesitan, los dioses que se encargaran de terminar con la vida de los Titanes, los que solo saben destruir y esclavizar"
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-En este momento las tropas armadas de Israel y de Irak están haciendo formación, en espera de las extrañas criaturas que están frente a ellos, sin hacer absolutamente nada
-¿Qué más puedes ver Berenice? ¿Qué más puedes informar a nuestro público televidente?
-Hasta ahora nada, todo está en silencio en esta ciudad que está ya devastada, poco a poco las tropas de ambos países han estado cercando la ciudad, pero de un momento a otro las criaturas dejaron de moverse- comentaba la reportera mientras corría detrás de unos soldados -no sabemos que son exactamente, mucho se habla que es de la legendaria Quimera, de la cual se hablaba en antiguos mitos y….
La reportera tuvo que guardar silencio, pues en ese momento las criaturas despertaron liberando con ellos unos poderosos y sonoros rugidos, los cuales hicieron que la mayoría de los soldados que estaban ahí tuvieran que colocar sus manos encima de sus oídos, el ruido de los disparos de las armas de fuego comenzaron a sonar en todo el sitio, la reportera a base de gritos tuvo que salir del aire para poder buscar un lugar donde resguardarse del fuego cruzado, la transmisión continuaba y de pronto la transmisión se cortó en el momento en que unas criaturas atravesaron la muralla que habían levantado los soldados.
-Hasta este momento, es lo que nuestra corresponsal de guerra ha enviado a nosotros, estaremos en contacto con ella, esperando a que este bien y que haya podido escapar- comento algo temeroso al pensar que tal vez la joven reportera podría haber perdido la vida -en otras noticias, el actual presidente de Estados Unidos, ha dicho que la ONU se está tardando en desplegar las tropas y que su ejército será quienes acabaran con esa amenaza, salida desde China- comento -no sabemos de dónde ha sacado esa información, pero le puedo decir señor presidente que no, estas cosas no son de China, adelante con la información.
Shion camino hacia la ventana de su despecho, observando como cada una de las tropas que se encontraba en el Santuario salía en la misión que se les había dado, muchos pueblos, muchas ciudades, muchos países estaban comenzando a ser atacados por las tropas que los Titanes habían liberado, ya no había duda alguna; tenían que acabar con ellos para poder asegurar la vida de los humanas que aún quedaban, se hablaba mucho de las personas que estaban muriendo en este ataque que no tenía procedencia, los líderes mundiales no tenían idea de que hacer en ese momento, una alianza era lo que estaban formando pero de nada valía, las armas que ellos tenían no funcionaban con la gruesa piel de aquellas criaturas.
Shion cerro los ojos al recordar como una flota entera que había enviado Japón en conjunto con China habían sido desaparecidas en un abrir y cerrar de ojos, pues algo en el mar las había destruido, un monstruo tenía el tamaño de una montaña, un monstruo que apareció de la nada y desapareció en las profundidades del inmenso mar.
-Sumo Sacerdote- escucho que le llamaron -las tropas están siendo desplegadas y han sido enviadas a los lugares que han sido designados
-¿Algo más que reportar señorita Pandora?
-Nada- susurro
-Estuve pensando en lo que me comento hace unos días- dijo y llamo la atención de la joven -creo que deberías de hablarlo mejor con Hades. Yo no tengo la autoridad de poder decidir sobre la suerte de los dioses Gemelos, solo Hades sabrá si llegado el momento deberá de liberarlo o no
-Sabe tan bien como yo, que mi señor Hades jamás lo liberara- comento seguro -pensé que, si usted lo sugería, sería más sencillo de que el accediera a liberarlo
-Ya te dije, coméntaselo a él. Eran parte de su ejercito
-Con su permiso- dijo para salir de ahí
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-¡Fíjate a donde apuntas!- reclamo Ardena mientras se colocaba a lado de Aioros
-¡No es mi culpa que no tengas buenos reflejos!- le respondió molesto mientras observaba a su compañera de arriba hacia abajo buscando que no tuviera alguna clase de herida
Pero solo basto esa pequeña distracción para que ambos recibieran un golpe por parte de su enemigo, frente a ellos se encontraba alguna especie de guerreros o de monstruos muy extraños, estas criaturas eran de roca solida con cuatro brazos, en cada una de sus manos poseían armas, detrás de su espalda había una segunda cabeza, poseían una gran velocidad, pronto estuvieron frente a los dos guerreros, pero antes de que pudiera terminar con su ataque, quedaron congelado, ambos salieron de ahí y se colocaron a lado de su compañero
-¿No pudiste hacer eso antes?- le reclamo Ardena molesta mientras secaba su frente con el dorso de su mano
-Estaba ocupado- respondió
-Solo te la has pasado corriendo Issac- le recrimino de nuevo
-¿Cómo está el poblado?- pregunto Aioros mientras acababa con su enemigo con ayuda de una de sus flechas, este se hizo añicos
-Todos a salvo
-Entonces ya no hay porque contenerse- susurro la joven y en su rostro apareció una sonrisa macabra
-¿Qué es lo que vas a hacer?- pregunto en susurro la Marina, pero solo observo como la joven camino hacia el pueblo
Ardena observo como las criaturas se comenzaban a dirigir a donde se encontraba ella, los soldados del Palacio Marino y del Santuario pasaban corriendo a su lado, ella trono sus dedos con sus manos y espero a que estuvieran lo suficientemente cerca para poder atacarlos.
-¿No necesita ayuda?- pregunto un soldado armado hasta los dientes
-Ninguna- respondió Issac mientras observaba a la joven
-No es una mujer débil, no la tomen de esa manera- dijo Aioros -¿ha sacado a todos sus hombres?
-Todos y cada uno de ellos señor- le respondió -se encuentran con las personas que vivían en ese pueblo, ya se están dirigiendo al punto de refugio
-Me parece bien
Los hombres callaron y solo se dedicaron a observar a la chica, sus manos comenzaron a iluminarse al igual que la tierra, pronto unas enredaderas brotaron de la nada y comenzaron a detener a todas esas criaturas, habían quedado suspendidas en el aire, Issak se acercó un poco a donde ella se encontraba y los congelo de un solo golpe, desde atrás Aioros ataco con sus flechas para poder destruir de una sola vez a sus oponentes.
-¿Pero que clase de hombres son estas personas?- susurro sorprendió el soldado
-Guardines de dioses reencarnados- le respondió uno de los soldados rasos de Athena -personas que fueron entrenados para enfrentarse a los dioses que quieran apoderarse de la tierra
-No son humanos normales- continúo susurrando
-Pero han salvado hasta ahora tu vida, deberías de estar agradecido- después de eso el soldado se acercó a Aioros
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-¡Atrás!- ordeno Saga mientras se adelantaba para poder liberar su Explosión de Galaxias, una gran explosión se dejo escuchar y observar mientras varios soldados salían disparados debido a la onda explosiva
El pequeño poblado de China se encontraba siendo atacado por una clase extraña de monstruos que Saga jamás había visto, pero eso no basto para poder acabar con ellas, aquella extraña criatura con cuerpo de águila y un rostro realmente aterrados se lanzo en contra del Caballero de Géminis, lo alzo de los hombros y lo elevo hacia el cielo para después dejarlo caer al suelo, antes de que pudiera estrellarse una ráfaga de viento logro detenerlo
-Gracias- le susurro mientras se ponía de pie
-No se que diablos sean esas cosas, pero serán un gran problema deshacernos de ellos- comento Haakon -no le estamos haciendo nada
-¡¿Qué demonios creen que están haciendo?!- les comento muy molesto un soldado que se dirigía hacia ellos -¡Están arriesgando la misión!
-Salvamos sus vidas- respondió molesto el guardián de Ares mientras se encaraba a esa persona -por si no se había dado cuenta, sus armas no están haciendo daño alguno a esas cosas
-Ustedes tampoco están haciendo nada- contraataco
Pronto un duelo de miradas entre Haakon y el General se estaba llevando a cabo, a pesar de que el general se encontraba temblando de miedo, no se iba a doblegar ante un par de seres anormales (como se refería a esos dos), estaba acostumbrado a que le hicieran caso y ellos no se iban a rebelar a sus órdenes.
Cuando estuvo a punto de ordenar que se retiraran una de esas criaturas salió del suelo y comenzó a elevar sosteniéndolo de una de sus piernas, de inmediato tomo su arma como pudo y comenzó a disiparle a esa criatura, pero las balas no le hacían el más mínimo daño.
De pronto el ave se detuvo a medio vuelo para comenzar a graznar de una manera horrible, el General fue liberado y caía a una velocidad increíble, este solo gritaba esperando su final, un haz de luz se dejo ver y de pronto se dio cuenta de que se encontraba en el suelo, una mujer de armadura carmín se encontraba frente a ellos observando como un hombre comenzaba a tocar de manera melodiosa un arpa egipcia.
Haakon no perdió el tiempo y frente a el se comenzó a arremolinar el viento, apunto a esa criatura y esta fue atravesada por algo invisible, Saga no perdió el tiempo y ahora, sin oportunidad de que el ataque fuera esquivado libero una vez mas su Explosión de Galaxias, Thetis elevo un muro de fino coral rosáceo evitando que la onda volviera a alejar a los soldados humanos.
-Debiste hacer eso desde el principio- susurro algo molesto Saga a su compañero
-No sabia si funcionaria- contesto Pharoh
-No discutan- ordeno Thetis mientras caminaba hacia ellos y dirigía su mirara al cielo, se podía observar algo que se acercaba a ellos -apenas estamos comenzando
-Lleve a sus hombres a otro sitio- ordeno el espectro de Hades -solo nos van a estorbar
-Jamás- dijo aquel General orgullo -nosotros estamos aquí para defender este poblado
-Nosotros nos haremos cargo de las criaturas de tierra- dijo Thetis al observar que se acercaban soldados de cuatro brazos corriendo a donde ahora estaban -ustedes encárguense de los pajarracos esos
-¿Estarás bien?- pregunto Haakon a la sirena de Poseidón
-Soy mas fuerte de lo que creen- dijo
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2
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-¡Todos al refugio!- ordeno Shun mientras trataba de detener con la ayuda de su cadena el paso de tres enormes toros con enormes hachas en sus manos
-¡Aguanta un poco más!- le pidió Jabu mientras trataba de seguir sacando mas personas del pueblo de Rodorio
-¡No creo poder!- comento al detener un ataque mas de esa enorme hacha
-¡Yo te ayudo!- se unió Hyoga mientras evocaba un muro de hielo
Las personas continuaban corriendo siendo dirigidos por todo el ejército de soldados de Athena, la muralla que ambos caballeros de Bronce no soporto mucho y quedo destruida, ambos jóvenes salieron disparados estrellándose en contra de la fuente del sitio.
Las criaturas se adentraron mas fácilmente, los gritos de la gente no se hicieron esperar y comenzaron a correr de manera desesperada, los soldados ya no pudieron detenerlos.
-¡Atrás!- ordeno uno de los Marinas de Poseidón colocándose frente a sus enemigos -ustedes saquen a esas personas de aquí, yo me enfrentare a ellos
-Nos quedaremos a ayudarte- dijo el Cisne
-No- respondió de inmediato -Yo, Krishna de Chrysaor detendré esta amenaza
-¡No digas tonterías!- respondió molesto -¡Nosotros debemos quedarnos aquí a ayudar! ¡Es nuestra obligación!
-Servirán mejor a la princesa Athena con vida que muertos- dijo mientras tomaba asiento en el suelo y comenzaba a elevar su Cosmos -el escapar no siempre es de cobardes, váyanse de aquí, regresen otro día después para pelear en nombre de su diosa
-Vamos Hyoga- le llamo Shun -debemos sacar a las personas de aquí
-Yo luchare junto a él- se unió Milo a la batalla -ustedes encárguense de lo demás
-Como diga- respondió Andrómeda y ambos caballeros de Bronce salieron de ahí
Milo observo a sus enemigos que se encontraban en ese sitio, golpeando fuertemente un ultimo muro de hielo que pudo evocar Hyoga después de que fueron expulsados por un golpe de ellos. Krishna ya se encontraba levitando sentado en flor de loto, Milo sonrió recordando que hace unos años atrás había estado pelando en su contra.
-Ahora tenemos que pelear codo a codo- susurro para sí mismo
-Lo sé- respondió con los ojos cerrados -ese es el misterio del destino, ayer éramos enemigos y ahora somos aliados
-Vaya, no esperaba que escucharas eso- dijo mientras encendía su Cosmos -ahora, vamos a acabar con esas vacas
-Minotauros- respondió, Milo sonrió al ser corregido por su aliado
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-¡Corre!- le ordeno una voz masculina, la joven se encontraba asustada, no sabía que más hacer
-¡No te voy a dejar aquí!- dijo mientras observaba como unos enemigos se encontraban a unos pasos de donde se encontraba aquel joven
-¡Hestia, hazme caso por una vez en tu vida!- le dijo mientras con un grueso tronco comenzó a golpear a una enorme araña con cuerpo de mujer
La joven comenzó a correr por entre un bosque, no sabia a donde dirigirse; pero no podía parar, tenia que salvar su vida y la del bebé que llevaba dentro de ella, en su mente comenzó a rezar por la vida de su amado, sabia que algo estaba por suceder pero jamás pensó que la guerra que iba a estallar iba a afectar el sitio en el que se encontraba viviendo.
De pronto tuvo que frenar y cayo al suelo, frente a ella se encontraba aquella criatura, Hestia se encontraba temblando de miedo y sus ojos se llenaron de lagrimas en el momento en que observo que en una de las manos de la mujer esa se encontraba la cabeza de su amado.
De pronto sintió como algo se había adherido a su pierna, miro y se dio cuenta de que era una especie de liquido blanco, otro disparo más y la otra pierna quedo atrapada con esa telaraña, un disparo mas y la telaraña quedo en medio de su cuerpo, ella se encontraba temblando de miedo, en el rostro de aquella criatura se dibujó una macabra sonrisa.
-Aléjate- susurro la mujer -aléjate de mi
En un momento, en cuestión de segundos sintió algo arder dentro de ella, esa sensación que no sentía desde hacia mucho tiempo, ese fuego comenzó a extenderse hasta el último de sus cabellos, un aro de energía roja como el fuego la comenzó a rodear y de pronto una gran explosión de luz se dejo observar en ese sitio
-Aracne- le llamo, la criatura la observaba desde la copa de un gran árbol, había saltado en el momento en que sintió el aumento de energía de ella -me has quitado lo que mas he amado, me las vas a pagar con tu propia vida
Hestia apunto con la palma de una de sus manos y de este emergió un poderoso rayo de fuego que quemo los arboles que estaban cerca de ahí, la criatura salto a otro sitio, comenzó a decir algo en un idioma antiguo, una lengua ajena y extraña para la diosa.
-¡Calla!- le ordeno, se concentro y su cuerpo se comenzó a rodear de fuego, libero un grito y con esto aquella energía que la cubría
La criatura comenzó a saltar por todos los lados, arrojaba de vez en cuando un disparo de aquella pegajosa tela, pero lo que no esperaba era que apenas tocara el cuerpo de la joven desaparecían, las llamas que rodeaban su cuerpo no dejaron que volviera a ser capturada.
Hestia se dejo envolver por aquel cálido poder que nunca la abandono, su velocidad comenzó a aumentar, esta se colocó detrás de aquella criatura y estrello en aquella enorme cola una bola de fuego, la criatura dejo liberar un grito de dolo, Hestia se valió una vez mas de su velocidad y se coloco frente a ella, su mano se quedo frente a su rostro y un poderoso rayo de fuego envolvió a su oponente.
Hestia encendió una vez más su Cosmo elevándolo lo mas que pudo, el suelo comenzó a humear y de debajo de la tierra emergió una enorme barrera de fuego que atrapo a aquella criatura, los gritos continuaron hasta que acabaron con su vida.
Cuando la diosa de la familia estuvo segura de que había terminado con la vida de ese monstruo se dejo abandonar, pronto cayo desmayada golpeándose fuertemente en la cabeza perdiendo por completo el conocimiento. Frente a ella solo se escuchaba el crujir de ese cuerpo que se encontraba envuelto en llamas.
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Krishna y Milo se encontraban respirando agitadamente, los minotauros resultaron ser mas poderosos de lo que aparentaban además de numerosos. No veían el final de la batalla, Rodorio se encontraba totalmente destruido, de aquel pintoresco pueblito solo quedaban escombros.
Uno de esos minotauros arrojo una de sus hachas y el muro de Crisaor lo detuvo pero una segunda hacha lo destruyo estrellándose en el suelo, este levanto una gran muralla de humo lanzando unos metros hacia atrás a ambos guerreros, uno de los minotauros se acerco a ellos y alzo su hacha para acabar con la vida de aquellos dos guerreros.
El arma del Minotauro quedo suspendida, había chocado con algo, Milo miro a todos lados esperando encontrarse con Mü o con el mismo Shion, pues una barrera como esa solo seria producto de ellos. Una fuerte onda empujo a aquel enemigo que se estrelló en contra de sus aliados.
Frente a ellos se encontraba unos cabellos azules, una mirada lila… dos personas que destilaban un enorme poder, a pesar de solo estar de pie frente a ellos. La hora del contra ataque había llegado, en manos de aquella deidad que se dedicaba a proteger ese pueblo, el sitio al que llamaba hogar.
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