Capítulo 14
Estaba al borde de la liberación. Mis músculos estaban temblando y todo mi centro estaba muy caliente y tenso. Mientras me preparaba para correrme, Harry movió el vibrador de mí, a mi muslo. Me quejé con frustración cuando mi clímax se disipó al instante y me dejó sintiéndome vacía. Observé con atención como pasaba el vibrador a su mano izquierda y acariciaba con la derecha la cara interna de mi muslo, antes de pasar un dedo entre mis piernas. Cuando puso uno dentro de mí, me contraje a su alrededor, intentando liberar algo de la presión que ya quemaba dentro de mi. Movió el vibrador de vuelta a mi clítoris y no pasó mucho tiempo más hasta que sentí mi clímax crecer una vez más.
Él alternaba entre usar la punta para trazar círculos en mi clítoris y presionar todo el contorno contra mi, manteniendo mi cuerpo justo en el borde. Cada vez que empezaba a tensarme contra su dedo, alejaba el vibrador de mí.
"Harry." Respiré frustrada. Mi cuerpo estaba en otro mundo; un mundo lleno de indescriptible placer. Pero estaba muy caliente, cansada y frenética por liberarme.
"Una vez más." Susurró, moviendo el vibrador alrededor del dolorido nudo de nervios.
Él me miró directamente cuando le dije que me iba a correr, sujetando su dedo firmemente contra mi punto G mientras incrementaba la presión del vibrador. Cuando finalmente me dejó liberarme, tiré desesperadamente de mis restricciones. Olas intensas de placer rompieron justo desde mi centro a las puntas de mis dedos, arqueándose con tensión y mi mente quedó en blanco mientras me rendía al placer y me corría. Mi cuerpo quedó muerto y exhausto contra las sábanas y estuve cerca de caer en un sueño profundo.
"Emilia," Susurró Harry. "Abre los ojos." Rozó sus labios con los míos y apartó mi pelo de los ojos antes de que yo, lentamente, abriera mis ojos a él. Me estaba mirando fijamente, estudiando mi cara mientras su mano pasaba por mi cintura. "¿Cómo te sientes?"
"Bien." Susurré con letargo. Sus labios se curvaron antes de presionarlos contra los míos para después volver a mirarme a los ojos.
"No estaba impidiendo que te corrieras con la intención de ser malo." Empezó. "Lo estaba haciendo para hacer tu orgasmo más intenso y placentero para ti."
Asentí y él me besó otra vez.
"Y supongo que lo fue porque las sábanas están un poco mojadas otra vez." Sonrió y yo gruñí mientras me agarraba juguetonamente por la cadera. Él continuaba mirándome a los ojos y sabía que estaba desesperadamente excitado. La oscuridad de sus, normalmente, ojos verdes y el sofoco a través de sus mejillas le delataban siempre.
"Desátame." Susurré. "Déjame tocarte."
Él inhaló profundamente antes de moverse hacia el cabecero de la cama. Sus dedos desataron el nudo alrededor de mi muñeca derecha antes de tomarla en su mano y, cuidadosamente, colocarla a mi lado. Mientras hacía lo mismo con la otra muñeca, estudie las marcas de la derecha. Eran mucho más rojas que si hubiéramos usado seda e, indudablemente, dolían más pero sabía que se iban a ir en unos días. Hasta entonces, sería un recordatorio de esta noche con Harry.
"¿Te duelen mucho?" Preguntó Harry mientras bajaba mi brazo izquierdo.
Le mire, viendo en sus ojos verdadera preocupación. "No te preocupes Harry. Parece peor de lo que es." Sonreí.
Él rozó con sus dedos mi muñeca izquierda. "Me gustan en ti." Murmuró tentativamente. "¿Es malo?"
"No." Susurré. "A mi también me gustan."
Me sentía igual que cuando estuve atada con seda. Las marcas eran un símbolo de mi sumisión; de nuestra relación. Él sonrió y se movió a mis tobillos y, mientras trabajaba en los nudos, me incorporé y empecé a mover las manos por su espalda. Su piel era muy suave y caliente contra mi mano y, si la mantenía en él un momento, podía sentirle temblar bajo mi toque.
Mis tobillos se liberaron y los flexioné, destensando mis tensos músculos. Cuando se giró para mirarme, me puse de rodillas y lo besé, deslizando mis manos por su espalda y por sus hombros. Él me sujetó el culo y me atrajo más a él, asegurándose que mi centro estaba presionado contra el suyo. Mis músculos seguían bastante débiles y mis piernas amenazaban con colapsar, pero mi deseo de complacerle podía conmigo. Le quité los vaqueros y su erección, instantáneamente, chocó contra mi estómago debajo de sus bóxers.
"¿Cómo tienes tanto control?" Susurré mientras bajaba sus bóxers a la altura de los vaqueros. "Has estado así casi una hora."
Él suspiró cuando le agarré entre mis manos, usando una para masajear su duro contorno y la otra para ahuecar sus testículos. Sus dedos apretaron la piel de mis caderas y yo, lentamente, pasé mi mano por él; consiguiendo finalmente el alivio contra el que estaba resistiéndose. "No es solo tener el control sobre ti, Emilia," Respiró, cerrando sus ojos un momento mientras suspiraba profundamente. "Me gusta tener el control de mi mismo también." Besé sus labios antes de bajar los míos por él.
"¿Por qué?" Respiré, besando y saboreando la piel tatuada de su abdomen. Me encanta como sabe su piel en mis labios.
"Porque," Se quedó sin aliento cuando pasé mi aliento por su rígida longitud, tan gruesa, larga y lista, "porque creo que hace la recompensa mucho mejor." Sonrió, mirándome con anticipación. "También te sorprenderías de lo mucho que disfruto complaciéndote." Besé el interior de sus muslos mientras le sujetaba con mi mano.
"No creo que yo pudiera tener mucho autocontrol." Susurré, moviendo mis labios por su cálida piel. Su vello rozaba contra mis labios, aunque podía seguir sintiendo la suavidad de su piel debajo de él.
"Creo que tienes más autocontrol del que crees." Movió su mano a mi coronilla antes de enredar sus dedos en mi pelo y descansarla en mi cuello. "Lo probaremos algún día."
Mientras esas palabras rebotaban en mi cabeza, me incliné hacia delante y le tomé en mi boca. Su cálida piel se deslizó por mi lengua y envolví mis labios alrededor de la cabeza de su pene, probando instantáneamente una gota de semen que se había formado en su punta. Le mantuve ahí un momento mientras le saboreaba; chupando ligeramente y pasando mi lengua por la delicada hendidura. Su agarre en mi pelo se tensó mientras suspiraba con fuerza. Me miró con los ojos tan profundos e intensos que sentí que estaba mirando justo en el centro de mi alma. No aparté la mirada mientras lo seguía tomando más profundo; él mantuvo sus manos en mi nuca, masajeando mi piel con sus dedos. Harry movió sus manos a un lado de mi cabeza y me movió ligeramente para que pudiera mirar hacia delante, para poder verme en el espejo. Le miré a él y sonrió, apartando mi pelo de la cara y sujetándolo en mi nuca. Yo me moví por su longitud con mi boca y mi lengua y no podía evitar mirarme en el espejo, viendo como los músculos de su culo se flexionaban cada vez que le tomaba más. Había algo muy erótico en ser capaz de mirarme de rodillas mientras complacía a Harry.
Cuando él ahuecó mi mandíbula, le miré y le solté de mi boca. Su pecho estaba sonrojado por el calor y sus labios estaban separados mientras respiraba a través de ellos. Se inclinó a mi nivel y me besó. Me encantaba que no se importara probarse a si mismo en mis labios y mi lengua. Mostraba lo cómodo que estaba con su cuerpo. Se quitó los vaqueros y los bóxers por sus rodillas antes de que su cuerpo se moviera encima de mí hasta que mi espalda cayó en las sábanas, pasando sus manos por mis muslos y mi cintura. Puse mis piernas a cada lado de él y movió su mano entre nosotros para alinearse, rozando la punta de su polla adelante y atrás por mi centro. Seguía muy mojada y, mientras Harry seguía provocándome, me miró con total asombro. Elevé mis caderas y se deslizó entre mis piernas, impregnándose de mi excitación.
"Emilia." Respiró, manteniéndose quieto en mi entrada.
Ahí estaba, ese calor que surgía de mí cuando decía mi nombre mientras me miraba a los ojos y se empujaba dentro de mí. Aunque me estiraba y me llenaba totalmente, se deslizaba sin esfuerzo y yo me quedé sin respiración cuando nuestros cuerpos fueron uno. La sensación inicial de corrernos juntos era diferente a cualquier otro sentimiento en el mundo; abrumadoramente íntimo y placentero. Mientras él seguía manteniendo mi mirada, empezó a moverse dentro de mí. Sus caderas iban adelante y atrás lentamente, asegurándose de que sentía cada grueso y caliente centímetro. Y lo hice. Todo mi cuerpo tembló con placer a la sensación de tenerlo dentro de mi... y el hecho de que había caído para él.
Se puso de rodillas, atrayendo mi cuerpo con el suyo, así que mi trasero descansaba en sus muslos con sus manos a cada lado de mi cintura. Su polla acariciaba mi punto G firmemente con cada envite, lo que hizo que su nombre se deslizara sin aliento por mis labios una y otra vez. Manteniendo mi cintura, usé mis piernas alrededor de su cuerpo para impulsarme y mover mis caderas con él. Harry suspiró profundamente y frunció sus cejas, apretando sus dientes en su labio inferior mientras nos encontrábamos.
Cuando coloqué mis manos a cada lado de mi cabeza apara sujetar la almohada, su cuerpo de inclinó hacia mi. Colocó sus manos encima de las mías y entrelazó sus dedos con los míos, invirtiendo todo su peso en cada profundo envite. Elevé mis labios a su pecho, besando y saboreando su piel mientras él se movía dentro de mi,. Se estaba quedando sin aliento, gruñendo y suspirando pesadamente encima de mi y sabía que estaba cerca. Mi cabeza cayó a la almohada y sus ojos finalmente encontraron los míos.
"Me encanta estar dentro de ti." Respiró. "Eres preciosa."
"Harry-"
Me sentí abrumada cuando las palabras dejaron sus labios y e inclinó su cabeza para besarme. A pesar de los calientes y frenéticos movimientos de sus caderas, su beso fue lento y sensual. Era el tipo de beso que hacía que mi corazón latiera y mi estómago diera un vuelco. Su cuerpo estaba muy cerca y cada vez que movía sus caderas contra las mías, sus hueso púbico rozaba mi clítoris. Mientras él seguía besándome, me deshice debajo de él, sujetando con fuerza sus manos mientras mi cuerpo se tensaba. Él gruñó mientras me retorcía alrededor de él, aunque siguió manteniendo su ritmo. Sus labios se separaron para respirar, sus ojos estaban fijos en mí y sus cejas de fruncieron más mientras se acercaba a su final.
"Córrete para mi." Susurré, elevando mis caderas.
"Si."
Por un breve instante, una sonrisa pasó por sus labios pero no pasó mucho hasta que la mirada concentrada volvió a su cara y jadeó entre sus labios. Vi como la vena de la parte izquierda de su cuello se hinchaba debajo de su piel y, mientras sus caderas golpeaban furiosamente contra las mías, se corrió con un alto suspiro de placer.
"Joder." Murmuró bajo su aliento mientras se apoyada en sus codos y descansaba su cuerpo encima de mi. Apoyó su frente contra la mía y nuestras narices se rozaron. Pude sentir sus músculos temblar contra mi cuerpo y sabía que estaba envuelto en el mismo placer en el que yo estaba; completamente relajado y caliente. Besó mis labios y se separó de mi para tumbarse a mi lado y yo, instintivamente, me acurruqué contra él. "Te juro que mejora cada vez." Se rió sin respiración.
Sonreí contra la piel de su pecho. Tenía razón. El sexo con Harry parecía que mejoraba cada vez y estaba segura de que era porque nuestros sentimiento por el otro se estaban volviendo más fuertes. La intimidad con Harry era mucho más que simple placer. Era estar tan cerca el uno del otro como fuese posible. Todavía había veces que mis sentimientos me tomaban por sorpresa y me asustaban pero últimamente había empezado a aceptarlos más. El tiempo nos estaba llevando a donde queríamos estar, un lugar en el que quería estar desde hacía mucho tiempo.
"Estás pensando." La suave voz de Harry rompió el silencio.
"Si, pero cosas buenas." Sonreí mientras imitaba sus propias palabras.
X.
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