Capítulo 17
El taxi paró en la puerta de la casa de Harry justo después de las 9 y media. Las calles estaban en calma y vacías, a parte del gato blanco y negro que había visto cruzar la carretera y meterse entre unos arbustos. Todavía no podía creerme que un lugar así existiera en una ciudad tan ajetreada y contaminada.
"¿Te traigo una bebida?" Preguntó Harry cuando entramos en el salón. "¿Vino? ¿Agua? ¿Zumo?"
"¿Qué vino tienes?" Me senté en el sofá mientras Harry colocaba su chaqueta en el reposabrazos de la silla y caminaba hacia la cocina.
"¡Blanco!" Gritó y, antes de que contestara, le oí sacar una copa.
Sonreí por su presunción. "Blanco está bien." Un momento después, Harry ya estaba de vuelta en la habitación tendiéndome una copa de vino y con una cerveza para él.
"Cuéntame más sobre Burberry." Le urgí. "¿Cómo es la nueva temporada?" Él sonrió por mi entusiasmo y se sentó a mi lado.
"Erm... ¿invernal?"Le pegué en el brazo juguetonamente.
"Ja ja."
"Los abrigos son muy bonitos. Algo parecidos a los del año pasado pero bonitos igualmente."
"Si, le he echado el ojo a uno durante un tiempo." Me reí. "Aunque no puedo gastarme tanto dinero ahora."
Le di un sorbo al vino y Harry sonrió. "Déjame hablar con alguien y probablemente te lo podría conseguir."
"No bromees con estas cosas."
Se rió. "No lo hago. Hice algunos amigos que trabajan para Burberry en la Semana de la Moda el año pasado."
"¿En serio?" Sonaba más sorprendida de lo que realmente estaba.
"Si. Así que enséñame el que andas detrás y veré que puedo hacer."
Le di otro sorbo a mi vino antes de posarlo en la mesa y sonreír a Harry. Normalmente me gustaba ganarme lo que había comprado- saber que había trabajado para ello y lo merecía de verdad- pero esto era muy bueno como para dejarlo pasar.
"¿Ponemos algo de fondo? Preguntó Harry, asintiendo hacia la televisión. Asentí y vi como Harry se ponía de pie y caminaba hacia la televisión, antes de abrir un armario debajo que revelaba una gran colección de DVDs. "¿Alguna preferencia?"
"No, lo que quieras." Sonreí. Sacó algunos DVDs y los fue pasando antes de decidirse finalmente y ponerlo en el reproductor. "¿Peep Show?" Elevé una ceja y me reí cuando se giró a mirarme.
"Bueno, supongo que es tu tipo de humor." Se rió, caminando de vuelta al sofá.
"David Mitchell es un genio de la comedia."
"Si." Sonrió. "¿Algún episodio en particular que quieras ver? Es la última temporada."
Pensé por un momento. Los había visto cientos de veces pero nunca me cansaban. "Esto está completamente fuera de temporada, pero el de Navidad."
Harry se rió. "Excelente elección, Señorita Jacobs." Le dio un sorbo a su cerveza y presionó algunos botones del mando para que empezara el capítulo. "¿Quieres ponerte algo más cómoda?" Harry me miró mientras colocaba un brazo detrás del respaldo del sofá y esta vez, no dudé. Elevé mi cuerpo de los cojines hasta que estuve contra él y él dejó su brazo encima de mi hombro con su mano en mi brazo. Instantáneamente me relajé contra él. Mi mente estaba un poco abrumada por el vino, pero no lo suficiente como para debilitar mi raciocinio. El calor de su piel radiaba a través de su camisa con mi mano presionada contra su estómago y él se rió cuando metí mis dedos entre la abertura de dos botones y acaricié su piel.
Después de diez minutos o así, el cuerpo de Harry había acabado encima del mío y entre mis piernas. Cada tanto, uno de nosotros se reía de algo divertido de la televisión, pero pronto caíamos de nuevo en un lío de labios y manos. No teníamos prisa en tenernos, ni en quitarnos la ropa. Nuestros labios jugaban sensualmente mientras nosotros nos tomábamos nuestro tiempo en disfrutarnos.
"Se acabó el capítulo." Murmuró Harry contra mis labios y yo sonreí mientras enganchaba mis piernas en su cintura y le mantenía cerca.
"Estoy muy cómoda como para moverme." Él se echó para atrás un poco y elevó sus cejas, mirándome con una sonrisa de diversión.
"¿Necesitas que te lleve?"
"No." Me reí.
"Porque lo haría."
"No te atreverías." Por el aspecto de la cara de Harry, sabía que lo había tomado como un reto y, cuando sus manos se deslizaron detrás de mi espalda, me arrepentí al instante de mis palabras. Desenganché mis piernas de su cintura y puse mis manos contra su pecho. "Ni te atrevas. ¡Te voy a romper la espalda!"
Él se rió mientras subía mi cuerpo con el suyo, así que estaba sentada en sus muslos y nuestros pechos se chocaban el uno con el otro; mientras luchaba contra él, entrelazó sus brazos a mi alrededor más fuerte. "Ahora, o enganchas tus piernas alrededor de mi cintura y dejas que te lleve o te llevo encima del hombro."
Aunque solo estaba jugando, había algo increíblemente atractivo en su tono comanditario. Se levantó y atrajo mi cuerpo al suyo y antes de que pudiera protestar otra vez, me llevaba sin esfuerzo por el salón. Sujeté sus bíceps mientras él caminaba conmigo y, por un breve momento, Sus labios se juntaron con los míos. "¿Viste? No es tan malo, ¿no?" Sonrió, comenzando a subir las escaleras.
"No tengo ni idea de por qué no estás en el suelo todavía." Me reí.
"No seas tonta."
Como muchas chicas, me preocupaba mi peso y, hubo un tiempo en la escuela primaria donde fui atormentada por ello. Estaba sorprendida e impresionada, de que Harry no se hubiera tambaleado o tropezado durante su ascenso. Seguía sujetándome en sus brazos mientras caminaba hacia la habitación. Encendió la lamparita y puse su iPhone en el reproductor al lado antes de, cuidadosamente, bajar mis pies al suelo. Mantuve mis manos en sus brazos mientras mis pies llegaban al suelo, apoyándome por un momento al desenganchar mis piernas. Sus manos nunca dejaron mi cuerpo y, mientras estaba de pie frente a él, viajaron de mi cintura a mis caderas. La luz de la habitación era tenue; lo suficientemente brillante como para ver el brillo de sus ojos. Estaba pensando en besarme, sus ojos estaban en mis labios y yo observé como los suyos se abrían ligeramente. En vez de cerrar el espacio entre nosotros, movió su cabeza a un lado de la mía y, lentamente, deslizó sus manos por mi espalda, hasta que sus dedos estuvieron en mi nuca.
"Me gusta este vestido," Susurró. "Pero..."
Sus dedos agarraron el botón de la parte superior de mi vestido y lo desabrocharon. Yo cerré mis ojos e inhalé profundamente mientras él bajaba la cremallera lentamente por mi espalda. Podía oler el aroma de su aftershave, mezclado con el olor natural de su propia piel, lo que hizo que mi corazón latiera con necesidad y deseo. Cuando llegó a la base de mi espalda, me incliné hacia delante y besé la piel de su yugular probándole y un suave gruñido surgió de su garganta. Movió sus manos a cada lado de mis hombros y, cuidadosamente, quitó la tela de mi piel. Mi vestido cayó por mi cuerpo con facilidad y, en cuestión de segundos, estaba a mis pies. Con sus manos todavía en mis hombros, lentamente giró mi cuerpo así que mi espalda estaba en su parte delantera. Su respiración era caliente contra mi cuello y hombros y yo temblé involuntariamente por la gentil sensación contra mi piel. Vi como sus manos se movían alrededor de mis muslos a la parte delantera de éstos, provocando la piel justo encima de mis medias. Había algo en sus manos que encontraba fascinante, desde la delgadez de sus dedos a las gruesas venas debajo de su piel. Eran sensuales y poderosas; una combinación que me tenía demandando su toque en muchas ocasiones. Sus manos se movieron a mis caderas y me acercó a él, llevando sus labios al área entre mi cuello y mi hombro mientras sus dedos acariciaban mi cintura.
"Si estuviera en mi poder, estarías desnuda todo el tiempo." Respiró mientras deslizaba sus labios por mi cuello. Instintivamente, lo extendí hacia un lado y mantuve mis manos encima de las suyas; llevándolas hasta mis costillas. La mano derecha de Harry se apartó de la mía y rozó la parte trasera de mi muslo derecho, antes de, rápidamente, soltar el liguero de mi media con su pulgar e índice. De repente, me dejé llevar por la música de los altavoces. No la sabía, pero la sentía; suaves vocales sobre un ritmo lento y pesado, atravesándome como un afrodisiaco. Lentamente, abrí mis ojos cuando el cuerpo de Harry se apartó de mi, dejándome de pie ahí. Me giré para verlo sentado en la cama con sus ojos fijos en mi; sus piernas estaban separadas para acomodar su obvia excitación bajo los vaqueros negros. Yo estaba de pie frente a él a unos centímetros sólo con mi ropa interior; negra, de encaje y combinada. Mi corazón latió cuando sus ojos pasaron por cada curva de mi cuerpo. Me sentía eróticamente cargada. Muy atractiva para él. Algo en la manera en la que me miraba, disipaba todas mis inhibiciones y bajé mi mano derecha a la parte superior de mi muslo y empecé a deslizar mis dedos por el liguero que estaba sujetando la media. Mientras él veía mis dedos danzar por la banda de encaje de mi media, la desenganché del liguero así se se bajó hasta encima de mi rodilla. Me aseguré de no romper el contacto visual. Podía sentir mi cuerpo respondiendo de muchas maneras a la mirada de Harry y a la música y, mientras soltaba mi otra media del liguero, no pude evitar rozar con mis dedos el interior de mis muslos. Nunca me había desnudado para alguien. Hasta ahora, el pensamiento me había aterrorizado. Pero aquí y ahora, con Harry mirándome con tanta maravilla y apreciación, quería hacerlo. Respiré profundamente y vacié mi mente; enfocándome en el deseo recorriéndome. Busqué tras mi espalda y desenganché el cinturón del liguero, dejando que cayera a mis pies. Los ojos de Harry siguieron su descenso antes de, lentamente, hacer su camino de vuelta a mi cuerpo; labios abiertos con concentración.
Vi un cambio en ti. Es como si nunca tuvieras alas. Ahora te sientes muy viva.
Mi cuerpo estaba lleno de excitación. Mis pezones dolían hasta el punto de estar incómoda. Nuestros ojos se encontraron unos momentos antes de que me girara y deslizara mis manos por el exterior de mis muslos y luego a mi cintura, trazando mis curvas. Cuando eché mis caderas hacia atrás y arqueé mi espalda, lentamente moví mis manos a mi sujetador. Me aseguré de tomarme mi tiempo, meciéndome mientras imaginaba que mis propias manos eran las de Harry; provocando y explorando. Vi un show de burlesque una vez y aunque pensé que no estaba ni siquiera cerca de ese tiempo de seducción, recodé como las chicas se movían y lo ensimismada que estuve mientras las veía actuar. Mis dedos desabrocharon los enganches y mi sujetador se abrió. Mantuve mis ojos al frente mientras me lo quitaba por los hombros y lo dejaba caer para unirse al cinturón del liguero. Pasé mis manos por mi pelo y lo sujeté para exponer mi espalda y cuello a él. Mientras mis dedos pasaban por las puntas, mi pelo cayó suelto encima de mis hombros y bajo mi espalda. Miré por encima de mi hombro para observar la reacción de Harry y él movió sus ojos a los míos y sus labios se curvaron en una seductora sonrisa. Se había desabrochado los primeros botones de su camisa y me di cuenta de que ya se había quitado el cinturón. Sus mejillas estaban sonrojadas y su polla estaba dura como una piedra bajo sus pantalones. Me sentí más sexy y más segura de lo que nunca me había sentido y la expresión en la cara de Harry mientras me giraba y mostraba mi cuerpo semidesnudo a él será algo que recuerde mucho tiempo. Me había visto desnuda más veces de las que podía contar pero la mirada en sus ojos cuando nos miramos en ese momento era muy oscura y sensual; como si él me estuviera desnudando desde el centro de mi alma.
Crucé mi pierna derecha sobre la izquierda, caminando hacia él para acentuar la curva de mis caderas. El magnetismo que había entre nosotros conmigo a sus pies era completo, aunque ninguno hacíamos ningún intento de tocarnos. Enganché mis dedos en la banda de mi ropa interior y, lentamente, la deslicé por mis caderas hasta que estuvieron a medio camino de mis muslos y cayeron al suelo. Los ojos de Harry bajaron de mi cara al área expuesta entre mis piernas. Temblé con deleite cuando su cálido aliento pasó sobre mi piel desnuda. Los dos seguíamos llenos de deseo, hasta que Harry movió su mano a la parte trasera de mi rodilla izquierda y empezó a subirla. Mi piel respondió a su caricia y Harry sujetó mi pierna firmemente hasta que mi pie descansó en su rodilla. Sus ojos instantáneamente se enfocaron entre mis piernas mientras yo me desnudaba completamente para él. Me miró y sonrió, acercando sus labios tan cerca de mi centro que casi pude sentirle en mí. Le miré en silencio mientras sus ojos oscuros me tomaban antes de girar su mejilla y rozar con sus labios el interior de mi muslo. Estaba segura de que con una sola pasada de su lengua me correría. Estaba muy acalorada y mojada y quería desesperadamente echar mis caderas hacia delante y presionarme contra sus labios. Pero había algo muy poderoso entre nosotros que me tenía completamente paralizada en el sitio. Sus dedos se engancharon debajo de la banda de mis medias de seda y empezaron a bajarla, lenta y sensualmente. Sus ojos se encontraron con los míos cuando moví mi pie y él me quitó el material y lo tiró al suelo. Pasó sus manos por mi pierna; justo desde mi tobillo hasta que acarició la piel detrás de mi muslo para después, cuidadosamente, bajar mi pierna hasta el suelo y llevar la contraria a su rodilla, repitiendo sus gentiles acciones.
Dejé escapar un suspiro cuando mi otro pie llegó al suelo y una caliente fricción rozó entre mis piernas. Estaba poseída de deseo. El suyo y el mío. Él trazó con su dedo índice la fina línea de vello que había justo debajo del centro de mi pelvis antes de levantarse lentamente con su cuerpo inclinado hacia el mío; no podía oír nada más que los sonidos de nuestras respiraciones entrecortadas llenando la habitación. Aunque había espacio entre nosotros, podía sentirle; su calor, su presencia. Sabía que si inhalaba más profundo, mis pulmones se llenarían lo suficiente para presionar mis pezones contra su camisa, pero antes de que tuviera la oportunidad, Harry se movió detrás de mí.
"Pon tus manos y tus rodillas en la cama" Susurró contra mi oído.
Me incliné hacia delante, así que mis manos estaban sobre su colcha para ser seguidas por mis rodillas, tan grácilmente como me fue posible. Él pasó un dedo por mi espalda hasta que estuvo en mi nuca y mi respiración se paró cuando sus dedos empezaron a soltar el enganché del collar delicadamente. Me lo quitó y yo giré mi cabeza hacia la izquierda para verle colocarlo con cuidado en la mesita de noche. Ahora estaba completamente desnuda. Se inclinó hasta que sus labios quedaron justo en mi oído.
"Justo como me gustas." Su voz era suave y calmada pero sabía que había un placer insaciable corriendo por su sangre que pronto me tendría gritando y agarrando las sábanas. Sus manos llegaron a cada lado de mi cabeza y pronto, mi visión se fue. El tejido era sedoso y, mientras hacía un nudo atrás, supuse que era la misma seda que había usado para atar mis muñecas a mis tobillos hacía unas semanas.
Pasó sus manos por mi espalda y, aunque no podía verle, pude sentir sus ojos en mí; justo entre mis piernas. Estaba increíblemente cachonda, arrodillada delante de él con mis piernas separadas. Mi pecho pesaba y mis pezones estaban duros. Toda mi parte inferior estaba tensa. Él presionó sus manos contra mi espalda y las deslizó firmemente hacia arriba, siguiendo la curvatura de mi espalda. Sus manos eran firmes y calentaban mi piel y, cuando llegó a mis hombros, apartó mi pelo hacia un lado y lo sujetó con una mano. Sentí una ligera presión en mi cuero cabelludo, que se incrementó gradualmente hasta que mi cabeza se echó para atrás hasta que vi el techo y el peso de mi cuerpo se elevó de mis manos. Mi cuerpo estaba arqueado y mis manos se quitaron de las sábanas mientras Harry usaba mi pelo para atraer mi cuerpo hacia el suyo; hasta que quedé arrodillada con mi espalda contra su pecho. Él tiró de mi pelo, de modo que mi cara estaba paralela el techo y pude sentir su corazón golpeando contra su pecho. Su dureza estaba entusiasmando tanto a mi cuerpo como a mi mente. Esto era deseo en su forma más primitiva y natural. Esto éramos nosotros, sucumbiendo el uno al otro. Movió sus labios por mi mejilla; respirando pesadamente sobre la piel sensible detrás de mí oreja.
"Ese striptease," dijo, "fue posiblemente una de las cosas más calientes que he visto en mi vida." Su mano todavía estaba agarrando firmemente mi pelo; dejándome quieta para su juego. "Y voy a follarte duro para mostrarte lo mucho que me encanta ese bonito y pequeño cuerpo tuyo."
Gruñí cuando sus labios se cerraron alrededor de la piel de mi cuello y su lengua lamió entre ellos, provocando la delicada área. Mantuve mis manos a cada lado de sus muslos y me eché hacia atrás contra él para poder sentir su erección entre sus vaqueros presionando entre mis piernas. Un suave gemido se escapó de mis labios cuando sentí los suyos moverse en una sonrisa.
"Vas a mojar mis vaqueros si no tienes cuidado."
Se me escapó una risa entre respiraciones entrecortadas cuando su mano libre se movió a mi parte delantera; extendiéndose en mi abdomen. Dejó escapar un suspiro cuando su dedo corazón entró entre mis piernas. Por primera vez esa noche, estaba sintiendo lo lista que estaba para él. Todo mi cuerpo se tensó y mis caderas se echaron hacia delante contra la suavidad de su dedo. Su mano subió por mi cuerpo y presionó sus dedos húmedos contra mis labios dentro de mi boca. Moví mi lengua contra él, cubierto de mi dulce excitación. Él sacó sus dedos de mis labios antes de empezar a descender mi cuerpo lentamente de vuelta a la cama. Cuando mis manos llegaron a las sábanas, continuó empujándome hacia abajo, hasta que mi pecho y mis hombros se apoyaran en la cama. Sentí su cálido aliento entre mis piernas y, a la vez que agarraba cada uno de mis muslos y los separaba, trazó su lengua por todo mi húmedo centro. Mi espalda se arqueó y un pequeño jadeo dejó mis labios; antes de que pudiera respirar, su lengua entraba y salía fervientemente de mi caliente entrada. El sonido de la carne mojada contra carne mojada mezclada con profundas respiraciones era tan erótico que no pude evitar echarme hacia atrás contra su cara; demandando más la maestría de sus labios y lengua. Él alternó entre rápidos lametazos y largas pasadas con su lengua, ocasionalmente pasando sus dientes por mi sensible piel. Cuando paró para respirar, reemplazó su lengua con su dedo; girándolo adelante y atrás con rapidez y precisión, lo que hizo que sujetara las sábanas desesperada. Empujó un segundo dedo dentro de mi hasta que pude sentir sus nudillos en mi entrada y todo mi cuerpo se echó hacia delante.
"Relájate para mi un segundo." Susurró Harry cuando retiró sus dedos hasta la punta. Relajé mis músculos y cuando lo hice, sentí otro dedo en mi entrada. Exhalé profundamente mientras él empujaba tres dedos dentro de mí hasta que estuvieron a medio camino. Me sentía muy llena y estrecha y no pude evitar que mis músculos se contrajeran alrededor de sus dedos. Era una sensación que no había experimentado antes y, aunque era un poco incómodo, me sentía llena de placer. "¿Cómo se siente?"
Suspiré profundamente. "Estrecho."
"¿Estrecho bien?"
"Si."
Sensacionalmente estrecho. Empezó a mover sus dedos adelante y atrás, tormentosamente lento, asegurándose de que podía sentir cada centímetro de sus largos y esbeltos dedos. Gemí cuando retiró sus dedos completamente, esperando que volvieran pronto dentro de mi para llegarme hasta el límite en el que estaba suspendida. Cuando el peso de la cama disminuyó, escuché con atención y pude oír una cremallera y un golpe de los vaqueros contra el suelo. Cuando el cuerpo de Harry se inclinó encima del mío, su erección descansó en la base de mi espalda; caliente y pesada. Su piel estaba muy caliente contra la mía y pude sentir su respiración cuando sus brazos se movieron a cada lado de los míos. Su collar colgaba contra mi nuca y yo me incliné y arqueé mi espalda, desesperada por tenerlo tan cerca como fuese posible. Solo podía imaginar lo bien que se vería ahora, totalmente desnudo. Le había visto desnudo suficientes veces como para conjurar imágenes que hacían que mi corazón latiera con rapidez y mi zona inferior palpitara, pero nada era tan bueno como la realidad. Podía imaginar sus bíceps tensarse a cada lado de mi mientras mantenía su peso, sus omóplatos y músculos moviéndose y flexionándose bajo su piel tatuada. Sabía que sus mejillas estarían sonrosadas y sus labios serían de un color rosa oscuro; un rosa que sería igual que la cabeza de su polla. Sus rodillas estaban entre las mías y la parte delantera de sus muslos musculosos estaban calientes y firmes contra la parte trasera de los míos; los suaves pelos rozaban mi piel. Giré mi mejilla a la derecha y los labios de Harry rozaron los míos.
"Sujétate al borde de la cama," Susurró. "Fuerte."
Hice lo que me pidió y moví mis manos hacia delante y curvé mis dedos al borde de la cama. El pecho de Harry se movió de mi espalda y colocó su mano izquierda en mi cadera, su caliente punta se puso entre mis piernas. Sin avisar, se empujó dentro de mí en un rápido movimiento; llenándome justo hasta la boca del estómago. Mi espalda se arqueó y sus labios se abrieron en silencio. Su otra mano, agarró mi cadera y me mantuvo quieta para que fuera incapaz de moverme.
"Eres muy grande." Respiré con completo asombro. Él echó sus caderas hacia delante y yo dejé escapar un quejido.
"¿Te gusta tenerme dentro de ti?" Mientras Harry hablaba, empezó a masajear mi trasero, agarrándolo y acariciándolo.
"Si." Mi voz apenas era un susurro.
"Descríbemelo..."
Estaba tan cachonda en ese momento que a penas podía pensar con claridad; ni hablemos de hablar. "Estrecho. Muy estrecho y caliente y oh Dios-" Él flexionó sus caderas y sacó su longitud antes de entrar en mi otra vez. Mi espalda se arqueó más y agarré las sábanas firmemente entre mis dedos. "Harry. Fóllame. Por favor."
Mis palabras salieron entre jadeos y él se retiró justo hasta la punta. "Viendo que has sido tan paciente y lo has pedido con tanta amabilidad..."
Su voz era suave y melódica y sabía que estaba sonriendo. Grité cuando se metió otra vez con fuerza; muy fuerte y profundo. Me quitó la respiración y antes de que tuviera la oportunidad de atraer suficiente aire para recomponerme, estaba golpeando dentro de mí. Fui llevada a la primera noche cuando Harry me había azotado y lo duro que había sido entonces, pero esto era mucho más intenso. Sus movimientos eran duros y rápidos; sus dedos apretaban mi piel tan duramente que me iba a hacer moratones. Mi mano derecha, instintivamente, buscó detrás de mí para sujetar su muslo y cuando lo hice, se paró de inmediato. Echó sus caderas hacia delante para que las mías cayeran a las sábanas y cogió mis manos en las suyas, antes de inclinar su cuerpo contra el mío y colocar mi mano de vuelta al borde de la cama. Me sentía una esfinge egipcia tumbada con mi peso en mis antebrazos. Los labios de Harry rozaron mi mejilla mientras sujetaba su mano sobre las mías.
"¿Qué dije?" Cogió mi lóbulo entre sus dientes y me revolví debido a la presión. "Mantén las manos adelante o te las pego ahí." Su voz era profunda tanto con amenaza como con oscura diversión.
"O puede que te ate a la cama y te haga ver como termino por mí mismo mientras estás ahí tumbada... indefensa. Queriéndolo." Sus palabras estaban llenas de excitación y sonrió contra mi mejilla cuando gemí. Cuando se tumbó todavía dentro de mí, tan cerca, no quería que se moviera. Tener su cuerpo encima del mío- dentro de mí- se sentía cómodo y me sentía segura. Él deslizó un brazo debajo de mi estómago y rápidamente, me puso sobre mis manos y rodillas. Luego, muy despacio, empezó a separar sus piernas y a separar las mías mientras lo hacía. El nuevo ángulo era sensacionalmente profundo y, en cuestión de momentos, sus caderas golpeaban contra la parte de atrás de las mías y todo mi cuerpo se echó hacia delante.
Mientras continuaba penetrándome profundamente, pude sentir mi clímax empezar a elevarse. Mis respiraciones estaban empezando a ser duras y rápidas y mis músculos estaban tensos y temblorosos, justo en el borde de la liberación. Harry bajó su mano izquierda a la cama y deslizó la derecha entre mis piernas, trazando pequeños y rápidos círculos sobre mi clítoris. Con la combinación de su pene acariciando firmemente mi punto G y el habilidoso movimiento de su dedo llevándome al borde, gemí su nombre sin respiración una y otra vez, la parte delantera de mi cuerpo colapsó con las sábanas en completa euforia.
El brazo de Harry vino a mi pecho y elevó mi cuerpo para que estuviese sentada en sus rodillas con mi espalda contra su pecho, empalada. Los últimos atisbos de mi orgasmo seguían pasando a través de mi mientras me mantenía quieta, profundamente enterrada. Su piel era caliente y pegajosa contra la mía y mi cabeza cayó a su hombro, su caliente respiración rozaba mi oreja. Él giró mi mejilla a para mirarle y presionó sus labios con los míos delicadamente. Estaba suspendida en una nube de placer que parecía no tener fin. Si tuviera la oportunidad, me hubiera quedado así hasta mi último suspiro. Nuestros labios se separaron y así de rápido, me puso contra él; estaba de vuelta en la cama con mis manos hacia delante. Mordí la parte de atrás de mi mano mientras él continuaba su duro y frenético ritmo; jadeando en alto mientras su piel chocaba con fuerza contra la mía. Él apretó mi nalga derecha antes de que su mano cayera en una dura palmada y supe que estaba a punto de perderse. Estaba cansada pero estaba segura de que iba a correrme otra vez. A penas podía sentir los músculos de mi centro calentándose y estrechándose con cada envite. Sus gruñidos se juntaron con los míos cada vez que golpeaba mi trasero y yo me contraía a su alrededor, llevándome más y más cerca a mi segunda liberación.
"Cristo," Respiró Harry entre lo que parecían dientes apretados. "¿Tienes una idea de lo estrecha que estás ahora?"
Cada duro envite y azote había llevado a mis músculos al punto de estar tan tensos que estaba segura de que podía sentir cada borde y vena que alineaba su dura polla. Lo que pasaba con Harry era que tenía un increíble grosor al igual que longitud. A parte del placer que nunca había fallado en darme, venía un sensacional fricción, particularmente durante los juegos duros como este. No era doloroso pero tenía problemas con tomarle a veces. Habiendo dicho esto, había algo sobre ese tipo de posesión- la lucha entre su cuerpo y el mío- que me volvía loca. La carnalidad. La rendición.
"Relájate, Emilia." Su voz era profunda y lenta; seguida de un duro azote en mi trasero, lo que hizo que mis dedos agarraran la sábana.
"No puedo." Susurré.
"Puedes." Separó mis nalgas con sus manos y las mantuvo así para intentar relajar mis músculos. "Relaja ese pequeño coñito tuyo y haré que te corras otra vez."
Esa era la primera vez que había oído a Harry usar era palabra y me sorprendió lo mucho que me puso oír eso a través de sus labios. Era una de esas palabras que normalmente me hacían poner una mueca de asco pero oír a Harry decirlo- con su profunda y desesperada voz- era muy excitante. Respiré profundamente y me concentré en relajar mis músculos, liberándole de mi tenso agarre.
"Eso es," Susurró y empezó a moverse con fluidez una vez más. "Buena chica." Mi interior se calentó cuando me felicitó. Gotas de sudor se deslizaban por mi piel y mientras lo urgía a follarme más fuerte, su mano me sujetó por última vez esa noche y una segunda ola de imparable placer me atravesó.
Los siguientes momentos fueron borrosos. Mientras me corría, Harry jadeaba y gruñía mientras se acercaba a su final. Con un último empujón, rápidamente se liberó de mi. Solo pude imaginar el color morado de su glande mientras echaba su caliente orgasmo encima de mi enrojecida piel; clamándome justo desde la base de mi cuello hasta la base de mi espalda.
X.
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