Capítulo 7

Cuando Harry se separó de mí, su pecho brillaba por el sudor y su polla seguía medio dura. No pude evitar admirar su estamina y, desvergonzadamente, pasé mi mirada por su cuerpo mientras él jadeaba. Había estado duro desde que empezamos y todavía conseguía asegurarse de que yo me corriera antes que él. Por su mirada supe que podía hacerlo otra vez pero estaba tan cansado como yo. Se estiró a un lado de la cama y buscó sus pantalones, tirándolos a la cama y sacando el móvil del bolsillo. Yo seguía tumbada, sin respiración, mirándole con ojos preocupados cuando llevó el móvil a su oído.

"Si, hola. Quería una margarita grande, por favor." Elevé mi cabeza y fruncí el ceño. "Y alitas de pollo."

"Harry, ¿qué estás haciendo?" Susurré y él paró para escuchar al otro lado de la línea.

"Si, genial. Gracias." Colgó. "Estoy pidiendo una pizza."

"¿Para qué?" Me reí.

"Bueno, no se tú pero estoy jodidamente hambriento después de esto." Sonrió, tirando su móvil a un lado.

Había estado tan pillada con todo que había olvidado que no había comido desde mediodía y los sonidos de mi estómago parecía que sugerían que mi cuerpo necesitaba comida.

"Vas a hacer que engorde." Sonreí, cogiendo una camiseta de debajo de mi almohada y pasándola por mi cabeza.

Él se rió. "Nos seas tonta."

Harry y yo nos sentamos en la cama comiendo la pizza; yo en una vieja camiseta de la universidad y él solo en boxers. Todo parecía muy normal, un contraste surrealista con las actividades en las que estábamos envueltos hace poco tiempo.

"Entonces" Empecé.

Harry me miró al instante, sonriendo mientras estudiaba mi cara. "Pareces curiosa."

Yo sonreí, poniendo el trozo medio comido de vuelta a la caja. "¿Dirías que eres un sádico?"

Él bajó su trozo de pizza y se rió antes de mirarme. "¿Te he hecho daño hasta ahora?"

"Bueno... no," me reí. "Nada que pudiera decir que fuera doloroso."

Él pensó por un momento antes de contestar. "Si vas a etiquetarme, entonces diría que soy más dominante con tendencias sádicas medias. Pero nada extremo."

"¿Así que te gustaría atarme y azotarme?"

Él elevó una ceja en respuesta a mi pregunta. "Atarte y azotarte hasta que te corras, más bien."

Mi interior se tensó a su confesión carnal; él claramente no se andaba por las ramas. Estaba queriendo dejarme entrar en su mente, animándome a explorar y yo admiraba lo abierto que era conmigo.

"Cuando tenía seis años" empezó, "mi amiga y yo estábamos jugando y acabé atándola al jardín hasta que suplicó que la soltara."

Elevé mis cejas y me reí sorprendida. "Todavía no me has hecho suplicar."

"Todavía" sonrió, "Me gusta tener el control y obtengo mucho placer quitándole el control a otros... particularmente en la manera que he demostrado contigo." Contigo. Sus palabras resonaban en mi cabeza. No en tí. No como un tipo de experimento, sino una exploración de deseos y límites juntos. El pensamiento era totalmente erótico.

"Juzgo bien el carácter, por eso te azoté antes de acostarme contigo. Si no hubiera pensado que ibas a disfrutarlo, no lo hubiera hecho. El sexo no es solo mi placer. Me he dado cuenta de ello hace mucho tiempo. No podría disfrutarlo si no supiera que tú también lo haces."

"¿Así que has hecho esto antes?"

"Azoté a mi última novia y corrió un kilómetro." Se rió. "Pensó que era algún tipo de 'monstruo jodido'- según ella, no yo. Afortunadamente eso fue antes de que fuera famoso y una vez que la calmé, me prometió no contarlo. He estado involucrado en cosas así antes, si... No en relaciones. No he encontrado a alguien en la que confiara lo suficiente."

"Entonces... ¿clubs y eso?" Él asintió, mirándome con diversión mientras saciaba mi curiosidad. "¿Confías en mí entonces?" Pregunté tímidamente.

Él sonrió. "Mucho."

"¿No estás preocupado de que vaya a los medios?"

Él se rió. "No, porque se que estás disfrutando esto tanto como yo." Le devolví su expresión de diversión. "También se que no eres ese tipo de persona." Acabó.

Sonreí. "Parece que sabes mucho."

"Se que no nos conocemos desde hace mucho, pero confío en ti. Y me alegra que confíes en mí también, porque la confianza mutua es importante. No hay nada de divertido en azotar a alguien o atarlo y estar constantemente preocupado porque vas a hacerle daño y a llevarlo demasiado lejos. Saber que confías en mi es una gran motivación."

Le sonreí con honestidad. "¿Qué te hizo pensar que lo disfrutaría?"

Él sonrió. "Algunas cosas que has dicho inconscientemente. Ese pequeño brillo en tus ojos la primera vez que nos acostamos y te sostuve mientras te corrías. No te dejé moverte a posta y parecías entusiasmada con eso." Me sonrojé imaginándome a Harry encima de mí. "Estabas indefensa y lo estabas disfrutando."

Tenía razón. Parecía entender mi cuerpo y mi mente más que cualquier otra pareja que he tenido y eso me hacía sentir aún más conectada a él.

"Y en cuanto a tu tolerancia al dolor, la primera vez que nos besamos en mi casa, pellizqué tu culo jodidamente fuerte solo para ver qué hacías. Ni siquiera te inmutaste." La parte izquierda de su boca se curvó hacia arriba. "De hecho, gemiste en mi boca y me mordiste el labio." Pausó un momento, mirándome directamente a los ojos. "Hay una fina línea entre placer y dolor. A veces no podemos averiguar dónde está la línea." Mordí un trozo de pizza mientras pensaba, intentando imaginarme las similitudes entre placer y dolor y lo fácil que era confundirlas en ciertas situaciones y estados emocionales. Lo encontré verdaderamente fascinante y Harry compartía el mismo sentimiento. "Pero no es tan simple. Ahora me toca a mí preguntarte qué eres. ¿Masoquista? ¿Sumisa? ¿Una sumisa masoquista?" Se rió.

Yo me mordí el labio. "No lo sé. Siempre me han excitado las cosas así pero nunca lo he... hecho."

"Quizás pueda ser algo que hagamos juntos." Harry sonrió. "Estoy seguro de que hay cosas que te gustaría probar, al igual que a mí."

Mi mente, instantáneamente se perdió, creando una fantasía tras otra; algo que nunca había pensado.

"Dime" me animó, "¿Qué te pone realmente cachonda?" Yo tragué y pude sentir mi corazón llenarse y palpitar. "¿Qué hace que tu corazón lata rápido y se te seque la boca solo de pensarlo?"

Pensé por un momento, moviéndome en el sitio; de repente me sentí expuesta mientras él intentaba leer mi mente y sacar todas mis oscuras y más privadas fantasías.

"¿Quieres que te azote?" Mi estómago dio un vuelco y mi zona inferior se calentó mientras Harry hablaba directamente. "¿Darte latigazos y follarte hasta que apenas puedas caminar?"

Oh Dios.

"¿O atarte para que no te puedas mover y provocarte hasta que no puedas más?" Mi riego sanguíneo instantáneamente se acumuló entre mis piernas. Me estaba retorciendo y, silenciosamente, me estaba volviendo loca; y sabía que el mismo flujo de sangre se había elevado a mis mejillas y a mi pecho. Él era muy abierto con el sexo y la sexualidad y me tomó por sorpresa. No había duda de la tensión que estaba teniendo por él. "Ah" Harry sonrió. "Lo último, entonces."

Le mire con timidez entre mis pestañas.

"No te avergüences," se rió. "Obtengo tanto placer de eso como tú. Créeme."

Pasó un momento de cómodo silencio hasta que me decidí a hablar. "¿Cuales serían los suyos, entonces?"

"Hmm..." Él torció la boca de lado a lado, las comisuras de su boca se elevaron mientras pensaba. "Me gusta bastante la idea de tenerte atada en la cama. Y con los ojos tapados... Suplicando."

Sus ojos se iluminaron y sonrió. La excitación surgió por mi mientras pensaba en la máscara que habíamos usado; lo abrumador y lo intenso que había sido ser negada a uno de mis sentidos y lo bien que había llegado a conocer su cuerpo sólo tocándole. Cerré mis ojos un momento y recordé cómo se sentía; el contorno de sus músculos, su vello corporal, hasta los pequeños lunares que había notado mientras mis dedos lo exploraba. Me preguntaba cuánto más podía aprender de mi misma... lo lejos que podía llegar. Lo lejos que Harry podía llegar...

"Pareces cansada." Harry sonrió, colocando la caja de la pizza en el suelo.

"Estoy cansada." Me reí. "Me siento como si hubiera tenido dos horas de cardio en el gimnasio."

Me miró con diversión. "Probablemente has quemado más aquí."

"¡Y luego lo he ganado otra vez!" Señalé a la, casi vacía, caja de pizza del suelo.

Harry se acercó a mi cuerpo y me empujó contra él, así que mi espalda estaba contra su pecho y sus brazos me abrazaron por la cintura. Le seguí, disfrutando del afecto.

"Los gatos duermen durante la mayor parte de su vida, ¿sabes?" Sonrió contra la parte de atrás de mi cuelo.

"Siento que apenas duermo." Mientras suspiraba, me relajé contra el cuerpo de Harry, saboreando el calor y el confort de su piel desnuda.

"Duerme entonces" Susurró, ajustándose contra mi cuerpo exhausto. Cuando las rodillas de Harry se curvaron alrededor de mi trasero, inhalé profundamente. "¿Te duele?" Murmuré en silencio, retorciéndome cuando sus dedos pasaron levemente por mi piel caliente. Se movió detrás de mi y se levantó, mientras yo veía como caminaba hasta mesita. Cogió una botella y algo de aceite corporal y volvió a la cama. "Boca abajo."

Perezosamente, giré mi cuerpo para tumbarme boca abajo con mi cabeza descansando entre mis manos. Las rodillas de Harry se colocaron a cada lado de mi y se sentó en mis piernas, subiendo mi camiseta hasta mi cintura. Sus piernas musculosas se sentían calientes contra las mías y su peso era cómodo. Echando un poco de aceite de coco en sus manos, las colocó en mi trasero y yo salté con sorpresa cuando el líquido frío se puso en contacto con mi piel. Mientras cuidaba y relajaba mi carne enrojecida, empecé a relajarme, suspirando profundamente mientras sus manos seguían moviéndose por mí. Cerré mis ojos, concentrándome en los dedos de Harry y cómo los pasaba por los bordes de mis nalgas y rozaba la zona superior de mis muslos. Estaba muy cerca y mi corazón empezó a latir con fuerza, llevando la sangre justo a mi centro. Él murmuró suavemente y sus dedos se deslizaron entre mis piernas, rozando, provocándome y yo, subconscientemente, separé mis piernas para él, inhalando con fuerza cuando empujó un dedo dentro de mi. Después sus manos volvieron a mis nalgas y me masajearon con cuidado un rato, antes de pasar sus dedos otra vez entre mis piernas. Mantuve mis ojos cerrados, dejando que mi cuerpo absorbiera cada onza de placer que me estaba dando; escuchando su respiración profundizarse mientras me relajaba debajo de él.

"Creo que puedes correrte otra vez." Susurró, empujando otro dedo dentro demi.

Yo gemí silenciosamente y le sentí sacarse los boxers antes de elevar su cuerpo, así que sus codos estaban a cada lado de mi cabeza, separando mis rodillas con las suyas. Agarré sus manos cuando él se deslizó entre de mí con facilidad, exhalando su nombre mientras me tomaba una vez más.

-

Mientras Harry se tumbaba a mi lado, me sentí volver a la realidad. Mis ojos medio cerrados enfocaron el reloj de la pared, diciéndome que era más de media noche. Los dedos de Harry jugaban con los míos, diciéndome silenciosamente que estaba despierto.

"¿Te quedas?" Murmuré perezosamente.

Él pasó su nariz por mi piel y suspiró. "Tengo que levantarme pronto."

Un halo de decepción se creó en la boca de mi estómago por el hecho de dormir sola después de experimentar algo tan arrolladoramente emocional. Después de someterme voluntariamente a él durante un periodo de tiempo, seguía en ese estado mental. Todavía sentía que pertenecía a él y quería que él me abrazara hasta que esos sentimientos se fueran.

Sus brazos me atrajeron más cerca de él y sus labios se presionaron contra mi hombro.

"Me quedaré hasta que te duermas."

-

Me levanté en una cama vacía. Solo la leve esencia del olor de Harry me recordó que había estado aquí. Me giré, pasando mi pierna encima del edredón y abrazándolo, acalorada y cansada, con el sol de verano atravesando mis persianas. Dándome la vuelta, quité el edredón de encima de mi y me senté. 8.03 am. El problema de trabajar a tiempo completo significaba que mi cuerpo nunca me dejaba echar una cabezadita. Me levantaba cada día a la misma hora sin fallar, fin de semana o no. Mientras buscaba el control remoto de la mesita de noche, lista para buscar algún programa matutino de sábado, vi un pequeño trozo de papel doblado con cuidado al lado del mando. Cogí el papel y lo desdoblé.

'Espero que te despiertes más cuando leas esto. Siendo no haberme quedado por la noche. Te llamaré el domingo. Disfruta del fin de semana. X

Pd. ¿Seda o cuerda?'

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