Capítulo 13
Suave música clásica empezó a fluir por la habitación antes de oír una puerta abrirse y luego cerrarse. El calor atravesaba mis oídos y mi corazón golpeaba contra mi pecho mientras me daba cuenta de que se había ido de la habitación. En completo silencio, pensé en aquel momento en el que bromeó sobre atarme y dejarme en su casa mientras él salía. Detrás de su juguetona amenaza había un deseo ardiente justo detrás de sus ojos y, por un momento, me pregunté qué tan lejos estaba dispuesto a llevar eso. Una gran parte de mí quería que llevara las cosas más lejos- aunque no más allá de sensaciones no familiares. En lo profundo de mi, sabía que volvería pronto. Cerré mis ojos y me hundí en el mullido edredón mientras me enfocaba en la música. Aunque las cuerdas ya habían empezado a rozar mis muñecas y mis tobillos, me sentía extrañamente a salvo con ellas e intenté imaginar como me vería encima de las sábanas blancas- atada y estirada. Mientras pensaba en mi cuerpo- brazos encima de mi cabeza y piernas estiradas- una impaciente excitación empezó a surgir desde mi centro. Mi mente se enfocó en el pulso rítmico entre mis piernas y solo pude imaginar como me vería Harry cuando volviera.
Mis ojos se abrieron cuando oí el manillar de la puerta y la puerta abrirse.
"¿Harry?"
"Estoy aquí." Me informó con suavidad, volviendo a la cama y sentándose a mi lado. "Solo fui a decirle a alguien que no bajaremos a cenar." Sonrió.
"Por un momento pens-"
"No." Sonrió. "No te dejaría aquí así."
Sus labios rozaron los míos y me besó, pasando su mano por mi estómago y mi pecho. "Aunque," Empezó, "no puedo decir que el pensamiento no ha cruzado mi mente...." Él besó mis labios una vez más antes de ponerse de pie y caminar hasta los pies de la cama. De pie enfrente de mi, nuestros ojos se encontraron. Sus ojos pasaron por cada una de mis curvas, antes de posarse entre mis piernas; oscuros y salvajes. Mi respiración se volvió pesada mientras estaba tumbada expuesta ante él. "¿Quieres ver lo que estoy viendo yo?" Preguntó.
Le miré con confusión antes de que sus ojos llevaran los míos al lado izquierdo de la habitación; un gran espejo, rodeado del mismo tallaje que los que tenían los postes de la cama. Cuando no protesté, quitó su mirada de la mía y caminó hacia el espejo antes de traerlo a los pies de la cama.
Apenas reconocí la persona que estaba tumbada en el espejo. Desde mi centro hasta mis extremidades, mi usual piel clara estaba sonrojada en mi pecho y entre mis muslos, y mi cuerpo parecía etéreo bajo la tenue luz. No podía quitar mis ojos de la sombra entre mis piernas cuando la luz reflejó mi humedad y, de repente, entendí por qué Harry parecía siempre tan fascinado viendo mi cuerpo desnudo; probablemente de la misma manera que me pasaba a mí con él. Me sentía increíblemente erótica y miré hacia Harry que estaba estudiado mi reacción con una sonrisa de diversión. Se quitó la camiseta antes de tirarla al suelo. Sus rizos se despeinaron con la acción; sus colgantes cayeron en su pecho y sus brazos y hombros se flexionaron. Su cuerpo era maravillosamente esbelto y tonificado y era imposible no notar la dureza en sus vaqueros. Caminó hacia el lado derecho de la cama, dejando el espejo a los pies. Sus manos se colocaron debajo de mi axila y subió una rodilla a la cama, su cara estaba encima de la mía. Mis ojos se elevaron desde sus muslos a su tenso abdomen, con los músculos subiendo por sus pectorales. Luego por su cuello y esculpida mandíbula hasta que me tuvo tirando de las cuerdas en un desesperado intento por sentirle entre mis manos y mis labios.
Miré al espejo a los pies de la cama. El cuerpo de Harry estaba erguido a mi lado; su ancha espalda y culo tonificado justo ahí para mis ojos. Yo parecía muy pequeña e indefensa debajo de él pero no se sentía así. Instantáneamente le imaginé follándome; los músculos flexionándose y brillando por el sudor mientras se tumbaba encima de mi. Él sonrió cuando mis ojos se movieron entre él y el espejo y todo mi cuerpo se tensó cuando pasó su mano por mi abdomen.
"¿Te gustaría verme jugar con tu cuerpo?" Susurró. Movió su mano por mi pecho derecho y cogió el pezón entre su pulgar y su índice, rozándolo entre ellos.
"Si." Respiré.
Su respiración era muy pesada en mis labios y él subió la otra rodilla a la cama y se colocó a mi lado. Fue entonces cuando me percaté de la bonita letra del Ave María que sonaba en la habitación. La voz melódica de la mujer resonaba a través de mí y escuché con cuidado cada nota, embelesada. Él se tomó su tiempo para besarme, rozando sus labios y su nariz con los míos mientras sus manos empezaban a moverse gentilmente por mi torso, subiendo. Sus dedos rozaron mis pezones, por mi centro y mi ombligo, rodeándolo por un momento mientras sentía mi cuerpo temblar debajo de él con anticipación. Su beso me distrajo de la abstinencia momentánea de su mano por mi cuerpo y, en cuestión de segundos, el toque contra mi estómago fue reemplazado por algo frio y duro. Rompí nuestro beso para mirar hacia abajo, suspirando pesadamente cuando vi el mismo vibrador que había usado conmigo nuestra primera vez.
"Harry-"
Él me calló son sus labios antes de encender el pequeño vibrador. Calientes y gentiles olas de placer pasaron a través de mi cuando lo llevó hacia arriba, entre mis tetas y alrededor de cada una, antes de rodear mis pezones. Mi espalda se arqueó mientras él provocaba las sensibles terminaciones nerviosas y el placer pasaba directamente por mi centro. Manteniendo sus labios y el vibrador en mí, se movió rápidamente entre mis piernas. El vibrador pasó por mi costado, de mi cadera a la zona superior de mi muslo, pausando ahí mientras movía sus labios de los míos a mi cuello. Su boca era muy húmeda y caliente y, mientras sus labios descendían, lo hacía también el vibrador; provocándome por la cara interna de mis piernas hasta mis pies. Mientras la suave melodía sonaba, trajo cada parte de mi cuerpo a la vida y no pude detener mi cuerpo de tensarse sin descanso y tirar de mis restricciones, completamente abrumada. Nunca la había oído antes pero era muy bonita; una de las piezas más bonitas que había escuchando.
"Te gusta esta pieza de música." Susurró. "Se nota por cómo está reaccionando tu cuerpo."
"Si." Suspiré. Me sorprendió que hubiera notado la manera en la que mi cuerpo temblaba en cada ocasión que la música cambiaba. Me ponía de una manera increíble saber que prestaba tanta atención a mi cuerpo.
"Intenta quedarte quieta." Habló suavemente, cerrando sus labios alrededor de mi muslo derecho.
Cuando más intentaba quedarme quieta, más quería mi cuerpo moverse. Mientras el vibrador pasaba por el pliegue de mi muslo y su lengua trazaba mi hinchado clítoris, todo mi cuerpo se retorció y las cuerdas quemaron sus muñecas llenando mi cuerpo con tantas sensaciones que mi mente luchó para procesarlas. Ser capaz de verle, oírle, sentirle y todavía saborearle en mi boca; tenía todos mis sentidos satisfechos de todas las maneras posibles. Mientras la lengua de Harry empezó a acariciar mi clítoris, miré hacia él entre mis piernas y luego al espejo de detrás; su musculosa espalda se arqueaba y su cabeza se movía entre mis piernas, con su mano izquierda descansando en mi abdomen para mantenerme quieta. No pude evitar gemir palabras de aliento cuando su lengua trabajaba tan delicadamente y talentosamente, golpeando arriba y abajo a cada lado de mi dolorido clítoris. Me miró a través de sus pestañas y sonrió, manteniendo mi mirada mientras cerraba los labios alrededor de mi clítoris y lo chupaba con cuidado. Mi respiración se aceleró cuando seguí el rastro del vibrador, deslizándose por mi hueso púbico antes de que Harry moviera sus labios al interior de mi muslo y reemplazara su lengua con el vibrador. Las vibraciones eran suaves contra mi, totalmente diferente a la sensación de la suave lengua de Harry. Gemí cuando mi zona inferior se tensó e intenté mover mis caderas cuando incrementó la presión de su mano en mi abdomen. Estar abierta y expuesta de esa manera hacía que estuviera mucho más sensible ahí abajo y tuve que morder mi labio para dejar de gritar. Mientras gemía su nombre, Harry se arrodilló a mi derecha. Su cuerpo se inclinó encima de mi, perfectamente esculpido en sus vaqueros rotos.
"Nena," Sonrió con diversión. "¿Qué van a pensar los otros huéspedes si te oyen hacer esos sonidos?" Deslizó su mano izquierda hacia arriba, hasta que sus dedos se movieron por mi yugular y se curvaban alrededor de mis labios. "Si pudieran entrar ahora y verte así..." Las puntas de sus dedos pasaron por mis labios y los abrí para él, dejándole descansar en mi lengua. "Completamente atada." Incrementó la presión del vibrador e, instantáneamente mordí sus dedos. "A punto de correrte."
X.
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