Perdón

  – El sujeto en cuestión presenta signos del inicio de una gestación –

Aquello había silenciado la habitación por completo. La pelirroja observaba incrédula al singular grupo de hombres vestidos de blanco, para poco después enfocarse en el Stark que parecía a punto de tener un colapso nervioso. Tantas emociones, tantas sorpresas para un solo día.

– Bueno, estamos hablando de dioses – Comentó Nat, rompiendo finalmente el silencio y capturando la atención de los ahí presentes – No es algo que deba sorprendernos – Añadió para de alguna manera tranquilizar al castaño que la observaba consternado.

Pero tenía aún mucho que pensar. Anthony había intimado con Loki, por supuesto, entonces eso quería decir, ¿Qué él era el padre?. ¡Imposible! Apoyó la diestra en una mesa cercana mientras los recuerdos de aquel encendido encuentro con el dios del engaño llegaban a él. Ahora más que nunca debía encontrarlo, saber si ese encuentro había dado como resultado aquel extraño evento. Pero, ¿Dónde debía buscar? Después de todo, Loki había desaparecido sin dejar rastro alguno. Y ahora que poseía magia era prácticamente imposible dar con él. Soltó un hondo suspiro antes de recobrar la postura y dirigir su castaña mirada hacia la pelirroja que aun esperaba respuesta ante sus palabras.

– ¿Hay alguna manera de localizar el cetro? – Cuestionó sin más, entablando una guerra de miradas con la chica.

– Por supuesto, emite una serie de rayos gamma, después de haber tenido contacto directo con el tesseract, es por eso que vine, hasta donde sé nuestro doctor favorito en el tema trabaja para ti, ¿O me equivoco? –

Aquello encendió de nuevo la esperanza en el interior del multimillonario. Aun existía la posibilidad de hallarlo, y además, saber el origen de aquella nueva vida que se formaba en su preciado tesoro.

– JARVIS, contacta a Banner, lo ocupamos con urgencia – Sentenció el multimillonario poco antes de darse la media vuelta.

Sus ojos se abrieron como platos al darse cuenta que no era sino Thor el que se hallaba en el marco de la puerta, estupefacto y paralizado ante la noticia que todos habían recibido en aquellos momentos.

– Loki... ¿Está... Esperando un bebé? – Cuestionó el dios rubio con palabras nerviosas, reacio aun a creer aquella noticia.

Prometí quererte para siempre,
Y era cierto,
No había dudas en mi mente,
Si el destino tuvo planes diferentes,
Y te herí por accidente,
Perdón

POV Thor

Sentí el mundo caerse en tan solo un instante. Ciertamente, Loki no era un asgardiano, siendo un jotun podía tener esa habilidad, y más aun, siendo parte de la realeza de su pueblo, pero ¿Cómo había llegado a esa situación? Debía encontrarlo. Debía acabar con este absurdo de una buena vez. Más ahora que la realidad traía nuevas sorpresas a la vida.

¿Loki embarazado? ¿De quién era? ¿Era mío? ¿Era de Stark? No, no podía soportarlo. Me había dado la media vuelta para volver a la torre al darme cuenta que no sabía dónde buscar, bien, debía admitir que salir corriendo como idiota en su búsqueda había sido absurdo. Pronto sentí la mirada fulminante de Stark sobre mí. Sus dudas me inundaron por completo al encontrarme con su mirada.

Ambos sufríamos por la misma incertidumbre, no se ocupaba palabra alguna para expresarlo. De cualquier manera, sabía que debía encontrarlo a como diese lugar. No había un camino fácil, no después de lo que había hecho, no después de todo el daño que había causado, pero mi corazón latía eufórico, tan solo su recuerdo me estremecía. Lo anhelaba, lo extrañaba, y aunque sabía que no tenía el derecho de hacerlo, simplemente no podía evitarlo. Lo amaba. Tenían que haber ocurrido todos aquellos acontecimientos tan solo para darme cuenta de ese simple hecho. ¿Por qué debía ser tan difícil admitirlo? ¿Por qué debía perderlo para darme cuenta de la simple realidad? La única verdad en este juego. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. O mejor dicho, aunque sepas lo que tienes, piensas que jamás lo perderás. La única y simple verdad en el amor.

Pero el daño era irremediable, o al menos eso parecía.

Si me solté de ti,
Si no te defendí,
Fue que mi corazón estaba ciego,
Que estupidez perderte para verlo,
Lo siento

Y pesé a las contrariedades que nuestros corazones presentaban, ahí estábamos los dos, esperando y rogándole a los dioses que el doctor se apresurara y encontrara al dios cuanto antes. Stark se había movido de inmediato, consiguiendo todo lo necesario para que Bruce trabajara con rapidez en la búsqueda de Loki. Tan solo lo observaba moverse de un lado a otro mientras el arquero lo seguía de cerca con cara de pocos amigos. ¿Cómo habían acabado juntos aquellos dos? No importaba, ¿O sí? Dos personas completamente opuestas que se amaban y defendían mutuamente. ¿Qué no era aquello el amor? No, quizá no podía entender aquel sentimiento después de todo. Entregar todo por esa persona sin importar las pequeñas diferencias, sin importar los retos que se presentaran, velar por su bienestar y felicidad. ¡Dioses! Loki... ¡Cuánto te había herido en medio de mi egoísmo! ¿Por qué había sido tan estúpido? ¿Tan ciego?

Anhelaba sentir tu tersa piel bajo las yemas de mis dedos, tu precioso aliento en mi cuello, susurrando cosas sin sentido, como en nuestra juventud en Asgard, si, tras haber fornicado en la oscuridad del bosque, cuando nos quedábamos largas horas charlando mientras nos dábamos calor mutuamente, mientras ignoraba tus crecientes sentimientos por mí, cual estúpido cualquiera. Necesito verte Loki, necesito hablarte con toda la sinceridad de mi corazón.

– Lo hemos encontrado, Thor... ¿Estás bien? – La voz de la pelirroja me había regresado a la realidad. Sus hermosos ojos me miraban expectantes. – ¿Qué le ven a ese tipo? – Cuestionó divertida mientras se cruzaba de brazos.

– ¿A qué te refieres? – Cuestioné por lo bajo.

– Tanto tú como Stark estáis como locos buscándolo por cielo, mar y tierra, no sois los mismos. En serio que estáis enamorados – Finalizó divertida antes de darse la media vuelta y regresar con los demás.

No espero amor ni odio,
Ya tengo bastante con mi dolor...
Maldigo el episodio
Lo peor es que yo fui quien lo escribió.

POV Loki

Podía sentir la cálida agua que engullía mis pies descalzos sobre la arena, una nueva ola hacía acto de presencia para refrescar mi piel sobre la arena. No sabía que parte de Midgard era aquella y realmente no era de importancia. Estaba solo en medio de la nada, tan solo podía escuchar a algunas aves graznar en la costa. El cetro yacía a mi lado, una gema del infinito que no había mostrado sus poderes totales, mi única salida a cualquiera de los demás nueve mundos. Estaba seguro de lo que quería: irme lejos de toda la mierda que me rodeaba.

Había sido infinitamente fácil llegar hasta este punto y simplemente, no era algo fácil de creer. Tras la disolución de SHIELD y la súbita desaparición de Fury, aquello simplemente había sido pan comido. Solté un suave suspiro mientras me acomodaba las hebras rebeldes de mi cabellera.

La primera parte del plan estaba saliendo a pedir de boca. Cerré los ojos por un instante mientras dejaba que la calma inundara finalmente mi ser. Esta era la calma que anhelaba, la paz que buscaba. Era libre de pensar lejos de todos aquellos que me habían llevado a este punto de mi vida. Pero después de todo, quizá debía agradecerles, pues ahora, tenía un nuevo objetivo en mi vida, una nueva razón para seguir adelante, y mejor aun, no dependía de nadie para hacerlo.

Pero aquello no iba a durar demasiado. El sonido del bifrost abriéndose paso me hizo regresar de un momento a otro a la realidad que me rodeaba.

– No pensé que me la pusieras así de fácil, Loki – La voz del viejo agrio había sonado de la nada, mientras su imponente figura se erguía delante de mí, rodeado de cientos de sus hombres.

– ¿Vienes por mi temiendo por tu vida que has traído a tu ejercito para detenerme? – Mofé poniéndome de pie de inmediato mientras sujetaba el cetro en la derecha.

– ¿Me tomas por tonto, hijo mío? Y no te equivoques, Loki, no he venido a llevarte a una prisión. Sé lo que ocurre, no soy un viejo tonto como quizá pienses. –

– Me sorprendes, Odín – Respondí divertido – Pero, ¿De que estáis hablando? –

– La vida que llevas en tu interior. –

– ¿A qué te refieres? – Cuestioné contrariado mientras a grandes pasos el viejo se acercaba a mí, deteniéndose a una distancia prudente.

– El pecado que Thor ha consumado en tu cuerpo, el pecado que no permitiré que vea la luz del día –

Me esperan los demonios
Que deja tu olvido que juegan conmigo
Ya sé que es cobarde pedirte en una canción
Perdón... perdón

¿De Thor? No había tenido siquiera tiempo de asimilarlo. ¿Cómo era posible? No pude siquiera reaccionar, su escena barata me había distraído por completo. Pronto sentí el frio metal en mi muñeca mientras mis piernas desfallecían. De nuevo aquel brazalete. Me sentí aturdido mientras los guardias de Odín me sujetaban con fuerza y arrebataban el cetro de mis manos, para posteriormente entregárselo a él.

– ¿Qué ganas con esto? – Murmuré por lo bajo mientras lo observaba fijamente, poco antes de sentir como halaba de mi cabello sin piedad, haciéndome soltar un audible gemido que solo arrancó una sonrisa de sus labios.

– Que mi único hijo regrese al camino correcto – Sentenció antes de soltarme y darse la media vuelta. – Acaben con eso – Finalizó cuanto antes mientras se alejaba a pasos firmes de mi.

¿Con "eso"? Un escalofrío recorrió mi ser por completo.

De un momento a otro estuve rodeado por los soldados asgardianos que me observaban como lobos hambrientos a un pedazo de carne. ¿Esto estaba ocurriendo?

– ¡Dejadme en paz, bestias! – Bramé en un intento inútil por soltarme de las manos que me sujetaban con firmeza. Pero no hubo respuesta.

En tan solo un segundo sentí un golpe en mi vientre. El puño de ellos se había estampado en este mientras los demás se mofaban y se quitaban las armaduras. El aire me faltó mientras observaba horrorizado la escena. Mi bebé. Mi hijo. Su vida corría peligro. ¡No!

No pude reaccionar siquiera, pronto el frio metal de una de sus espadas recorría mi cuerpo, arrebatando las ropas de este sin siquiera reparar en las heridas que el filo de sus espadas provocaban en mi piel. No... No... Thor... Anthony, por favor... Ayudadme...

– El príncipe de Asgard ha caído y ha sido tirado a los lobos hambrientos, nos la pasaremos bien – Mofó uno de ellos mientras se posicionaba justo detrás de mí, separando mis muslos de una mientras clavaba sus manos en mis glúteos. El dolor me escoció el cuerpo entero de un momento a otro, mientras su sucia virilidad comenzaba a destrozarme.

Si pudiera regresar el tiempo,
Esta vez no escondería lo que siento,
El silencio fue el engaño más violento,
Mi terrible experimento falló...

POV Thor

Las islas Malvinas. Bruce había localizado a Loki en un lugar llamado así. Stark no había dudado ni un segundo en salir disparado hacía ese lugar, y lamentablemente, no me quedaba más remedio que seguirlo. De haber intentado buscar el lugar por mi cuenta (y aunque hubiese llegado más rápido que él), habría sido en vano. No demoramos demasiado en dar con las pequeñas islas. Me separé de Stark para ir en la dirección contraria a este y cubrir más terreno, si bien, quería hallar a Loki antes, no podía darme el lujo de perder la oportunidad de la ayuda ajena.

Pero la agonía no sería eterna, al menos no por el momento. El sol apenas comenzaba a ocultarse, cuando la fina figura que yacía tendida en la arena captó mi atención: Era él. Me apresuré cuanto antes a su encuentro, poco antes de darme la cuenta de la realidad. El aire estaba impregnado de sangre, de su sangre. Mi mundo volvió a derrumbarse en mil pedazos mientras aterrizaba a su lado: Mi Loki, mancillado, sin prenda alguna, sumido en la inconsciencia, mientras aquel liquido carmesí manaba por las múltiples heridas en su cuerpo.

Si te aleje de mí... si te fallé y me fui,
Fue porque mis mentiras me daban miedo,
Tú me creíste y yo me volví tan bueno,
Fingiendo...

¿Estaba sucediendo? ¿O estaba soñando? Solo atiné a envolver su cuerpo entre mis brazos. Sentí como se sobresaltaba ante esto, abriendo los ojos al instante mientras me observaba destrozado. En sus bellos ojos tan solo había lágrimas, mientras el temor era reflejado en estos.

– No... lo dejes ...morir... – Susurró apenas audible mientras se llevaba una mano al vientre.

Aquella escena me destrozó por completo. ¿Qué había sucedido? ¿Dónde estaba el cetro?

No podía pensar, no podía reaccionar. Me quite la capa cuanto antes para envolverlo en esta. Loki se debatía entre la inconsciencia, susurrando cosas sin sentido, negándose a soltar aquella parte de su cuerpo mientras las lagrimas seguían haciendo acto de presencia en su destrozado rostro. Mi hermoso dios había sido destrozado, había sido tocado por alguien más de aquella brutal manera. Sentía la furia arder en mi interior, pero la preocupación opacaba aquel sentimiento. Tenía que llevarlo de inmediato a ...

– ¡Loki! – La voz de Stark había brotado de la nada para sacarme de mis pensamientos.

Se acercaba a mí a toda prisa, dispuesto a arrancarme aquel frágil bulto de mis brazos. Pero el dios se aferró a mí con todas sus fuerzas.

– Ayúdame, Th...Thor.. –Susurró mientras hundía sus delgados dedos en mi hombro. Aquello detuvo de inmediato a Stark.

No espero amor ni odio
Ya tengo bastante con mi dolor...
Maldigo el episodio,
Lo peor es que yo fuí quien lo escribió

Habíamos regresado cuanto antes a la torre del estúpido hombre de hojalata. De alguna manera hubiese preferido llevarlo a Asgard, pero había acabado ahí, esperando como idiota a lado del castaño, mientras la duda me comía por dentro. Los médicos midgardianos estaban en la otra habitación, y habían pedido alejarnos para no alterar aun más a Loki.

– ¿Me vas a decir lo que sucedió? – Cuestionó completamente furioso Tony mientras me destrozaba con la mirada.

– Lo mismo que sabes tú, es lo que sé yo. –

– Si llego a encontrar a los bastardos que le hicieron eso, yo... –

– Si no es que los encuentro yo primero y los destrozo – Finalicé, mientras la rabia de nuevo inundaba mi interior. ¿Cómo había sucedido? Yo... Mis pensamientos se vieron interrumpidos ante el único detalle del que no me había percatado en aquel instante: el brazalete en la muñeca de Loki. Sus poderes habían sido sellados de nuevo. Me di la media vuelta de inmediato e irrumpí en la habitación ante la mirada atónita de los sujetos que ahí se encontraban. Loki estaba conectado a cientos de aparatos midgardianos que monitoreaban su estado de salud. Me apresuré al encuentro del pelinegro tan solo para sujetar con delicadeza su diestra entre mis manos. Las heridas que rodeaban su frágil piel me hicieron detenerme al instante. Mi mente se nublaba ante aquella escena. Quité con delicadeza el artefacto de su muñeca, notando como se revolvía ante aquello.

– Señor, debe retirarse, el paciente necesita... –

– ¿Se recuperaran? – Cuestioné sin dejarle terminar aquella frase.

– El feto aun vive, pero ambos presentan un estado crítico, las siguientes horas definirán si vive o no... –

Aquello era suficiente. Me puse de pie para salir de la habitación. No podía soportarlo.

–Perdóname... – Aquellas palabras brotaron de mis labios sin previo aviso, mientras las lagrimas de impotencia finalmente se deslizaron por mis mejillas.

Me esperan los demonios
Que deja tu olvido que juegan conmigo
Ya sé que es cobarde pedirte en una canción
Perdón... perdón

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