Pov Danna

Sentía un dolor de cabeza insoportable, no podía abrir mis ojos, los sentía pesados, lo peor de todo era que sentía el estómago muy revuelto y lo último recuerdo es que estaba discutiendo con Dylan y Alli luego de eso todo se volvió negro.

Por lo que puedo observar estoy en un hospital, estas cosas en mi vena hacen que me duela la mano, ¡odio estas agujas! ¿Dónde estará papá? ¿Será que lo dejaran entrar? O a ¿Dylan? Les debo una disculpa, por hacerle pasar esto. Y también a Alli.

No estoy molesta porque mi mejor amiga y mi hermano tengan una relación, estoy dolida porque quería ser yo, quién le diga a Alli lo de mi enfermedad y sentir el apoyo de mis amigas. ¡No su lastima! Cómo vi en sus ojos. ¡No quiero que las personas sientan lastima por mi!

¿Y qué hacía Nick en mi casa? Ahora se aprovechará de mi vulnerabilidad para terminar de fastidiarme ¡la vida! Esta vez no creo tener la fuerza necesaria para seguirle el juego.

Siempre le he seguido el juego porque quería demostrarle que soy fuerte, que por más burla que haga hacia mi persona, nunca me vería agachar la cabeza ante él, pero la verdad es que cada vez que se burlaba de mí sentía un nudo en el estómago. Intentaba no demostrárselo para que nunca se diera cuenta.

Pero en el fondo sé, que sólo quería que me aceptara como los demás, no sé m, tal vez considerar que fuéramos amigos o por lo menos buenos compañeros de colegio. Ahora creo que eso nunca ocurrirá.

Escucho que la puerta de la habitación dónde me encuentro se abre, logro incorporarme para ver quién ingresa y puedo observar a una enfermera que inmediatamente se acerca a mí preguntándome cómo me siento.

_¿ Cómo te sientes pequeña? Avisaré al doctor que ya despertaste, tus familiares ¡estarán contentos de verte!

_Mi cabeza me duele y...el estómago lo siento muy revuelto. También...siento que todo da vueltas.

_Llamaré al doctor, aguanta un poco pequeña. Es normal que te sientas así, pero te administraremos la medicación correcta para que pasen esos síntomas.

La enfermera sale de nuevo para llamar al doctor y al cabo de unos minutos ya está devuelta con este último. Realmente es muy amable la enfermera, debería preguntarle cómo se llama, pareciera tener la edad de mi padre.

_Hola, soy el doctor Esteban de ahora en más estaré a cargo de tu caso. ¿Dime como te sientes Danna?

_Cómo le dije a...

Miraba a la enfermera no sabía su nombre, esperaba que me dijera ahora, así sabría cómo se llama.

_Soy Lucia pequeña, estaré para lo que necesites.

_Gracias Lucia. Doctor cómo le dije a Lu, siento muchas náuseas y el dolor de cabeza es insoportable, todo me da vueltas.

El doctor se acerca a mí analizándome y tomando mi pulso sin decir ni una sola palabra, hasta analizando mis ojos con esa luz que me deja ciega y hace que el dolor de cabeza se intensifique más, haciendo una mueca de dolor, entonces el doctor deja de examinarme.

_¿Te duele mucho la cabeza?

_Sí, ya no aguanto el dolor.

_Te administraré algo para eso, y para lo de la náuseas, es normal por el tratamiento que estás siguiendo, es progresivo y éstas son algunas de las reacciones adversas. Has estado inconsciente por casi 2 horas, es por eso que quedarás en observación hasta mañana. Por ahora sólo puedo autorizar a que pase tu padre, pero ya mañana podrán pasar los demás.

¡¿Dos horas?! Inconsciente por dos horas, ¡Dios! Esto ¿me ocurrirá seguido?

_¿Lucía podrías pasarme esa jeringa por favor?

_Si, doctor.

_Te administraré por el suero y verás que en pocos minutos ese dolor y la molestia se irán. Pero esto podría ocurrir de nuevo Danna, es por eso que quiero ver si cambiamos tu tratamiento. Eres muy joven para estar pasando todo esto. Y esos dolores en ocasiones pueden ser intolerables.

_¿Cambiar mi tratamiento? ¿Eso sería más costoso?

No podemos, es decir , ¿de dónde sacaremos para todos los gastos? Papá no podrá sólo con todo, Dylan debe ir a la universidad, no puedo hacerles esto.

_No te preocupes por eso Danna. Trabajamos para una fundación y ellos nos ayudarán con los costos del tratamiento. Mañana vendré con mi colega April, ella también es entendida en el tema y juntos podremos ayudarte. Aquí Lucia será nuestra mano derecha, ya verás, juntos te ayudaremos a superar esto.

_Así es pequeña, los dueños de la fundación son unas excelentes personas y con el Doctor, más con mi supervisión, te ayudaremos a que venzas esta enfermedad.

_Muchas gracias a los dos, la verdad me preocupa mucho que mi papá no pueda pagar mi tratamiento. Y no quisiera ponerlo más triste, por mi culpa.

_No llores, eso no es bueno para tu salud ahora mismo Danna. Debes de tratar de dejar de lado todo lo que te haga mal. Tu estado de ánimo influirá muchísimo para poder mantener altas, tus defensas.

_No llores pequeña, mira no estás sola en esto. Tu padre tampoco lo está, los dueños de la fundación ya hablaron con él. Por favor no llores.

No sabía ni cómo me había puesto a llorar, como una tonta delante del doctor y Lucia. Pero la verdad era que me ponía muy mal toda la situación. Intenté calmarme como me pidieron y hacerles caso en todo lo que me decían.

_Bueno. Ahora dejaré pasar a tu padre y ya mañana, Dios mediante podrán verte tu hermano y tus amigos. Ahora solo descansa Danna. Y recuerda ¡nada de estar triste!

_Gracias Doctor Esteban.

_Descansa. Buenas noches.

El doctor salió de la habitación dejándome con Lucia, ya me encontraba un poco más calmada.

_Yo estaré afuera por si me necesiten, tu padre podrá quedarse aquí contigo, cualquier cosa sólo presiona el botón verde y estaré aquí ¿de acuerdo?

_De acuerdo. Muchas gracias Lu. Eres realmente ¡muy amable!

_Lo hago con gusto pequeña. Bueno, ahora te dejo. Que tu papá esta ¡loco por verte!

Lu salió dejándome sola mientras esperaba a mi papá, la verdad quería verlo y abrazarlo. Seguro le hice pasar un muy mal rato esta noche.

_Hola princesa, ¿cómo te sientes?

_¡Papá!

Mi papá se acercó rápidamente a mi, apenas lo mencioné, los dos permanecimos abrazados como si no nos hubiésemos visto en mucho tiempo.

_Porfavor perdóname papi, no quise asustarte de esta manera, lo siento, lo siento tanto.

_Shh...no te pongas así mi princesa, ya pasó. Ya pasó pequeña, mira que el doctor me dijo que le avisara si no cumples con lo que te pidió. Así que si quieres que salgamos mañana. Ya no llores mi cielo. ¿Esta bien? Además debo contarte algo muy importante y si no me regalas una sonrisa, no te lo diré.

Papá tenía razón debía cumplir con lo que hablamos con el doctor Esteban y Lu. Papá habrá sufrido mucho, no puedo hacerle esto.

_Tienes razón papá, perdóname no quiero que por mi culpa estés mal.

_Princesa...si tú estás bien yo también lo estaré. Así que ahora ¡arriba ese ánimo! Escucha lo que voy a decirte, qué Dylan también quiere verte y posiblemente no lo dejen entrar hasta mañana.

_Si, el doctor me dijo que sólo tú podías pasar por hoy. Ahora dime Pa.

_He hablado con una pareja maravillosa. Ellos trabajan con una fundación, con niños y adolescentes que también están en tu misma situación. Ellos los ayudan económicamente y en algunos procesos del tratamiento. Me dieron su tarjeta y además son amigos de tu nuevo doctor. Ahora, ya no debes preocuparte por si estaré trabajando para cubrir los gastos del tratamiento, o si Dylan no estudiará.

_¡¿eso es verdad papá?!

_Si cariño. A partir de ahora, en lo único que debes enfocarte es en tu salud princesa. ¡Todos estamos contigo! Hasta tus amigos te apoyan y nadie te dejará sola en esta lucha.

_¡Muchísimas gracias por todo pa! ¡Te quiero mucho, mucho, mucho!

_Y yo a ti mi princesa ¡te quiero muchísimo! Ahora descansa que mañana nos espera un ¡día mejor!. Ya no te preocupes por nada. Yo estaré aquí contigo toda la noche.

_¡Gracias papá!

_Anda, descansa pequeña.

_Buenas noches papi.

Papá me besó en la frente para luego también desearme buenas noches y me arropó como lo hacía cuando tenía 5 años. Ahora me sentía mucho mejor, ya hasta las molestias habían desaparecido y estaba feliz por la noticia que papá me había dado.

De ahora en adelante no dejaré que la tristeza me invada y haré todo lo posible para poder sonreír siempre. Así sea lo último que vean de mi, en esta vida. ¡No dejaré que esta enfermedad me robe la sonrisa!

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