Capítulo 11
Le di un sorbo al vino mientras miraba mi móvil. Eran las 5 de la tarde de un sábado soleado y había vuelto a casa desde la de mi tía para una reunión familiar a la que a todo el mundo le había parecido una gran idea. En realidad, esas cosas eran solo una excusa para emborracharse y no ver a los demás durante otros seis meses. No éramos una familia demasiado grande- puede que todos juntos fuésemos veinte- así que este tipo de cosas solían poner a prueba la paciencia de todo el mundo. La mía no era una excepción. Normalmente no tienes que explicar a qué te dedicas y por qué no tienes novio sin tener que gritarle a la cara a alguien. Los quería con locura, pero era un grupo totalmente disfuncional. Afortunadamente para mí, la tensión fue dirigida a la hermana de mi madre y a mi padre cuando discutieron durante la comida y se negaron a hablar el uno con el otro. Nunca se han llevado bien así que no fue una sorpresa cuando una inocente conversación sobre cocinar fruta se volvió temperamental. Nos movimos del comedor al salón después de eso, donde fui arrastrada a los humillantes juegos familiares, lo que hizo que uno de mis primos corriera por ahí pretendiendo ser una gallina y mi tío intentara actuar desesperadamente como Bruno. Siendo sincera, eso me hizo reír durante unos buenos cinco minutos. Había algo incondicionalmente entretenido en ver a un hombre adulto avergonzándose voluntariamente.
Una botella de champagne y seis botellas de vino después, estábamos aquí; con los ojos pesados en frente de la televisión viendo algunos videos caseros que mi padre había traído. Y si, esos vídeos definitivamente me incluían corriendo desnuda con un par de botas de agua y cantando 'Estrellita Estrellita' a todo pulmón. Había visto el vídeo incontables veces y me preguntaba cómo había conseguido salir así sin caerme. Saqué mi móvil del bolsillo y empecé a escribir un mensaje.
'Sálvame.'
Aunque había visto a Harry el jueves después del trabajo, parecía que había pasado mucho más tiempo. Me había recogido a mi casa a las 7 y luego habíamos conducido por zonas tranquilas de las afueras de Londres, hablando durante horas hasta que la luna apareció llena y brillante en el cielo. Cuando Harry me dejó en casa otra vez, había pasado de media noche y yo tenía que levantarme a las seis al día siguiente pero no me importaba. Debimos habernos besado en el descansillo de mi piso por lo menos quince minutos antes de que uno de nosotros pensara parar. Si la vida no tuviera responsabilidades, le hubiera besado hasta que hubiera salido el sol.
Cinco minutos después, mi teléfono empezó a sonar. Miré a la pantalla y me alivié al ver el nombre de Harry en ella.
"Perdonarme un momento. Es del trabajo." Salí de la habitación tan rápido que no creo que nadie lo haya notado.
"Oh Dios." Gruñí, cerrando la puerta del salón y escondiéndome en el comedor.
Harry se rió en el otro lado. "¿Cómo va?"
"Ya sabes... Mi abuela le acaba de decir a mi primo que ha engordado y mi madre está tan borracha que está durmiendo arriba. Ha estado ahí desde las cuatro..."
"Suena como mis reuniones familiares." Se rió.
"Por eso estas cosas deberían estar limitadas a Navidad. Una vez al año es suficiente." Respiré profundamente y me senté en una mesa del comedor. "¿Cómo estás tú?"
"Estoy bien. Estamos haciendo una sesión de fotos."
"Lo siento. No quería interrumpir."
"No, no, no lo haces. No me necesitan hasta dentro de veinte minutos o así."
Sonreí para mi misma. "¿De qué es la sesión?"
"Los Top del Pop." Se rió Harry.
"Entonces espero fotos completamente desnudo."
"Definitivamente."
El pensamiento de Harry posando desnudo ante la cámara hizo que mi corazón latiera con excitación. Ya sabía lo fotogénico que era y estaba segura de que sería igual sin ropa, especialmente si tenía la visión de él sudando encima de mí. Pero no pude desechar la profunda envidia en la boca de mi estómago con el pensamiento de otra gente viéndole así. No era una persona celosa- nunca lo he sido- pero el pensamiento podía conmigo. Otra vez. Nunca había sentido esto por alguien antes. Era un poco irracional, aunque no era injustificado. Si él no fuera famoso, su cuerpo sería mío y solo mío. No mío y del resto del mundo.
"¿Emilia?" La voz de Harry me atrajo a la realidad.
"Perdón."
"Está bien," Se rió. "Se que tu mente tiene la costumbre de vagar. Te acabo de preguntar cuando vuelves a Londres."
"Cojo el tren mañana por la tarde."
"Mira tu buzón de correo cuando llegues."
"Estoy intrigada..."
"Por supuesto que lo estás." Él se estaba divirtiendo, podía notarlo en su voz.
"¿Me has enviado algo?"
"Puede..."
"¿Me das una pista?"
Se quedó callado un momento. "Te voy a llevar a un sitio."
Mi imaginación echó a volar mientras me preguntaba qué había planeado Harry y me encontré sonriendo como una loca mientras la excitación se abría paso en mi. Me encantaban las sorpresas y estaba impaciente; una combinación letal.
"¿Dónde?"
"No te lo voy a decir."
"No se si puedo esperar a mañana para saberlo."
"Bueno, vas a tener que hacerlo," Se rió. "Esa es la única pista que vas a tener." Bufé juguetonamente, haciendo un puchero como protesta silenciosa. "Deja de hacer pucheros." Se rió.
"No estoy haciendo pucheros."
"Si, los estás haciendo. Lo se." Y sólo con eso, sonreí una vez más.
Un golpe vino del otro lado de la puerta, sacándome de mi propio mundo en el que sólo existíamos Harry y yo.
"¿Emilia? ¿Estás ahí?"
"¡Salgo en un segundo!"
"¿Quién era?" Preguntó Harry.
"Mi tía solo quería saber dónde estoy."
"Yo me tengo que ir también... Espero haberte salvado el tiempo suficiente para devolverte algo de cordura."
"Más o menos," Me reí. "Gracias."
"Cuando quieras. Creo que tengo que tirar unos globos por ahí ahora..."
"¿Globos?"
"Si. Globos."
"Eso suena..."
"¿Divertido?" Dijo Harry secamente, sonando completamente aburrido.
"Si." Me reí. "Ya me contarás como fue."
"Y espero que tú me mantengas actualizado toda la tarde."
"Lo haré. Hablamos más tarde."
Seguía sonriendo después de haber colgado y estaba agradecida de que nadie se hubiera dado cuenta cuando volví al salón. No estaba preparada para un interrogatorio. Pero estaba menos preparada aún para una larga y dolorosa tarde de familiares borrachos y vergonzosas anécdotas.
-
La sorpresa de Harry había estado jugando en mi mente desde la tarde anterior y tan pronto como crucé la puerta de mi edificio, fui directa a mi buzón. Entre cartas blancas y marrones que supongo que serían mundanas facturas y correo basura, estaba un sobre negro con mi nombre escrito a mano con un bolígrafo plateado en la parte delantera. Reconocí la letra al instante y mi corazón empezó a latir contra mis costillas con excitación y nerviosa anticipación. Rápidamente agarré las cartas en mi mano y presioné el botón del ascensor. Parecía que tardaba una eternidad en llegar abajo y una energía mantenía mi pie dando golpecitos y mis dedos moviéndose. Tan pronto como estuve dentro, le di al botón del tercer piso repetidamente hasta que las puertas se cerraron y el ascensor comenzó a ascender, dejando mi estómago abajo.
Me quité las Converse y el abrigo, dejando un rastro de ropa en el suelo mientras caminaba hacia el sofá. Miré el sobre en mis manos, conjurando infinitas posibilidades sobre qué podría ser y, cuando abrí el sobre, encontré un papel doblando. Lo saqué y lo abrí. El título del papel era 'Fawsley Hall' en una gran caligrafía impresa. Cuando mis ojos bajaron por el papel, me di cuenta de que era una carta confirmación de una reserva para el fin de semana siguiente.
Querido Sr. Edwards,
Gracias por su reserva para la noche del Sábado 15 de Septiembre en nuestra Suite 1575. Puede llegar a cualquier hora después de las 4.30pm.
Esperamos que disfrute de su estancia.
Atentamente,
Fawsley Hall.
En la parte inferior de la letra había una foto del Hall y algo escrito debajo.
Situada en el idílico pueblo de Northamptonshire, Fawsley Hall es el destino perfecto para aquellos que quieran escapar y relajarse entre la comodidad y el lujo. Si estás buscando una impresionante Suite o una moderna habitación, esta gran casa del siglo XVI puede satisfacer todos sus deseos y necesidades. Con 4 Estrellas, no puedes esperar nada menos que lo mejor.
Mis ojos se iluminaron cuando leí la breve descripción e, instantáneamente busqué mi teléfono y busqué Fawsley Hall en el buscador. Fotos de un gran edificio antiguo, rodeado por campos verdes y árboles llenaron la pantalla. Parecía algo que verías en un cuadro. Una vez vistas algunas fotos, cerré la ventana y marqué el número de Harry.
"¿Hola?"
Tan pronto como oí su voz, dejé escapar la respiración que estaba aguantando y sonreí. "Harry."
"Alguien parece complacida." Se rió.
"Lo estoy. Gracias."
"Me alegro. Pensé que te gustaría."
"Me encanta. Aunque, ¿no te costó una absoluta fort-"
"Emilia." Se rió. "Está bien. Piensa en ello como un regalo de cumpleaños anticipado."
"Bueno, gracias Harry."
"De nada. Será agradable pasar algún tiempo fuera."
"Si." Sonreí para mi misma mientras miraba la carta otra vez. Sr Edwards.
"No sabía que tenías un alias." Me reí.
"Henry Edwards."
"Qué original." Me burlé.
"Edwards, Henry Edwards."
Me reí por su imitación. "Suena más a un viejo pensionista que a inteligencia secreta."
"Me ofendes." Se rió.
"Jódete."
"Prefiero azotarte." Su respuesta fue muy rápida y dejé escapar un afilado suspiro cuando sus palabras llegaron a todos los lugares correctos. El silenció que le siguió me dijo que él estaba sonriendo. "¿Te gustaría?" Su voz era como terciopelo.
"Si." Suspiré. Harry no me había azotado en semanas y el pensamiento de su mano golpeando con fuerza en mi piel desnuda hizo que mi interior se calentara con regocijo.
"¿Te estás poniendo caliente?"
"Si."
Se rió. "La espera merecerá la espera. Lo prometo."
No dudé de él ni un momento.
-
Estaba inexplicablemente excitada cuando Harry paró afuera. Sabiendo que solo nos íbamos una noche, llevé lo mínimo- ropa interior, el neceser, un cambio de ropa para el domingo. Naturalmente, la semana había pasada horriblemente lenta mientras esperaba al fin de semana pero había sido una bonita semana. El sol brillaba y el cielo estaba azul, con una airecillo con olor a mar. Estábamos teniendo el verano perfecto que prometió el hombre del tiempo.
"Buenas tardes." Sonrió Harry mientras abría la puerta de su Range Rover. "Que guapa."
"Gracias." Sonreí, sujetando el vestido mientras entraba al coche y me sentaba. "Tú también."
Harry levaba una camiseta de algodón gris y los vaqueros negros. Era notable que le había dado el sol. Su pecho y sus brazos estaban dorados y los pelitos se habían vuelto rubios. En contraste, sus dientes parecían incluso más blancos y, con sus gafas de sol, parecía casual aunque totalmente follable.
"Debería llevarnos como una hora y media llegar ahí. Si el tráfico nos lo permite."
Miré a mi teléfono, "Así que estaremos sobre las cinco."
"Eso espero." Sonrió.
Mi excitación crecía, eran cosas como estas en las que fantaseaba. Nunca había estado interesada en planear la boda perfecta y vivir una vida de cuento de hadas pero a veces soñaba con conducir sin preocupaciones por las afueras con la brisa en mi pelo y la radio encendida; sin preocuparme por el mundo. Solo estando ahí. Estando con alguien...
"¿En qué estás pensando?"
"¿Hm?"
"Has estado mirando por la ventana durante diez minutos." Se rió.
Sonreí, todavía llena de pensamientos adolescentes. "Nada, realmente..."
Él sonrió y se enfocó de nuevo en la carretera. "¿Sabes?" Empezó Harry. "Hasta que tuve 13 años, quería ser piloto."
Me giré para mirarle sorprendida. "¿Piloto?"
"Sip."
"¿Por qué querías ser piloto?"
Él mantuvo los ojos en la carretera. "Quería ver el mundo."
"Estoy bastante segura de que ya has visto más países que la mayoría." Me reí.
"Es verdad. Pero hay algo con volar... estar en lo alto... lejos de todo y de todos."
Me encantaban los pequeños momentos como estos; momentos en los que Harry me dejaba entrar en su mente.
"¿Te arrepientes de estar donde estás ahora?" Pregunté con curiosidad.
Él sonrió. "No. No del todo. Me encanta lo que hago." Pausó por un momento y asumo que estaba pensando en la respuesta. "Además, nunca te hubiera conocido si hubiera estado a 15.000 kilómetros de distancia." Se rió.
"Bueno, me alegro de que decidieras mantener los pies en la tierra."
Él me miró un segundo. "Yo también."
Seguimos conduciendo por carreteras cerca de pueblos, a veinte minutos de nuestro destino. Estábamos rodeados de grandes pinos a nuestra derecha y miles y miles de prados a nuestra izquierda, estirándose hasta el vibrante horizonte azul. Si no lo hubiera sabido, hubiera dicho que estábamos en algún pueblo de Escandinavia antes de a una hora de una de las calles más ocupadas de Londres.
"¿Cómo de voyeurística te sientes?"
La pregunta de Harry me tomó por sorpresa. "¿Por qué?"
Sonrió y llevó el coche a una zona de descanso al lado de la carretera. Todo estaba muy tranquilo y sereno cuando el motor se apagó.
"Porque me gustaría mucho tenerte en el asiento de este Range Rover ahora."
Giré mi cabeza para mirarle, completamente impactada aunque completamente excitada por sus directas palabras. Me estaba mirando directamente a los ojos, sonriéndome con malicia mientras elevaba la ceja izquierda. Mi pulso se aceleró al instante, bombeando sangre sin descanso por mi cuerpo, despertando el deseo en todos los lugares correctos. Manteniendo mi mirada, se quitó el cinturón de seguridad y lo pasó por su hombro. No pude quitar mis ojos de sus labios mientras él se inclinaba hacia mi lado, parando a unos centímetros de mi. Luego se inclinó hacia delante así que nuestras narices estaban casi tocándose; desenganchó mi cinturón del cierre.
"Alguien podría pasar conduciendo." Balbuceé.
"O caminando." Sonrió Harry, asintiendo con su cabeza detrás de mi. Me giré para ver un portón de madera que daba paso a una casa, rodeaba de campos verdes. Cuando volví mi cabeza hacia él, sus labios chocaron con los míos. La posibilidad de ser pillada con Harry en el asiento delantero de su coche despertaba un nuevo nivel de excitación en mi y le besé duro en respuesta, dejando que mis manos vagaran por el interior de sus muslos vestidos; tan calientes y duros.
"Ya estás duro." Respiré contra sus labios.
"Todos tenemos sueños, Emilia." Sonrió juguetonamente, cogiendo mi labio inferior entre sus dientes. "Este en particular ha estado torturándome desde que te metiste en el coche."
Mientras nuestros labios continuaban rozándose el uno con el otro, nunca lo suficientemente cerca como para besarnos, sus manos sujetaron mi cintura y me colocó encima de él. Me elevé de mi asiento y me moví por la palanca de cambios para estar a horcajadas en su regazo, mirándole. Cuando nuestros labios se juntaron, presionó la palanca a un lado de su asiento y lo echó hacia atrás, alejándonos del volante. Sus manos rápidamente encontraron mi culo y me reí en el beso, moviendo mis manos por su cuello y hombros y por su pelo. Mientras seguíamos besándonos, tocándonos y provocándonos, me sentí sin descanso encima de él. Sus dedos se hundieron con fuerza en mis muslos cuando rocé mis caderas con las suyas, creando una fricción entre mis piernas que empezó a darme algo de alivio. Harry movió sus manos a mi parte delantera y bajó el borde de mi vestido, exponiendo el valle de mis tetas a él. Mientras besaba mi caliente piel, deslicé mis manos entre nosotros y bajé su cremallera, liberándole de su tenso confín. Sus labios ascendieron por mi cuello y por mi mandíbula, hasta que volvieron a los míos. Pasé mi mano por su dura longitud y él suspiró en mis labios, respirando pesadamente cuando deslicé mi mano por sus bóxers. Sus manos se movieron por mi culo, sujetándome encima de él cuando bajé sus bóxers y le liberé completamente. Le miré entre nosotros, mordiendo mi labio mientras estudiaba su mástil duro y grueso descansando contra su camiseta. Vi como buscaba su cartera en el salpicadero y sacaba un condón. No pude evitar preguntarme por qué, sabiendo que estaba con la píldora anticonceptiva y habíamos tenido sexo sin protección desde hace tiempo. Me miró y debió de haber sentido mi pregunta.
"Asientos de cuero." Sonrió.
Movió una mano entre nosotros y apartó el centro de mi ropa interior a un lado mientras se sujetaba con la otra y se posicionaba, deslizando la punta tentadoramente entre mis piernas. Coloqué mis manos en sus hombros y moví mis caderas hacia delante hasta que le sentí justo en mi entrada. Los ojos de Harry estuvieron en los míos todo el tiempo cuando descendí con cuidado hacia él, manteniendo mi mirada en la suya. Mi respiración se atascó cuando me hundí en él, tomándome mi tiempo. Vi su cara contraerse y sus hombros y muslos tensarse, suspirando pesadamente cuando la parte posterior de mis muslos chocaron contra su parte frontal. Me incliné y besé sus insaciables labios rosas, moviendo mi mano izquierda de su hombro a sus sedosos rizos.
"Móntame." Respiró, elevando sus caderas y empujándose a si mismo un poco más profundo.
Mis labios se abrieron y cayeron a los suyos cuando los músculos de mi interior de contrajeron y lo mantuvieron ahí. Me incliné un poco hacia delante y elevé mis caderas; inhalando mientras mis músculos se estrechaban en un intento desesperado por mantenerlo cerca. Él gruñó en alto cuando me moví por la parte superior de su eje, adelante y atrás, antes de que él bajara mis caderas para llenarme completamente. Empecé a trazar círculos con mis caderas, acariciando mi punto G contra su rígida polla. Sus manos se movieron por mi cintura y se posicionaron en mi culo, atrayéndome y guiándome con él. Esta era la primera vez que había tenido la mayor parte de control y mientras movía mis caderas más rápido y su ceño se fruncía más, sentí que se estaba perdiendo.
"No voy a durar mucho más." Jadeó, juntando su frente con la mía.
"Está bien."
No necesitaba correrme. Tener sexo con Harry- con alguien por el que tenía sentimientos- significaba que no había una meta. Disfrutaba de cualquier manera y estar cerca de él era suficiente.
Él echo su cabeza para atrás contra el reposacabezas para su momento final, suspirando y gruñendo mientras yo le montaba hasta terminar. Las comisuras de su boca se curvaron hacia arriba y cerró los ojos y juro que fue una de las cosas más sexys que había visto en mi vida. Con sus ojos cerrados y los labios separados, hincó sus dedos en mis caderas y se corrió debajo de mí.
Yo seguí moviéndome por su longitud lentamente hasta que sus ojos se abrieron y liberó mi piel de su tenso agarre.
"Lo siento." Exhaló sin respiración, presionando sus labios con los míos.
"No lo sientas." Aparté sus rizos de su frente, haciendo un tupé. Parecía sexy y adorable a la vez; los ojos grandes, despeinado, las mejillas sonrosadas.
"Te lo recompensaré." Sus labios estuvieron en los míos otra vez, sus manos se deslizaron de mi trasero a la parte baja de mi espalda. Aunque había empezado a ablandarse dentro de mi, se seguía sintiendo caliente y lleno, y no quería apartarme de él. Suspiré cuando lo hice; mis piernas temblaban cuando me senté a sus rodillas y le dejé quitarse el condón y subir sus pantalones. Sacó un pañuelo del compartimento de la puerta y envolvió el condón en él antes de guardarlo para tirarlo después.
"¿Estás bien?" Se rió, pasando sus manos por mis muslos. Yo sonreí divertida antes de apartarme de él y sentarme de nuevo en el asiento del copiloto. "¿Nos vamos?"
Me reí. "Si. Vamos"
X.
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