PROLOGO
LA DESPEDIDA...
Las palabras no serían suficientes para describir lo que sentía en ese preciso momento.
Todos luchan para sobrevivir, ella también lo hacía, pero no es por su vida, si no, por la de su única hija, Sarada Uchiha.
Los dos Shinobis más poderosos, se enfrentaban al enemigo. El séptimo Hokage junto al último de los Uchiha, trabajan juntos para derrotar al Ōtsutsuki.
La pelirrosa por muy loco que suene, no se preocupaba por su marido, ella sabía que él era lo suficientemente fuerte, para hacerle frente a los invasores. Lo qué siempre fue le preocupaba, al final, era su única y preciada hija, quien desafortunadamente se encontraba en medio del peligroso enfrentamiento.
Momoshiki preparaba una técnica sumamente poderosa, mientras se elevaba por los aires con superioridad. Supo de inmediato que las cosas saldrían de control, si no actuaba rápido, tal vez su único amigo se vea perjudicado.
Sakura dejando de lado a su inconsciente amiga, corre con suma velocidad hasta quedar enfrente de los dos rubios Uzumaki, y los dos Azabaches. Actuó imprudentemente lo sabía, pero no quiso retroceder.
―Sakura...―murmuro confundido el Uchiha mirando a su esposa.
―Déjenmelo a mi...―No era una petición, era una orden.
Los minutos comenzaban a aparentar ser horas, la ex Haruno miraba sobre su hombro a su querida Hija.
Un sonoro suspiro se escapó de sus labios, al sentir como la ansiedad hacia efecto en su persona, volvió a fijar su vista al enemigo.
Era ahora o nunca...
―Jamás... me han gustado las despedidas. ―murmuro Sakura en un tono melancólico, Sarada mira expectante a su progenitora.
―Pero me temo... qué si no lo hago ahora, no tendré otra oportunidad en hacerlo.―Admitió volteando su cuerpo para mirar desde arriba a su hija quien estaba arrodillada en el suelo debido a sus heridas, la niña se desconcertó ante lo dicho por su madre. ¿Qué trata de decir?
―Sarada... tal vez no fui la mejor de las madres, pero fui muy feliz a tu lado, de haberte tenido en mi vida fue lo más maravilloso, no sabes cuanta alegría tengo de ser parte de esta nueva era donde crecías a salvo...―se acerca acunando una de sus manos en la mejilla de la menor, comenzando a sanar-la, eliminando cada rastro de heridas e raspones.
―Eres el obsequio más hermoso, lo que más amo con todo mi ser... Me siento orgullosa de siempre decir que eres mi hija. ―Argumento, levantándose para luego caminar hacia atrás alejándose de la Uchiha, manteniendo la conexión visual.
―Tienes un gran futuro por delante, querida Sarada*sonrió*. Sé que eres fuerte y podrás enfrentarte por si sola ante todas las adversidades de la vida. ―comento haciendo gestos rápidos finamente dándole la espalda a los demás, los sellos que realizaba no eran conocidos por los ninjas presentes, posiblemente se trataba de una creación de la pelirrosa. La ex-Haruno mantuvo un semblante de pura serenidad.
―No entiendo... ¡Que cosas dices!― exclamó la pequeña Uchiha agobiada con la situación.
―Quería verte crecer más... ― Su voz sonaba quebradiza, como si quisiera aferrarse a la debilidad de su carne, y dejarse llevar por su cobardía, solo por esa vez―. Pero...― ¿Por qué debería hacer algo tan arriesgado?, confiaba en el poder de sus amigos, pero, ella quería hacerlo...
No, algo le decía que debía hacerlo.
―Para mí infortunio, mi recorrido llega hasta aquí.―hablo Sakura con moderación expresando calma.
Volteando por última vez para apreciar a las personas que más amaba, para grabarlos en sus retinas y nunca olvidarlos. De sus ojos gruesas lágrimas desbordaban deslizándose sin piedad sobre sus mejillas. Es qué, ese era el destino que buscaba.
El mundo Shinobi, nunca sería un lugar seguro, la paz no durara por tanto tiempo. Y quería asegurarse que las dos caras de konoha los pilares de la aldea y la generación de ésta, sigan con vida.
Finalizó los gestos, haciendo el sello del tigre, una densa cantidad de chakra cubrió su cuerpo, formando un tipo de esfera de energía el cual expulsaba chispas eléctricas...
― ¡Oka-san!―exclamo perpleja Sarada, sin saber qué hacer.
―Sarada... ¿Sabes cuánto te amo, verdad?.. ―la voz de la ex-Haruno resonó en el estadio.
―Recuerdas, cuando te dije que tu padre y yo, te protegeríamos a costas de nuestras propias vidas... Pues, esto es la prueba qué somos capaces de todo, con tal de tenerte a salvo. ―dijo Sakura.
¿Por qué su voz sonaba cada vez más tranquila?, como si, el solo hecho de realizar aquel sacrificio, podría partir en paz al más allá, sin temor y remordimientos.
La esfera desapareció en una honda, dejando a la vista a una hermosa mujer. Con la apariencia de un ángel, su corto cabello se elevaba sobre su cabeza como flamas rosas, las líneas negras se esparcieron por todo su cuerpo. Así también, dos grandes y hermosas alas se extienden mostrando la elegancia de sus plumas, sus ojos de color jade desaparecieron en un blanco intenso, su expresión era serena, como si, no tuviese pensando en el sentimiento de pérdida, ni de alegría.
Ella caminaba al frente, mirando al adversario, quién mostraba su asombro ante el poder de la mujer.
Todos estaban mirando con sorpresa a la pelirrosa, nunca pensaron que Sakura podría poseer tal forma y poder. Y simplemente era irónico...
Enserio, ¿siquiera está preparada para morir protegiéndolos?
― ¡Sakura-chan, no lo hagas!―bramo el Séptimo Hokage preocupado por su amiga. ¡¿Estaba loca?!
Esa forma Naruto reconoció de inmediato, la Haruno le notifico en unos documentos, que estudio la manera en que los pueda ayudar en batalla, sin preocuparse de resultar ser una carga, si la situación se presentaba. Era una fase evolutiva del byakugo no in, aunque estuviese en desarrollo presentaba una gran capacidad destructiva, además de que la sanación del usuario se volvió semejante a estar cubierto con el manto del kyubi, pero tenía un problema; era peligroso para el usuario.
Sakura estaba decidida en autodestruirse a sí misma, para poner en primer lugar la seguridad de todos en la villa, y la de su hija.
Una admirable Guerrera sacrificándose por el bien de su gente, una heroína de guerra, volviendo a resurgir de las cenizas esa es; Sakura Haruno.
― No te preocupes tanto Naruto... Solo les daré tiempo a ustedes dos, para derrotar a éste bastardo... ― Respondió al rubio mayor de manera tranquila.
― "Mentira..."―pensó con el ceño fruncido en tristeza.
Luego de decir aquello, con grandeza y majestuosidad se eleva, hasta llegar en el cielo, lanzándose al ataque directamente.
Nadie podía descartar la elegancia de su aletear, era como una diosa caída viniendo a salvar el día...
Los aldeanos quienes escapaban del estadio, paraban su andar para presenciar a la pelirrosa volando por los cielos.
¿Era su imaginación? Algunos perdían las fuerzas de sus piernas cayendo sobre sus rodillas, mirando con asombro a la doctora Uchiha, otros se les escapaban las lágrimas por la emoción por la luz de esperanza que había, mientras también rezaban por el bien de la pelirrosa, aunque varios eran más conscientes de la realidad en qué vivían.
― Por favor Sakura-sama,.. ¡Ya has hecho bastante por todos nosotros! ―grito una mujer quien traía en brazos a su hijo, abrazándolo cubriendo su rostro sobre el hombro de su pequeño hijo para ocultar sus lágrimas.
―Madre... la Doctora Sakura es increíble―susurro mirando con fascinación a su ejemplo a seguir.
(...)
El Ōtsutsuki no perdió tiempo lanzó la gigantesca esfera de poder hacía la pelirrosa, esta se detuvo en medio del aire he hizo una unión entre sus manos, entrelazando sus dedos como si estuviera orando, recitaba algunas palabras inaudibles, una enorme barrera escarlata se formó sobre sus cabezas, cubriendo como un manto a la gigante esfera. Sakura dio un grito de esfuerzo para dar el arranque de mantener la barrara.
Una segadora luz junto a una fuerte ventisca, dieron acto de presencia. Todos con asombro observan el espectáculo creado por la mujer, jamás tuvieron en mente que la ex-Haruno tuviera el poder, para ponerse a la par de un enemigo tan poderoso.
Entre la segadora luz una silueta femenina se acercaba a pasos tambaleantes a los principales expectantes del corto enfrentamiento.
La señora Uchiha, aun manteniendo aquella transformación angelical, se desmorona ante su excesivo agotamiento, no lo diría a nadie, absorber aquella bola le daba pocos minutos de disfrutar y despedirse adecuadamente. El byakugo no in, atrasaba el procedimiento de la destrucción de sus células, pero no aguantaría por tanto tiempo.
― ¡Sakura! ―Exclamo Sasuke saliendo de su ensoñación, sostuvo a tiempo a su esposa con su único brazo, para luego dejarla con cuidado en el suelo.
―Idiota... No era necesario que hagas eso. ―regaño apretando su mandíbula aguantando su sollozo, como también las lágrimas que amenazaban salir. Él también conocía esa, si podía llamarlo "transformación", y siempre rogo a la pelirrosa que no lo usara por ninguna razón.
(...)
― ¡¿Eso era todo?!―exclamo desde lo alto― ¡Ja!, que desperdició... ―murmuro molestó el Ōtsutsuki. Ganándose una mirada de ira pura, por parte del Uzumaki mayor, quien fue capaz de escucharlo.
―Hmn... Sabes qué lo haría una y otra vez, si fuese necesario.―murmuro con una sonrisa débil, voltea su rostro para mirar a su hija, sus blanquecinos ojos volvieron a su estado normal hace ya un tiempo, mostrando aquel verde jade llenos de cariño.
―Acércate, Sarada...―pidió Sakura, mientras hacia un pequeño ademán con su mano, la aludida obedece el mandato de su madre.
―Esto lastimosamente... es un adiós definitivo, pequeña... ―Le costaba decir aquello sin derramar una lágrima, lentamente toma las manos de su hija, apretando con fuerza su agarré, era perceptible que la Haruno temblaba de dolor, dejando devastados a los dos hombres―. Esto te ayudará en mi ausencia... cuídalo mucho, es algo que he cuidado con mucho recelo para poder entregártelo algún día, pero resulta que es hoy*ríe apenada*. Sarada... ― ¿Por qué era tan complicado dejarla ir?
Por un lado, su corazón gritaba para que se aferrara a la vida, pero por el otro lado, su razonamiento le decía que no había forma para remediarlo.
―Sé que te convertirás en una gran Hokage, siempre tendrás mi apoyó... aún que no esté aquí, para presenciar ese momento. Desde, donde sea que termine, siempre pediré por tu bien, t-te ayudare...―mascullo con una voz quebradiza como si le angustia algo, tenía miedo de dejar a su querida hija.
El enemigo ahora mismo es lo de menos que le importaba, sólo quería partir sin sentirse angustiada y culpable por aquella decisión que tomo, porque, fue lo más estúpido que hizo.
No podía arrepentirse ahora qué, ya no tiene solución...
Se armó algo de valor y miro al hijo de su mejor amigo, quería transmitir sus palabras a como de lugar.
―Boruto, confió en ti la seguridad de Sarada... Y no hay dudas que serás un gran Shinobi, pero por favor, no seas tan duro con el tonto de Naruto... él se esfuerza por todos en la Villa, como el pilar principal... Y hoy, yo me sacrifico para prevenir cosas peores...―hizo una mueca de dolor.
El niño se mostró afectado por las palabras, empezando a mostrar un semblante entristecido, sus ojos azules se cristalizaron no queriendo aceptar la realidad.
―Pase, lo que pase... jamás, te alejes de t-tus amigos y familia...―Su tono de voz se escucha algo somnolienta. Sus parpados se sentían pesados, pero, no se atrevía a cerrarlos.
―Tía Sakura... ¡Lo Haré! ¡Es una promesa!― más que una tía la veía como una segunda madre, sus zafiros ojos desbordaban lágrimas sin consuelo.
Una pequeña sonrisa surco en sus labios rosados. Y con la poca fuerza que le quedaba se pone de pie. Sasuke viendo la acción de su esposa, se acerca rápidamente a ella. Con el corazón en manos, le pregunta.
― ¿Que harás ahora?―susurro el ex-vengador. La oji-Jade entendió aquella mirada angustiosa del hombre, pero no podía retractarse, así que respondió.
―Con el último suspiro de mi vida...―hizo una pausa, apretando sus puños, ¿porque era difícil aceptar esto? Sus músculos se sentían tensos, su carne sufría las consecuencias de absorber la técnica de Momoshiki, sin haber tenido un control sobre ésta, pero su dolor carnal no se comparaba a la agonía que sentía su Alma.
No quería dejar atrás todo las cosas en que batalló para conseguir, el amor, una familia, La paz entre las naciones ninjas, su posición, su felicidad.
No quería dejarlos, pero mucho menos quería presenciar la partida de sus seres queridos, si ni podía aguantar la angustia de verlos heridos o enfermos, no sería capaz vivir si los llegaba a perder.
Estaba dividida en dos...
―Los enviaré a una dimensión segura, donde puedan pelear libremente...―murmuro casi inaudible, y se alejó del hombre que amaba con sutileza, el corazón del Shinobi frente a ella se estrujo, jurando que aquellas cicatrices del pasado volvieron a abrirse. ―Cuida de Sarada, cariño...―
El cuerpo de la pelirrosa se iluminó, dividiéndose en múltiples destellos, lo último que los ahí presentes pudieron presenciar, fue la dulce sonrisa dibujada en los labios de la mujer, desapareciendo en aquellas motas de luz celestial.
Quedaron mudos, con la mirada pérdida, en esas lucecitas, que se mantenían quietas en un lugar, parecieran ser las constelaciones en un cielo nocturno.
Pero aquella hermosa escena llenas de emociones, fue abruptamente interrumpida por la violencia en que las esferas de luz qué se contraían en un punto en específico, haciendo que el Ōtsutsuki sea arrastrado al vórtice dimensional que se formó.
Tendrían su tiempo para llorar, eran Shinobis y en sus manos quedaba la responsabilidad de proteger la aldea...
Sasuke y Naruto se prepararon para saltar al vórtice, tragándose la tristeza y dispersando las preguntas rondando por su mente.
Sarada aún se mantenía en estado de shock, pasa su mirada a su mano donde se encontraba el objeto, el cual reconoció al instante...
En un mar de lágrimas saladas deslizándose por sus mejillas, se coloca el colgante con el dije en forma de un lirio blanco, sus ojos estaban fuertemente cerrados, trataba de atajar sus sollozos apretando su mandíbula.
― Oka-san...―susurro afligida.
"No llores pequeña... siempre estaré aquí para ti."
No podría decir en aquel momento, si lo que su madre le prometió, fue verdad o mentira, por qué, no sabía con certeza lo que el destinos les prepara más adelante, son como varias anécdotas, sin justificación.
Sintió su corazón doler, dio un grito frustrado y desconsolador que parecía ser capaz de dejarla sin voz, boruto se inquietó desde su lugar, jamás espero poder ver aquella faceta en Sarada, pero pronto compartió su sentir, con ligeras lagrimas deslizándose por su mejilla.
Sus ojos se abrieron de golpe, dejando a relucir el brillo carmesí de sus ojos, estos giraban alrededor de su pupila, mientras se formaban dos tomoes extras. El Sharingan de tres astas.
Adelantándose al Séptimo y a su padre, está se adentra al vórtice, con una sed voraz de sangre.
Después que todos hayan atravesado el portal. Este se cerraba, mientras que las motas de luz desaparecían por los aires...
El cielo volvió a ser celeste y despejado, sin nubes. La aldea quedó en silencio, nadie se animó a romperlo.
Sabían perfectamente que habían perdido a alguien, importante.
Continuará...
¡HOLA!
❤
Bueno, algunos quienes me siguen sabrán que este es mi segundo crossovers de [Shingeki no kyojin x Naruto] pero la diferencia es que en este, Sakura muere... Ha!, ok mal chiste..
También creo que esto será harem porque aún no he decidido una pareja sólida para nuestra Sakura-chan.(comenten quien pueda ser para tenerlo en cuenta.)
Espero que les haya gustado, y si es así dejen sus votos y comentarios.
#_ ✓
↪EDICION COMPLETA✍️(◔◡◔)
_2585.❣️
¡HASTA LA PROXIMA!
❤
Atta:@FANNY034.
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