III
(Amargo reencuentro)
"La memoria es un juego frágil que parece romperse hasta con el más mínimo soplo de viento. Los recuerdos son cadenas que nos atan a lo que somos, lo que hemos visto y vivido, son lo que nos forma, y también lo que nos condena.
Olvidar es un pecado, pero también un consuelo. Es agonía dulce, pecados que van de la mano del castigo, es un borrón que da marcha a una cuenta nueva.
Olvidar es algo de la mente, pero no del corazón."
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