V
La historia impactante no lo dejó dormir, fue demasiada información, incluso fue muy inquietante la respuesta del principe.
-¿Cómo sabes esto?
-Mi Lord me cuenta todo, sabes que Hyuk no me guarda ningún secreto. - respondió sin prestarle importancia. -Además, es algo muy secreto entre la familia real y sus allegados.
Pensaba una y otra vez en si aquella historia era verídica y solo esperando que amaneciera, iba a hallar respuestas congruentes y concretas. Una base sólida para averiguar sobre aquel príncipe destronado y todo cuanto tenga que ver con él.
Y solo esperó que los rayos del sol se reflejaran en su ventana para salir corriendo en pijama a la biblioteca del palacio y buscar algunos libros que le pudieran servir. Pasó una hora buscando algo que le sirviera, algo que contara la historia de la familia de la que llegó a pertenecer.
Al rato, escuchó no muy lejos y gracias al eco del enorme palacio las voces de su fiel servidor y las de su padres, así que con mucha astucia, cogió la lista de libros que más le habían sido de ayuda a su recién investigación y los escondió debajo de un ladrillo del suelo que sabía, estaba suelto sin nadie que se diera cuenta.
Agarró dos libros sencillos, entre ellos uno que por extraña razón le pareció de su interés y salió como si nada, saltando hacia ellos como un conejito, con una sonrisa brillante y saludando feliz y contento, tal y como él era.
-¡Buenos días!- saludó dándole un beso en la mejilla a su padre.
-Dong Min, ¿Dónde habías estado?- Jin Woo lo abrazó y besó su frente.
-Por ahí, dando una vuelta- Dio un beso a su padre y también a Yugyeom, quien sonrió con disimulo para no ser regañado por el rey.
-Su alteza, su majestad lo ha estado buscando. Entramos a su habitación y no lo encontramos. Nos tenía preocupados.
-No se preocupen, total aquí estoy, ¿Nos vamos a comer?
Afortunadamente, todo había salido bien.
Cuando tuvo tiempo, se escabulló por los pasillos hasta que dio con la salida en el castillo qué conectaba con el pueblo y lo montañoso. Caminó no tan largo con libros en manos y respiró con más calma el aire fresco.
Se sentó junto al estanque en la colina cerca del castillo y acostandose en el verduzco césped comenzó a leer. La historia completa de todos los reyes, uno por uno, las horas pasando al igual que las páginas de aquellos libros y nada, ni un rastro de lo que San Ha le contó.
Entonces, ¿Todo aquello había sido mentira?
¿Cómo podría hallar rastros de un suceso de hace 29 años? ¿Cómo?!
Miró al cielo y como las nubes lentamente se iban cubriendo de aquel gris que anunciaba la falta de sol y posiblemente alguna lluvia. Últimamente han habido lluvias muy fuertes por las noches, por lo que no es de extrañar qué algo así se vea.
Recoge sus libros y con algo de miedo decide buscar la manera de como acercarse a aquellos arbustos frondosos y árboles caídos qué le dan un aspecto aterrador al bosque. Las aves carroñera se oían a lo lejos, su canto oscuro anunciaba algo, pero no entendía qué.
Tomó asiento en unas piedras al lado de un pozo abandonado y siguió leyendo, dando tiempo a que la lluvia llegara si es que eso pasaba.
Abrió otro libro y encontró una página arrancada, leyó el texto dándose cuenta que había una excepción, donde no se contaba que pasó después que el rey de aquella época murió. No contaba su vida, ni nada que tenía que ver con él, como si quisieran eliminar esa parte de los escritos reales.
Estos escritos eran resguardado del público como una forma de conservar la historia a generaciones futuras de un comienzo, incluso su adopción estaba en ellos, entonces, ¿Dónde estaba la historia de aquel rey y su familia? Si solo la familia real tenía acceso a esos libros, ¿entonces cómo alguien querría borrar aquello? Cómo si fuese una conspiración.
De pronto, sintió unos ojos caer sobre su morada, unos ojos con una fuerza bruta mayor que caían con pesadez y le hacían sentir tembloroso. El agua regó los cielos afortunadamente y tuvo que correr al castillo, resguardando con sus vestimentas los libros. En la entrada, Yugyeom se asombró al verlo tan agitado y nervioso, así que salió en su encuentro.
-¡Su alteza! -el pelinegro asustado trató de disimular -¿Se encuentra bien?
-S-sí..
"¡Carajo!"
Maldijo internamente.
-¿Seguro? Lo noto un poco extraño, ¿Desea que se le haga saber a su padre el alteza real?
-¡NO! Digo, no es necesario -relajó su voz evitando la exasperación -Estaré en mi habitación, que nadie me moleste.
Su sirviente fiel hizo una reverencia y dejó que el chico entrara a su cuarto sin problemas.
¿Qué diablo fue aquello que sintió?
No importaba, solo necesitaba encontrar la verdad.
Más tarde, a la hora de la cena, Dong Min bajó con un semblante serio y poco común en él. Myung Jun fue el primero en notarlo.
-¿Estás bien, cariño? -preguntó preocupado a lo que el chico asintió. -Dime si necesitas algo.
-Sí, papá. -al rato, se les unió Jin Woo y comieron juntos aunque Dong Min apenas y tocó su plato. Después de lo que leyó, difícilmente volvería a ver a su padre como el héroe que creía.
-Minnie, ¿Pasa algo? -nuevamente el rubio preguntó, ya era preocupante para él el ver a su hijo quien se caracterizaba por ser un glotón, apenas y había comido una aceituna.
-Padres -comenzó muy decidido a hablar -La verdad es que, quiero emprender un viaje.
-Te escucho, hijo -Jin Woo estaba tan sereno.
-¿Dónde te gustaría ir, Minnie? -dijo emocionado el rubio.
-Sé que falta tiempo para ocupar el reino, pero al ser su único heredero me encantaría dar un primer paso y sacar de dudas a mi pueblo. -el rey poco a poco dejaba de comer por prestarle atención.
-¿A qué te refieres? -la pareja se miró sin comprender de que hablaba el muchacho.
-Dice la leyenda que, en el bosque habita una bestia, pero son mitos que-...
-¡Basta, Dong Min! -automáticamente, Jin Woo fue el primero en detenerlo -No hables sobre eso.
-¿Por qué? Ni siquiera me escuchaste...
-¡Pero no me importa! ¡Puedes hablar de cualquier cosa, menos de ese maldito bosque y esas tonterías de cuentos de hadas!
-No son cuentos de hadas, es la verdad. ¿O es que aun le tienes miedo a tu sobrino a quien tu mismo condenaste? -Myung Jun se levantó asustado por como Jin Woo iba a Dong Min para finalmente darle una cachetada.
-¡No hables de cosas que no sabes! ¡Deja de creer en esas cosas!
-¡¿Cómo me pides que deje de creer cuando te pones así? Tú no eres mi padre, el que prometió vengar a los míos de esos asesinos y frivolos bárbaros! ¡¿Dónde quedó el hombre que llenó mi corazón?! ¡¿Cómo pudiste abandonar a su suerte a ese chico cuando estaba en tus manos salvarlo?
-Minnie, por favor, no digas-...
-¡Tú también eres igual! -aunque Myung Jun trató de meterse, la ira carcomia al pelinegro.-Llegaron a contaminarse tanto que incluso quisieron borrar todo los rastros de su familia como si nada hubiese pasado.
-Pero está el motivo, porque ese chico solo odiaba y detestaba a mi hermano, entiéndelo.
-¿Cómo pudiste recogerme a mí si no tuviste corazón para botar a tu sangre? ¿Cómo puedes llamarte rey cuando no cuidas ni a tu propia familia?
-¡Yugyeom! -gritó haciéndole estremecer. ¿Ahora, qué?
-Dígame, su majestad -el servidor llegó en unos cuantos segundos.
-Llévate a Dong Min a su habitación y encierralo.
-¿Qué? No, no me vas a encerrar. -protestó.
-Es por tu bien, porque no dejas de mencionar ese viaje al bosque y por nada del mundo te quiero perder, así que obedece.
-Su alteza... -dos hombres fuertes de la armada mayor se hicieron presente y rodearon al chico para escoltarlo a su habitación y que no llegara a escapar.
-Entiende que es por tu bien, Minnie...
De alguna manera Dong Min debía de entender que quedarse en el palacio era mil veces seguro que enfrentarse a una bestia peluda y sangrienta.
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