El recuerdo
Existe apenas una delgada línea entre el bien y el mal, lo correcto y lo errado. Pero siempre dependerá de la perspectiva de una o varias personas. De lo impuesto por la sociedad. Del criterio de un dios anciano y acabado...
El pelinegro tan solo soltó un leve suspiro. Se levanto rápidamente de la suave seda de la camilla tan solo para sentir un leve mareo. Sujetó rápidamente la orilla de la camilla para evitar una seria visita al piso. Cerró sus orbes por unos momentos mientras se masajeaba la frente con la mano derecha. No tenía a donde ir. No sabía qué hacer. La inminente amenaza de Padre de todos en contra de la vida que se formaba en su interior, le hacía dudar de sus acciones. Sabía que no tenía las suficientes fuerzas para enfrentarlo y menos ahora, que había sacado a Stark de su vida. Se encontraba solo, y si bien, era lo que en su pasado hubiese querido, era lo que ahora menos necesitaba.
Cuando finalmente hubo recobrado el aliento, procedió a salir del lugar, lo más silenciosamente que pudo. Se llevó una mano al vientre para sentir como su cuerpo comenzaba a transformarse, hinchándose en aquella área, haciendo un poco más notorio su estado.
– En un principio había creído que eran meras mentiras de Anthony – La voz del capitán, hizo que el pelinegro concentrará su atención en la figura que lo observaba al final del pasillo, recargado en la pared izquierda de este.
– Parece que os habéis tenido una buena reconciliación, Rogers – Sentenció Loki, haciendo referencia a la desalineada figura del rubio. – Me alegro de que así sea, así que con vuestro permiso, procedo a retirarme de esta prisión – Agregó el ojiverde mientras pasaba a un lado del capitán, quien rápidamente lo cogió de la muñeca, haciendo que el pelinegro lo observara con una mirada asesina.
– Lo que haya pasado entre Stark y tú, me tiene sin cuidado. Sin embargo, el estado en el que estas no es el más adecuado para salir y enfrentarte solo al mundo. – La moral del capitán, siempre salía a relucir.
– No tengo intenciones de jugar a la casita con vosotros. Lo que haga o deje de hacer, no es de vuestra incumbencia. Tengo mis motivos, capitán. Mientras yo permanezca en esta torre, la ira de Asgard podría caer sobre ustedes, ¿Es lo que deseáis, capitán? – De un rápido movimiento se deshizo del agarre del otro, dándole tiempo a Steve de apenas para reaccionar ante las palabras de Loki.
– ¿La ira de Asgard? – Repitió confundido, observando que ya se hallaba solo en el pasillo y Loki había desaparecido.
~*~*~
El constante ritmo de las gotas chocando contra el piso fue el que lo hizo volver así. Abrió sus orbes azules tan solo para encontrarse atado de pies y manos en una oscura celda. Un tenue rayo de luz apenas se filtraba por el techo del lugar. Sintió la boca seca. La sed lo estaba matando. Quiso llamar a su fiel arma, pero no obtuvo respuesta. Usó toda su fuerza para deshacerse de los grilletes que atormentaban su carne, pero estos no cedieron.
¿Dónde estaba? Lo último que podía recordar el rostro de Odín, deshecho en ira pura y cegadora, y ahora, estaba ahí. Sin ninguna explicación aparente.
– Me alegra que hayas despertado. – La voz del anciano lo hizo enfocar su mirada en la tenue figura que se dibujaba en la oscuridad. – No quería llegar a este extremo, Thor, pero me has hecho tomar esta decisión. –
– ¿Decisión? Padre, ¡Soy tu prisionero! ¿Qué clase de comportamiento es este? – Exasperado, en busca de respuestas. Ese era exactamente el tono de voz que el rubio denotaba en esos momentos. – No es digno de un dios... Y menos de mi Padre, ¿Qué os ha sucedido? –
– ¿Hablaremos de comportamientos dignos, Thor? No, no puedes hablarme de eso, cuando sabes que son tus acciones las que han derivado en esto. Lo que más anhelaba era verte subir al trono y tomar por esposa a una bella mujer, sin embargo, me has pagado con esto –
– Es mi hijo, y Loki es la persona que amo, ¿Qué tan difícil puede ser aceptarlo? –
– Observé tu comportamiento en Midgard, Thor, no me engañarás tan fácilmente. Te observé despreciarlo, engañarlo, lastimarlo. ¿Qué te hizo cambiar de parecer tan rápido? ¿Por qué no mejor dejar las cosas como estaban y dejarlo con aquel midgardiano? ¡No! Tenías que sacar tu orgullo a flote. Tenías que preñarlo y sellar sus destinos de esta manera. Tenías que enamorarte de él y mandar al demonio todo lo que habías creado, el futuro de Asgard, el trono, todo. Tú mismo escogiste el camino, Thor. No me culpes de las consecuencias de tus acciones – Finalizó el anciano antes de salir del lugar, dejando un silencio sin igual en la celda.
– ¡Maldita sea! – Bramó Thor, intentando de nuevo romper los grilletes en vano.
Cerró los ojos por unos momentos. Meditando, mientras su mente divagaba. Pronto pudo sentir el aroma de las flores del campo. Los verdes campos asgardianos que florecían en todo su esplendor...
FLASHBACK
Pudo sentir el aroma a sangre en sus ropas. Era el signo de la victoria que habían logrado aquella tarde. Quería mostrarle a Loki su gran logro, pero al no encontrarlo en el palacio, no dudo ni un segundo en ir a por él a aquella extensión del reino. Y sí, ahí estaba, sentado debajo de un gran árbol mientras en sus delicados dedos sostenía un libro. El culto, el sabio, el bello Loki.
– Te estuve buscando por todo el palacio –
– Apestas a rayos, Thor, ¿No pudiste tomar una ducha primero? La sangre de Troll es repugnante. – Respondió el menor sin apartar la vista del libro que leía.
– Quería verte y darte la buena noticia antes – Se apresuró a responder el rubio mientras se sentaba a un lado del otro, causando una mueca de disgusto en este. – Debiste ir. Se puso interesante. – Añadió mientras le quitaba cuidadosamente el libro de las manos, causando aun mas disgusto en el rostro del dios pelinegro.
– Apuesto que el gran dios Thor los venció con una sola mano empuñado el Mjolnir, ahora si me permites, estaba leyendo eso – Respondió harto Loki mientras intentaba recupera el libro en vano.
– ¡Vamos! Loki... ¿Es esto más importante que yo? – Añadió señalando el libro en sus manos.
– Lo es – Mentira, nada era más importante que Thor.
– Vamos, hermano... – El tono de voz de Thor se tornó lascivo. Y era de esperarse. Había estado jugando con Loki a escondidas. Toda su juventud deseando saciar su deseo de carne, y Loki había saciado el propio con Thor. Un juego carnal, donde solo habrían perdedores. – Hace mucho que no lo hacemos – Murmuró el rubio mientras sujetaba el mentón ajeno entre su diestra, para posteriormente exigir un beso de los labios ajenos.
Y Loki no se negó. Aquello había comenzado como un juego. El juego de Thor. Y Loki había caído en él sin darse cuenta. El deseo de la carne lo inundaba, pero había algo más profundo, otro sentido en aquello. Pero no podía. Revelar su oscuro secreto tan solo haría que todo se acabara.
– ¿Me vas a coger, Thor? – Cuestionó Loki divertido mientras sostenía al rubio de la cabellera, alejándolo de su rostro. – ¿Soy tu puta? ¿Tu juego? – Su mente trabajaba rápido, sus sentimientos amenazaban con adueñarse de sus palabras. Pero él era el dios del engaño, el dios de la mentira.
– ¿No quieres? – Cuestionó el rubio posicionándose justo enfrente de Loki, haciendo que este abriera las piernas para acomodarse en ese espacio.
– ¿Tengo opción? –
– La tienes, pero no veo la negativa de tu parte – Respondió Thor, mientras le sujetaba los muslos con firmeza y comenzaba a besar con desespero el cuello del menor.
¿Cómo es que habían acabado en medio de aquella situación? La cabeza del menor tan solo daba vueltas a aquella interrogante sin sentido. Thor, el dios orgulloso y pendenciero, enredándose con su propio hermano para satisfacer sus instintos más bajos.
–Puedes coger con alguna puta del reino... – Susurró lo bajo el pelinegro mientras enredaba sus dedos en las rubias hebras del dios del trueno.
– Ninguna puta tiene el trasero que tú tienes – Murmuró el dios entre besos mientras se deshacía de las prendas del pelinegro.
No, no podía haber nada más. Al menos no para Thor. Y Loki lo sabía perfectamente. Pero su corazón se negaba a creerlo.
Salió de su ensimismamiento al sentir los dientes del dios del trueno sobre su pecho, leves mordiscos en su desnuda piel, que tan solo dejaban un rosado camino en el blanquecino pecho de Loki. Y los jadeos por parte de este no se hacían de esperar. Podía sentir su piel reaccionar, erizarse por completo ante al hábil contacto de la lengua del otro. Su erección comenzaba a notarse debajo de sus pantalones ceñidos, y no pasaba desapercibida para el dios del trueno.
– Parece ser que también me extrañaste – Añadió Thor, poco antes de dirigir su atención al bulto de la entrepierna ajena, lamiendo por encima de las prendas de Loki, su miembro que continuaba creciendo y palpitando debajo de estas. Aquello tan solo arrancó un nuevo gemido de los labios del otro, quien no dudo en tomar una de las manos ajenas hasta su rostro y lamer los dedos de esta con desespero.
Aquello no sorprendió para nada a Thor. Loki era otro cuando se trataba de sexo. Un dios lujurioso que sabía bien lo que quería. O al menos, eso era lo que parecía. Pero no, esta vez Loki no llevaría la batuta del asunto. Thor paró en seco, poco antes de ponerse de pie para deshacerse de sus pantalones, liberando su enorme erección en el acto. Loki inmediatamente se dio la vuelta, pero fue regresado bruscamente a su posición anterior por la mano de Thor, quien se arrodilló hasta la estatura del rostro ajeno y llevó su miembro hasta la boca de Loki, quien observó la escena un tanto incrédulo.
– Lámelo – Ordenó el rubio, rozando su miembro contra los labios ajenos. El pelinegro tan solo sonrío levemente poco antes de obedecer la orden, engullendo con delicia la erección de Thor, quien por su parte, comenzó a dar rienda suelta a sus gemidos, penetrando suavemente la boca del menor con suaves movimientos de vaivén, mientras podía sentir la hábil lengua de este lamiendo y succionando su ser. – Eres jodidamente bueno en esto.... – Murmuró el rubio mientras sujetaba la negra cabellera del Loki entre sus manos, haciendo que las estocadas fueran más profundas, sintiendo como la punta de su erección rozaba la garganta ajena, que hacía un esfuerzo por continuar con su labor y respirar.
Se sentía al borde del clímax, pero no podía acabar ahí. Sacó rápidamente su pene de la boca del menor, observando cómo este ladeaba el rostro para respirar con dificultad.
– Idiota... – Reclamó Loki por lo bajo poco antes de sentir como Thor los sujetaba de la cintura y lo ponía rápidamente en cuatro en el suelo. Pronto el rubor cubrió las mejillas del pelinegro al sentir como dos dígitos del dios rubio se adentraban en su interior, comenzando a hacer espacio en sus entrañas para lo que seguía.
Sentía su cuerpo palpitar se placer. Su erección goteaba ante los movimientos que Thor realizaba en su interior. Abría y cerraba sus dedos, daba vueltas, doblaba el índice, para acariciar la próstata ajena, haciendo que el cuerpo del pelinegro se retorciera de placer ante aquel contacto.
– Si no la metes pronto, yo... – La respiración de Loki era entrecortada, los gemidos eran lo que más predominaba en sus labios por aquellos momentos.
– No necesitas pedirlo – Respondió el rubio poco antes de sacar sus dedos y penetrar de una sola estocada el cuerpo del menor.
Un leve espasmo de dolor recorrió el cuerpo de Loki. Se tensó por unos momentos, haciendo que el rubio se quedará quieto en el acto, esperando con paciencia que el cuerpo del pelinegro se acostumbrará a la invasión. Apenas sus esfínteres hubieron cedido ante aquello, comenzó con el suave movimiento de vaivén, mientras sujetaba con fuerza los glúteos firmes y perfectos de Loki, quien se revolvía debajo de él.
– Rápido, Thor, más duro y rápido... – Aquellas palabras hicieron que el dios del trueno concentrara su atención en el rostro de Loki, quien yacía debajo de él gimiendo con el rostro pegado al piso, aun en medio de aquellas bellas flores que cedían ante el peso ajeno.
No tuvo objeción alguna ante aquella petición, y menos aún, con la escena que la estaba acompañando. Sujetó con firmeza las caderas del Loki y dio rienda suelta a las propias, sintiendo como su erección llegaba tan profundo dentro del cuerpo ajeno, que se sentía desfallecer. Escuchaba claramente sus pelvis chocar contra los glúteos del otro, el sonido liquido del acto de placer y los fluidos mezclándose dentro y fuera del trasero de Loki. Aquello tan solo logró excitarlo demasiado. Sentía como su cuerpo se preparaba para el clímax.
– Te... te a...mo... – Las palabras se habían resbalado fuera de los labios de Loki, pasando desapercibidas para el rubio, quien saboreaba su orgasmo al máximo, liberando su semilla dentro de las entrañas ajenas.
Loki tan solo se mordió el labio inferior, ajeno a sus palabras, mientras su esperma acaba por derramarse en las flores debajo de su cuerpo....
FLASHBACK END
Las palabras de Loki de nuevo resonaron en su mente. El aroma de las flores se alejó cuando abrió de nuevo los ojos y se halló en medio de aquella oscuridad. No lo había notado, en medio de su egoísmo, había ignorado los sentimientos del otro por el mero deseo de la carne, de la lujuria. Innumerables veces se había hallado fornicando con el menor, y nunca había prestado la atención suficiente para notar aquel detalle.
– Soy un imbécil... – Murmuró por lo bajo cerrando de nueva cuenta los ojos y entregándose al cansancio físico y mental que en aquel momento atravesaba.
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