II
(Codicioso deseo)
"Es impropio de un inmortal ceder ante los encantos mortales; los corazones humanos son como las estaciones, cambian y se transforman, su vida es corta y sus emociones pasajeras, un inmortal en cambio tiene un alma eterna, aún si su cuerpo físico es destruido, sus memorias y voluntad prevalecerán firmes, impasibles.
El amor entre demonios y humanos es considerado tabú, aun así, los corazones ceden, las barreras caen, y cuando llega la pérdida... El dolor reemplaza y destruye."
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