Capítulo 6

Pasé mi dedo por el frío borde del vaso, cerrando mis ojos y echando mi cabeza hacia atrás mientras el gin tonic calentaba mi interior. Una variedad de música clásica atravesaba mis oídos, sedando mi mente mientras pensaba en la semana pasada y me concentraba en las suaves melodías. Era en momentos como esos en los que me sentía realmente apreciada- momentos en los que podía apagar y salir de mi propio mundo. Cuando di el último sorbo al vaso, el zumbido del timbre sonó, sacándome de mi ensueño. Busqué el mando del reproductor y bajé el volumen un poco, antes de levantarme del sofá y caminar hasta el telefonillo que estaba cerca de la puerta.

"¿Hola?"

"Soy yo."

Mi estómago se contrajo con el sonido de su voz; era muy profunda y grave y sonaba casi sin respiración.

"Te abro."

Estiré el vestido gris oscuro que me había puesto antes de abrir la puerta. Había elegido esto deliberadamente porque no se pegaba a la ropa interior, particularmente del liguero; algo apropiado para llevar por casa un viernes por la tarde pero algo bonito. Era de manga corta, un razonable escote y vuelo desde la cintura, cayendo hasta mis rodillas. Me había puesto el mínimo maquillaje- un poco de rímel y colorete- y el pelo suelto.

Cuando abrí la puerta, Harry estaba de pie delante de mi. Llevaba una camiseta blanca que era la suficientemente apretada como para poder ver sus duros pezones contra el fino material. Las mangas se ajustaban a sus bíceps, mostrándolos y la camiseta me invitaba a explorar la piel de su pecho. En mi mente, mis labios estaban besando y chupando la tentadora piel entre sus clavículas, sintiéndolo vibrar contra mis labios mientras lo volvía loco. Junto a la camiseta, llevaba unos pitillo negros con un cinturón y pude imaginarme el borde de sus boxers grises sobresalir por ellos. Mientras mis ojos lo analizaban no pude evitar darme cuenta del tamaño de sus pies en las botas marrones que llevaba puestas. Su pelo estaba hacia atrás y su mejillas coloradas, y me dedicó una sonrisa que quitaba la respiración y que hizo que todo mi cuerpo se debilitara. A pesar de su postura casual, parecía insaciable.

"Pareces un poco acalorado." Me reí.

Siendo sincera, yo estaba probablemente mucho más acalorada que él.

"Tenía a los paparazzi en el culo."

"¿Te han visto venir aquí?" Torcí mi cabeza y entré, invitándolo a pasar.

"No." Sonrió. "Estaban en un coche pero giré rápido y aparqué en la esquina. Vine caminando."

"Bastardos." Me reí.

Harry pasó y colgó su bolsa en el perchero de la entrada antes de caminar hasta el sofá. Se sentó e, instantáneamente pude sentir que algo le estaba molestando.

"¿Qué pasa'" Le pregunté, sentándome en una silla opuesta.

Él me miró a la cara con ojos comprensivos y una leve arruga sobre sus cejas.

"No quiero que me sigan cuando voy a ir a verte o cuando estoy contigo." Empezó. "Me gusta esto. Tú. Lo que tenemos." Pausó para respirar y lo tomé como mi oportunidad para consolarle.

"Bien porque me gustan las cosas como están también."

No le había dado ni a los paparazzi ni a las revistas una segunda mirada. Supongo que era porque nunca había tenido que lidiar con ellos, ni las repercusiones ni la especulación. Harry me miró a los ojos.

"No quiero etiquetar esto y es exactamente lo que las revistas van a hacer. Todavía no."

Me sonrió y mi interior se calentó. La palabra 'todavía'. Harry tenía razón. Era muy pronto para algo así. No quería ser una de esas chicas que salían en las portadas y luego desaparecían a las pocas semanas. Lo había visto pasar demasiadas veces con mis amigas y estaba decidida a no cometer los mismos errores de los que normalmente tenía que recoger los trozos. No había duda que tenía sentimientos hacia él pero no necesitaban ser expresados con él- no tras este corto periodo de tiempo. Estaba más que contenta de dejarlos fluir y ver a donde nos llevaba esto.

"Está bien Harry. De verdad. No te preocupes por los paparazzi y eso."

La sonrisa que me dio fue sincera pero todavía parecía preocupado.

"No quiero que seas una de esas rubias con las que insisten en emparejarme cada semana."

"¿Y qué pasa con las chicas con las de disfrutas azotando?" Bromeé, intentando liberar algo de la obvia tensión que tenía Harry.

Sus labios se curvaron y arqueo una ceja.

"Creo que el disfrute es mutuo, ¿no?" A pesar de mi silencioso acuerdo, no pude evitar sonrojarme y él siguió sonriéndome con diversión. "Pero hablando en serio" Continuó." Disfruto de tu compañía y estoy disfrutando mucho pasando tiempo contigo." Paró y sus labios que curvaron hacia arriba. "En todos los sentidos."

Se echó hacia atrás en el sofá, estirando sus piernas hacia delante y separándolas. Había estado aquí menos de cinco minutos e, inintencionalmente, ya había marcado su territorio... y me había puesto cachonda.

"Entonces nada más que hablar. ¿Quieres beber?" Le sonreí, intentando borrar mi calor interno y sacar un poco de compostura que me faltaba.

"Claro."

Caminé hacia el frigorífico y lo abrí, mirando su contenido. "Eh... tengo...cerveza... leche... ginebra... o un zumo de piña que ha estado aquí como diez años." Me reí.

"La cerveza está bien."

Agarré la fría botella del frigorífico y la coloqué al lado mientras sacaba un vaso del armario de arriba. Mientras lo hacía, los dedos de Harry levantaron rápidamente el borde de mi vestido, exponiendo la parte superior de mis muslos a él. Salté, tensándome completamente. Ni siquiera lo había oido acercarse hacia mi. Su parte delantera estaba pegada a mi espalda, atrapándome entre su cuerpo y la encimera, apenas dejándome espacio para respirar. Mi respiración se atascó en mi garganta mientras seguía de puntillas con Harry sujetando mi vestido lo suficiente para ver la parte superior de mis medias y las ligas.

"Te quedan bien." Me dijo al oído, antes de girar mi cuerpo para darle la cara.

Su expresión me excitó instantáneamente. Dura y primitiva. Todavía me impactaba lo rápido que sus ojos cambiaban una vez que sus deseos más profundos bullían y le quemaban. Podía pasar de dulce y amable a 'Voy a destrozarte' en menos de un segundo. Sólo con sus ojos, conseguía tenerme y llevarme con él, justo donde quería. Era magnético- física y emocionalmente- y yo estaba enganchada.

En cuestión de segundos, había conseguido sacar mi vestido por mi cabeza, tirándolo al suelo y dando un paso hacia atrás. Sus ojos me devoraron de la cabeza a los pies, sin perderse un centímetro, y todo mi cuerpo revivió.

"Creo que deberíamos ir a tu habitación."

Me congelé, completamente impactada por su excitación, al igual que la mía. Sus manos estaban en mi cintura, apretando levemente. Mi respiración empezó a volverse errática y él comenzó a caminar hacia atrás, arrastrándome con él. Sin prisa, sin dudas. Tan controlador.

Sólo una vez que llegamos a mi habitación, Harry me soltó. Encendió la lamparilla, dándole a la habitación un brillo tenue y erótico, antes de caminar y ponerse detrás de mi. "Estás absolutamente increíble con eso" Ronroneó, pasando sus manos por mis caderas, acariciando la parte superior de mis muslos. "Pero ya sabía que lo estarías."

Todo mi cuerpo se tensó como si hubiera olvidado respirar, concentrando toda mi atención en su toque.

"¿Te inclinas para mí?" Los labios de Harry se acercaron a mi oído. "Despacio."

Dio un paso hacia atrás y finalmente, dejé escapar una larga respiración. Jesucristo, ya estaba lista para él. Cuando empecé a inclinar mi cintura, las ligas se tensaron, arrastrando mis medias de seda por mi muslo. La sensación era sutil y delicada, aunque consiguió que mi zona inferior se llenara de calor y placer. Me incliné hasta que mis manos se posaron en el marco de metal a los pies de mi cama y mi cuerpo quedó paralelo al suelo. Me sentía muy expuesta y, cuando miré a la derecha, pude echar una ojeada a mi misma en el espejo. Mis mejillas estaban calientes y acaloradas y mi trasero estaba levemente inclinado hacia arriba. Mientras estudiaba mi silueta, mi mente fue llevada a la tensión de mi ropa interior contra mi caliente centro y estaba segura de que Harry podía ver lo caliente que estaba a través del material. Todo esto era muy erótico y mordí mi labios cuando Harry apareció; cuando su cuerpo se presionó contra el mío y su respiración fue caliente y pesada contra mi oído, Su mano se envolvió alrededor de mi parte delantera y se extendió en mi abdomen, aplicando una exquisita presión, acercándome aún más hacia él.

"Estoy duro sólo de verte." Susurró, acariciando gentilmente sus dedos contra mi nalga izquierda con su otra mano.

Deslizó su mano de mi abdomen a mis tetas y levantó mi cuerpo, así que mi espalda estaba contra su pecho. La sensación de su ropa contra mi piel desnuda era sensacional y podía sentir el calor radiando justo desde mi centro.

¿Confías en mí?"

"Si." No dudé.

El cuerpo de Harry dejó el mío y escuché con atención como algo se movía detrás de mi. En cuestión de segundos, el calor de su cuerpo volvió. Algo de seda pasó por mi espalda, poniéndome la piel de gallina en mis extremidades, lo metió con cuidado en la parte de detrás de mi liguero.

Harry dio un paso hacia atrás y giró mi cuerpo. Sus pupilas se habían dilatado tanto que sus ojos verdes eran casi negros, ardiendo con una pasión primitiva que hizo que mi corazón latiera con rapidez. Sus manos ahuecaron mi trasero, apretando la carne entre sus palmas, antes de deslizarlas hacia arriba, tentadoramente lento, asegurándose de que tocaba cada área de piel, hasta que sus dedos estuvieron en mi pelo y masajeó mi cabeza con cuidado. Relajé mi cabeza contra su toque, suspirando con alivio.

"Voy a taparte los ojos."

Bajó una mano a mi cintura y sacó la mascara de mi liguero, antes de sujetarlo a la altura de mis ojos. Buscó mi mirada y silenciosamente le di permiso. Estaba tan excitada y emocionada que apenas pude pensar antes de que él bajara la mascara a mis ojos y la ataba por detrás. Todo se volvió oscuro y, de repente me hice muy consciente de los sonidos y los olores a mí alrededor. Mientras me ajustaba a falta de visión, me enfoqué en la suave respiración de Harry y el dulce olor de su piel y su aftershave. Estaba muy caliente y muy cerca y no pude evitar alargar mis dedos para tocarle.

"¿Estás cómoda?"

Asentí lentamente y separé mis labios pero no pude hablar. Mientras movía mis dedos por sus muslos, él los tomó en sus manos y los arrastró por su cuerpo. Colocó mis manos contra su pecho, guiándolas por su torso vestido, hasta que llegó un momento en el que me dejó explorarle por mi misma.

"Tómate tu tiempo." Susurró, quedándose completamente quieto, dejándome sentirle y dejándome conocer su cuerpo sin mi sentido más básico. Estaba de pie, más indefensa de lo que había estado nunca delante de alguien, aunque más viva que nunca. Con mis otros sentidos agudizados, mi atención fue llevada a la música que venías de la otra habitación. Sospiri de Elgar sonaba lentamente a través del aire y las melodramáticas cuerdas progresaban y se llevaban mis emociones con ellas. Sentía un vinculo con Harry más íntimo que nunca; sin visión y sin ayuda ante él. Para él. Mi corazón latía fuertemente y mi respiración se ralentizó cuando presioné mis palmas contra su pecho y las deslizaba hacia arriba lentamente, hasta que mis dedos acariciaron la piel expuesta de mis clavículas. Hasta con la camiseta puesta, podía sentir el calor de su piel y la definición de sus músculos y con mi vista tapada, la sensación de él entre mis dedos fue reconfortante. Mientras las movía, pasé el frió metal de su collar y deslicé mi mano derecha a un lado, para sentir el latido de su corazón contra sus costillas. Estaba latiendo hasta más rápido que el mío. Seguí ascendiendo. Acaricié la piel en la base de su cuello y luego cada lado de su yugular, hasta que mis dedos pasaron a través de su esculpida mandíbula. Su cara era suave a pesar de la fina barbita pasando por mis dedos cuando le agarré la cara. Imaginé como debía de verse cuando me entregué a él y exploraba su cuerpo ciega. Se quedó completamente quieto todo el rato mientras me lo imaginaba. Vagamente, pasé mis dedos por el centro de su pecho y luego de su torso, hasta que quedaron en el borde de su camiseta y provocaron la piel caliente por encima de sus vaqueros. Mis piernas se volvieron de gelatina cuando empecé a pasar mis manos por dentro de su camiseta, imaginando cada área de su cuerpo tocada por mis dedos; imaginando que era Midas y lo estaba volviendo de oro. Su piel estaba muy caliente y tensa, y hubiera jurado que sentí sus músculos temblar de placer cuando pasé por sus costillas y provoqué sus pezones duros. Todo en su cuerpo era muy masculino; desde la dureza de su pecho hasta el vello que atravesaba su estómago. Mientras mantenía mis manos contra él, pude sentir sus labios acercarse a los míos y después, por primera vez esa noche, estuvieron en mí, dulce y gentilmente. Harry agarró las manos de su cuerpo y las mantuvo a mis costados mientras seguía besándome; ahora más profundo, mientras su lengua reclamaba la mía.

Estaba sin respiración y con las rodillas débiles cuando se separó.

"Esta pieza de música es casi tan bonita como tú." Respiró. "Y algún día te voy a follar con ella." Su voz atravesó mi corazón, atrayendo toda la atención de mi cuerpo. "Pero ahora mismo voy a azotarte." Dijo lentamente en mi oído. "¿Te gustaría?"

"Si, por favor" Gemí.

"Gírate."

Harry sostuvo mis caderas mientras daba pequeños pasos para girarme, hasta que le di la cara a la cama. Él pasó su mano desde la base de mi espalda a mi cuello, aplicando presión para dejarme en la misma posición en la que estaba antes, sujetando las sábanas de la cama. Sus dedos se movieron por la parte de detrás de mis muslos, ligeramente acariciando la piel que dejaban ver las medias. Con un suave click, Harry desenganchó mi liga derecha, y luego la izquierda, acariciando la, ahora accesible, piel antes de mover sus manos a la parte de delante y hacer lo mismo.

Sentí mis medias deslizarse por mis muslos lentamente mientras Harry metía los dos ligueros en el cinturón y dejaba los dos de adelante sueltos.

Harry enchanchó los pulgares en la cinturilla de mis braguitas y las bajó por mi trasero, lenta y sensualmente, dejando a sus manos pasar y tocar mi piel todo el camino hasta mis rodillas. Cuando salí de ellas, Harry empezó a tocar mis muslos otra vez, apretando gradualmente la carne más y más arriba hasta que sus dedos me acariciaron entre los piernas.

"Tan suave," ronroneó, acariciando con cuidado de atrás hacia delante.

Me retorcí con anticipación. La masoquista dentro de mí pedía el picor. La sumisa dentro de mi pedía la posesión.

Cuando la mano de Harry bajó hacia mi por primera vez hace unas cuantas noches, mi mente se había vuelto blanca y me había hecho suya. Me sentía libre en mi propia mente. De hecho, me sentía más libre que nunca cuando estaba con Harry. Particularmente así, inclinada y desnuda. Quería entregarme a él. Quería que él tomara el control de mi cuerpo y mente y liberarme de todo y de todos a mi alrededor. Él había liberado el oscuro deseo de adentro mío y no podía tener suficiente de él.

Mi mente volvió a la habitación cuando el primer golpe llegó a mi nalga derecha, quemando ferozmente. Apreté las rejas de metal y me recompuse, concentrándome en la concentración de sangre caliente de mi piel.

"¿Bien?" Dijo suavemente, acariciando mi pelo. Gemí cuando deslizó un dedo entre mis piernas, atrayendo mi atención rápidamente lejos del quemazón de mi trasero. "¿Otra vez?"

"Si." Respiré, tensando mis nalgas mientras me preparaba para otro golpe. Sin poder ver, todo era mucho más intenso y la anticipación que tenía entre azotes me tenía temblando con una inexplicable tensión. Esta vez, su mano me cogió por sorpresa y golpeó la nalga opuesta; luego la derecha otra vez, luego la izquierda, todo en una rápida sucesión. Solté la respiración y me moví cuando las manos de Harry acariciaron con cuidado mi caliente carne.

"Me encantas así." Golpe. Oh Dios. "Desnuda." Suaves dedos. Otra vez. Duro. "Mía."

Cogí aire. "Si."

Cada vez que su mano golpeaba mi piel, los músculos de mi centro se contraían y mi excitación brotaba. Sus primeros dos dedos se movieron entre mis nalgas y entraron en mí, tocando firmemente contra mi punto G, que ya estaba lleno y tenso. Mientras sus dedos se movían lentamente, supe que podía sentir, ver y oír lo excitada que estaba. Su respiración era ronca y gemí mientras mis músculos de movían en olas contra sus dedos, intentando atraerle y mantenerle ahí hasta correrme. Después se fueron y golpeó con fuerza la parte superior de mi nalga izquierda, dejando un afilado picor y el rastro de mi humedad.

Caliente y temblando, las manos de Harry se deslizaron a través de mi cintura y me acercó hacia él, masajeando mis tetas mientras su labios y su lengua pasaba por mi cuello.

"Da pequeños pasos." Susurró, guiándome. "Despacio."

Estaba completamente desorientada cuando me movía, y él sujetó mi cintura y mi brazo con firmeza cuando su cuerpo me guió hacia abajo, hasta que me senté en la colcha de mi cama. Mi corazón empezó a bombear cuando se fue y, por primera vez, me sentí nerviosa y mi cuerpo empezó a temblar.

"Sigo aquí." Susurró, pasando su pulgar por mi mandíbula.

Oí que se elevaba algo y sentí una ráfaga de aire contra mi piel, lo que me hizo pensar que se había quitado la camiseta. Sentada totalmente quieta, escuché con atención, descifrando el sonido del cinturón contra las hebillas y el golpe de los vaqueros contra el suelo. Luego, las manos de Harry volvieron a mí y guiaron mi cuerpo una vez más.

"Voy a ayudarte a que te pongas de rodillas."

Con cuidado, elevó mi pierna izquierda, echándome un poco para atrás, y luego la derecha, hasta que ambas piernas se doblaron a mis lados. La seda de las sábanas de mi cama se sentía muy suave contra mi piel y mis movimientos casi no requerían esfuerzo gracias a la ayuda de Harry. Mientras sujetaba mis manos, me dejó apoyar todo mi peso en él antes de apoyarme en mis rodillas; después, lentamente deslizó mis manos a la cama con él, así que estaba a cuatro patas. Moví mi mano derecha y pasé mis manos por una piel caliente y, por la firmeza de los músculos y las cosquillas del pelo, averigüé que era su muslo. Continué mi exploración, disfrutando cómo se sentía y como sus músculos se tensaban cada vez que acariciaba la cara interna de sus muslos. Tomó mis manos entre las suyas, y luego estuvieron encima de sus bóxers, sintiendo su longitud dura como una piedra y caliente a través del fino material. Dejó su mano encima de la mía mientras yo lo sentía, respirando pesadamente. Sabiendo lo cerca que estaba de mi, me incliné hacia delante y seguí a mi mano con mis labios, pasando encima del suave algodón. Su polla se retorció cuando mi respiración le golpeó. Muy caliente y duro y listo. Luego, sus manos se movieron a mi espalda y desbrochó el sujetador. Mi pecho quedó libre cuando los tirantes se deslizaron por mis hombros y luego, el contacto de Harry se fue.

Miré hacia arriba, buscando ciegamente una explicación y luego, algo duro y pesado se apoyó en mis labios. Pude saborearle instantáneamente y, mientras sacaba mi lengua, una mezcla de calor salado y fresco pasó a través de mis sentidos. Oí a Harry estremecerse cuando abrí mi boca a él y dejé que la cabeza de su pene entrara, envolviendo mis labios a su alrededor y chupando levemente.

"Eso es nena."

Su mano se colocó detrás de mi cabeza y sus dedos agarraron mi pelo, sujetando firmemente mientras me empujaba por su dureza. Era lento y gentil; sin forzar, pero guiándome. Los sonidos que provenían de encima de mí eran desesperadamente eróticos. Mientras mi boca seguía su camino a través de su eje, su otra mano se deslizó por mi espalda, pasando por mi trasero y luego, entre mis piernas y mientras se inclinaba para darme placer, su polla se movió más profundo en mi boca. Mi garganta, involuntariamente se cerró alrededor de él y un sonido gutural vino de Harry a la vez que pellizcaba mi culo con fuerza. Gemí alrededor de él cuando su dedo exploró entre mis piernas, girando y moviéndose dentro de mí talentosamente. Quería tomarlo más profundo pero no me podía concentrar. Mi culo se arqueó y me separé, sacándolo de mi boca y buscando aire.

Él separó los dedos de mi y, antes de darme tiempo a pensar, su manos estaban en mis hombros y mi espalda estaba contra las sábanas. Sus labios se posaron en mis muslos, caderas. Estómago; lamiendo y chupando, cogiendo mi piel entre sus dientes mientras trabajaba mi cuerpo cada vez más. Sus labios se fueron y, acto seguido, mis caderas se elevaron sin descanso contra su cara mientras su lengua me provocaba entre las piernas; girando y moviéndose con habilidad contra mi caliente y necesitada carne. Mi reacción innata fue quitarme la máscara; mirar directamente a sus ojos vermes mientras él me llevaba más y más arriba. Pero no lo hice. Agarré desesperadamente su pelo, jadeando con fuerza cuando mi clímax empezó a crearse.

"Shh." Me tranquilizó entre lametazos, sujetando mis piernas con firmeza a cada lado de mi cuerpo, asegurándose de que no me pudiera mover.

Él continuó su asalto entre mis piernas; sin prisa, delicado, tan preciso. Cuando me sentí en el borde, arqueando mi espalda, Harry se alejó y gemí con frustración. Sus labios mojados trazaron mi clítoris una vez más y empezó a besar lentamente mi estómago y el valle de mis pechos. Jadeé cuando sentí el peso de su cuerpo entre mis piernas, atrapando su dura longitud entre nuestros estómagos. Sus labios estaban encima de los míos, tan sensualmente que instantáneamente, enrollé mis piernas alrededor de mi cintura, elevando mis caderas mientras mi cuerpo pedía el suyo.

"Voy a quitarte esto." Susurró Harry, llevando sus manos a mi cara y deslizando la máscara por mis ojos. Mientras me acostumbraba a la luz y abría mis ojos, él, lentamente se deslizó dentro de mí, hasta que me estiró y me llenó completamente. Se quedó quieto, mirándome. Sus ojos eran muy grandes y negros y llenos de maravillas. Estaba abrumada, completamente poseída por el hombre que estaba encima de mí. Todo se sentía muy caliente y estrecho, perfectamente lleno. Apoyándose en sus codos, sus manos agarraron las mías a cada lado de mi cabeza y, con un suspiro desesperado de mi nombre, empezó a moverse dentro de mí.

Sus caderas se movían deliberadamente lento, deslizándose profundo dentro de mi cada vez. Me contraje alrededor de él con cada empellón, manteniéndome dentro, antes de que él se separara y me dejara temblando y desesperada por más.

"Eres muy grande." Suspiré con asombro, apretado sus manos mientras él seguía sujetando las mías. Podía sentirle justo en la boca de mi estómago, muy apretado; y sus labios se curvaron por mi confesión. Su expresión rápidamente cambió cuando me apreté alrededor de él y frunció las cejas con una profunda exhalación. Cuando empezó a moverse con más rapidez, mis medias se movieron a cada lado de él, incapaces de encontrar un agarre estable. Cada parte de él estaba en mí, sus caderas, estómago, pecho... labios, tan cerca que casi podía saborearlos. Su pelo estaba suelto, cayendo contra mi frente mientras él mantenía la mirada en mí. Estaba muy duro y caliente dentro de mí, podía sentir cada perfecto centímetro de él. Él siguió moviéndose con dura precisión, y yo cerré mis ojos y elevé mi pecho contra el suyo cuando el placer brotó de mi interior.

"Abre los ojos." Susurró, dejando de sujetarme la mano izquierda y apartando el pelo de mi cara.

Los apreté más fuerte mientras él empujaba sus caderas hacia delante y se quedaba quieto, llenándome hasta el límite, antes de abrirlos lentamente para él. Él me miró con los párpados pesados y los labios abiertos, antes de elevarse de sus codos y poder mis manos encima de mi cabeza, sujetándolas con el peso de su cuerpo. Su brazo y los músculos de sus hombros estaban tensos mientras él se apoyaba en mí y yo elevé mis piernas más alto mientras me preparaba para correrme.

"Más fuerte." Le urgí sin respiración, clavando mis uñas en sus manos.

Él inclino la cabeza y chupó mi labio inferior, invirtiendo todo su peso en cada empellón, duro y profundo, manteniendo un ritmo continuo y asegurándose de que nuestro contacto visual no se rompía. Estaba muy cerca, apretándome contra él más y más a medida que me llevaba al final. Sus pies cosquilleaban y mi cuerpo se rindió al placer, corriéndose con un desesperado grito con su nombre y con olas de placer pasando a través de mi, consumiendo todo mi cuerpo.

"Perfecta." Susurró, trazando sus labios sobre los míos mientras mi cuerpo se convulsionaba debajo de él. "Déjame correrme encima de ti."

Le miré con los ojos abiertos, elevando mis labios hacia los suyos y atrayendo su cuerpo hacia mis piernas, consintiéndole. Quería que se corriera dentro de mi, era la posesión definitiva y quería dárselo. Él gimió contra mis labios, respirando con fuerza, imitando el movimiento de sus caderas. Sabía que estaba cerca. Podía sentir su cuerpo temblando contra el mío mientras intentaba sujetarlo todo el tiempo posible. Sus ojos se pusieron blancos mientras su respiración se volvió rápida y pesada y, mientras las olas de mi orgasmo seguían pasando por mi, se corrió fuerte encima de mi con un alto suspiro de placer y sus venas pulsando con fuerza mientras me llenaba con todo lo que tenía para darme. Me encantaba verle perder toda su compostura así, rindiéndose al placer... a mi. Por primera vez, me sentí más con el control que él. Mientras sus caderas se ralentizaban, sus labios encontraron los míos y me besó hasta que se quedó quieto dentro de mi, quitando su peso de sus brazos para que nuestros cuerpos se unieran en un caliente abrazo. Nos quedamos así un rato, besándonos y tocándonos mientras nos recomponíamos.

X.

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