─ Capítulo 0016 王: La Despedida del Rey.

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Una semana había pasado ya, una semana que declaré mi amor, una semana desde que vivimos juntos, aunque hay veces en las que tiene que ir a supervisar que todo este en orden en el Reino Fantasma. Y yo seguir cumpliendo mi deber de cerrar aquellos accesos, incluso ahora era demasiado agotador, ya que ni Jihyun ni Sunghoon se encontraban en este momento, la energía se sentía extraña y había un sobrecargo de está en el ambiente, la corte estaba bastante alterada, también había caos en el Reino Fantasma, Han Sung se ausentaba casa vez más tiempo, yo deambulaba por las frías calles de Seúl, en busca de demonios, los cuales debía atrapar.

Es aquí donde surgen estos extraños y escasos momentos, donde empiezo a extrañar a esos dos, al igual que despertar y ver esos lindos ojos, que nunca creí que anhelaría de tal forma.

Sunghoon se había ido a aclarar ciertas cosas de quién era en realidad, así que tal vez no lo vea por un buen tiempo, sin embargo siempre me llama todas las noches para contarme cualquier cosa, además de una infinidad de fotos de absolutamente todo, incluso selfies para que no lo olvide, Jihyun fue a una expedición a las afueras, había estado sufriendo de malos sueños y fue enviada lejos, una mente inestable y agotada emocionalmente, sería un blanco muy fácil para los demonios.

Aún así todo era perfecto, es como si el tiempo se hubiera detenido y solo éramos el y yo, había regresado ayer, me reí cuando Jihyun dijo que parecíamos una pareja de ancianos que se sentaban junto a la ventana a tomar té, y recordar sus vidas.

─¿Y ahora de que te estás riendo? ─pregunto, sacándome de mis pensamientos.

─ Es sobre algo que me dijo Jihyun una vez, ¿Qué quieres hacer hoy, cariño? ─dije, acariciando su cabeza.

─ ¿Por qué siempre dices cosas tan vergonzosas? ─pregunto, tapando su rostro con sus manos─ tal vez podríamos preparar algo para la cena y ver una película y después podríamos tal vez hacer algo más.

─ ¿Algo más? ¿Acaso me estás insinuando algo? ─cuestione, haciéndolo avergonzar más.

─ ¡Por que siempre piensas eso! Yo no me refería a eso, bueno tampoco digo que está mal, pero no quiere que pienses que soy... ─lo interrumpí dándole un beso, su expresión era muy divertida─ pervertido...

Era bastante divertido hacerlo avergonzar, lo abrace fuerte, dándole besos en la cabeza, no quería hacer nada más en el día, solo tenerlo así en mis brazos.

─ Quisiera quedarme así para siempre ─murmuro suavemente. ─ no quiero perderte de nuevo.

─ No lo harás, seremos tu y yo por toda la eternidad ─respondí, de la misma forma ─ no hay nada, que yo no haría para protegerte, te amo demasiado.

─ yo también te amo demasiado Su Alteza, te esperé demasiado tiempo, que creí que no lo soportaría ─Susurro, mirándome fijamente ─ ahora nunca quiero separarme de ti.

─ tks, ¿Ahora quién está siendo cursi? ─me burlé de el, dándole mas besos en su rostro.

La puerta fue abierta, haciéndome sobresaltar, ¿Por qué parece que he sido atrapado haciendo algo indebido?

─ ¡Su Alteza! Lamentamos interrumpirlo en este momento, pero ocurrió una emergencia, no puedo explicarlo todo, pero necesita saberlo ─exclamo, exhausta Eunji ─ La corte viene personalmente a escoltarlo.

Me levante apresuradamente, me puse los zapatos como puede, pero al momento de abrir la puerta, un golpe detrás de mi cabeza, me hizo caer al duro y frío suelo.

Abrí los ojos lentamente, un dolor agudo en mi cabeza, me provocó que hiciera una mueca de dolor, me reincorpore lentamente, el lugar me resultaba conocido. Era el centro de la corte celestial, donde los altos mandos se sientan en su ornamentada y para nada cómoda silla, a observar a las desafortunadas almas que pagan su castigo.

─ Rey Demonio, veo que esta sorprendido ¿Acaso no recuerda a la Corte Celestial? ─hablo socarronamente ─ Veo que ha olvidado el verdadero propósito de tu existencia en el Reino de los Mortales, hemos recibido incontables quejas de su comportamiento impulsivo.

─ Veo que la Corte es diligente es cuanto se trata de mi, así que niego todos los cargos de los que se me acusa ─aseguré desafiante.

─ Rey Demonio, las quejas recibidas por la corte no son su mayor problema, involucrarse en asuntos humanos, ir al Reino Fantasma y relacionarse sentimentalmente con uno de los miembros de "Las 4 Infamias de Jade"  ─enlistó, cada una de las razones por las que seguramente había sido "traído" a este lugar ─ la situación sobre el Reino Fantasma, es que hemos recibido constantes ataques aleatorios en estos días, así que traeremos a los responsables de esto.

Justo detrás de mí, la puerta abierta se abrió, Jihyun, Sunghoon e incluso Han Sung ¿Qué demonios esta sucediendo? ¿Cómo podrían ellos ser los responsables?

─ Veo que la influencia del Rey Demonio, fue tanta, pero no toleraremos mas indisciplinas por parte de tus ustedes ─declaró firmemente.

No podía seguir pensando en nada ¿acaso Jihyun, no fue personalmente a avisarme de esto? siento que todos años que había compartido con ellos, se habían disuelto como nieve en verano, aún así no me puedo imaginarme a esos dos devastando este lugar, donde habían estado desde que nacieron, aunque no quería desconfiar de Han Sung, se que sigue siendo el General Fantasma, quien fue un dolor de cabeza para la corte, al cual era mi deber capturar.

─ Como castigo por su imprudencia y rebeldía, serán castigo con la espada de los mil tormentos y exiliados a Bijarim por los próximos 100 años ─manifestó fríamente. ─ Rey Demonio, ni la espada de los mil tormentos, podría ser suficiente para alguien de tu nivel, serás enviado directo al infierno, donde nunca podrás salir, ni aunque pasen mil años.

No hubo un juicio, pero ¿Qué puedo esperar de ellos?  la espada de los mil tormentos, hecha de fina plata, entra dolorosamente en tu cuerpo, pero se disuelve envolviendo como cadena tu corazón, el nombre "mil tormentos" viene que comienzas a revivir una y otra vez tus peores pesadillas, demonios que te acechan día y noche.

─ Hyung, perdóname ─murmuró Sunghoon delante de mi ─ no podría soportar que me odiaras, cien años no son nada comparado a lo que tu soportaras.

─ niño tonto, espero que no te olvides de este hyung, se fuerte no puedes morir tan fácilmente ─dije, sujetando sus manos ─ no llores, los niños bonitos no lloran ¿si?

Sonrió a penas, se lo mucho que ha estado guardando en su interior, no puedo verlo así, Jihyun se arrodilló frente a mi, brindándome tres reverencias.

─ Su Alteza, fallé, siempre traté de servir a la Corte como pude, pero sus crímenes no podría quedar impunes, espero que sepa perdonar a esta tonta y fiel servidora ─murmuró, mientras las lágrimas caían por su rostro.

─ Jihyun, siempre fuiste muy audaz e inquebrantable, quiero que pertenezcas así, ese es mi último deseo ─pedí, abrazándola fuertemente ─ nunca olvides eso.

Llegó el momento que mas me dolía, Han Sung, mi corazón ya se encontraba demasiado roto, solo hace un momento, compartíamos nuestro mejor momento, pero parece que al destino le pareció que se así.

Se lanzó a mi abrazándome, su cuerpo temblaba, no se que podía decir, ni que más hacer, mi infierno empezó cuando supe que no lo volvería a ver, no volvería ver a nadie, tantos años anhelando encontrarlo, tantos años combatiendo demonios, tantos años y siento que fue en vano.

─ ¡Traigan las espadas! creo que he visto suficiente, Rey Demonio lo invitó a quedarse y ver este escenario ─exclamó repentinamente, el era un demonio, vestido de ángel ─ ¿Algo más que decir?

─ Tomaré sus castigos, el de los tres, si quieres puedes mandarme al infierno también, no le temo a nada. ─anuncié firmemente.

─ Vaya esto si que es inesperado ¿Y que tendría que hacer con ellos? sus crímenes son igual de graves, General Fantasma ¿Qué debo hacer? ─cuestiono burlonamente.

─ Recibiré el castigo, Su Alteza no puede hacer eso, no puedo dejar que lo haga ─pidió, con lagrimas en sus ojos.

─ ¡Hyung! de ninguna manera, Jihyun y yo aceptamos el castigo también ─gritó Sunghoon, tomando la mano de Jihyun, esta asintió, pero no dijo nada más.

─ Puedes hacerles escribir todas las reglas celestiales, que te sirvan  o convertirlos en mortales, pero yo tomaré sus castigos, ¿Qué decides? ─sugerí seriamente mirándolo a los ojos.

─ Bien, los tres recibirán 50 latigazos por sus imprudencias y serán convertidos en mortales, vivirán con los recuerdos y el dolor que les hará desear estar muertos, en cuanto a ti Rey Demonio, recibirás las tres espadas de los mil tormentos, como hiciste un sacrificio permanecerás eternamente  en el Bijarim ─Dictaminó, finalmente, los otros que portaban las espadas, las apuntaron hacía mi, pero alguien los detuvo ─ ¡Esperen! mejor que cada uno de ellos lo hagan, es un castigo adicional para todos ustedes.

─ No puedo hacerlo, yo no puedo, simplemente hacer algo así ─se negó Han Sung, esto me destrozaba, pero no dejaré que esto pasé a manos de ellos.

─ Salvaste mi vida, morí porque así lo desee y no fue a manos de esos bastardos manipulados por la reina, es mi turno compensarte ─dije, para finalmente besarlo, tome la espada y la coloqué entre sus manos ─ te amo y nada cambiará eso.

─ Jihyun, no temas ni dudes, Sunghoon niño tonto, deja de llorar y solo empuña tu espada y hazlo ─mencioné, dispuesto a aceptarlo.

─ Yo, El Rey Demonio, Seo Hyuk quien fue designado a cerrar los accesos creados por demonios, que causan estragos en el reino humano, recibo frente a la honorable Corte Celestial, el castigo de las 3 espadas de los mil tormentos y vivir en Bijarim, por toda la eternidad ─expuse solemnemente ─ viví en la pobreza y la riqueza, vi guerras y todos los crímenes del reino Mortal, mi vida fue buena y tuve aunque sea al amor en mis brazos, pero es tiempo de que este rey suelte su corona.

Cerré los ojos, un aroma a primavera y el sonido de las campanas resonaron en mis oídos, mi cuerpo tambaleo una y otra vez, mi corazón dolía y latía frenéticamente, mi cuerpo cayó en el frío y duro suelo, enfrentando la realidad.

Han Sung me tomó en sus brazos, haciendo que tuviera un pequeño deja vu, abrí los ojos, encontrándome con su rostro.

─ Espérame hasta nuestra próxima vida y yo Seo Hyuk te recompensaré por lo que haz hecho ─murmuré suavemente ─ te amo, no solo por qué me salvaste la vida, sino por qué creíste en mí, por qué me amaste incluso con toda mi oscuridad.

─ Te esperaré su Alteza, incluso aunque pasen mil años, te esperaré ─prometió, dejando un beso en mi frente, era cálido, pero mi cuerpo temblaba y estaba frío.

Mis ojos se cerraron, no podía escuchar, no podía oler, no podía escuchar nada, este Rey vivió mucho tiempo, pero nunca se olvidará de su verdadero amor.

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Z I D I A N

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