Extra: Especial Navideño

Buenas, buenas.

La verdad, no creí que iba a volver por aquí, pero, así es la vida.

Sé que la navidad ya pasó, sorry not sorry.

No es mucho, pero lo hice con todo el amor del mundo :3

Aclaraciones:

-Hasta donde tengo entendido celebrar la navidad es una tradición occidental, por lo tanto, en Japón no se celebra, pero en esta historia si se va a celebrar.

Sin más preámbulos, ¡aquí está el capítulo!

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"Y cuando sean las 12:00 miraré al cielo. En silencio brindaré contigo, mi ángel"

–Anónimo.

La lluvia ya estaba amainando y el caminar de un joven bicolor no era tan apurado como en un comienzo. Con las manos en los bolsillos de su cazadora y la mirada puesta en sus zapatos, andaba el muchacho sin un rumbo fijo; la suave brisa del momento revolvía sus cabellos –algo largos–, deshaciendo el perfecto y usual peinado que mantenía el blanco separado del rojo provocando una mezcla de ambos colores.

– ¡Mira, mamá! –gritoneó un infante que pasaba por la misma acera–. ¡El cabello de ese señor se parece al bastón de caramelo que me acabe de comer!

Aquel comentario hizo que Shōto saliera de sus pensamientos y mirara con gracia al pequeño que estaba siendo regañado por su madre.

Un fugaz pensamiento cruzó por la mente del muchacho, quien volvió a posar sus ojos en el pavimento.

"Izuku solía decirme lo mismo"

Una mueca torció sus labios.

Un joven peli verde intercalaba su mirada entre el dulce que anteriormente estaba saboreando y su amigo. Una suave risa escapó de sus labios y llamó la atención del contrario.

– ¿Qué haces? –preguntó el menor esperando una de las usuales ocurrencias por parte de Izuku.

–Es muy gracioso el cómo tu cabello se parece a mi bastón de caramelo –respondió el susodicho para luego reír.

–Cállate, Izuku, tú no tienes derecho para reírte cuando bien puedes ser el árbol de navidad de tu casa –contrarrestó el bicolor con falso enojo y una sonrisa divertida en sus labios.

El de ojos verdes levanta sus manos en símbolo de paz–. Bien, bien, tú ganas. –Ríe con ganas, mientras el contrario se limita a observar sus acciones atentamente para no perderse nada.

El muchacho sacude su cabeza intentando sacar esos recuerdos de su mente, no era momento para eso, pero… ¿Cómo evitarlo? La época favorita del pecoso recién comenzaba.

–No ahora, por favor –susurra algo molesto, deteniendo su andar ¿Por qué todo tenía que ser así? Ya había casi que superado su muerte, pero las heridas no dejaban de doler, en especial una…

– ¡ES MI CULPA! ¡YO LO MATÉ! –gritaba un joven desesperado–. ¡DEBÍ HABER SIDO YO! ¡NO ÉL!

Los médicos y enfermeras rápidamente comenzaban a acudir a la habitación para tratar con el paciente.

–Mierda –masculla, cerrando fuertemente sus ojos–. Esto tiene que ser una jodida broma.

–E-Esto es una broma, ¿no? –preguntó el bicolor.

La bajita mujer frente a él se limitó a mover la cabeza a modo de negación.

Shoto-kun.

Al escuchar el llamado, el muchacho levantó su mirada para poder ver a la peli verde frente a él.

–Lo siento, Shoto-kun –terminó por decir, para acercarse con pasos temblorosos a la cama y abrazar suavemente al joven que siempre estuvo al lado de su pequeño.

Sin temor alguno, Shoto correspondió de manera rápida al abrazo sintiéndose como la mismísima mierda.

“Yo… Yo lo maté”   

–Lo siento, señora Midoriya. –Con la voz rota, se excuso y como pudo se encogió bajo los brazos de la mujer que lo envolvían de una manera cálida, a pesar de que su único hijo acababa de fallecer.

–Yo no lo maté, no fue mi culpa. –Comienza a repetir una y otra vez el bicolor en tono bajo.

–Tras ver que una señora de la tercera edad cruzó la calle en el momento menos adecuado, el joven Midoriya ejecutó una maniobra evasiva salvando la vida de dicha persona, pero, como consecuencia terminó colisionando contra el automóvil en el que venía el joven Todoroki –explicaba un oficial a los familiares de las dos víctimas–. El joven Midoriya salvó una vida a costa de la suya, lamento la pérdida –concluyó mirando a la madre del susodicho.

–No fue mi culpa –susurró una última vez, más calmado.

Comenzando a sentirse mucho mejor, suspira y reanuda su caminar. De verdad que su amigo era un cabeza dura, siempre poniendo los demás por encima de él, aunque, en esa situación él tampoco lo hubiera pensado dos veces para hacer lo mismo.

La lluvia había parado totalmente hace unos cuantos minutos, y las calles no se encontraban muy transitadas debido a la misma.

Todoroki Shōto, un joven adulto con un apellido de renombre, había sufrido una de las pérdidas más grandes de su vida, hace casi seis meses, y tardó uno y medio en aceptar que él no fue quién causó la muerte de esa persona. Ese hombre, se encontraba deambulando por las calles de una ciudad sin un rumbo fijo, sumido en sus pensamientos.

“Él era muy amplio con todos, si alguien le pedía su casa él se la ofrecería en bandeja de plata sin dudarlo si quiera”

Aunque la afirmación que pasó por los pensamientos del joven, es claramente una exageración, él no pudo evitar reír muy bajito y esbozar una suave sonrisa ante tales ocurrencias.

Toda clase de pensamientos comenzaron a cruzar la mente del bicolor, aligerando un poco el peso que anteriormente tenía sobre sus hombros. Pero, llegó un punto en el que el muchacho cayó en cuenta de dos cosas: La primera, estaba pensando en Izuku y no se sentía mal, aunque claramente continúa añorando su presencia, comenzaba a recordarlo sin mucho dolor. La segunda, el camino se le estaba haciendo extrañamente familiar.

Con aquellas últimas dos cosas retumbando en su cabeza, levantó la mirada encontrándose con aquel sitio que tiempo atrás había intentado evitar tanto como le era posible.

El parque en el que se vieron por primera vez.
Los juegos eran los mismos de esos tiempos, sin embargo el tiempo hizo de las suyas y terminó por deteriorarlos, había partes ya sin pintura, debido a que esta se descascaraba para terminar en el suelo, al pequeño puente le faltaban algunas tablas y la madera estaba a punto de romperse en ciertos lugares.

Tentando a la suerte, Shōto se acercó a los juegos y se sentó en el columpio que tenía mejor apariencia. Oyó el rechinar de este y miró el cielo pidiendo porque el juego resistiera un poquito más.

– ¡Hola! –Una dulce y alegre voz interrumpió su interesante tarea de ver el cielo azul–. Soy Izuku Midoriya, me preguntaba si no te molesta que me siente a tu lado –preguntó de manera cortés –pero sin perder esa dulzura tan característica de él–, señalando el columpio a su lado.

El otro pequeño se limitó a asentir para volver su mirada al cielo.

– ¿Cómo te llamas? –inquirió el de cabellos revoltosos.

–Shōto Todoroki.

– ¡Qué bonito nombre! –alaga el mayor con una sonrisa brillante–. ¿Puedo llamarte Shōto-kun?

Tras esas palabras, el niño de cabello bicolor centró su mirada en el pequeño peli verde, con una sonrisa pequeña, pero llena de una felicidad autentica.

–Tomaré eso como un sí –respondió el contrario al ver su reacción–. Shōto-kun, ¿quieres ser mi amigo?

– ¿A-amigos? –Esa era una gran palabra para el menor.

Una suave risa escapó de los labios de Shōto, de verdad que en esa época no podía visualizar lo importante que se volvería aquel pecoso en su vida.

Al escuchar un crujido, Todoroki entendió que la estructura no resistiría mucho más y se paró rápidamente, no quería ir a parar a un hospital por un golpe así.

Con las manos en los bolsillos, salió del lugar en el que tenía muchos recuerdos con quien se robó su corazón. El joven, veía con una sonrisa cómo los niños salían a las calles emocionados, luciendo sus nuevos juguetes traídos por el mismísimo Santa Claus, aquel ser mágico en el que los infantes creen tanto y piden con devoción un regalo para las fechas.

Algunos de ellos piden figuras de acción, otros piden balones, muñecas y muchos otros juguetes más, pero Shōto, a su corta edad –después de que la presión de su padre sobre él  comenzara–, solo pedía una luz en medio de la oscuridad, una luz que le guiara por la vida, una luz que le ayudara y le salvara.

Eventualmente su luz llegó.

Fuera de época navideña, pero llegó.

Izuku llegó para ayudarlo.

Izuku lo salvó.

Y él llegó para quedarse todo lo que la vida le permitió.

– ¡Shōto-kun! ¡¿Qué te trajo Santa Claus?! –preguntó un enérgico Izuku en su primera navidad juntos.

–Nada, mi padre dice que él no me trajo nada por causarle tantos dolores de cabeza –respondió su amigo, cabizbajo.

–Oh… Ya veo. –Inmediatamente el contrario se calmó tras ver a su amigo decaído–. Podemos compartir el mío si quieres –dice señalando la figura de acción que encontró bajo el árbol al despertarse.

– ¿Ese es All Might? –inquirió un Shoto con las energías renovadas–. Mi padre no me deja leer los comics, solo tengo algunos –añade, recordando como el susodicho le decía a gritos que no podía perder el tiempo en tales bobadas.

– ¡Yo los tengo casi todos! ¡Los puedes leer conmigo la próxima vez que nos veamos aquí!

– ¡¿Enserio harías eso por mi?!

– ¡Claro que sí! –responde el peli verde emocionado por poder compartir una de las cosas que más le gusta con el bicolor–. Además, ¿por qué no lo haría? ¡Somos amigos!

“Si, somos amigos” piensa Shoto para salir corriendo con su amigo.

–Mierda –exclama al sentir como una corriente helada se cuela por su ropa haciéndole estremecer. Mira a su alrededor y suspira viendo como escarcha aterciopelada comienza a caer de las nubes, en pocas palabras, estaba comenzando a nevar–. Ya se estaba tardando. –Otra corriente de aire helado hizo que el joven terminara por envolverse como mejor podía en la tela.

–Un chocolate no te caería nada mal –dice una voz a las espaldas de Shōto.

–Kirishima.

–El único e irremplazable. –Tras esas palabras, el pelirrojo le guiña un ojo y pone una mano en su espalda–. Es bueno verte de nuevo, viejo –comenta, comenzando a caminar hacia un café.

–Si, ya lo creo. –Suspirando, el bicolor se limitó a caminar a su lado.

–Escuché lo que sucedió, lo siento.

Aquel comentario por parte de su antiguo compañero en la universidad, provocó un nudo en la garganta del más alto.

–Si... Yo también lo siento.

–Tras retirarme perdí todo contacto con Midoriya, era un buen hombre.

Cualquiera que pasara por el lado de ambos muchachos, podía sentir el ambiente pesado e incómodo que la conversación estaba generando. Shōto quería salir corriendo de allí, por otra parte, Kirishima ignoraba el dolor y disgusto por parte de su amigo con el tema.

De un momento a otro, se escucha una canción que para Shōto personalmente es un asco.

Baby shark, doo doo doo doo doo doo.

Baby shark, doo doo doo doo doo doo

Baby shark, doo doo doo doo doo doo

Baby shark!

–Lo siento, tengo que contestar. –El pelirrojo se aleja un poco del contrario para atender a la persona que le llama.

"Claro, como no, Kirishima tiene esa canción como tono en el celular"

Con una mueca, Todoriko suspira y se acerca a Kirishima señalado el reloj que tiene en su muñeca.

"Todo sea por salir de aquí"

El contrario, creyendo que Shōto tenía que irse ya, apartó un poco el celular de su boca para poder hablar–. Nos vemos otro día, ¿te parece?
Con un asentimiento y un último gesto, el de ojos dispares da media vuelta y emprende camino a su casa.

”Esto es una mierda, me siento bien y alguien llega a acabar con todo ¿Que te hice?"

Piensa mirando al cielo nublado.

– ¡Ya casi es veinticinco! –exclama con emoción el peli verde.

–Sigo sin entender porque te emocionas tanto por estas fechas –inquiere el bicolor mirando al más bajo con curiosidad.

– ¡Porque es tiempo para dar y compartir! Muchas familias solo se pueden en navidad –comienza a explicar con claro entusiasmo–. Además, yo siempre pedí un amigo de verdad y luego de unos meses llegaste tú .

Ese último comentario provocó que el corazón del contrario latiera de manera desenfrenada.

–Si sigues así me vas a matar de un infarto, Izuku.

– ¿¡E-eh?! –Rápidamente los colores subieron por las pecosas mejillas del susodicho–. Y-yo-

– ¡Es hora de intercambiar regalos! –excalama Inko interrumpiendo a su hijo.

–Espero le guste mi regalo, Inko-san. –Tras decir aquello, el más alto extiende una cajita hacia la mujer, quien con una sonrisa y un leve agradecimiento la recibió.

–Shō-chan. –El suave susurro fue suficiente para llamar la atención del menor–. Feliz navidad –dice el peli verde con la cabeza gacha y un paquete rectangular envuelto en papel navideño.

–Feliz navidad a ti también. –Sonrie suavemente recibiendo el detalle–. Aquí está el tuyo, espero te guste –dice entregándole el regalo que compró para él.

Gr-gracias. –Levanta su cabeza tomando el regalo y sonriéndole ampliamente.

– ¡Aquí están los míos!–exclama la señora Midoriya dándole una pequeña bolsita a cada uno.

–Feliz navidad. –Tras decir esas dos palabras, las tres personas proceden a abrir sus regalos.

Una exclamación de sorpresa sale de los labios del peli verde, después de quitar la envoltura de la cajita dada por Shōto.

Inko al ver la reacción de su hijo, rápidamente se excuso con un falso "tengo sueño, voy a la cama" para dejar a ambos jóvenes solos en la sala de la pequeña casa.

–N-No, Shō-chan. –El peli verde niega rápidamente con la cabeza e intenta pronunciar algo lógico.

–Si, Shō-chan. Dime, ¿por qué no? –pregunta con un deje amargo en su voz.

– ¡Es tu medalla familiar! ¡Es la medalla de TU familia! –exclama Izuku de manera incrédula.

–No hay persona más digna para llevarlo.

El peli verde suspiró y con un nudo en la garganta dijo–: ¿Y si te casas?

–No me arrepentiré, créeme. –Regalándole una cálida mirada añade–: Hazlo por mí, ¿si?

El contrario aun dudoso termina por asentir.

–Muchas gracias... ¿Sabes? Mi regalo no es nada en comparación a esto –dice mirando con devoción el objeto entre sus manos.

Izu, esto no es ni la mitad de lo que te mereces.

Aquel comentario hizo sonrojar fuertemente al contrario quien agachó su cabeza y tosió intentando disimular un poco.

–¿Qué... qué significa? –pregunta levantando su mirada hacia los ojos contrarios.

–Es un juramento de lealtad... Te estoy dando mi eterna lealtad, Izu.

– ¿E-eh? –Mirando sorprendido al más alto, el pecoso suspiró y sonrió suavemente–Entonces, si es así... Yo también te juro lealtad, sé... sé que no es tan bonito ni elegante como me lo dijiste, pero creo que eso cuenta, ¿no?

Shōto miraba anonadado a ese ser frente suyo ¿Estaba soñando? No, no lo creía, todo se veía muy real. Sin dudarlo dos veces, se acercó rápidamente al mayor y lo envolvió entre sus brazos. Izuku, algo nervioso por la repentina acción, correspondió al gesto fundiéndose en un agradable calor que contraarrestaba el frio de ese 25 de diciembre.

–Mierda –exclama el bicolor tras dejar caer las llaves de la puerta–. Creo que debo considerar la bipolaridad, qué día tan asqueroso el de hoy. –Haciendo una mueca se adentra en las cuatro paredes que él llama "hogar".

–Ya llegué –dice a pesar de que no haya nadie allí para recibirlo.

A paso lento se dirige a su cuarto, el que por cierto, está patas arriba debido al proyecto en el que ha estado trabajando para la universidad.

–Feliz navidad a mi –susurra destapando un libro nuevo que compró algunos días atrás. De pronto, algo se le ocurre y camina rápidamente hacia su escritorio para comenzar a escribir como si no hubiera un mañana.

Dejando a nuestro protagonista de lado, es hora de enfocarnos en alguien quién si tuvo un "día de mierda" a comparación del chico bicolor.

–De verdad que los dos son unos chicos problema –farfulla un hombre de cabello largo y desaliñado, quien en este momento, se encuentra sentado en la cama de Todoroki sacando astillas de sus manos.

¿Cómo las obtuvo?

La respuesta es más sencilla de lo que parece, él estuvo sosteniendo el columpio durante los minutos en los que el pesado culo del bicolor estuvo allí.

Algunos dicen que los angeles no pueden sentir dolor por el simple hecho de tener "gracia" Pero que equivocados estaban, ya que Shota estaba más que seguro de sentir dolor en este momento.

–Si Izuku estuviera aquí él no cometería esa clase de estupideces y me ahorraría trabajo. –Suspira viendo como el muchacho gira hacia la cama buscando su teléfono.

Shota le da un leve empujoncito al artefacto dejándolo a la vista del muchacho, quien lo tomó con una manito volvió a centrarse en lo que sea que escribía.

El ángel suspira rendido.

–Solo un poco más de paciencia, Shota –dice para luego posar sus ojos en la espalda del joven–. Y un poco más de paciencia también, chico. Te prometo que apenas todo esto acabe podrás estar con él.

Aizawa Shota, como ángel guardián, conocía el futuro de sus protegidos... Aunque en este momento solo quedaba uno de ellos.

Por lo general, siempre se asigna un solo ángel por persona, pero existe una excepción a esa regla, y son aquellos que tienen un destino preescrito al lado alguien más, entonces, debido a que se les considera como "una sola alma" se asigna un angel a las dos personas, en este caso Shōto Todoroki e Izuku Midoriya fueron asignados a Shota.

El ser espiritual veía con un deje de tristeza como los dos muchachos se abrazaban.

"¿Por qué los que más se quieren son los que más sufren?"

Suspira apretando sus ojos, aunque no lo admitiera, había llegado a querer a ambos chicos como si fueran sus propios hijos.

–Al carajo las reglas –dice concentrándose en las dos personas frente suyo. Comienza a recitar frases en un idioma perdido que fue ignorado por los humanos durante toda su instancia en el planeta.

A Los ojos de los dos mortales en escena, el momento sobrenatural se ve como un simple apagón.

–Tal vez se fundieron los fusibles –dice el bicolor tras sentir el brinco del más bajo –. Puedo ir a cambiarlos si quieres –añade separándose un poco.

–Déjame te acompaño –sentencia el pecoso con una sonrisa.

Ambos muchachos bajaron al sótano dejando al ángel en la sala. Cuando todo termina, la luz vuelve y el de cabellos azabaches suspira.

–Voy a terminar reprendido por esto.

–Listo –dice el bicolor mirando orgulloso su trabajo, al fin salía algo decente.

En ese momento algo pasó por su mente, ¿por qué escribió el final? Ni idea, pero, muchas veces el final es un buen comienzo ¿No?

[...]


– ¿Todoroki-kun? ¿Todoroki-kun está todo bien?

El más alto escucha una suave voz mientras es movido suavemente.

– ¿Midoriya? –pregunta este soltando un bostezo, se había quedado dormido–. ¿Qué haces aquí?

–Bueno... Tú me dijiste que podíamos estudiar en tu cuarto –explica un avergonzado peli verde, señalando los cuadernos que lleva en las manos.

–Oh, lo había olvidado, lo siento –dice sentándose de manera correcta.

–Todoroki-kun, ¿te sientes bien? –El pecoso mira de manera preocupada al menor, haciendo que este se confunda.

–Claro, ¿por qué lo dices?

–Estás llorando –dice en un susurro, acercándose un poco.

–¿Q-qué? –Aquello tomó desprevenido al de cabellos bicolores, quien llevó una de sus manos a sus mejillas, encontrándose con el camino que las saladas gotas dejaron–. ¿Pero qué? –exclama aún más confundido viendo un escrito en el cuaderno del que estaba estudiando.

– ¿Estás bien? Si quieres puedo retirarme y estudiamos mañana –dice señalando la puerta de la habitación.

–No, yo, Midoriya- –El menor suspira intentando aclarar sus ideas–. No importa, estudiemos, ¿si? –Tras aquellas palabras coge el cuaderno y lo cierra dejándolo a un lado, luego leerá que es lo que dice e intentará recordar su sueño.

–Claro –responde el pecoso para sentarse frente a él y comenzar a estudiar.

Por el pasillo, el héroe pro de las sombras, mejor conocido como erasedhead o Aizawa-sensei –por sus alumnos–, se devolvía a los ascensores con las manos en los bolsillos y silbando una canción, con una expresión más... relajada a la usual.

Después de apretar el botón del ascensor espera de manera paciente a que este llegue a su piso. Una vez llegado, se adentra a la cabina y suelta una muy leve risa que podría pasar por un bufido o también por un suspiro.

–Al parecer todos mis sacrificios tuvieron su recompensa.

Fin.

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+3000 palabras.

Prohibido todo tipo de plagio.

Y hasta aquí llega mi regalo, espero les haya gustado ;D

Lo siento si hay errores de ortografía y redacción, estoy escribiendo y actualizando desde mi teléfono, es una completa mierda C:
¡Siéntanse libres de corregirme!

No encontré un autor en concreto de la frase al inicio del capítulo, por lo tanto, si ustedes saben a quien pertenece me gustaría darle los créditos correspondientes :3

PD: Como soy una despistada se me olvidó añadir lo siguiente:

El capítulo va dedicado a dos personitas en especial y a todos aquellos que me apoyaron ¡Muchas gracias por sus votos y comentarios! De verdad son muy importantes para mi.

hanabiXO ¡Divina! Enserio muchas gracias por todo, gracias por permitirme ayudarte con tu historia, ¡tienes mucho potencial! Espero y puedas llegar muy lejos con todas tus historias :3

sakura2215 AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH TE AMO... Sip, muchas gracias por todo, has sido un apoyo muy grande para mí con tus "¿Cuándo vas a actualizar?" Es enserio, muchas, muchas gracias por todo :333

¡Feliz... ¿Navidad? Y año nuevo a todos!

–The Snipster.

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